We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
La situación política en Argentina ha tomado un giro inesperado en los últimos días, luego de que un hombre atacara a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Todo ocurrió cuando CFK regresaba a su casa del barrio porteño de La Recoleta, donde desde hace varios días se concentraba una multitud de simpatizantes para demostrar su apoyo a la dirigencia peronista, luego de que el fiscal federal Diego Luciani pidiera para ella 12 años de prisión en el marco de una causa de corrupción que el oficialismo denunció como parte de la persecución política denominada lawfare. En la noche del 1 de septiembre, poco antes de las 21h y en medio del tumulto de seguidores se encontraban reunidos en la puerta del domicilio de CFK, Fernando André Sabag Montiel sacó un arma de fuego, apuntó y apretó el gatillo dos veces a pocos centímetros de la cara de la vicepresidenta argentina.
Los leones del Congreso
Magnicidio: teoría de Sabag
Sin embargo, ningún disparo salió de la pistola Bersa Thunder 32 de fabricación argentina que contenía cinco proyectiles en su cargador, según señalaron desde el Ministerio de Seguridad de la Nación. La vida de CFK hubiera tenido otra suerte si el arma hubiera tenido algún proyectil en su recamara. La Justicia Federal deberá determinar, entre otros puntos, las razones por las cuales los disparos no salieron. Los primeros datos sobre el agresor dieron cuenta de que Fernando André Sabag Montiel de 35 años nació en Brasil pero vivió casi toda su vida en la Argentina. El 17 de marzo de 2021 había sido detenido por la policía por circular en un coche sin matrícula y portar un arma blanca. En su cuerpo se identificaron tatuajes con simbología neonazi.
El intento de magnicidio se enmarca en un clima de creciente avance de los discursos estigmatizantes y reaccionarios hacia referentes del gobierno pero también hacia los movimientos sociales, sindicales y la izquierda
Las conmocionantes imágenes que fueron captadas por las cámaras de los principales medios de comunicación y móviles particulares, reproducidas una y otra vez por todos los canales de TV y que inundaron las redes sociales, parecieron impactar hasta en la percepción misma del tiempo. Un tiempo que pareció detenerse en ese instante de lo que pudo haber sido y no fue, de un magnicidio que hubiera tenido consecuencias políticas inimaginables en un país que ya arrastra una larga crisis y permanece asolado por una pesada deuda con el Fondo Monetario Internacional.
En momentos en que escribimos esta crónica periodística los acontecimientos van cambiando momento a momento. Buenos Aires y las principales ciudades fueron escenario de masivas movilizaciones en repudio al atentado fallido. En la misma noche del ataque el presidente de la Nación, Alberto Fernández, envió un mensaje en cadena nacional para repudiar el hecho y decretó el viernes 2 de septiembre como día feriado en todo el territorio nacional. Minutos antes, la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA Autónoma y CTA de los Argentinos) habían convocado a un parto nacional y se declararon en estado de alerta permanente. Los repudios al atentado inmediatamente se expresaron entre los líderes regionales como Lula, Evo Morales, José Pepe Mujica y Rafael Correa, entre otros.
Argentina
Intento de magnicidio Argentina: crisis económica y confrontación política
A nivel local, referentes políticos tanto del oficialismo como de la oposición condenaron el hecho. En la coalición derechista Juntos por el Cambio (JxC) hubo repudios que incluyeron al ex presidente Mauricio Macri y al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Además, el bloque de diputados del partido macrista PRO emitió un comunicado con el mismo objetivo. No obstante, en la derecha hubo algunas voces disonantes como la de la ex ministra de Seguridad macrista, Patricia Bullrich, quien no repudió el atentado. Una actitud similar mantuvo el ultraderechista del partido Avanza Libertad, Javier Milei, quien luego de dos días de silencio, ensayo una especie de rechazo al ataque aunque a renglón seguido lo calificó como un hecho delictivo más.
