Culturas
Valentiarte: diez años de mucho más que un festival

Asociación de educación transformadora.
El Valentiarte es un festival de circo, teatro, danza, música y animación en la calle que se celebra en Valencia de Alcántara (provincia de Cáceres) y que este año tendrá lugar los días 12, 14 y 15 de este mes de octubre. Pero Valentiarte es mucho más que eso, es comunidad, es familia, es ilusión, es un pueblo vivo, es diversidad, es colaboración, es utopía, es tantas cosas que no daría para nombrarlas todas en este artículo.
Valentiarte es mucho más que eso, es comunidad, es familia, es ilusión, es un pueblo vivo, es diversidad, es colaboración, es utopíaEl festival viene celebrándose todos los años desde 2011, exceptuando el primer año de pandemia debido a las restricciones sanitarias, de modo que, y con la excusa del “décimo aniversario”, hemos querido profundizar en las raíces del festival, sus orígenes, y su recorrido a lo largo de todos estos años de la mano de algunas personas que lo han hecho posible.

Hablando de los inicios con Javi, uno de los integrantes del grupo que impulsó el festival, nos cuenta que éste “nació con la idea de hacer algo grande y bonito en Valencia de Alcántara, un territorio muy apartado, y hacer llegar aquí todo un mundo que hasta aquel entonces no llegaba. Pensaba en las cosas que me gustaría que vieran mis hijos y que no llegaban, y compartirlas con el pueblo, como el teatro de calle”. Para Javi, había un interés desde el principio en aglutinar distintas artes, “de ahí surgió que se juntara la música, la danza, el teatro, la magia, los malabares, las acrobacias… hasta entonces no había un festival de todo eso seguido, en su aspecto más callejero”.
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Para Ramón, otra de las personas que forman parte de la organización, el festival nació como “una forma de acercar la cultura a zonas donde habitualmente no suele llegar. Lo que llega está bastante enlatado, en el sentido de que siempre llega lo mismo, siempre el mismo tipo de música, llega muy poco y lo que llega no es para todo el mundo”. Ambos coinciden en que el festival nació con la vocación de que fuera un festival abierto para todas las personas y gustos: “El objetivo era acercar la cultura a todo el mundo, de una manera gratuita, abierta, accesible y con una programación variada y de calidad”, comenta Ramón.
El objetivo era acercar la cultura a todo el mundo, de una manera gratuita, abierta, accesible y con una programación variada y de calidad
Esto que nos cuentan se observa claramente en el programa. Se pueden ver grupos de varios estilos de música, se puede asistir a las muestras de las clases de danza de la zona y luego disfrutar de artistas de danza o circo de varios sitios de la península, además de un mercado de artesanía variado y una barra con comida local. La idea es llegar a la máxima población posible, un proyecto para todas las edades, estilos y preferencias, que representa la diversidad del pueblo.

Avanzando en nuestra entrevista, cuando le preguntamos qué ha sido y es el Valentiarte a Belén, también precursora del proyecto, nos comenta que “ha sido una oportunidad de vivir la cultura, la economía y el trabajo, sin que el centro sea el dinero, el centro es hacer algo muy grande en equipo y que repercuta en todo el pueblo”. No sabe en realidad cuántas personas están involucradas en el Valentiarte, unas más y otras menos, alrededor de 50 personas que de manera altruista colaboran para que salga adelante.
Ha sido una oportunidad de vivir la cultura, la economía y el trabajo, sin que el centro sea el dinero, el centro es hacer algo muy grande en equipo y que repercuta en todo el pueblo
La organización del festival corre a cargo de las personas del pueblo, sin remuneración económica, y los años que se ha obtenido algo de beneficio se ha donado a alguna causa social. Por ello, señala Javi, “el concepto que ha quedado para siempre es que es un festival para el pueblo y organizado por el pueblo, de hecho, en los carteles siempre aparece organizado por los hombres y mujeres de Valencia de Alcántara y la Campiña”. También destaca el sentimiento de familia y de comunidad que hay detrás de la organización, “llevar la idea de familia a personas que no son de tu misma sangre, relaciones basadas en el cariño, el amor y el respeto. Eso trasladado a la comunidad, más allá del dinero, es trabajar por amor. El equipo es la raíz, que es lo más importante, el festival es la flor, es pasajero, pero lo que queda es la raíz, el equipo humano y el trabajo en común”.
El concepto que ha quedado para siempre es que es un festival para el pueblo y organizado por el pueblo, de hecho, en los carteles siempre aparece organizado por los hombres y mujeres de Valencia de Alcántara y la Campiña
Ramón coincide: “Es una forma de trabajo en común, por amor al arte es uno de los lemas del festival a lo largo de todos los años, cuando no hay dinero de por medio lo que hay es la ilusión.” Ese amor al arte no solo es de quienes participan en la organización, todas las personas artistas que actúan lo hacen cobrando a la gorra; este año tendrán una pequeña remuneración gracias a una subvención que ha recibido el proyecto, pero en general les supone trabajar por debajo de su caché. Sin embargo, año tras año consiguen que la programación se llene de propuestas interesantes y es que se contagian de esas ganas que la organización promueve, formando parte de la familia y disfrutando de la propuesta.
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Belén además comenta que no solo es ilusionante toda la gente que participa dando vida al Valentiarte, sino que otra cuestión que les alimenta cada año es la cantidad de gente que viene al mismo, el público, sin duda, es fundamental como motor para la actividad.
El proyecto sigue evolucionando y para esta edición, nos comenta Ramón, se cuenta con algunos cambios, “no sólo es el festival Valentiarte, sino que además hay cinco actividades más que vienen celebrándose a lo largo del año. Un cinefórum, con cuatro proyecciones al año dedicadas a temáticas como la psicología y la sociología; una actividad de literatura en residencias de mayores; sesiones de jam sessions; la creación de un grupo de batukada a través de talleres para criaturas; y un encuentro de danzas que ya se ha celebrado con talleres de danzas del mundo y folclóricas. El festival es sólo una parte de todo el proyecto que tenemos entre manos.”

Sin duda, Valentiarte es un proyecto inspirador que nos recuerda que, más allá del modelo imperante de consumo individualista, en la vida real también ocurren cosas que se hacen de otra manera, son utopías que debemos difundir y visibilizar. Donde los pueblos son espacios de colaboración, en gran parte gracias al trabajo de las asociaciones, fundamentales como agentes que dinamizan, que realmente frenan el abandono de las zonas rurales e incluso les dan un valor que no tienen las ciudades. Un modelo que deja huella en nuestra infancia, como nos cuenta Belén, su hija y muchos de las y los niños del pueblo, más allá de poder disfrutar de la cultura, están aprendiendo a hacer comunidad y a crear realidades necesarias.
¡Feliz décimo aniversario Valentiarte y por varias décadas más!
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