Coronavirus Barcelona - 3

Coronavirus
Coronavirus y lucha de clases: una justicia de clase

Las consecuencias de la crisis de coronavirus se reparten en función de la posición de cada persona en el escalafón social. También en todo lo que se refiere a una de las columnas vertebrales del clasismo: la impartición de justicia.

José Luis Carretero

Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión

2 abr 2020 09:53

Mientras la pandemia del coronavirus se extiende por la geografía española, los trabajadores y trabajadoras pasan a ser dolorosamente conscientes del efecto social que han tenido las últimas décadas de degradación y descomposición programada de los servicios públicos.

La sanidad se encuentra casi al borde del colapso, después de años de ensayo con la famosa “colaboración público-privada”, de pérdida de camas disponibles en la sanidad pública y de despidos de profesionales. Gran parte de los trabajadores sanitarios que ahora salvan nuestras vidas han tenido en los últimos años contratos temporales, incluso en claro fraude de ley, con el efecto que esto tiene sobre la formación y estabilidad de las plantillas públicas.

Los trabajadores de las residencias para discapacitados de la Agencia Madrileña de Asuntos Sociales, por poner un simple ejemplo, siguen haciendo frente a la pandemia con una inmensa profesionalidad y entrega, pero con unos medios muy limitados. El transporte público sigue funcionando, pero los trabajadores del Metro de Madrid que caen enfermos son sometidos a tests del coronavirus mucho antes de que se complete el tiempo de incubación de la enfermedad, y se les hace volver lo antes posible al trabajo.

Las medidas del Gobierno impactan sobre una organización social —la de la impartición de la Justicia— que mantiene una inveterada tradición de clasismo

El Estado de Alarma decretado por el Gobierno limita fuertemente los derechos y libertades de todos los ciudadanos, y el servicio público de la Justicia se ve también afectado de manera directa por la pandemia. Las medidas del Gobierno impactan sobre una organización social —la de la impartición de la Justicia— que mantiene una inveterada tradición de clasismo.

La limitación de las libertades civiles en el marco del Régimen del 78, que puede rastrearse en una deriva continua que va desde la aprobación de la llamada Ley Mordaza a las diferentes reformas del Código Penal que endurecen las penas y crean nuevos tipos penales, alcanza su punto culminante al calor del Real Decreto que declara el Estado de Alarma. Un Estado de Alarma que, según algunos conocidos juristas relacionados con los movimientos sociales, como Daniel Amelang, está concretándose en medidas específicas que más se corresponden con el Estado de Sitio constitucional.

La condición de clase de la Administración de Justicia en nuestro país es una realidad pocas veces expresada en público, pero reconocida por cualquier actor jurídico con una mínima sensibilidad social. Si los tipos penales, desde el punto de vista de la Ciencia Penal, han de describir tan solo las agresiones más graves a los bienes jurídicos más importantes de la sociedad, cualquier observador imparcial podrá, comparando la simple lectura de nuestro Código Penal con los marcadores sociales de los detenidos que cada día pasan a disposición judicial en una ciudad como Madrid o con los de los internos en los centros penitenciarios de nuestro país, darse cuenta de que gran parte de nuestro sistema penal está específicamente construido para defender intereses de clase.

Según algunos conocidos juristas relacionados con los movimientos sociales, como Daniel Amelang, está concretándose en medidas específicas que más se corresponden con el Estado de Sitio constitucional

Mientras miles de jóvenes de las clases populares pueblan habitualmente los calabozos de las comisarías y las celdas de las cárceles por delitos contra la propiedad o relacionados con la venta y consumo de estupefacientes, los autores de los grandes latrocinios empresariales o los políticos corruptos del Régimen pocas veces ven la entrada en la cárcel como una posibilidad real y, cuando lo hacen, acceden fácilmente a todo tipo de beneficios penitenciarios asociados a su propia condición de clase. La protesta política antisistémica, por su parte, enfrenta una directa represión que se ha expresado en los últimos tiempos, por ejemplo, en condenas a raperos por apología de un terrorismo que no existe o en detenciones y procedimientos judiciales por intentar detener desahucios implementados por fondos buitres que obtuvieron concesiones ilegales de vivienda pública.

