Trabajo sexual
Ámsterdam estudia remodelar el Barrio Rojo

El gobierno de la capital neerlandesa debate con vecinos, trabajadoras sexuales y empresarios qué hacer con el controvertido centro de la prostitución. La corriente abolicionista gana espacio y advierte de que la legalización no ha frenado el tráfico de personas.

Amsterdam barrio rojo
Barrio rojo de Ámsterdam. Álvaro Minguito
Las luces de neón del distrito rojo de Ámsterdam se van apagando: hace una década había hasta 500 ventanas; hoy, quedan unas 330. Según la ley, cada ciudad es autónoma para organizar su propia industria sexual y establecer licencias. La estrategia del anterior gobierno local de la capital neerlandesa, que impulsó el cierre de los escaparates en callejones —los más preciados por su privacidad— por considerar que daban amparo a actividades criminales explica la mengua estos ventanales.

La nueva alcaldesa de la ciudad, la ecologista Femke Halsema —elegida en junio de 2018—, se ha sumado al debate sobre qué hacer con el Barrio Rojo proponiendo varias medidas que van desde cerrarlo y abrir burdeles en otras zonas de la ciudad a ampliar los escaparates del barrio, pero manteniendo las cortinas de las ventanas cerradas para evitar que se conviertan en una atracción turística.

Los pasos que se han dado hasta ahora hacen pensar que el cambio es inevitable: en marzo de este año, el Ayuntamiento aprobó la prohibición de las visitas guiadas por esa área. Además, durante este verano, agentes municipales se han reunido con vecinos, trabajadoras autónomas y propietarios en un debate público sobre esas propuestas cuya resolución se votará a finales de año.

Con ello, el equipo del Gobierno local quiere “garantizar los derechos” de las prostitutas autónomas y combatir las actividades criminales asociadas a este mundo. La prostitución en burdeles se legalizó completamente en el año 2000 para combatir el tráfico sexual y el maltrato de las prostitutas, pero esa problemática sigue más que viva dos décadas después. 

En 2017, las autoridades procesaron a 157 traficantes, 127 de los cuales fueron declarados culpables, más que en 2016. Aún así, esos datos pueden referirse a otro tipo de trata, como la que destina al sector agrícola a personas en régimen de semiesclavitud. También asistieron a menos víctimas, 952, algo que se achaca a la disminución de recursos destinados a combatir este problema, que han sido destinados a la vigilancia antiterrorista.

La falta de datos oficiales sobre la industria hace que el debate sea más complejo, pero las estimaciones del Gobierno y de las Naciones Unidas señalan que de las 30.000 trabajadoras sexuales que hay en todo el país hasta 3.000 mujeres podrían estar siendo forzadas a prostituirse cada año, muchas de ellas del este de Europa. De éstas, casi la mitad —unas 1.320— son menores. La situación es preocupante porque, en muchos casos, esas víctimas tienen poca visibilidad.

“Es un barrio antiguo, extremadamente caro, y para tener a gente rica y privilegiada deben desaparecer los burdeles y los escaparates”, lamenta Antje. A sus 53 años, esta enfermera nacida en la capital que optó hace media década por salir del hospital y ejercer de ‘escort’ para gente con discapacidades ve en las medidas de los últimos años una agenda oculta de gentrificación.

TRABAJADORAS QUE PAGAN IMPUESTOS

Es otro día gris y húmedo en Ámsterdam, pero cuando uno sale a la calle los grandes ventanales sin cortinas siguen mostrando la intimidad de sus habitantes. También en el concurrido Barrio Rojo, cuyos canales medievales serpentean entre las luces de neón de tiendas de juguetes eróticos, burdeles y locales donde operan, cada vez menos, las trabajadoras sexuales de la capital neerlandesa. Desde 2000, ofrecer servicios sexuales es legal, pero aún hoy ser trabajadora sexual en los Países Bajos es difícil.

