El Lutero climático: Josep Piñol contra el mercado de emisiones evitadas

Con su proyecto 'Evitada' el artista tarraconense ha querido denunciar las trampas de los mercados voluntarios de carbono, esos que permiten a empresas contaminantes recibir créditos con solo anunciar que evitarán expulsar a la atmósfera gases de efecto invernadero.
Obra Evitada de Josep Piñol
Diseño virtual de 'Evitada', la obra del artista catalán Josep PIñol.

“La lucha contra el cambio climático es una obligación y una oportunidad de negocio”. Esta frase, pronunciada por Ignacio Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, en septiembre de 2018, pone de manifiesto un problema de proporciones civilizatorias. La urgencia de llevar a cabo una transición energética orientada a la reducción drástica de nuestras emisiones de C02 ha sido transformada en un simulacro de transición sumamente lucrativo. No me refiero a los macroparques de energía solar ni a los aerogeneradores, los cuales han secuestrado justa e injustamente el debate público, permitiendo que otros fenómenos pasen desapercibidos. Nos referimos a un fenómeno mucho más complejo, extraño y fraudulento. El mercado de créditos de carbono, donde las empresas multinacionales, los gobiernos o los particulares pueden comprar emisiones para compensar reales, o transformar en créditos de carbono las emisiones que no llegaron a generar.

Contra el silencio y la opacidad que le ha servido a este mercado para permanecer alejado del escrutinio público, el artista catalán llamado Josep Piñol –el Lutero climático– ha realizado una obra absurda, genial e irreverente: Evitada, presentada el sábado 4 de octubre en el Museu Habitat de Barcelona. Esta obra reproduce y desenmascara paso por paso la forma en que el Mercado Voluntario de Carbono (MVC) está siendo utilizado para convertir la crisis climática en un lucrativo mercado de indulgencias.

Durante la Edad Media, el mercado de indulgencias papales fue diseñado por la Iglesia Católica para vender o regalar perdones a quienes hubieran cometido pecados o estuvieran a punto de cometerlos. A los cruzados, por ejemplo, se les perdonaba de antemano los asesinatos que iban a cometer en el nombre de Dios contra los presuntos infieles. Este mercado moral movió ríos de monedas antes de que un fraile católico agustino llamado Martin Luder tuviese el coraje de clavar 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg en el año 1517. Estas 95 proposiciones cuestionaron la idea misma de que el perdón de Dios pudiese ser pagada con monedas de cobre. “Tan pronto suena la moneda que se echa en la caja”, escribió Lutero, “el alma sale volando.” La protesta generó un cisma en la Iglesia Católica que cambió la historia de Europa.

En el mundo contemporáneo, secular y ateo, el poco temor de Dios que nuestras almas atesoran ha obligado a las grandes mentes recaudatorias de nuestro tiempo a diseñar mercados de culpa y perdón alternativos. Uno de ellos, quizás el más parecido al mencionado, es el mercado de indulgencias climáticas (MVC), donde las “bulas climáticas” reciben el nombre de 'créditos de emisiones evitadas'.

Imaginemos que un empresario tiene los planos, los presupuestos y los avales para construir un gigantesco casino en medio del Amazonas. En el último momento decide que no va a construir ese casino y que, gracias a su ecológica decisión, le ha ahorrado al mundo diez mil toneladas de emisiones de CO2. Gracias al MVC esas emisiones evitadas pueden convertirse en emisiones negativas que compensen los excesos de un proyecto que sí se haya realizado. Así, bien lo saben, es posible ganar dinero tanto por las atrocidades que cometemos como por las atrocidades que no llegamos a cometer. ¿No es fantástico?

Una investigación reveló que más del 90 % de los créditos de compensación de carbono emitidos por Verra —la mayor certificadora del mundo— no representaban reducciones reales de emisiones

Este ejemplo ficticio encuentra su correlato en casos reales. En 2023, una investigación conjunta de el diario The Guardian, el semanario Die Zeit y la organización SourceMaterial, reveló que más del 90 % de los créditos de compensación de carbono emitidos por Verra —la mayor certificadora del mundo— no representaban reducciones reales de emisiones. Muchos de los proyectos supuestamente destinados a evitar la deforestación eran “hipotéticos”: se basaban en escenarios de tala que nunca habrían ocurrido, pero que, tras ser auditados en un mercado prácticamente desregulado, se convirtieron en activos financieros negociables.