¿Todos remamos unidos?

Y lo mismo sucede en esta crisis, en la que “todos remamos unidos”, pero afamados fiscales afirman en Twitter que no están dispuestos a arriesgar su vida por “derechos de terceros”. Una crisis en la que grandes empresas de servicios no esenciales han seguido abiertas pese a órdenes expresas de cierre de la inspección de trabajo, sin que nadie las molestase, y en la que alargar en demasía el paseo del perro puede convertirse en génesis de una detención que la Ley de Seguridad Ciudadana no contempla como medida a tomar frente a una simple infracción administrativa.

Para el abogado Endika Zulueta, resulta preocupante “la transmisión de valores militaristas que afirman la autoridad sin posibilidad de crítica y la subordinación de los derechos y las garantías jurídicas a la unidad de mando”

Nos lo cuenta Endika Zulueta, un auténtico referente para las últimas generaciones de letrados comprometidos en el foro judicial capitalino. “En estos momentos es todo muy confuso”—nos dice— “y hay que saber que quien hace afirmaciones tajantes ahora mismo muy probablemente esté equivocado”. En todo caso a Endika le preocupa el tipo de valores que se quiere transmitir desde los poderes públicos en este momento, con una catarata continua de referencias castrenses en los medios de comunicación y loas a los uniformados que participan en las ruedas de prensa del gobierno. Esos valores militaristas que afirman la autoridad sin posibilidad de crítica y la subordinación de los derechos y las garantías jurídicas a la unidad de mando, le parecen muy peligrosos, porque pueden socializarse en exceso en la situación posterior al confinamiento. También le preocupa la emergencia omnipresente de la llamada “policía vecinal de balcón”, que pone de manifiesto las fallas culturales y educativas de la población entorno a lo que significa un marco de libertades civiles básicas.

Francisco García Cediel, otro referente de la abogacía más comprometida con el movimiento obrero combativo y letrado de Solidaridad Obrera, nos cuenta que se ha permitido estos días que la asistencia letrada al detenido se haga por teléfono, para tratar de evitar contagios entre los abogados. Cree que esto no garantiza el derecho de defensa. No es posible saber con certeza si una persona no está en condiciones de declarar en ese momento —por estar con el síndrome de abstinencia, por ejemplo—, y tampoco es fácil tener la preceptiva entrevista confidencial con el detenido antes de que este pase a disposición judicial. Hay que tener presente que los detenidos sí están físicamente en el calabozo, donde es difícil mantenerlos aislados para que no se contagien.

García Cediel considera que las medidas contra la libertad de circulación tomadas durante el Estado de Alarma son de dudosa constitucionalidad. La Constitución del Régimen no contempla dentro del Estado de Alarma una limitación absoluta de la libertad deambulatoria, sino sólo en sitios y horas concretas. Se están aplicando las medidas que permite el Estado de Sitio sin declararlo en las Cortes.

Todo esto, según García Cediel, “constituye un experimento bastante peligroso de control social, muy susceptible de una utilización perversa de los instrumentos que se le están dando al Estado, como la posible geolocalización de la población”. Además, se culpabiliza a la ciudadanía de la gravedad de la pandemia, que es producto del proceso de desmantelamiento de la sanidad pública en las últimas décadas, y a la que sólo se puede hacer frente mediante la defensa y refuerzo de los servicios públicos.

Todo esto, según García Cediel, “constituye un experimento bastante peligroso de control social, muy susceptible de una utilización perversa de los instrumentos que se le están dando al Estado, como la posible geolocalización de la población”

Antonio Segura, abogado de la red ActivaT muy vinculado a los movimientos sociales, nos indica, por el contrario, que “a lo mejor tendremos que plantearnos la extensión de determinados derechos individuales ante la necesidad de hacer valer los derechos colectivos, frente a la dinámica neoliberal”. Sobre todo, nos dice que lo cierto es que “tenemos un país donde el régimen de libertades ya estaba muy recortado antes de esto”.

