València
Colas del hambre, pobreza infantil y ERTE: las consecuencias de la dana se cronifican

Casi siete meses después de la tragedia, los puntos de reparto independientes siguen atendiendo —a pesar de las trabas— a más de 3.500 familias.
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Luisa García Muñoz, vecina afectada por la dana, recibe su lote de alimentos mensualmente Lluna Bartual

El calor empieza a notarse en las colas de reparto de comida de Brigadas Voluntarias en Paiporta, donde la espera del turno al sol cada vez se hace más larga. El local de la calle Josep Iturbi abre a las 9:30 y una mujer vestida de rojo espera como cada mes para poder llenar el carro con los alimentos y enseres que reparten Ximo Escrivá y Raquel Rubio, coordinadores de Brigadas Voluntarias.

Agradecida, Luisa García Muñoz asevera que la ayuda del vecindario ha sido imprescindible para poder alimentarse después de la dana. Junto a ella, más de 3.500 familias de la zona cero son atendidas por puntos de reparto no institucionales. Desde el primer momento y ante la falta de respuesta institucional, estos puntos de reparto independientes se convirtieron en el sustento de las colas del hambre.

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Almacen del punto de reparto de Brigadas Voluntarias en Paiporta Lluna Bartual

Durante los primeros días, los municipios valencianos de l'Horta Sur se vieron desbordados ante la carencia de servicios públicos y provisiones para la población. La demanda de bienes de primera necesidad recibió una respuesta solidaria y hubo iniciativas sociales que se encargaron de esta gestión.

Las personas voluntarias en los puntos de reparto independientes de comida denuncian  que, desde el 21 de marzo, el director general de Servicios Sociales, ha cesado la entrega de productos alimentarios a los puntos de distribución no gestionados por la administración

Con motivo de la efeméride de los seis meses de la dana, el director general de Servicios Sociales, Stephane Soriano, recibe una carta de la zona cero. Como remitente: “una ciudadanía comprometida que no tiene miedo ni intención de bajar los brazos”. Las personas voluntarias en los puntos de reparto independientes de comida denuncian en este documento que, desde el 21 de marzo, Soriano ha cesado la entrega de productos alimentarios a los puntos de distribución no gestionados por la administración. Al mismo tiempo, aseguran que, en los pabellones bajo control institucional, las donaciones ciudadanas están siendo retenidas y, en muchos casos, se dejan caducar sin llegar a ningún destino.

Así lo testifican las voluntarias en la Nave Albal, el centro logístico de las ayudas no institucionales, donde Ana Isabel Martínez trabaja sin descanso desde la catástrofe. La activista de València es Refugi es parte de una red improvisada, un “colectivo de colectivos” donde confluyen varios movimientos sociales que decidieron no esperar más después de la dana.

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Lote de productos básicos de un punt de reparto independente Lluna Bartual

El presupuesto de este proyecto se basa de forma exclusiva en transferencias corrientes destinadas a la adquisición de productos de primera necesidad y logística de distribución, no se contemplan transferencias de capital. Con València es Refugi como coordinadora —y el apoyo principal de Dandelion ONG, Decidimos y Sillas Contra el Hambre—, Nave Albal se ha convertido en una “nave buque”, es decir, el centro proporciona semanalmente a otros puntos los suministros que distribuirán en la población necesitada. A día de hoy atienden a más de 3.500 familias entre los 11 puntos repartidos de ocho municipios de la zona cero —Albal, Catarroja, Paiporta, Beniparrell, Riola, Algemesí, Benetússer, Sedaví, Alfafar, Aldaia y otras zonas del alrededor.

Fiscalización de la ayuda humanitaria

La bajada del nivel de emergencia en las 28 poblaciones más afectadas —de nivel 3 a niveles 1 y 2— se produjo al mismo tiempo que se firmaban contratos millonarios. Con este cambio, la gestión dejó de estar en manos del CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrada) para pasar directamente al control de la Generalitat, sin supervisión externa. El 11 de marzo de 2025, la Consellería de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la GVA firmó un contrato con la empresa Tragsa por un valor aproximado de 3,7 millones de euros. Según el documento público de adjudicación, el objetivo era claro: “distribución de mercancías, lotes y productos de primera necesidad para contribuir a paliar los daños ocasionados por la dana en la Comunidad Valenciana”.

