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Derecho a la vivienda
Un estudio desmonta el mito del pequeño propietario que alquila pisos para llegar a fin de mes
“Soy consciente de que la mayor parte de la vivienda en alquiler en nuestro país forma parte del patrimonio de muchas personas que complementan sus rentas y quieren garantías y seguridad jurídica”, decía la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, en una entrevista reciente en el El País. Una afirmación que es contestada de forma tajante por el Grupo de Estudios Críticos Urbanos (GECU) en un informe hecho público este martes 16 de abril.
Según este informe, titulado El mercado de alquiler, fuente de desigualdad social, el alquiler se ha convertido en una de las principales vías de empobrecimiento de la población inquilina. En la última década, el aumento del precio de los alquileres ha sido 2,3 veces superior al aumento de la renta de los hogares, lo que ha generado “un notable aumento de la desigualdad entre caseros e inquilinos”. Esta es una de las conclusiones del trabajo realizado por los investigadores Javier Gil, Miguel García-Duch, Lorenzo Vidal y Miguel A. Martínez.
Derecho a la vivienda
Regulación de alquileres La regulación del precio del alquiler no afectaría a los caseros más vulnerables
El alquiler es una fuente de empobrecimiento de los inquilinos, pero también de enriquecimiento para los caseros, que son parte del “colectivo con los niveles de ingresos más elevados del país”. Esta desigualdad socioeconómica, dicen los autores, es “resultante de la transferencia regresiva de rentas de inquilinos a caseros”. Y estos sectores propietarios, revela el estudio, seguirán siendo los más ricos, incluso si perdieran todos los ingresos derivados del alquiler.
El alquiler como fuente de empobrecimiento: en la última década el aumento del precio de los alquileres ha sido 2,3 veces superior al aumento de la renta de los hogares
La renta de los caseros es entre 2,15 y 2,58 veces mayor que la de los inquilinos, revela este estudio. En el caso de que se eliminen todos los ingresos derivados del alquiler, los caseros seguirían teniendo una renta mediana entre 1,82 y 2,13 veces superior a la renta mediana de los hogares inquilinos.
Fuente de desigualdad
Esta transferencia de patrimonio desde los hogares más ricos solo ha sido posible por el espectacular aumento del precio de la vivienda experimentado en la última década. Desde 2014, los alquileres han crecido un 77%, según el portal Idealista, una espiral que no estuvo acompañada por un aumento de la renta media disponible, que solo creció un 33% en este periodo. Mientras, los cambios en las políticas de concesión de hipotecas y los altos precios de compra han hecho que cada vez más población viva de alquiler. Los hogares inquilinos han pasado de representar el 11% en 2011 al 19% en 2020.
Esta nueva “generación inquilina” tuvo su contraparte en una renovada y hormonada “generación casera”, un sector de la población que no ha dejado de crecer desde el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 hasta representar hoy entre el 9% y el 9,8% de los hogares, según la Agencia Tributaria, la Encuesta de Condiciones de Vida y la Encuesta Financiera de la Familias. Otros estudios llegan a elevar el porcentaje de hogares propietarios entre el 15% y el 17% si se tiene en cuenta el fraude fiscal.
Derecho a la vivienda
Vivienda Agitar el mito de los pequeños propietarios para que no dejen de subir los precios
La descripción de los propietarios de viviendas en alquiler como un sector amplio de la población que llega a final de mes gracias a los ingresos del alquiler no tiene asideros en los datos disponibles, dicen desde GECU. Según el informe, los hogares de caseros tienen una renta mediana anual de entre 50.000 euros y 56.000 euros, entre dos y tres veces más que la renta mediana de los inquilinos, situada entre 19.700 y 26.000 euros. En el medio de estos dos extremos, se sitúa la población que vive en su propia vivienda, que tiene una renta mediana bruta de entre 30.000 y 36.400 euros. Unas cifras que muestran “una notable brecha económica entre los distintos segmentos poblacionales de acuerdo a su régimen de tenencia de la vivienda”.
Existen inquilinos ricos, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Y también caseros entre los sectores más vulnerables, pero son minoritarios. Según el informe, los caseros se agrupan en los segmentos de ingresos más elevados, mientras que los inquilinos se sitúan por debajo del promedio general de los hogares. Más del 73% de los hogares de caseros se ubica en los dos cuartiles de renta más elevados, mientras que entre el 25% y el 35% de los ricos se encuentran entre los hogares inquilinos. Como contraste, entre el 65% y el 75% de los hogares inquilinos se encuentran en los segmentos más bajos de ingresos.
El informe presentado va más allá y calcula qué pasaría si se eliminaran los ingresos por alquiler. De acuerdo con los datos de la Agencia Tributaria, si los hogares caseros dejaran de recibir ingresos por alquiler su renta mediana disminuiría de 51.000 euros a 40.000 euros. A pesar de esta reducción, la renta promedio de los caseros seguiría siendo 20.000 euros mayor a la de los hogares inquilinos. Los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida ofrece un resultado similar: sin alquileres, los hogares caseros seguían teniendo de media 21.500 euros más que los hogares inquilinos. La Encuesta Financiera de las Familias confirma también este dato: la diferencia de renta entre hogares caseros e inquilinos sigue siendo de 23.000 euros si se eliminan los ingresos por alquiler.
