Opinión
¿Puede el alquiler costarnos la salud?

Sindicalista de Trabajadoras en Red La Paz
Tras una pandemia global, todavía hay personas que viven bajo el mantra de “a mí no me pasará”. Se aferran a promesas políticas vacías y a uno de los mayores logros del capitalismo: el individualismo.
Este individualismo es el “divide y vencerás” en el que el poder se aferra con fuerza. Poder que lleva décadas estrangulando la sanidad, la educación, la vivienda y todo aquello que no genere beneficios. ¿Por qué seguimos aceptando que nuestras necesidades básicas deban ser rentables para unos pocos, mientras los trabajadores y los más vulnerables pagamos el precio? Exigir una gestión eficiente de los recursos no es lo mismo que permitir que se lucren a nuestra costa.
Uno de esos recursos limitados es el acceso a una vivienda digna. Y no podemos olvidarlo: la vivienda es una cuestión de salud pública.
Como trabajadora del sector sanitario, veo a diario las consecuencias de la crisis habitacional. El impacto en la salud de vivir en barrios deprimidos es brutal, y golpea con más fuerza a las familias con rentas más bajas. Estudios de las universidades de Essex y Adelaida muestran cómo los alquileres abusivos aceleran el envejecimiento y dañan la salud, un impacto comparable al doble de los efectos de la obesidad y a la mitad de los efectos de fumar.
Ante este panorama, ¿qué nos queda? Organizarse colectivamente, como lo hace el Sindicato de Inquilinas o Trabajadores en Red de La Paz. Construir redes de apoyo que planten cara a estos abusos y luchen por conquistas que no llegarán de decisiones políticas a corto plazo. Cambiar la sensación de impotencia es el motor de estas redes emergentes, ya que las respuestas tradicionales no han sido suficientes.
Y me pregunto: ¿cuándo veremos una huelga general en la sanidad? Será cuando aprendamos a unirnos y solidarizarnos más allá de nuestras categorías, porque las huelgas no se convocan, se organizan. Estamos cansados de sobrevivir, ahogados, precarizados y sin poder conciliar. La única salida es sumar fuerzas, plantar cara y pasar a la acción.
Alquiler
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