El cambio climático afecta más a las mujeres a pesar de que contribuyen menos a provocarlo

Las mujeres son el 80% de los refugiados climáticos y las más perjudicadas por las temperaturas extremas y los desastres naturales. Los hombres emiten más gases contaminantes y comen más carne. Son solo algunos ejemplos de cómo el cambio climático tiene un impacto diferencial en mujeres y hombres. 


Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @pablorcebo.bsky.social, pablo.rivas@elsaltodiario.com

13 dic 2018 15:13

Las mujeres contribuyen menos que los hombres al cambio climático, pero son las más afectadas por sus efectos. Así lo afirman algunas de las organizaciones ecologistas más importantes del mundo, lo que implica la necesidad de “una acción climática feminista”, como señala el eurodiputado de Equo en el Grupo Los Verdes – Alianza Libre Europea (Verdes/ALE), Florent Marcellesi.

Marcellesi presentó este miércoles en la XXIV Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP24) que se está celebrando en Katowice (Polonia) un manual comunicativo sobre género y cambio climático que tiene como objetivo “promover una lucha contra el cambio climático con perspectiva de género”. La herramienta está editada por el grupo Verdes/ALE y cuenta con el apoyo de organizaciones como Greenpeace, cuya responsable de Cambio Climático en España, Tatiana Nuño, fue una de las ponentes de las presentación, junto a Linnéa Engström, europarlamentaria del Partido Verde Sueco.

El documento resalta que todas los aspectos del calentamiento global —las causas, los impactos y las políticas para combatirlo— tienen diferentes efectos en las mujeres y en los hombres. “Pese a tener una huella de carbono menor, las mujeres son el 80% de los refugiados climáticos y las más perjudicadas por las temperaturas extremas y los desastres naturales”, explicaba el eurodiputado en Katowice. “Tan solo podremos aprovechar las enormes oportunidades de limitar el cambio climático con una transición ecológica que sea justa y, por lo tanto, que incluya la perspectiva de género”.

“Es necesario activar una transición energética que nos permita cumplir el acuerdo climático de París y las mujeres deben estar en el centro de esta transición”, apuntaba por su parte Tatiana Nuño, quien remarcaba que la transición energética debe ser “ a su vez democrática, renovable, justa e inclusiva”.

Responsabilidad masculina

Uno de los datos claves es que, como señala Marcellesi, “la huella de carbono suele ser mayor en los hombres que en las mujeres”. Como se indica el manual, varios estudios dejan claro que los hombres usan el coche más a menudo y poseen vehículos más grandes y contaminantes. Además, los prejuicios de la masculinidad tradicional, apuntan, implican que “los hombres son considerados como principales proveedores y tienen la necesidad de un coche para realizar sus tareas”.

La alimentación también cuenta. “Los hombres tienden a consumir carne, carne roja y procesada en particular, más a menudo y en mayor cantidad que las mujeres”, señala el documento, lo que implica un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la alimentación y la producción cárnica. Los mismos prejuicios hacen que aquellos que opten por dietas vegetarias o veganas puedan ser ridiculizados. “Esto puede afectar particularmente a niños pequeños. Es un hecho que todos necesitamos cambiar hacia una dieta a base de plantas para vivir más amigablemente con el clima”, expone el documento.

Pobreza energética y poder

“La pobreza energética afecta más a las mujeres que a los hombres”, señala Marcellesi, “por eso es tan importante poner el género de forma transversal en la acción climática”. El grupo Verdes/ALE destaca que, como consecuencia de la importante brecha salarial entre hombre y mujeres, estas son el grupo más afectado por la pobreza energética y por los impactos climáticos del calentamiento global, como es el caso de inundaciones, olas de frío o de calor. “Eso lleva a que las mujeres sean más vulnerables como grupo ante los retos de adaptación al clima”, remarcan desde el grupo verde.

No es ningún secreto que el los puestos directivos están ocupados mayoritariamente por hombres. Según los datos del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, más del 80% de los puestos de responsabilidad en materia de cambio climático están ocupados por ellos. Lo mismo ocurre en el ámbito científico, del que salen los informes para las discusiones en los foros internacionales, o las compañías, donde el 95% de los integrantes de juntas directivas y el 86% de los senior managers son hombres.

“Las mujeres tienden a centrarse en temas diferentes a los hombres, algo probablemente debido a los prejuicios de género. Cuando las mujeres ocuparon el 50% del parlamento sueco en 1994, pudo verse un fuerte aumento en el interés tanto por la política infantil como por la violencia en las relaciones cercanas”, reza el documento. Por ello, según afirman desde el grupo verde, “ayudando a grupos minoritarios, en este caso mujeres, ayudamos a poner en el debate los problemas que deben resolverse en beneficio del conjunto de la sociedad”.

Asimismo, “el patriarcado es perjudicial para nuestro clima de la misma manera que las ideas dañinas”, denuncian. “La masculinidad, la dominación de la naturaleza y la explotación o la promesa de un crecimiento económico ilimitado perpetúa la degradación ambiental y el cambio climático”. Por ello abogan por deconstruir y transformar las masculinidades “para asegurar soluciones para asegurar soluciones para el cambio climático y desarrollar nuevas formas de resiliencia y adaptación al tiempo que coloca en el centro valores como la justicia, cuidado y solidaridad en el centro”. 

Acuerdo de París

A pesar de todo ello, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) apenas centró la variable de género hasta la COP18 de Doha en 2012, año en que se convirtió en una materia de primer orden para el organismo internacional. El preámbulo del Acuerdo de París insta a todos los países a “respetar, promover y considerar, entre otros, los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres al tomar medidas para abordar el cambio climático”. Sin embargo, esta introducción no es vinculante y desde el Grupo Verdes/Ale exigen que “el género debe desempeñar un papel más importante en estos acuerdos”. 

Linnéa Engström, por su parte, señaló durante la presentación: “Necesitamos una transición justa desde una economía basada en los combustibles fósiles a una economía verde basada en las energías renovables. Pero esto no será una transformación tecnológica que haga que todo siga igual, sino que una transformación económica y social que, entre otras cosas, debe empoderar a las mujeres”.

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