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Argentina
Massa gana la primera vuelta y se enfrentará a Milei en la segunda
La elección de Argentina de ayer se vivió con la misma intensidad que el Mundial de fútbol. La incertidumbre era total, y los resultados, tal y como sucedió con las PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) del 13 de agosto pasado, volvieron a sorprender. El candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, obtuvo un 36,6% de los votos, y le sacó una gran ventaja al ultraliberal Javier Milei (30%), con quien se enfrentará en una segunda vuelta el próximo 19 de noviembre. La candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quedó en un tercer lugar con el 23,8% de los votos. Con una participación del 77,67% del padrón electoral, más de 25 millones de personas concurrieron a las urnas.
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Elecciones en Argentina Quién es quién en el mapa electoral argentino
¿Juntos?
Lo de Bullrich no sorprendió, era prácticamente cantado que era quien más tenía que perder en la polarización del voto entre Milei y Massa. Su desempeño durante toda la campaña fue de flojo a malo, y ni siquiera contó con el apoyo de uno de los máximos dirigentes de su partido, Mauricio Macri, que tuvo señales más claras de apoyo hacia Milei que hacia su propia candidata.
La derrota de Juntos por el Cambio seguramente provocará una reestructuración profunda de la fuerza, y un cambio de piezas
La derrota de Juntos por el Cambio seguramente provocará una reestructuración profunda de la fuerza, y un cambio de piezas. Por ahora la fuerza sobrevive en su bastión desde hace 16 años, la ciudad de Buenos Aires. Jorge Macri, primo de Mauricio, obtuvo el 49,6% de los votos, y deberá enfrentar en una segunda vuelta al candidato de Unión por la Patria, Leandro Santoro, que obtuvo un 32%. Ramiro Marra, el candidato de Milei, quedó en un tercer lugar con el 14%.
No está claro el destino que tendrán los votos de Bullrich de cara a la segunda vuelta. Bullrich y Milei tuvieron un enfrentamiento explícito, y a ratos muy personal, que habrá que ver cómo se salda. En sus discursos tras conocer los resultados, ambos hicieron hincapié en la necesidad de acabar con el kirchnerismo. Bullrich lo hizo obsesivamente durante toda la campaña, pero Milei, que venía focalizando en la casta (la clase política) y sus privilegios, ayer también hizo eje en terminar con el kirchnerismo.
Con los resultados a la vista, parece poco probable que este tono confrontativo pueda serle beneficioso. Por su lado, Massa, en su discurso, llamó a la calma, a la reflexión, y a la unidad nacional. En este sentido, habló de acuerdos y de alianzas con distintas fuerzas políticas (“de distintas ideologías”), se diferenció de quienes abrazan la libre portación de armas, la apertura indiscriminada de los mercados y defendió la industria nacional y la explotación de recursos naturales con valor agregado. También se refirió a sí mismo como el nuevo presidente.
Perón, Perón…
El peronismo no solo mostró su capacidad de recuperación, sino que dio vuelta al partido con unos resultados más que contundentes. Aunque, de acuerdo a la mayor parte de los sondeos, se especulaba con un escenario de segunda vuelta entre Milei y Massa, todo hacía prever que el primer lugar sería de Milei y no de Massa. Pero la ultraderecha de Milei no solo no ganó votos entre las PASO de agosto y ahora, sino que los perdió en 18 de 24 jurisdicciones (todas las provincias y la ciudad de Buenos Aires).
La Libertad Avanza obtuvo menos porcentaje de votos que en las PASO, y la caída es paradójicamente más pronunciada en las provincias donde mejor le había ido: Salta, San Luis y Chubut (donde había superado el 40%). En cambio, Unión por la Patria mejoró su porcentaje de votos respecto de las PASO en 22 de 24 jurisdicciones electorales.
Axel Kicillof obtuvo el 45% de los votos e hizo una elección histórica en el distrito que concentra el 37% del padrón electoral y representa el principal reducto kirchnerista
Pero si hay alguien que ya puede celebrar —entre otras cosas porque en la provincia de Buenos Aires no hay segunda vuelta— es el gobernador reelecto Axel Kicillof. El candidato peronista obtuvo el 45% de los votos e hizo una elección histórica en el distrito que concentra el 37% del padrón electoral y representa el principal reducto kirchnerista.
Pese a que habrá que esperar a que pasen los días para analizar detalladamente los resultados, y la composición del voto, es muy probable que el voto útil a Sergio Massa —producto de la amenaza del avance de la ultraderecha—, haya hecho mella en el electorado.
Derrape
Milei y su partido tuvieron probablemente la peor última semana de campaña. Si bien, luego de las PASO —con mucho coucheo de por medio— Milei había logrado mostrarse más moderado —y bastante lejos del personaje cargado de exabruptos y polémicas con las que se hizo famoso en las redes sociales y los medios de comunicación—, estos últimos días tanto él como varios integrantes de su fuerza derraparon con ganas.
