Bolivia
Nila Heredia: “Evo tiene un entorno tóxico que lo ha llevado a creerse indispensable”

@cevaldiez
Nila Heredia (1943) es una histórica militante de izquierda boliviana que formó parte —como ministra de Salud— de los dos primeros Gobiernos de Evo Morales. Heredia empezó su activismo de la mano del Che Guevara, fue perseguida en los años de la dictadura y quien fuera su compañero de entonces, el argentino Luis Stamponi, está desaparecido, víctima del Plan Cóndor, que estableció acciones coordinadas entre las dictaduras del Cono Sur.
Heredia presidió la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASOFAMD) y la Comisión de la Verdad de Bolivia, pero lamenta la falta de juicios. Tras años comprometida con la vida política boliviana, analiza la actual situación de cara a las elecciones presidenciales del 17 de agosto, marcadas por las disputas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS). Fundamentalmente, entre el fundador del partido, Evo Morales —inhabilitado para participar—, y su sucesor y exministro de Economía, el actual presidente Luis Arce, que tampoco se presentará como candidato. De momento, los candidatos que emergieron de las filas del MAS para las próximas elecciones son el ex ministro Del Castillo, que postula por ese partido y es el sucesor de Arce; Eva Copa, la alcaldesa de El Alto; y Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado y considerado el sucesor político de Evo Morales.
¿Cómo fue tu experiencia como miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PRT) de Bolivia?
El ELN de Bolivia lo formó el Che después del primer enfrentamiento que fue el 23 de marzo del 67, y continuamos como tal hasta el año 74, pero en el 71, con la dictadura de [Hugo] Banzer, fuimos muy perseguidos y yo fui una de las que logró salir del país. Entre el 64 y el 82 se sucedieron una serie de Gobiernos militares y en el 74 se formó la Junta de Coordinación Revolucionaria que estaba constituida por el PRT de Argentina, los Tupamaros de Uruguay, el MIR chileno y el ELN boliviano; ese año hicimos un análisis político y decidimos formar el PRT de Bolivia, pero sin dejar de ser el ELN. Formamos el partido porque veíamos que era necesario dado el contexto político, y la enorme represión.
Usted presidió la ASOFAMD, y la Comisión de la Verdad de Bolivia que investigó los crímenes registrados durante las dictaduras. ¿Qué balance hace de esas experiencias?
En el año 82, cuando terminó la última dictadura, a menos de un mes de asumir, el presidente Siles Suazo ordenó la constitución de un comité de investigación sobre los desaparecidos, que fue la primera comisión a nivel latinoamericano que trabajó el tema de la desaparición forzada. En el año 81 ya se había formado la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos Desaparecidos, así que la experiencia boliviana fue muy importante. Yo presidí tanto la asociación como la federación, y durante todo ese tiempo peleamos para que las Naciones Unidas reconozcan la figura de la desaparición forzada como un crimen de lesa humanidad. También investigamos los asesinatos y los hechos de la dictadura. Lastimosamente, a nivel boliviano, se dieron búsquedas de compañeros desaparecidos, pero no hubo juicios a los responsables. Excepto el de [el ex presidente de facto Luis] García Meza, pero que se lo enjuició por el crimen de los compañeros de la calle Harrington, no por las desapariciones y los asesinatos.
En el golpe de 2019 logramos poner a resguardo todo el material de la Comisión de la Verdad y esperamos que se publique algo, pero ni el gobierno de Evo ni el actual han avanzado con los juicios
¿Y la Comisión por la Verdad?
Recién en 2017, después de 40 años, el Gobierno de Evo Morales formó esa comisión. Terminamos nuestra tarea en dos años, un período de tiempo muy corto y con un presupuesto muy pequeño, porque había muchísimo que investigar y entregamos el informe en diciembre de 2019, justo un mes después del golpe que fue en noviembre de ese mismo año, así que estuvimos con miedo de que asaltaran los archivos y dieran por tierra con todo lo avanzado. Sin embargo, logramos hacer la entrega formal, poner a resguardo todo el material y esperamos que se publique algo, pero lastimosamente ni el gobierno de Evo, ni el actual, han avanzado con los juicios.
Leí unas declaraciones suyas en las que señalaba que el proceso político del MAS en el Gobierno se fue burocratizando, y que el socialismo comunitario quedó estancado en otro nacionalista popular con tinte antineoliberal.