Transferencias masivas de patrimonio
El resultado de años de subidas de precio en la última década ha dejado detrás un “proceso masivo de transferencia de rentas de inquilinos a caseros, es decir de la población de menor renta hacia población de mayor renta”. Una trasvase que convierte al mercado del alquiler en “una causa principal de esta desigualdad social”. Frente a este proceso en marcha, los autores constatan el fracaso de las políticas públicas: “Cualquier medida que no incluya políticas para reducir la transferencia regresiva de rentas de los inquilinos hacia los caseros está destinada a cimentar una grieta social cada vez más ancha”.
El alquiler es una fuente de empobrecimiento de los inquilinos, pero también de enriquecimiento para los caseros, que son parte del “colectivo con los niveles de ingresos más elevados del país”
Contener los precios con la regulación de los alquileres de la Ley de Vivienda puede ayudar a “mitigar el crecimiento de la desigualdad”, pero no soluciona el problema. La única forma de combatir la desigualdad socioeconómica producida por el mercado del alquiler son políticas para reducir los precios del alquiler.
Coincidencias y polémicas
Las conclusiones de la investigación coinciden con las del informe ¿Cómo afectará el control del precio de los alquileres a los caseros? (Idra, marzo de 2023), de los mismos autores. Según este estudio, una regulación que consiga reducir un 20% los alquileres —algo que no podría pasar con la actual Ley de Vivienda aunque se aplicara en todas las comunidades autónomas— apenas afectaría a los caseros más vulnerables, aquellos que necesitan de los ingresos extras de los alquileres para llegar a final de mes.
Con esta reducción de ingresos, los caseros vulnerables pasarían de representar el 0,6% al 0,7%. Esta cifra es tan pequeña, según los autores de los dos informes, que “no puede anteponerse razonablemente a una política que beneficiaría de forma sustancial a una población inquilina que es mucho mayor, mucho más empobrecida, y que no tiene el derecho a la vivienda garantizado”.
Derecho a la vivienda
Vivienda Caseros, ricos y famosos
El papel de los pequeños propietarios en la crisis de vivienda no deja de ser polémico, incluso en el ámbito de la izquierda y en el movimiento de vivienda. Para Pablo Carmona, activista de la PAH y autor de Democracia de propietarios (Traficantes de Sueños, 2023) no se puede entender la actual crisis inmobiliaria y la burbuja del alquiler sin tener en cuenta el “rentismo popular”. Según su trabajo, sumando todos aquellos propietarios que no declaran el alquiler, el número de hogares caseros se aproximaría a tres millones, entre el 15% y el 17% de los hogares, muchos de ellos de clase media.
Y eso no es todo, según Carmona, la mentalidad propietaria converge en la defensa de la propiedad con independencia de si la familia tiene o no segundas o más viviendas en alquiler, incluyendo en ese marco a muchos propietarios de rentas medias e incluso bajas. “Por este motivo es tan importante mantener el mercado activo, los precios estables y la seguridad jurídica de la propiedad bien resguardada, como bien se señala desde el Gobierno”, argumentaba en un artículo publicado en El Salto.
Más allá de distintas interpretaciones de los datos disponibles, estas disquisiciones esconden diversas “estrategias sindicales”, sostiene Carmona. La posición de este investigador y activista es que la defensa del rentismo de clase media que realiza el PSOE convierte en imposible la opción de conseguir a través de la presión social, el Parlamento y la acción del Gobierno leyes que atenten contra “esta democracia de propietarios”, al menos mientras se necesiten los votos del partido de Pedro Sánchez.
Estas dos posiciones llegaron a un debate entre Carmona y Javier Gil, activista del Sindicato de Inquilinos de Madrid y coautor de los dos informes mencionados, en la Maliciosa el pasado 21 de marzo. Según Gil, el movimiento de vivienda no debe poner el énfasis en el “rentismo popular” sino en el papel de los fondos de inversión y los grandes tenedores, que se aprovecharon de la crisis de 2008 para hacerse con cientos de miles de viviendas, un punto de partida más útil, sostiene, para construir desde ahí una oposición a los agentes que han convertido la vivienda en una de las mercancías más preciadas para hacer negocios rápidos en España.
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8 años tuvo el botánico en el País Valenciano, para desprivatizar la sanidad, y para promover vivienda pública de alquiler, financiada hipotecariamente, que hasta hubiesen sido ingresos públicos. Porque no fue una burbuja, inmobiliaria, sino financiera (los "listos" de los bancos pidieron prestado a corto para prestar a largo sin asegurarlo, y ninguno fue castigado por su ignorancia). Lo peor es que los "listos" de los políticos que dicen defender al pueblo menos pudiente, tampoco saben servirlo.
...Y pienso yo: ¿qué montón de mentiras y manipulaciones han debido hacer los medios de comunicación, para que al final decir las verdades del barquero sea material para redactar una noticia? Repasen vds. las obviedades que se dicen en el artículo, tipo: los caseros propietarios de inmuebles que alquilan, tienen una posición económica buena. ¡Vaya, que notición! Y lo es. Y lo es por algo: porque los medios retuercen la realidad tanto y con tanta desvergüenza, que se consigue que la verdad simplona sea noticia. (Yo estoy desconcertado con estos funcionamientos extraños de los "mass media". Es de pensárselo y analizarlo, creo).