Segura hace hincapié en otro aspecto que ha quedado oscurecido en el marco de esta crisis: “En las medidas que se han tomado se ha abandonado a la abogacía independiente y a la abogacía de clase”. Después de esto el panorama de la abogacía española se va a transformar radicalmente. Los pequeños despachos que suelen defender a los trabajadores, a los autónomos y a los movimientos sociales no van a sobrevivir a esta prueba sin ayuda. Serán sustituidos por los grandes despachos que siguen el modelo de la abogacía estadounidense, centrada en defender los intereses del gran capital. A los abogados no se les aplican muchas de las ayudas aprobadas, ya que muchos de ellos no pertenecen al régimen de autónomos de la Seguridad Social, sino a las Mutuas de los Colegios de Abogados. Las grandes multinacionales de la abogacía y las plataformas transnacionales de la gig economy legal pueden expulsar del mercado a los abogados independientes, que son los que defienden esa perspectiva idealista y comprometida que entiende el ejercicio de la abogacía como un servicio público y un asunto de justicia, como algo más que un negocio.

Por su parte, Erlantz Ibarrondo, abogado de Solidaridad Obrera, se muestra preocupado de que se mantenga sine die el Estado de Alarma y el común de la ciudadanía se acostumbre a ello

Erlantz Ibarrondo, abogado de Solidaridad Obrera, por su parte, se muestra preocupado de que se mantenga sine die el Estado de Alarma y el común de la ciudadanía se acostumbre a ello. La mayoría de los detenidos de estos días están llegando a acuerdos de conformidad con la fiscalía que implican tan sólo una multa. Pero eso no elimina el hecho de que, tal y como estamos viendo en muchos vídeos en las redes sociales, hay policías que se extralimitan, incluso llegando a golpear a personas a las que están identificando por una infracción administrativa, lo cual tiene encaje directo en el Código Penal, pero ninguna autoridad judicial hace nada. La preocupación principal del letrado es que esto sea un ensayo para el control posterior de las clases populares. ¿Quién vigilará a quien ahora nos vigila?

Así pues, nuestra justicia ha sido siempre una justicia de clase. Y lo sigue siendo durante el confinamiento. Hacer cheques en blanco al poder es siempre algo peligroso. Sobre todo, si algunas normas se cumplen imperativamente y otras son obviadas, según los intereses de clase que hay detrás de ellas. Los artículos que en el Código Penal castigan los atentados contra la seguridad e higiene en los centros de trabajo no son aplicados casi nunca, y nadie ha sido detenido por incumplirlos estos días, que sepamos. Pasear al perro, sin embargo, puede ser motivo de un desagradable enfrentamiento con las fuerzas del orden, en determinados barrios.

Además, el brutal efecto económico de esta pandemia puede acabar con gran parte de los profesionales independientes, los autónomos, las cooperativas y las pequeñas empresas más ligadas con los intereses de las clases populares. Los mercados, a la salida del confinamiento, pueden ser un enorme campo abierto para las transnacionales, los fondos de inversión, el gran capital, los grandes despachos internacionales de abogados. Miles de trabajadores y profesionales que, desde una cierta autonomía respecto a las cadenas de valor del gran capital, prestan servicios indispensables para la supervivencia obrera (como el servicio público de la Justicia) pueden ser empujados a la marginalidad con brutalidad por el avance del capital globalizado.

El brutal efecto económico de esta pandemia puede acabar con gran parte de los profesionales independientes, los autónomos, las cooperativas y las pequeñas empresas más ligadas con los intereses de las clases populares

Solo una alianza social de enorme amplitud puede salvar las libertades y garantizar la supervivencia de las clases populares en este momento y cuando salgamos del confinamiento. Una alianza de la clase trabajadora, pero también abierta otros sectores ajenos a la deriva autoritaria del gran capital transnacional. Superando las barreras sectarias y los límites del reformismo inane. Conquistando los corazones de la población, en lugar de pelear mezquinas batallas por los puestos al sol mediático y parlamentario.

