La Universidad Europea tramita un ERE inesperado para 275 trabajadores de sus tres sedes

La Universidad privada defiende que la novedosa estructuración mejorará la calidad educativa que recibe el alumnado mientras que el colectivo de docentes considera que les echan después de haber creado unos materiales digitales durante el curso anterior y que ahora utilizan para sustituirles. La negociación entre comité y empresa finalizará a principios de febrero y se estudia la posibilidad de la huelga.
Concentracion Universidad Europea

En el mismo correo electrónico su empresa le puede felicitar por su trabajo y, un par de párrafos, un puñado de palabras después, decirle que empezará un expediente de regulación de empleo (ERE) que podría perjudicarle. La vívida imagen de este esperpento tiene nombre propio: Universidad Europea (UE), con campus en Madrid, València y las Islas Canarias. A partir de febrero y si la mesa de negociación en donde se sienta patronal y sindicatos no lo hace variar, unas 275 personas podrían estar en la calle, el 80% de ellas plantilla perteneciente a la sede de la capital, de las cuales un 85% serían docentes, aunque la UE no ha corroborado estas cifras.

La Universidad Europea terminó el ejercicio anterior con ganancias, el número de matriculados ha aumento en el presente curso escolar y, al mismo tiempo que felicitan al cuerpo docente por su trabajo, alegan una reorganización y restructuración en la Universidad para despedirles. Eso sí, el año pasado, en los peores momentos de la pandemia, la UE sí se acogió a un ERTE.

Este ERE “improcedente e injusto”, tal y como lo tilda Niurka Barrios, delegada sindical por USO en el comité de empresa, no tiene ninguna razón económica que lo sustente: “Aprovechando la crisis económica generada por la crisis sanitaria, la Universidad se aprovecha de un trabajo que hizo el profesorado durante el año pasado para argumentar que sobran trabajadores”. A lo que se refiere la sindicalista es a la obligación a la que se enfrentó el personal docente durante el curso anterior: “Nos dijeron que habían que realizar unos materiales digitales y nos juraron y perjuraron que no afectaría a nuestra labor, ya que la Universidad quiere hacer un modelo más flexibilizado, como ellos lo llaman”, concretiza un profesor que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias laborales.

El desconcierto, la incertidumbre y la inquietud reinan entre los 2.370 trabajadores en total (incluidos docentes y no docentes) que la UE tiene en el Estado español, pues desde la parte empresarial no han dado ninguna indicación de cómo y a cuántos afectará el ERE. Asimismo, la Universidad Europea también ha visto incrementados sus beneficios en el curso 2020-2021, al menos en lo que concierne a las matrículas: “A lo largo de la pandemia hemos demostrado que podíamos estar conectados de forma síncrona con la misma calidad que si fuera presencial. Ellos se han querido acoger a eso, por lo que ha desaparecido el aforo en las clases y ha terminado con un importante incremente de alumnos por aula. De tener unos 30 estudiantes, este año hemos tenido clases con más de 80”, desarrolla Barrios.

La educación como negocio

Ella lleva más de 16 años trabajando en la UE como profesora de ciencias básicas y enfatiza que la empresa despide entre dos y tres decenas de trabajadores cada tres meses. “En octubre de 2020 le preguntamos a recursos humanos si habría despidos, y nos dijo que sí, que se realizarían los ceses a los que ya nos tiene acostumbrados. Por eso nos hace sospechar que el ERE ha estado totalmente improvisado”, en términos de la sindicalista. El profesor universitario, por su parte, alega que una de las mayores sensaciones compartidas por sus compañeros es la injusticia que sienten: “Ahora, con una pandemia que no hemos superado, con tantas dificultades económicas que ha acarreado, sin que la empresa tenga pérdidas, hacernos un ERE es algo totalmente incomprensible e insolidario. Solo miran por el puro beneficio sin calcular la cuestión de la calidad docente”.

En realidad, él es tajante al determinar que este movimiento “va a hacer perder calidad en la docencia sí o sí”. Este extremo también es defendido por parte de Dylan Gutiérrez, quien estudia psicología en la UE de Madrid: “Nos llegó un email de la rectora, diciendo que vivimos un importante cambio de transformación de la educación superior y que la Universidad quiere invertir en docencia telemática. Al final del todo, menciona que lo que en realidad van a hacer es un ERE”, comienza su diatriba el estudiante. Ese correo electrónico lo reciben los estudiantes un 14 de diciembre y las negociaciones entre el comité y la parte empresarial comenzaron el 7 de enero. A partir de ahí, un mes para intentar frenar el despido de 275 trabajadores, entre los que también se incluye personal de administración y servicios (PAS).