El gobierno legalizó la prostitución a finales del siglo pasado. Aunque aceptada, la industria del sexo no tenía un sitio legal donde ejercerse, creando un absurdo parecido al que vive actualmente el mundo cannábico. En el año 2000 se puso fin a esa situación con la regulación de los burdeles: se convirtieron en negocios autorizados con licencias y, desde entonces, las prostitutas entraron al sistema, crearon su sindicato y pagan impuestos como otra trabajadora más. El turismo sexual es un jugoso negocio que actualmente aporta al país unos 100 millones de euros al año.

Trabajo sexual
Los empresarios que se lucran con los clubes de alterne
Mientras la Audiencia Nacional ha rechazado la creación del sindicato OTRAS, en el Registro de Asociaciones del Ministerio de Interior aparecen asociaciones de empresarios dedicadas a los prostíbulos.

No obstante, su situación no es idílica. “Es horrible como hay gente de la calle que se ríe de ti, te saca fotos o te mira con pena como si fuese una víctima”, explica Kim, una socióloga estadounidense de 26 años que en 2016 se mudó a Ámsterdam para estudiar y que por curiosidad empezó a trabajar en las ventanas. “Exhausta”, tuvo que parar y ponerse a trabajar en un restaurante, pero al poco tiempo también lo abandonó, explica, por su “ambiente sexista”.

Las ventanas del Barrio Rojo cuentan con un espacio sanitario y un mecanismo de protección que, en caso extremo, las conecta con la policía

Por temor al qué dirán, Kim evitó compartir su realidad con su familia. Antje la entiende, pasó por lo mismo. “No estoy avergonzada de lo que hago, pero aún debo llevar una vida en paralelo”, asegura. A diferencia de otras, ella está registrada como autónoma de cuidado personal, no como prostituta, una situación que puede considerarse en cierto modo afortunada, ya que estar registrada como trabajadora sexual dificulta alquilar un piso, adquirir una hipoteca e incluso abrir una cuenta en un banco, como denuncia el sindicato de las trabajadores y trabajadoras sexuales PROUD. “Siguen siendo mal vistas”, remarcan. Legalización sí; aceptación, ya no tanto.

A pesar de ese estigma social, las trabajadoras sexuales también destacan los beneficios de un sistema que les permite “ser independientes”, aseguran, y tener un espacio legal con derechos. Hay quien opera como ‘escort’, quien trabaja por internet y quien lo hace en burdeles o en las ventanas del Barrio Rojo —en la calle sigue prohibido—. Esas ventanas se alquilan por tiempo y las prostitutas pueden decidir cuando, cómo y con qué clientes trabajan. Los servicios sexuales suelen pagarse a 50 euros, aunque cada trabajadora pone sus condiciones. “Me siento más segura y empoderada detrás de la ventana que como mujer andando por la calle”, señala Kim. Las ventanas cuentan con un espacio sanitario y un mecanismo de protección que, en caso extremo, las conecta con la policía.

DEBATE FEMINISTA

Dentro y fuera de los Países Bajos, la prostitución se ha convertido en uno de los temas que más divide al movimiento feminista. La corriente más presente en Ámsterdam es la regulacionista, que aboga por una legalización del trabajo sexual que dote de derechos a las prostitutas voluntarias para que ejerzan de manera digna y que persiga el tráfico. “Las mujeres siempre somos utilizadas como objetos”, asegura Kim. “Al menos en este trabajo yo tengo el control y establezco las condiciones”.

Aunque reconoce que no es un trabajo “que todo el mundo pueda y deba hacer”, la antropóloga cultural de la Universidad de Ámsterdam Marie-Louise Janssen ve en la prostitución regulada una “vuelta de tuerca al patriarcado” que permite a la mujer controlar su sexualidad sin paternalismos, y le reporta un salario para ser más independiente. “No es un modelo perfecto, pero al menos da a las chicas un entorno de seguridad jurídica”, explica. “Es ridículo pensar que todas las mujeres de las ventanas son esclavas”.

Sin embargo, otra corriente está haciéndose visible en la capital. Según la visión abolicionista, la prostitución es una institución patriarcal que fuerza a mujeres y niñas a ser explotadas sexualmente en beneficio de un proxeneta que las oprime y que condena a las más vulnerables perpetuando la desigualdad.

