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A los venezolanos no les hace falta pasaporte ni pasaje de avión para salir de su país. Cruzan a pie su frontera, con su desvencijado carné de identidad, o una fotocopia del mismo, y siguen caminando hacia el sur del continente para reemprender sus vidas. Siguen las pisadas de otros tantos que han llegado a Perú, Chile o Argentina y envían buenas nuevas a los que dejan atrás: tienen trabajo, se sirven tres comidas diarias, pueden comprar medicinas, vuelven a comer alguna proteína.
Venezuela
Venezuela: entre la “ayuda humanitaria” de Estados Unidos y el “salvavidas chino”
En medio de la crisis de los refugiados, el aumento del precio del petróleo puede significar un alivio para la maltrecha economía de Venezuela.
Eso es suficiente para alentar a más caminantes a atravesar los Andes, ‘la Nevera’, como ellos la llaman. El trayecto lo cubren en unas tres semanas, unos tramos van a pie y otros en camiones que les recogen al borde de la carretera. Las imágenes de venezolanos caminando en fila por las rutas no son un montaje, como dice el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Se repiten los mismos pies desgastados por la dureza del camino, los rostros quemados por el viento y el sol, las familias arrastrando sus pocas pertenencias.
El temor a que el nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, pusiera un cerrojo a las fronteras apuró la huida de miles de venezolanos este año. Entre enero y agosto, al menos 700.000 atravesaron Colombia y recalaron en Ecuador. En este dolarizado país se quedan unos días, los suficientes para reunir los dólares que necesitan para seguir el viaje hacia el sur del continente. Es habitual verlos en las esquinas o en los buses, donde venden dulces, chocolates o botellas de agua. Algunos cuentan su periplo y otros regalan los bolívares que tienen encima y no valen nada.
Hasta Quito son más o menos 1.600 kilómetros recorridos y miles de tormentos sufridos. En el camino hay compañeros extraviados, niños que enferman por el frío, mujeres abusadas sexualmente y algunas raptadas por los grupos armados en las zonas calientes de Colombia. ¿Quién está llevando la cuenta de estos horrores? Nadie. Lo poco que se sabe es gracias a los testimonios de los viajeros.
Estamos ante el mayor movimiento migratorio de la historia reciente de Latinoamérica. Según Naciones Unidas, en los últimos cuatro años 2,3 millones de venezolanos abandonaron su país por la falta de comida, medicinas y atención médica. Con la aceleración del éxodo que se está viviendo en estos meses, se estima que para 2019 serán más de cuatro millones los exiliados.
Los gobiernos antes bolivarianos, ahora pragmáticos, empiezan a poner zancadillas a esa migración. El ecuatoriano Lenín Moreno, que ya no es afín al régimen chavista, sorprendió a la región en agosto con su determinación de exigir pasaporte a los venezolanos. Lo hizo a sabiendas de que la mayoría sale sin este documento y que su solicitud puede retrasar su viaje al menos un año más. Lo mismo hizo el mandatario peruano, Martín Vizcarra, con unos pocos días de diferencia.
Las primeras semanas de estas medidas demuestran que, lejos de evitar que los venezolanos salgan de su país, están empujándolos a abrir nuevas vías de escape, añadiendo kilómetros y riesgos a su peregrinación. Ahora siguen las rutas de las mercancías ilegales y, sin querer, ellos mismos se convierten en eso. Se vuelven más vulnerables, se ponen en manos de mafias, se pierden y, nuevamente, solo quedan sus testimonios dispersos en los lugares por donde pasan.
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Uy, super super de acuerdo con Squirrel. Se trata de un artículo que en absoluto decepciona a los lectores de ... La Razón - y es que no es de extrañar, estos progres de El Salto han escogido para ilustrar las fotos a una colaboradora habitual de Univisión, El País, El Comercio de Ecuador. Lo típico que espero en un diario alternativo, JA. Venezuela enfrenta el aliento fétido de mordor. Este diario tiene en sus manos decidir si quiere seguir contribuyendo a la campaña que legitima su agresión, o si prefiere buscar otras visiones que no sean afines a lo que te encuentras en los boletines consulares.
Madre mía, parece que estoy leyendo El Mundo, cuando queráis habláis también del resto de diásporas en Latinoamérica.
¿Como que parece El Mundo? Disculpa que te corrija, pero este es solo un excelente reportaje, bastante despolitizado ademas, de El Salto. Si accedes a la sección America latina puedes ver todo los contenidos. La mayoría ni por asomo salen habitualmente en los demas medios ("voceros del capitalismo") o lo hacen con el sesgo habitual neoliberal. Mi enhorabuena a las autoras
https://www.elsaltodiario.com/america-latina