No es casual que Sabag Montiel [la persona que intentó matar a CFK] haya aparecido en un programa de televisión con un discurso de ataque a las movilizaciones y a las organizaciones de desocupados
Sin embargo, el clima de la unidad nacional alrededor del rechazo al atentado de las primeras horas no fue suficiente para borrar la polarización política que vive el país. Durante el fin de semana, en una sesión especial en la cámara de Diputados se aprobó por mayoría un texto que expresó “su enérgico repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta y dos veces presidenta de la Nación Doctora Cristina Fernández de Kirchner” y además exhortó “a la dirigencia toda y a la población a buscar todos los caminos que conduzcan a la paz social." Por su parte, los cuatro diputados del trotskista Frente de Izquierda (FIT-U), que habían repudiado el atentado desde un primer momento, se abstuvieron de la votación en desacuerdo con las alusiones a la “paz social” del proyecto consensuado y presentaron uno propio donde señalan que “no es casual que, de acuerdo a la información pública, la persona que quiso cometer el crimen haya sido parte de la campaña para estigmatizar y criminalizar las luchas populares y al movimiento piquetero como parte de una campaña mediática que incluyó a la extrema derecha de Milei —quien hizo un notable silencio frente a este atentado—, a Juntos por el Cambio y al propio oficialismo. El texto agrega “el repudio total a este atentado reaccionario no implica ningún apoyo político a un gobierno que está llevando a cabo un profundo ajuste contra el pueblo trabajador bajo el mandato del Fondo Monetario Internacional”. En este sentido la izquierda rechazó “los llamados a la ‘unidad’ y a la ‘concordia’ con las cámaras empresariales que promueven el ajuste y la pulverización de los salarios, y con los partidos políticos del ajuste”.
El intento de magnicidio contra CFK se enmarca en un clima de creciente avance de los discursos estigmatizantes y reaccionarios hacia referentes del gobierno pero también hacia los movimientos sociales, sindicales y la izquierda. No es casual que Sabag Montiel haya aparecido en un programa de televisión con un discurso de ataque a las movilizaciones y a las organizaciones de desocupados. El pasado 28 de julio, Sabag Montiel fue abordado en la calle por un reportero y dio su opinión negativa sobre la designación de Sergio Massa como ministro de Economía. El salto cualitativo de la situación estuvo marcado por el salto de la violencia verbal a la acción.
La investigación y el fantasma de la impunidad
En las últimas horas la jueza federal a cargo de la investigación, María Eugenia Capuchetti, decretó el secreto de sumario. La hipótesis que maneja la magistrada es que el único imputado en la causa no actuó solo y por eso ordenó la detención de su novia, Brenda Uriarte de 23 años. Capuchetti cree que la mujer pudo haber acompañado a Sabag Montiel durante gran parte del trayecto en la noche del atentado e incluso no descarta que haya estado en el lugar del hecho en las cercanías de la casa de CFK. En los primeros pasos la investigación ya se topa con importantes dificultades, luego de que se supiera que una importante prueba de la causa está en peligro. El móvil del atacante fue reseteado cuando efectivos de la Policía Federal intentaron supuestamente extraer información. El aparato telefónico, por orden de la jueza, pasó a posteriormente a manos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Un perito de esta fuerza explicó que el bloqueo del móvil se produjo por una conexión física del aparato, descartando así la hipótesis de un hackeo remoto.
El fantasma de la impunidad asoma a menos de una semana del atentado en un país donde abundan antecedentes de la historia reciente con crímenes políticos completamente irresueltos
El teléfono de Sabag Montiel es una prueba fundamental porque puede aportar mucha información sobre cuáles eran sus vinculaciones o si tenía nexos con grupos políticos decididos a atacar a la vicepresidenta. En tanto, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó que le ofreció su renuncia al presidente Alberto Fernández y sostuvo que, pese a lo ocurrido, “los protocolos se han cumplido” por parte de la Policía Federal durante el operativo de custodia a la vicepresidenta en el día de los hechos. También ratificó que esa fuerza no manipuló el teléfono móvil del acusado, sino que lo entregó al juzgado.
El fantasma de la impunidad asoma a menos de una semana del atentado en un país donde abundan antecedentes de la historia reciente con crímenes políticos completamente irresueltos y la verdad deglutida por el paso del tiempo.
Relacionadas
Opinión
Tratados UE-Mercosur, el acuerdo que acabará con el modelo de agricultura europeo
Argentina
Extrema derecha Un año del experimento Milei: 12 meses de ajuste y crueldad en Argentina
Acuerdos comerciales
Tratados La UE y Mercosur firman el polémico tratado al que se oponen las organizaciones ecologistas
Otra vez la extrema derecha saca a la luz si verdadero rostro fascista: Justificar la violencia como herramienta política. Condenar es necesario, pero en todo caso las declaraciones del Frente de Izquierdas son muy acertadas: No instrumentalizar el magnicidio para lograr una defensa del orden oligárquico