Bolivia enfrenta una de las elecciones más importantes de su historia

Los dos candidatos de derecha podrían barrer del poder a la izquierda del MAS después de casi 20 años.
Bolivia mar - 4
Miguel Egea Estatua de Eduardo Abaroa, héroe de la guerra del Pacífico, en la céntrica plaza de La Paz que lleva su nombre. Miguel Egea.

@cevaldiez

15 ago 2025 06:00

El 17 de agosto la ciudadanía boliviana va a las urnas en una de las elecciones más reñidas de su historia. Después de gobernar Bolivia durante casi dos décadas, el Movimiento al Socialismo (MAS) llega más dividido que nunca, con Evo Morales fuera de juego y con la derecha liderando las encuestas.

Este próximo domingo se espera que al menos siete millones de votantes acudan a las urnas para renovar presidente, vicepresidente, 36 senadores y 130 diputados, o para emitir un voto nulo. También se espera que ninguno de los candidatos alcance los votos necesarios para evitar una segunda vuelta, que sería el próximo 19 de octubre. Incluso están quienes van más allá con sus especulaciones y advierten que de darse una disputa entre los candidatos de derecha, Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga, estos podrían sellar un acuerdo para sortear esta segunda vuelta.

La posibilidad de una segunda vuelta

Las elecciones del 17 de agosto en Bolivia están predominantemente marcadas por las disputas dentro del MAS. Los candidatos que emergieron de las filas del MAS para las próximas elecciones son el ex ministro Del Castillo, que es el sucesor del actual presidente, Luis Arce; y Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado y considerado el sucesor político de Evo Morales. Eva Copa, la alcaldesa de El Alto, era la tercera representante, pero finalmente optó por bajarse de la candidatura. Con la declinación de Copa, la disputa por la presidencia de Bolivia será entre 8 candidatos hombres.

Los derechistas Doria Medina y Quiroga se disputan el primer lugar, con más de un 20% de las votaciones

Aunque todas las encuestas apuntan a una segunda vuelta entre los dos candidatos de derecha, el porcentaje más alto de todos los sondeos se lo lleva una franja de indecisos, voto nulo o voto oculto, que podría dar por tierra con todos los pronósticos. Tanto los derechistas Doria Medina (Unidad Nacional) como Quiroga (Libre) se disputan el primer lugar con más de un 20% de las votaciones, pero quienes aún no definieron su voto o no quieren decirlo rondan casi el 30%.

La precisión de los sondeos en Bolivia ha sido cuestionada en numerosas ocasiones, la más notoria fue durante las elecciones en las que ganó Luis Arce. Lo que se cuestiona es la metodología utilizada, ya que no llega a reflejar el voto de los sectores campesinos, justamente allí donde Evo Morales y el MAS son más fuertes.

Doria Medina, el candidato preferido

Samuel Doria Medina es un empresario y político de centroderecha, y Jorge “Tuto” Quiroga es quien completó el mandato del ex dictador (y luego presidente) Hugo Banzer, desde 2001 hasta 2002. Para Doria Medina es el cuarto intento por hacerse con la banda presidencial; y antes ejerció como ministro de Planificación y miembro de la Asamblea Constituyente.

La última fórmula que integró fue como candidato a vicepresidente —con Jeanine Añez como candidata a presidenta—, pero renunció antes de la votación. Hoy es el candidato mejor posicionado en las encuestas.

Ni Doria Medina ni Quiroga se presentan como una derecha dura, y ya han anunciado que mantendrán muchos de los planes sociales que provienen de los gobiernos del MAS

A Doria Medina se lo conoce como “el señor hamburguesa” dado que es el dueño de la franquicia de la cadena Burger King y, aunque no reniega de su pasado como funcionario público de la Izquierda Revolucionaria y es vicepresidente de la Internacional Socialista, su ideario se enmarca más cerca de la derecha. Pese a ello, ni Doria Medina ni Quiroga se presentan como una derecha dura, y ya han anunciado que mantendrán muchos de los planes sociales que provienen de los gobiernos del MAS. Sabedores de que sus votos provienen más de la derrota política de Evo Morales y los suyos, antes que de sus propias iniciativas, los candidatos han ajornado sus discursos y sus propuestas para que puedan tener impacto en un electorado al que lo caracteriza, sobre todo, un profundo desencanto.