Sí, la lógica [a principios de los 2000] era de lucha contra el neoliberalismo. Fue un periodo de una precarización laboral muy grande y con un gran aumento de la pobreza, y hubo una reacción muy importante contra el neoliberalismo en la región. En el caso boliviano, a eso se le suman las características de nuestra población, donde hay una gran masa de población indígena y campesina totalmente excluida desde una lógica racista. En 2006, cuando ganó Evo, se da un proceso político con base en un movimiento obrero bastante debilitado. El proceso político tuvo un auge importante en el 2000 con la guerra del agua, y con la cúspide del conflicto en 2003, tanto es así que las huelgas y los bloqueos obligaron al Gobierno a sentarse a discutir, por primera vez, en una mesa con campesinos y aymaras. Entonces, en 2003 se suma todo ese malestar, pero prevalece, sobre todo, una lógica antineoliberal, y no anticapitalista.
Evo hizo un buen gobierno los primeros años. En esa época hubo un incremento de ingresos porque se modificó la relación con los sectores del gas y el petróleo. Pero no se tocó la base sustantiva
¿Qué opinión le merece la disputa entre Evo Morales y el presidente Luis Arce?
Pienso que es el arrastre de esa lógica que mencioné antes. Reconozco que Evo hizo un buen gobierno los primeros años, pero no se tocó la base sustantiva. Es decir, en esa época hubo un incremento de ingresos porque se modificó la relación con algunos sectores empresariales, sobre todo los del gas y el petróleo, pero hubo un favoritismo muy grande con la empresa agroindustrial del Oriente [bloque compuesto por los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz].
El Oriente estaba absolutamente en contra, pero las concesiones del Gobierno hacia ese sector fueron muy importantes, de tal manera que fueron de los que más ganaron. Este no es un problema de ahora, sino que viene de atrás ya que no solo tienen un tratamiento muy favorable, sino que no han hecho mayores aportes a la economía nacional, es decir, se ha protegido muchísimo a la empresa privada. También es cierto que se mantienen varias de las herramientas de beneficios sociales como los bonos a la educación, y eso ha logrado disminuir mucho la deserción escolar y que los estudiantes lleguen a la universidad, y que se ha sacado de la pobreza a una cantidad de gente importante. Sin embargo, no hubo una política agrícola para los sectores del valle y del altiplano, y son ellos los que han sostenido, y sostienen, el proceso político.
En ese contexto, ¿cómo ve la postura de Evo?
Creo que Evo tiene un entorno muy tóxico, que lo ha llevado a suponerse indispensable. Entonces, su actitud en contra de Arce, siendo una persona que puso él mismo sabiendo cómo era Arce, no se entiende. Arce es un técnico, y lo puso pensando que le iba a responder como cuando había sido su ministro, pero la misma población, y la oposición, le exigieron a Arce que tuviera su propia identidad, lo cual era lógico. Entonces, cuando Arce toma distancia, se produce el enfrentamiento. Yo sostengo que siempre ha habido quintacolumnistas, es decir, gente que está en el entorno de Evo y cuya función es debilitarlo desde dentro. Si bien todos reconocen la capacidad de liderazgo de Evo, al mismo tiempo reconocen que ha bloqueado la gestión de Arce y se ha encargado de decir que es neoliberal, cosa con la que no estoy de acuerdo. No es un revolucionario, pero tampoco está del lado de la oposición.
¿Y Andrónico Rodríguez [uno de los candidatos que surgen del bloque del MAS]?
Andrónico me parece que tiene una base importante desde el punto de vista político, pero no lo vemos lo suficientemente fuerte como para salir a dar la disputa. Andrónico proviene de sectores campesinos, y tiene formación, pero hasta ahora no ha mostrado un discurso, o una fuerza, que le permita distanciarse de Evo, y al mismo tiempo tener una postura que sea afín a la línea del MAS. Así y todo, es la figura más fuerte que tiene la izquierda de cara a las elecciones.
Las encuestas que ponen en primer lugar a [el ex presidente Tuto] Quiroga, que es la ultraderecha, y a Doria Medina, que es una derecha que aparece como menos extrema, están manipuladas
¿Cómo describiría la situación actual de cara a las elecciones del 17 de agosto?
Yo veo una derecha muy confundida y dispersa, que tiene como siete de diez candidatos, y los siete lo que están haciendo es utilizar muchísimo los medios para promocionarse. Inclusive, las encuestas que ponen en primer lugar a [el ex presidente Tuto] Quiroga, que es la ultraderecha, y a Doria Medina, que es una derecha que aparece como menos extrema, están manipuladas. Acá la gente se cuida de decir por quién va a votar, o se decide a último momento, pero yo creo que, sobre todo, van a elegir entre Andrónico y Del Castillo [el candidato del actual presidente, Luis Arce].
¿No ve un triunfo de la derecha?
Siempre puede haberlo, porque finalmente pueden unirse, pero ahorita están todos medio peleados. Yo creo que puede haber una segunda vuelta, y espero que los guiños que pueda dar Evo no vayan en favor de un voto hacia la derecha, o de una abstención, sino que la gente vaya a votar.
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