En la misma semana, la candidata a diputada Lilia Lemoine anunció un proyecto de ley “de renuncia de la paternidad” que les permitiría a los hombres decidir si quieren, o no, hacerse cargo económicamente de sus hijos; y Alberto Benegas Lynch, mentor ideológico de Milei, habló de romper relaciones diplomáticas con el Vaticano y de privatizar el mar. Por lo demás, Milei hizo un cierre de campaña en un estadio con un despliegue y una performance digno de un rock star poseído, y en todo su esplendor.
Hace unos pocos días, el ultraderechista también planteó un escenario de desestabilización económica al proponer retirar plazos fijos en pesos de los bancos, y agitó un escenario de hiperinflación, que provocó una corrida cambiaria e hizo que el valor del dólar se disparara. El ambiente de incertidumbre y preocupación respecto al comportamiento de los mercados con los resultados de las elecciones era tal que el sábado, en las horas previas a la elección, mucha gente hizo largas colas en tiendas de electrodomésticos previendo fuertes subas de los precios como las que se sucedieron luego de las PASO. Aunque Massa aseguró que no existía una chance de devaluación como la ocurrida en la post PASO, en un escenario de tanta volatilidad, nadie parece estar seguro de nada, y las promesas de Milei de hacer volar todo por los aires, dinamitar el Banco Central y dolarizar la economía tampoco colaboran. Resulta difícil predecir el daño que este tipo de comportamientos pueden tener en el electorado, pero está claro que los ultraderechistas jugaron envalentonados por los resultados de las PASO y eso no los benefició.
Massa
De todas maneras, lo de Massa suena más como la consecuencia de la amenaza y el miedo que despierta Milei entre amplios sectores de la población que del entusiasmo que despierta la propuesta del candidato oficialista; y que la alegría demostrada por su triunfo responde más a la tranquilidad de saberse a salvo (al menos por un rato) de Milei que a las esperanzas depositadas en su figura. Aun así, no se puede perder de vista que Massa es un jugador de toda la cancha (valga la metáfora futbolera), y que, aunque tomó medidas urgentes y desesperadas de último momento, fue el más propositivo, de los tres candidatos que contaban con chances de ganar, a lo largo de toda la campaña.
Lo de Massa suena más como la consecuencia de la amenaza y el miedo que despierta Milei que del entusiasmo que despierta la propuesta del candidato oficialista
Le jugaba en contra haber formado parte de esta (fracasada) gestión de gobierno (y ser el ministro de Economía), pero a su favor, el poder tomar algunas decisiones de impacto inmediato como la quita del IVA a los productos de la canasta básica, y los operativos en las cuevas de venta de dólares ilegales que le permitieron planchar el valor de esta moneda, algo que en una economía bimonetaria como la argentina permite tener un mayor control sobre los precios de casi todas las cosas.
Argentina
Elecciones en Argentina El “voto útil” intenta frenar el avance de la ultraderecha en las elecciones de Argentina
Probablemente, también le juegue a favor cierta garantía de gobernabilidad y de institucionalidad, aunque todavía resta jugar la mitad del partido en lo que queda de aquí al 19 de noviembre. Esta primera vuelta se vivió casi como una victoria, la micro militancia —convencer uno por uno—, el voto de las mujeres que votan menos a Milei que los varones y el miedo a perder los acuerdos más básicos post dictadura, hicieron lo suyo. Estaban (y están) en juego políticas históricas, y muy preciadas por amplios sectores de la población argentina, como la salud y la educación públicas y gratuitas, o las políticas de derechos humanos. Entre los acuerdos más básicos que se pusieron en cuestionamiento de las PASO hasta aquí, como nunca antes en el período postdictadura, están el terrorismo de Estado y los 30.000 desaparecidos, un consenso que hasta ahora parecía intocable.
Pero por más tranquilizador que resulten los resultados, este cimbronazo vino a decir que no se puede dar nada por sentado y que hay muchas cuestiones que no pueden ser pasadas por alto. Entre ellas, y de las más importantes, es que no se puede gobernar solo en base a derechos sociales. Otra cosa que deja en claro este proceso eleccionario de Argentina es que la realidad no puede seguir siendo medida con la misma lógica, y las mismas variables, de otras épocas; y que este resultado tampoco puede ser visto como una victoria definitiva. Cualquiera que se deje llevar por un exceso de entusiasmo, o que peque de triunfalista, tiene todas las de perder. El electorado viene dando señales claras de que no quiere lo mismo de siempre, y de que el hartazgo es total, y que eso es lo único definitivo. Nadie tiene garantías de gobernabilidad con una crisis económica como la que se vive, pero, así y todo, tampoco se está para cualquier clase de experimentos.
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Este resultado, es bastante esperanzador. Eso sí, para vencer a la fuerza ultraliberal de Milei y las élites es necesario un viraje a la izquierda de Massa. Ya no vale quedarse con los servicios básicos que tenemos, eso significa defender el status quo capitalista. La izquierda tiene que hacer políticas redistributivas serías, como reforma fiscal, agraria, laboral y nacionalizaciónes que desarrollen la industria pública y acaben con la acumulació. privada.
El primer paso debe de ser el de lograr una alianza con el Frente de Izquierdas, la única opción anticapitalista.