Habrá que recordar lo que escribía el siempre profundo Goethe, en su obra maestra Fausto: “La acción lo es todo, la gloria nada”.

Coronavirus
Coronavirus y lucha de clases

La expansión de la pandemia del coronavirus, que ha provocado la declaración en nuestro país del Estado de Alarma, la intromisión más acusada en los derechos individuales de los ciudadanos desde la caída del franquismo, está mostrando, en su más palmaria brutalidad, las contradicciones sociales principales del capitalismo terminal. 

Coronavirus
Coronavirus y lucha de clases: los que no tienen qué comer

La crisis del coronavirus tiene un claro sesgo de clase. Después de analizar la situación de los trabajadores de Metro y las personas que trabajan en la limpieza de las calles, el autor repasa el día a día de las personas más precarias, aquellas que no tienen garantizado un plato de comida al finalizar el día.

Coronavirus
Coronavirus y lucha de clases: los trabajadores de Metro

Los Metros siguen abiertos en el marco de la brutal bifurcación histórica que significa la pandemia de covid19. Se está trabajando en el Metro. ¿En qué condiciones? 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

LGTBIAQ+
CARTA A VARIOS ORGANISMOS Colectivos piden que se investigue la acción organizada de policías y militares para defraudar la ley trans
La Federación Plataforma Trans y Euforia Familias Trans-Aliadas han enviado cartas a diferentes organismos por el supuesto cambio registral de sexo de 37 integrantes de Fuerzas y Cuerpo de Seguridad que podría ser fraudulento.
El Salto Radio
El Salto Radio La tribu judicial, una tribu patriarcal
Entrevistamos a la antropóloga Caterina Canyelles: con ella conversaremos sobre su libro Machismo y poder judicial
8 de marzo
8 DE MARZO Abogadas del 8M recuerdan las prohibiciones de 2021 y advierten: “Somos muchas y sabemos defendernos”
Hace tres años, la prohibición de todas las convocatorias feministas por motivos sanitarios, y pese a que la Comisión 8M propuso movilizaciones con medidas de seguridad, truncó las movilizaciones del 8 de marzo.
#55207
4/4/2020 4:45

Describir el mundo, hacer ver la realidad, es el primer paso (sobre todo ante tanta alienación), mucho más en una situación nueva e inexplorada, pero quedarnos en ello es muy insuficiente y baldío si nos limitamos sólo a ello. Sin embargo, es lo que suelen hacer casi todos. Más importante me parece que, una vez comprendida la situación, es aportar planes de acción alternativos y realistas para hacer efectivos nuestros intereses. Y de ellos andamos muy escasos. Habría que desarrollar lo que se dice en el último párrafo: lo que tendríamos que hacer, cómo hacerlo y crear las conexiones para hacerlo efectivo. El plantear de manera elaborada alternativas y criterios para implementarlas es dónde deberíamos estar, máxime si auguran tiempos como los que se anuncian.