“Hacen todo esto en enero, cuando el estudiantado estamos de exámenes y sabiendo que habrá elecciones a finales de mes en el comité. Además, en Madrid nos ha pillado muy desconectados por la nevada que ha caído”, declara Gutiérrez. Que el alumnado se haya enterado del posible despido masivo mediante un correo electrónico no es baladí: “Llevamos con clases online desde marzo del año pasado recibiendo constantemente multitud de correos, así que uno más de la rectora ni lo leemos. De hecho, un profesor me ha contado más detalles del proceso que la propia Universidad”, analiza este estudiante de psicología. Es claro en su mensaje: “Nos van a echar a un montón de profesores y nadie está haciendo nada”. Esta máxima es corroborada por Barrios, la sindicalista del comité de empresa que afirma que “informaron del ERE antes de las vacaciones de invierno, con unos plazos muy ajustados y actuando de mala fe”.

Sube el precio de la matrícula y opacidad en la UE

La UE, parece que tampoco está poniendo grandes facilidades al estudiantado: “Se empeñan en que hagamos los exámenes de forma presencial, pero aquí damos muchas carreras en otros idiomas cuyos alumnos no viven en España. En mi clase, ocho de cada diez son de Noruega, y les están obligando a venir desde su país a hacer un examen con todo lo que conlleva, como la PCR o posibles cancelaciones de vuelos”, denuncia Gutiérrez. Él mismo confirma que el sentir del alumnado se asemeja al del cuerpo docente, pues no se esperaban algo así. “Todos los años nos han ido subiendo el precio de cada crédito de la carrera y ahora despiden a casi 200 profesores y otros tantos trabajadores del PAS. Nos va a afectar muchísimo porque los que se queden lo harán con muchísima mayor carga de trabajo, y no creo que cobren más por ello”.

Gutiérrez va más allá y afirma que la noticia ha sentado mal pero al mismo tiempo era esperable. “Desde hace dos años pasan cosas algo extrañas y no se tiene en cuenta la opinión del alumnado, que estamos pagando clases online al mismo precio que si fueran presenciales. Nos sorprende el secretismo que hay, pero lo que más duele es ver cómo están vendiendo la Universidad, que es casi un insulto a la inteligencia. Dicen que es por nuestro bien, pero nadie nos pregunta nada al respecto”, se queja el futuro psicólogo. Él mismo incide en que la UE recibe ayudas del Estado al igual que cualquier otra universidad, “y si lo haces es para que cumplas un acuerdo, unos mínimos, y dudo mucho que despidiendo a 275 personas puedas seguir haciéndolo”, en palabras de este estudiante que forma parte de los más de 18.000 alumnos que tiene actualmente el centro educativo repartidos en sus tres sedes a nivel estatal.

Despedir trabajadores para apostar por la calidad

La Universidad Europea defiende que desde hace un tiempo han transformado el modelo de gestión educativo, atendiendo a las propias demandas del estudiantado, lo que implica una transformación en los recursos. “Hacemos el ERE porque queremos seguir tal y como nos consideramos, a la vanguardia de la educación superior en España. Es una propuesta de calidad y de excelencia, por lo que nos es imprescindible acometer la restructuración de los recursos”. Cuestionados por el momento de presentar el ERE, días antes de las vacaciones de Navidad y con unas elecciones sindicales que se celebrarán durante su negociación, desde la UE se limitan a declarar que el expediente de regulación de empleo entra dentro de la estrategia de evolución de la Universidad, y que ésta lleva tiempo produciéndose.

En cuanto a futuras acciones para intentar revertir la pretensión de la Universidad Europea, la convocatoria de una huelga sobrevuela en el comité, cuya postura es evitar el ERE: “Pensamos en llamar a la huelga, pero los plazos legales son abusivos. Tanteando a algunos trabajadores, la secundarían una amplia mayoría, pero hay que esperar porque primero tienen que pasar tres días por si hubiera alguna conciliación con la empresa y después, al dar un servicio público, podrían tardar 10 días en aceptarla”. Por su parte, el profesor de la UE acepta que “no se espera que haya una huelga en una Universidad privada y piensan que el profesorado está muy desmovilizado, pero no deberían olvidar que hay un rechazo generalizado contra este ERE y lo que al principio era desilusión ahora es rabia”.

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