Sin embargo, los colectivos integrantes sostienen que, solo diez días después de la firma, la distribución de alimentos desde los pabellones institucionales hacia los puntos de reparto independientes cesó, cosa que consideran “una fiscalización sistemática de la ayuda humanitaria independiente y una ruptura unilateral en la cadena de colaboración entre Generalitat y redes voluntarias”. Las voluntarias de reparto apuntan directamente el director general Sthepane Soriano, responsable desde el 20 de enero de 2025 de la gestión logística de almacenes y distribución de bienes de primera necesidad.

Desde que se produjo el cambio el 20 de enero, no hay trazabilidad pública sobre cómo, cuándo o a quién se está entregando los lotes

Desde que se produjo este cambio, no hay trazabilidad pública sobre cómo, cuándo o a quién se están entregando los lotes. Mientras que algunos puntos continúan recibiendo lotes de comida, como es ahora el caso de Paiporta, a otros se les proporcionan únicamente determinados productos como por ejemplo agua o papel higiénico. Así mismo, las asociaciones han difundido vídeos en los cuales muestran y denuncian que los lotes repartidos por la Generalitat no cumplen los criterios básicos: alimentos caducados, envases abiertos y productos con indicios de contaminación por roedores.

Soriano justifica la paralización del reparto de enseres argumentando que la comida ya se ha agotado y que el reparto de los productos restantes se realiza a través de los Ayuntamientos. Por su parte, el alcalde de Albal, José Miguel Ferris, considera que la ayuda no corresponde al Consistorio, puesto que asegura que en Albal “no existe esta necesidad” y las personas beneficiarias pertenecen a otros municipios. Mientras tanto, entre debates de competencias administrativas, Nave Albal continúa ofreciendo el reparto diario con los recursos con que cuenta. 

Promesas de ayudas que nunca llegan

En Paiporta solo hay que mirar a cualquier lado para que la realidad se haga evidente. Los garajes siguen abiertos de par en par, las reformas en las casas afectadas continúan, muchas paredes tienen grietas y, en algunos bloques, los ascensores no funcionan desde hace meses. Han pasado siete meses desde la dana y el nivel de alerta ha bajado, pero nadie repara en las casas que no figuran en ningún plan de reconstrucción. En los contenedores que pagan las propias comunidades de vecinos. En los préstamos personales que muchas familias han pedido para apuntalar paredes, alquilar furgonetas o sustituir el coche que se fue con la riada.

El impacto es especialmente grave en los hogares con niños y niñas. Según Save the Children, más de 70.000 menores del País Valenciano viven todavía hoy en condiciones insalubres, con problemas de salud como por ejemplo bronquitis continuas a causa del nivel de humedad y la falta de reconstrucción de sus viviendas. Muchos han perdido el acceso regular a la educación, al transporte escolar y a servicios médicos básicos.

20.000 trabajadores en ERTE por la riada continúan esperando el complemento económico prometido por el Gobierno autonómico, familias enteras se están sosteniendo gracias a las redes de solidaridad

La pobreza generada por la riada no solo no ha sido paliada, sino que se ha cronificado. Mientras tanto, 20.000 trabajadores en ERTE por la riada continúan esperando el complemento económico prometido por el Gobierno autonómico. Familias enteras se están sosteniendo gracias a las redes de solidaridad.

Las cifras desmienten por completo el relato institucional de eficacia y respuesta rápida. A día 21 de mayo, solo se habían concedido 4.210 ayudas directas de las 43.592 solicitudes registradas. Es decir, menos del 10% de las familias valencianas afectadas por la dana ha recibido la prestación por “necesidades básicas” anunciada como solución de emergencia. Y, cuando llegan, dan para cubrir las primeras vendas: 2.000 euros para quienes perdió efectos, 6.000 si la vivienda quedó inhabitable. Las ayudas se han quedado atascadas a la misma maraña burocrática que lleva años asfixiando a las personas más vulnerables.

Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.

Hasta la última gota de barro

Ante la ausencia de ayudas, crece la indignación, la desconfianza y la organización vecinal. La crisis humanitaria no fue solo la riada. Fue —y es— también la gestión posterior. Ante la desmemoria y los impedimentos institucionales, las redes vecinales persisten en Nave Albal, en Alfafar, en Paiporta, en Picanya, en Sedaví, en Catarroja. Allí continúan sosteniendo lo que otros dejaron caer y recuerdan que “el pueblo valenciano fue dejado ahogar entre el barro, pero no podemos permitir que se ahogue también en la indiferencia. Quienes continuamos acompañando el pueblo valenciano hacemos hoy un llamamiento en el mundo: No nos olvidéis”. Las colas continúan, la necesidad continúa, Luisa continúa.