1
0
Crisis climática
Crisis climática El maremoto ignorado: la temperatura de los océanos alcanza registros nunca vistos
Los mares del planeta llevan un año batiendo récords de temperatura. Las consecuencias de este fenómeno van desde un incremento de las anomalías meteorológicas a una desestabilización de las corrientes marinas y los patrones climáticos globales.
Crisis climática
Crowdfunding 350.000 euros por denunciar la inacción climática
Un total de 16 integrantes de Rebelión Científica se enfrentan a importantes multas por sus acciones no violentas para denunciar la inacción ante la crisis climática. Activistas medioambientales denuncian un “efecto dominó represivo” en toda Europa.
Música
Música “Stand by your man”: cómo el country posicionó el conservadurismo y la segunda ola feminista en Estados Unidos
A pesar de la imagen conservadora que tiene la música country, artistas como Tammy Wynette, Dolly Parton o Loreta Lynn cantaron y compusieron a finales de los años 60 sobre temas feministas.
Análisis
Genocidio Armas y recursos para los palestinos y sus aliados
Es imposible escuchar ninguna petición de ayuda material, militar y económica para la resistencia armada palestina, o para sus aliados regionales, por parte de la izquierda global.
Opinión
Opinión Hombre blanco busca negro no violento
'La próxima vez el fuego' supone una declaración de principios e intenciones, además de una denuncia del racismo de la sociedad norteamericana que a James Baldwin le tocó vivir, pero que abarca en sus propuestas, por igual, a blancos y negros.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Ayuntamiento del Partido Popular de Logroño desahucia a la PAH
Saltándose los protocolos, sin levantar acta ni expediente, el Gobierno del PP del Ayuntamiento de Logroño arrebata el local a la PAH de La Rioja y se lo concede irregularmente a la asociación de Familias Numerosas.
Palestina
Protesta Miles de personas denuncian el genocidio de Israel en Gaza en una manifestación en Donostia
La movilización tenía por lema 'Genocidio Stop' y la han convocado agentes de la cultura vasca, que la han acompañado con actuaciones musicales, bertsos, bailes o ilustraciones

Últimas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Formación El Salto
Formación El Salto Política por todos los medios: periodismo de análisis en la era de la aceleración
Entre el 10 y el 30 de abril, la Escuela de Periodismo Crítico de El Salto desarrolla un curso para aprender a leer y escribir la información política.
Más noticias
Análisis
Lobby bancario Sacrificar el euro digital para que nada cambie
Ante una adopción masiva del euro digital sin límites, los bancos dejarían de ser esenciales y verían disminuida su capacidad para seguir creando dinero.
Antitaurinos
Maltrato animal Un nuevo paso hacia la derogación de la tauromaquia
“El marco legislativo debe cambiar en base a una sociedad con mayor sensibilidad”, argumenta David Calvo, miembro de la Comisión Promotora de #NoEsMiCultura.
Antimilitarismo
Financiación de Israel Una sede del BBVA, “bañada en sangre” por los vínculos del banco con el genocidio palestino
Activistas de Alternativa Antimilitarista-Movimiento de Objeción de Conciencia rocían con pintura roja una sede del BBVA para denunciar el apoyo financiero de la entidad a las compañías que suministran armamento al ejército sionista.
Opinión
Opinión A las armas
Cualquiera que ame la guerra es un idiota. No importa si tienen barba de pasdaran islámico o pelo largo y revuelto de libertario parisino, los peores prorrumpen en enunciados altisonantes con tal de excitar los ánimos excitables.

Recomendadas

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial La Unión Europea abraza la ley del algoritmo más fuerte
La inteligencia artificial ya tiene quién la regule. El Parlamento Europeo ha aprobado una ley que no mitiga las preocupaciones por los efectos que puede tener el modelaje algoritmo sobre los derechos fundamentales.
Cómic
François Schuiten “Viví la desaparición de mi perro con tanta violencia que dibujé guiado por la intuición”
Ven la luz las dos últimas obras del autor de cómic belga François Schuiten: ‘Jim’, elegía por su perro fallecido, y ‘El regreso del capitán Nemo’, nueva entrega de la imaginativa serie que desarrolla desde 1983 junto al guionista Benoît Peeters.
Rojava
Pueblo kurdo Alina Sánchez o Legerin: huellas para quien busca
El 17 de marzo de 2018, la internacionalista argentina Alina Sánchez perdía la vida en Rojava.
Análisis
América Latina Bukele, sin contrapesos e internacionalizado
El presidente de El Salvador ha ganado peso como referente de la derecha radical hispanohablante. Su “método”, una combinación de represión, punitivismo y propaganda digital, ha calado en otras experiencias regionales e internacionales.