Fragmentación del MAS

El actual presidente, Luis Arce, llegó a la cima del poder emplazado por Evo Morales en 2020, que forzó su candidatura desde Buenos Aires —donde se había refugiado tras el golpe que encabezó Jeanine Añez en 2019—, pese a las resistencias dentro de su propia fuerza. Pero a finales de 2021, la ruptura ya se mostró irreversible, y Arce utilizó todos los recursos de los que disponía para neutralizar a Morales, quien fue inhabilitado para competir en las elecciones de 2025 como candidato, y después se lo corrió del lugar de líder del MAS, el partido que viene gobernando Bolivia ininterrumpidamente desde 2006, a excepción del período del golpe.

Arce fue ministro de economía de Evo Morales durante 11 años, y todo indica que el dirigente cocalero —al elegirlo como su sucesor— desestimó sus capacidades para erigirse como líder y sus propias ambiciones de poder. La ruptura entre Evo Morales y Arce se inició hace años, pero se hizo más visible en 2024, hasta la ruptura definitiva de febrero de este año y la pérdida de control del partido en manos de sectores afines a Arce.

Evo Morales está inhabilitado porque está imputado por un supuesto delito de abuso de una menor en 2016. En 2019 fue investigado, pero no hubo resultados; y el caso fue reabierto a finales de 2024

Tras 20 años en el poder, la fragmentación del voto de izquierda podría no sólo valerle la derrota al MAS, sino dejar mejor posicionados a casi todos los candidatos de derecha. En los últimos días, los seguidores de Evo Morales llamaron a emitir un voto nulo, en protesta por la inhabilitación de su candidato y en la búsqueda de que este sea superior al del resto de los candidatos, como forma de exponer el carácter antidemocrático de los comicios. Evo Morales está inhabilitado porque está imputado por un supuesto delito de abuso de una menor en 2016. En 2019 fue investigado, pero no hubo resultados; y el caso fue reabierto a finales de 2024 en un pico de escalada del enfrentamiento entre Evo Morales y Luis Arce. Hoy la oposición lo utiliza como su principal bandera para atacar al líder cocalero.

Evo Morales sufrió el desgaste de los años de gobierno, pero también padece sus propias ambiciones de poder y su personalismo, que lo fueron cercando. Aunque se esperaba que Andrónico Rodríguez lograra su apoyo explícito y pudiera ser presentado como su sucesor, esto finalmente no sucedió. La ruptura entre Rodríguez y Morales se tornó definitiva cuando el senador decidió postularse, pese a que el ex presidente insistía para que no lo hiciera.

Así las cosas, y en un nuevo capítulo de la interna que divide al MAS, el pasado domingo Evo Morales sostuvo en su programa de radio que Arce planea fugarse a Venezuela ante una eventual derrota del MAS en las elecciones: “Todos comentan en Bolivia, en la Casa Grande del Pueblo, como también en Venezuela, que ha ido a preparar la fuga de Lucho (Arce) y su familia y algunos corruptos. Eso comentan, debe estar preparando su fuga”. Sea como sea, la grieta en el MAS no hace más que ahondar día tras día, en medio de una crisis económica cada vez más profunda.

Una crisis económica marcada por la inflación

Bolivia atraviesa una profunda crisis económica en la que la inflación acumulada durante el primer semestre alcanzó el 15,53%, el doble de lo previsto por el Gobierno para todo el año y la más alta en casi dos décadas, lo que la sitúa entre los países con mayor inflación del continente. Las largas colas para cargar combustible son una postal diaria en las calles del país, con el más que previsible impacto en el transporte y la vida cotidiana. La inflación, tal y como también sucede en otros países de América Latina es, en estos momentos, la principal preocupación de la ciudadanía.

La posibilidad de que Bolivia sea gobernada por un personaje al estilo Milei o Bukele, es prácticamente nula. Tampoco que pueda ser aplicada una política de shock o de devaluación inmediata

Además de las colas para el biodiesel, estos días en las calles de La Paz abundan pintadas que señalan a Evo como pedófilo, algo señalado desde la oposición de derecha como desde los feminismos. De todas maneras, se sabe que el núcleo duro de Evo no está en las grandes ciudades, sino que proviene de los campesinos, los indígenas y el sindicalismo.

Pese a todo, para muchos, la posibilidad de que Bolivia sea gobernada por un personaje al estilo Milei o Bukele, es prácticamente nula. Tampoco que pueda ser aplicada una política de shock o de devaluación inmediata como la de Milei en Argentina, aunque sí se prevé un un fuerte ajuste. Incluso si gana Andrónico Rodríguez, quien ya anunció que lo hará de forma gradual.

Bolivia
Jorge Viaña: “En Bolivia no van a funcionar personajes tipo Milei o Bukele”
Economista, docente y escritor, Viaña reflexiona sobre la situación de Bolivia ante las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo 18 de agosto.
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