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El arte ha emergido como muestra de apoyo a Palestina, ante un genocidio que se ha cobrado la vida de más de 30.000 personas. Las calles alrededor del mundo se han convertido en lienzos decorados con los colores de la bandera palestina. También fue así en Rocafort, hasta el pasado 28 de mayo, cuando el mural que decoraba la pared del Paseo de la Acequia de Rocafort desde marzo, fue borrado por orden del ayuntamiento.
La obra, realizada por la ilustradora valenciana Galleta María en colaboración con otros artistas, mostraba mensajes como “Free Palestina”, “Cease Fire Now” y “We are all against the genocidal state of Israel”, denunciando el genocidio israelí y reclamando la libertad del pueblo palestino.
La eliminación del mural generó una ola de indignación entre el vecindario, artistas y colectivos sociales, quienes lo calificaron como un acto de censura y una violación a la libertad de expresión
La eliminación del mural generó una ola de indignación entre el vecindario, artistas y colectivos sociales, quienes lo calificaron como un acto de censura y una violación a la libertad de expresión. Diversas asociaciones vecinales y plataformas en defensa de la libertad de expresión se pronunciaron en contra de la decisión del ayuntamiento, a través de concentraciones de protesta en las que denunciaban a su vez la falta de transparencia en el proceso. Desde la Associació de Veïns Antonio Machado de Rocafort han lamentado que esta situación se produzca en plena democracia: “No se puede tolerar en un país democrático”.
El alcalde de Rocafort, Gorka Gómez (PP), defendió la decisión de eliminar la obra alegando que el mural no contaba con la autorización pertinente y que su contenido político podía generar divisiones entre la población. Un criterio que no ha aplicado a todo el mural, ya que únicamente se ha eliminado la parte en la que se condena el genocidio al pueblo palestino. Por su parte, la artista también difiere con el argumento del alcalde. “El ayuntamiento ha actuado sin recopilar de forma previa la información”, aclara la muralista refiriéndose a que la pared es propiedad del Instituto Valenciano de Servicios Sociales (IVASS) de la Generalitat Valenciana y no del Ayuntamiento.
No suficiente con ello, Gómez —quien gobierna en coalición con Vox— aseguró en el pleno municipal que no cesaría en la censura y que lo repetiría en cualquier otra obra “que contenga expresiones políticas, religiosas, sexuales, de Palestina, Afganistán o de gays”. Unas declaraciones que evidencian, según la artista “un acto de censura y de represión que responde a una política que quiere callar el discurso de solidaridad con Palestina”.
La sociedad civil responde
Talleres de amapolas, banderas palestinas y pancartas han sido la respuesta a la eliminación del mural y a las declaraciones del alcalde. El vecindario se concentró el pasado viernes 31 de mayo para colocar en el muro blanco que tapa el dibujo una pancarta decorada con mensajes de apoyo a Palestina en la que participó más de un centenar de personas. “Unas pinceladas de pintura blanca no nos van a callar, al contrario, ahora sí que nos van a oír”, manifestaba una de las personas concentradas.
Sin embargo, no cesa el empeño de retirar los mensajes de solidaridad con Palestina y el municipio ha amanecido esta mañana con el muro completamente blanco y sin rastro de los mensajes que rechazaban la anterior censura aplicada.
La autoría de estos hechos es todavía desconocida y desde el consistorio niegan ser los responsables de la retirada de la pancarta.
La banda de música propalestina
Pese a los intentos de evitar discursos políticos en espacios públicos, las muestras de rechazo han continuado. Durante la procesión del Corpus Christi el pasado domingo, algunos de los miembros de la Agrupación Musical de Rocafort, reivindicaban el rechazo a la decisión del alcalde, luciendo banderas de palestina en sus instrumentos. Asimismo, desde las asociaciones de vecinos aseguran que continuarán realizando acciones para mostrar su rechazo a estas situaciones y estudiarán tomar medidas legales.
Legitimación de la censura
El mural de Rocafort no es un caso aislado de censura de arte urbano. Más allá del caso concreto del municipio de l’Horta Nord, los ataques a la libertad de expresión se han producido en otras poblaciones donde se ha mostrado el rechazo al genocidio por parte de Israel. “Con el cambio de gobierno lo estamos viendo de forma más evidente”, explica la autora del mural.
De hecho, tampoco es la primera vez que la artista es censurada. Lo mismo ocurrió el pasado diciembre con el mural pintado en el barrio de Benimaclet, en el que ella misma participó. “Ya no es solo por mí, sino por todas las personas que se posicionan políticamente en la calle”, manifiesta Galleta María.
La censura ejercida por el alcalde de Rocafort ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad de expresión en un contexto de creciente legitimación de la represión de la ultraderecha. Episodios de imposición ideológica que se han dejado ver con mayor frecuencia en los últimos años en las ciudades españolas, donde la censura del arte urbano con contenido político o social choca con un derecho fundamental consagrado en la Constitución española y en los tratados internacionales de derechos humanos: la libertad de expresión.
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"Su contenido político podía generar divisiones entre la población". Vamos a ver: la política, y la democracia, existen precisamente porque siempre hay división en la población. La única forma de que no haya división en la población, es un régimen de terror (como el franquismo). Lo primero que debemos hacer, es aceptar la división, y después, tratarla de manera política y democrática. O eso, o la violencia. (Respuesta de la derecha: "la violencia").