València
Cues de la fam, pobresa infantil i ERTO: les conseqüències de la dana es cronifiquen

Set mesos després de la dana, els punts de repartiment independents continuen atenent —malgrat les traves institucionals— més de 3500 famílies vulnerables.
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Luisa García Muñoz, veïna afectada per la dana, rep el seu lot d’aliments mensualment Lluna Bartual
Correcció versió valencià: Cora Bartual
19 jun 2025 09:48

La calor comença a notar-se també a les cues de repartiment de menjar de Brigadas Voluntarias a Paiporta, on l'arribada del torn al sol cada vegada es fa més llarga. El local del carrer Josep Iturbi obri a les 9.30 h i una dona vestida de roig espera el seu torn com cada mes per poder omplir el carro amb els aliments i estris que reparteixen Ximo Escrivá i Raquel Rubio, coordinadors de Brigadas Voluntarias.

Agraïda, Luisa García Muñoz assevera que l'ajuda del veïnat ha sigut vital per a poder alimentar-se després de la dana. Juntament amb ella, més de 3500 famílies són ateses a la zona zero pels punts de repartiment no institucionals. Des del primer moment i davantla falta de resposta institucional, els punts de repartiment independents es van convertir en el sustentament de les cues de la fam..

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Almacen del punto de reparto de Brigadas Voluntarias en Paiporta Lluna Bartual

Durant els primers dies, els municipis valencians de l’Horta Sud es van veure desbordats davant la carència de servicis públics i provisions per a la població. La demanda de béns de primera necessitat va rebre una resposta solidària i van ser les iniciatives socials les que es van encarregar d'aquesta gestió.

Les persones voluntàries en els punts de repartiment independents de menjar denuncien a aquest document que, des del 21 de març, director general de Serveis Socials ha cessat el lliurament de productes alimentaris als punts de distribució no gestionats per l'administració

Amb motiu de l'efemèride dels sis mesos de la ,dana, el director general de Servicis Socials, Stephane Soriano, rep una carta de la zona zero. Com a remitent: “una ciutadania compromesa que no té por ni intenció de baixar els braços”. Les persones voluntàries en els punts de repartiment independents de menjar denuncien a aquest document que, des del 21 de març, Soriano ha cessat el lliurament de productes alimentaris als punts de distribució no gestionats per l'administració. Al mateix temps, asseguren que, als pavellons baix control institucional, les donacions ciutadanes estan sent retingudes i, en molts casos, deixades caducar sense arribar a cap destí.

Així ho atesten les voluntàries en la Nave Albal, el centre logístic de les ajudes no institucionals, on Ana Isabel Martínez treballa sense descans des de la catàstrofe. L'activista de València és Refugi és part d'una xarxa improvisada, un “col·lectiu de col·lectius” on conflueixen diversos moviments socials que van decidir no esperar més després de la dana.

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Magatzem del punt de repartiment de Brigadas Voluntarias a Paiporta Lluna Bartual

El pressupost d'aquest projecte es compon de forma exclusiva de transferències corrents destinades a l'adquisició de productes de primera necessitat i logística de distribució, no es contemplen transferències de capital. Amb València és Refugi com a coordinadora —i el suport principal de Dandelion ONG, Decidim i Sillas Contra el Hambre—, Nave Albal s'ha convertit en una “nau buc”, és a dir, el centre proporciona setmanalment a uns altres punts els subministraments que distribuiran a la població necessitada. A dia de hui atenen més de 3500 famílies entre els 11 punts repartits per 8 municipis de la zona zero —Albal, Catarroja, Paiporta, Beniparrell, Riola, Algemesí, Benetússer, Sedaví, Alfafar, Aldaia i unes altres zones del voltant.

Fiscalització de l'ajuda humanitària

La baixada del nivell d'emergència a les 28 poblacions més afectades —de nivell 3 a nivells 1 i 2— es va produir al mateix temps que es firmaven contractes milionaris. Amb aquest canvi, la gestió va deixar d'estar en mans del CECOPI (Centre de Coordinació Operativa Integrada) per a passar directament al control de la Generalitat, sense supervisió externa. L'11 de març de 2025, la Conselleria de Servicis Socials, Igualtat i Vivenda de la GVA va firmar un contracte amb l’empresa Tragsa per un valor aproximat de 3,7 milions d'euros. Segons el document públic d'adjudicació, l'objectiu era clar: “distribució de mercaderies, lots i productes de primera necessitat per a contribuir a pal·liar els danys ocasionats per la dana a la Comunitat Valenciana”.