Un mecanismo análogo opera en otros mercados de “compensaciones verdes”. Por ejemplo, mediante los créditos ZEV (Zero Emission Vehicle), los fabricantes de automóviles eléctricos pueden vender a otras empresas el valor de las emisiones que no producen. En 2024, Tesla, la compañía de Elon Musk, obtuvo unos ingresos récord de 2.690 millones de euros por la venta de derechos de emisión de carbono a fabricantes que no cumplían sus objetivos de descarbonización, una cifra que sostuvo buena parte de su rentabilidad. Es decir, lejos de impulsar una transición justa, estos mercados están permitiendo que un puñado de corporaciones del Norte Global —y, en muchos casos enemigas, declaradas de cualquier forma de transición justa— conviertan la crisis climática en una nueva fuente de beneficio con la que apuntalar su poder político y económico.

Josep Piñol
Piñol con los planos de su obra 'Evitada'. Foto Enric Virgili.

Y esto es exactamente lo que Josep Piñol, artista y exmonaguillo conocido por su célebre Virgen de las Morcillas, ha denunciado de una forma paradójicamente llamativa. En lugar de debatir punto por punto con la Iglesia del Capital Verde, santo patrón de la falsa Transición Ecológica, este Lutero climático ha decidido crear una obra de arte gigantesca para luego evitarla. En el proceso, Piñol ha logrado certificar todas y cada una de las emisiones que no ha generado al no llevar a término la gigantesca obra de arte que había planificado, avalado y presupuestado.

Como podemos ver en los planos de la obra, se trata de un bloque de cemento de veintiocho metros de altura, repleto de ataúdes y coronado con cien estatuas de ejecutivos de bronce conectadas a los ataúdes mediante tuberías de PVC. El proyecto evitado se ubica en Belém (Brasil), en la región del bajo Amazonas, donde la construcción de esta planta de captura de aire, diseñada para capturar CO2 y emitir oxígeno a la atmósfera, habría exigido deforestar el terreno para cementar. Algo que, por supuesto, Piñol le ha evitado al mundo.

¿Cómo logra un artista de un pequeño pueblo de Tarragona transformar su no-obra de arte en créditos de evitadas con valor de un millón seiscientos mil euros? Esta pregunta descubre la odisea recorrida por el artista hasta lograr que 'Evitada' se convirtiese en la primera obra de arte oficialmente evitada, y transformada en créditos de carbono equivalente, de la historia del arte.

El primer paso es la consultoría medioambiental: con los planos del proyecto, los materiales que se planean utilizar, la ubicación exacta del mismo y otros datos relevantes, la consultora realiza un análisis del ciclo de vida de la obra y calcula la huella de carbono potencial de su construcción. El siguiente paso es la certificadora. En este punto, el autor se encuentra con un problema significativo: como no existían certificadoras para no obras de arte, Piñol y colaboradores se vieron obligados a crear ad hoc el estándar para obras de arte mimetizando los métodos empleados por los estándares existentes.

Por último, llega el momento de llevar todos los documentos a una auditoría independiente. Esta es la encargada de verificar que la obra era viable, que los cálculos de la huella de carbono son correctos y que el constructor o artista renuncia a llevar a término el proyecto, lo cual permite transformar las emisiones evitadas en créditos.

La no ejecución de la obra supone la evitación de 57.765 toneladas de CO2 equivalente valoradas en 1.600.000 euros

El resultado final es un escueto papel que manifiesta, en primer lugar: “Su compromiso formal, voluntario e irrevocable de no proceder en ningún momento a la ejecución, reproducción o desarrollo de dicha obra”. En segundo lugar, que el análisis del Ciclo de Vida (ACV) de 'Evitada' fue realizado conforme al método ISO14040/14044 y verificada por la propia certificadora creada ad hoc, Art Carbon Avoidance, S.L.: “procediendo a la emisión de los correspondientes Cultural Degrowth Credits” (CDC).

Y en tercer y cuarto lugar, que la no ejecución de la obra supone la evitación de 57.765 toneladas de CO2 equivalente valoradas en 1.600.000 euros. Al final del documento, se declara: “la renuncia expresa e irrevocable a cualquier derecho de uso, transmisión o explotación sobre los CDC restantes”. Esto último aclara y declara en la materialidad mínima de la obra que el autor ha cancelado la posibilidad de lucrarse con la venta de estos créditos en los mercados de indulgencias.

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