No obstant això, els col·lectius integrants sostenen que, només deu dies després de la firma, la distribució d'aliments des dels pavellons institucionals cap als punts de repartiment independents va cessar, cosa que consideren “una fiscalització sistemàtica de l'ajuda humanitària independent i una ruptura unilateral en la cadena de col·laboració entre Generalitat i xarxes voluntàries”. Les voluntàries de repartiment apunten directament el director general Sthepane Soriano, responsable des del 20 de gener de 2025 de la gestió logística de magatzems i distribució de béns de primera necessitat.

Des que es va produir aquest canvi el 20 de gener, no hi ha traçabilitat pública sobre com, quan o a qui s'estan entregant els lots

Des que es va produir aquest canvi, no hi ha traçabilitat pública sobre com, quan o a qui s'estan entregant els lots. Mentre que alguns punts continuen rebent lots de menjar, com és ara el cas de Paiporta, a uns altres se'ls proporcionen únicament determinats productes com ara aigua o paper higiènic. Així mateix, les associacions han difós vídeos als quals mostren i denuncien que els lots repartits per la Generalitat no compleixen els criteris bàsics: aliments caducats, envasos oberts i productes amb indicis de contaminació per rosegadors.

SSoriano justifica la paralització del repartiment d'estris argumentant que el menjar ja s'ha esgotat i que el repartiment dels productes restants es realitza a través dels ajuntaments. Per la seua banda, l’alcalde d’Albal, José Miguel Ferris, considera que l’ajuda no correspon al consistori, ja que assegura que a Albal “no existeix aquesta necessitat” i les persones beneficiàries pertanyen a uns altres municipis. Mentrestant, entre debats de competències administratives, Nave Albal continua oferint el repartiment diari amb els recursos amb què compta.

Promeses d'ajudes que mai arriben

A Paiporta només cal girar un cantó perquè la realitat es faça evident. Els garatges es mantenen de bat a bat, les reformes a les cases afectades continuen, moltes parets tenen clivelles i, a alguns blocs, els ascensors no funcionen des de fa mesos. Han passat 7 mesos des de la dana i el nivell d'alerta ha baixat, però ningú repara en les cases que no figuren en cap pla de reconstrucció. En els contenidors que paguen les pròpies comunitats de veïns. En els préstecs personals que moltes famílies han demanat per a apuntalar parets, llogar furgonetes o substituir el cotxe que se’n va anar amb la riuada

L'impacte és especialment greu a les llars amb xiquets i xiquetes. Segons Save the Children, més de 70.000 menors al País Valencià viuen encara hui en condicions insalubres, amb problemes de salut com ara bronquitis contínues a causa del nivell d'humitat i la falta de reconstrucció dels seus habitatges. Molts han perdut l'accés regular a l'educació, al transport escolar i a servicis mèdics bàsics.

20.000 trabajadores en ERTE por la riada continúan esperando el complemento económico prometido por el Gobierno autonómico, familias enteras se están sosteniendo gracias a las redes de solidaridad

La pobresa generada per la riuada no sols no ha sigut pal·liada, sinó que s'ha cronificat. Mentrestant, 20 000 treballadors en ERTO per la riuada continuen esperant el complement econòmic promés pel Govern autonòmic. Famílies senceres s'estan sostenint gràcies a les xarxes de solidaritat.

Les xifres desmenteixen per complet el relat institucional d'eficàcia i resposta ràpida. A dia 21 de maig, només s'havien concedit 4210 ajudes directes de les 43 592 sol·licituds registrades. És a dir, menys del 10% de les famílies valencianes afectades per la dana ha rebut la prestació per “necessitats bàsiques” anunciada com a solució d'emergència. I, quan arriben, donen per a cobrir les primeres benes: 2000 euros per a qui va perdre efectes, 6000 si la vivenda va quedar inhabitable. Les ajudes s'han quedat embossades al mateix embull burocràtic que porta anys asfixiant les persones més vulnerables.

Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.

Fins a l'última gota de fang

Davant l'absència d'ajudes, creix la indignació, la desconfiança i l'organització veïnal. La crisi humanitària no va ser només la riuada. Va ser —i és— també la gestió posterior. Davant la desmemòria i els impediments institucionals, les xarxes veïnals persisteixen a Nave Albal, a Alfafar, a Paiporta, a Picanya, a Sedaví, a Catarroja. Allí continuen sostenint el que uns altres van deixar caure i recordant: “El poble valencià va ser deixat ofegar entre el fang, però no podem permetre que s'ofegue també en la indiferència. Les qui continuem acompanyant el poble valencià fem hui una crida al món: No ens oblideu”. Les cues continuen, la necessitat continua, Luisa continua.


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