Así, a principios de abril, la asociación ‘Exxpose’ recabó 42.000 firmas para impulsar una ley que criminalice a los clientes que paguen por sexo con mujeres explotadas, siguiendo el modelo ya aplicado en los países nórdicos y en Francia, algo que ahora se debatirá en el Parlamento. “La prostitución es un círculo de abuso y violencia”, explica Natasja Bos, psicóloga y fundadora de esta iniciativa. “Si su legalización no sirvió para frenar el tráfico, ¿por qué no cambiamos de modelo?”. El debate sigue abierto.

Archivado en: Trabajo sexual
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Trabajo sexual
Estudio sobre trabajo sexual De la Policía, los dueños de locales y los clientes: así es la violencia que sufren las trabajadoras sexuales
Las trabajadoras sexuales sufren múltiples violencias y un estudio las recoge en sus propios términos. Las violencias más frecuentes por parte de los clientes consisten en la retirada del condón sin consentimiento o malos tratos verbales.
Trabajo sexual
Trabajo sexual Más perseguidas y precarias: así impactaría la propuesta abolicionista del PSOE en las trabajadoras sexuales
Colectivos de trabajadoras sexuales lamentan una nueva arremetida del PSOE, que ha presentado en solitario una proposición de ley que penaliza el proxenetismo en todas sus formas, sin diferenciar si es o no coactivo.
Feminismos
Beatriz Ranea “Hay que cuestionar la libertad de ellos para consumir prostitución”
La práctica de pagar por el consumo de sexo que no tiene un perfil concreto ni edad, como explica la socióloga Beatriz Ranea Triviño en su libro ‘Puteros’.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Acusan a una agencia pública catalana de complicidad con el apartheid y el genocidio en Palestina
Un reciente informe denuncia a ACCIÓ, la agencia gubernamental para la competitividad de las empresas catalanas, por impulsar relaciones económicas con Israel a pesar del “riesgo plausible de complicidad con genocidio y crímenes contra la humanidad”.
Catalunya
Antirracismo Las muchas voces de Catalunya: identidades diversas, segregación y más de 300 idiomas
En las últimas décadas la sociedad catalana se ha transformado con la llegada de personas migrantes, que ya suponen un 21% de la población. Aunque la exclusión y el racismo siguen ahí, en el día a día lenguas, experiencias e identidades se mezclan.
País Vasco
Los audios del PNV Itxaso Atutxa, sobre adjudicar un contrato: “Deben ser tres empresas de confianza del partido"
Hordago publica audios exclusivos grabados en Sabin Etxea que muestran a la presidenta del Bizkai Buru Batzar domesticando al entonces alcalde de Mundaka para acatar la disciplina del partido en materia de contratación pública en el consistorio.
Anticapitalistas
Miguel Urbán “En el inicio de Podemos dijimos que sin autoorganización nos iban a hacer mierda... y nos han hecho mierda”
El eurodiputado más longevo de la llamada política del cambio no repetirá en las elecciones de junio. En esta entrevista, repasa los asuntos más importantes del espacio de la izquierda institucional y las perspectivas de futuro de la Unión Europea.
Análisis
Polarización Una inflación de insultos y demagogia
En este clima de enfrentamiento que es ya el único referente de socialización política para algunas generaciones, el ciudadano parece tener que elegir entre qué mal es menos punible e inmoral.
ETA
Opinión Mis relaciones con ETA
Hay quien sigue empeñado en utilizarlo como espantajo electoral, pero es un argumento que no durará. Eso no quiere decir que debamos olvidar lo que pasó, pero sí evitar utilizar la memoria como arma de guerra y confrontación
Cuba
Proyectos artísticos en la isla El arte y la cultura como válvula de escape para resistir la crisis en Cuba
Entre todos los desafíos que enfrenta Cuba, el arte y la cultura se mantienen como refugios de creatividad y resiliencia.
Genocidio
Opinión La resistencia no necesita del derecho internacional
Los pueblos oprimidos no necesitan reivindicar la autoridad sobre su propia opresión, puesto que el desarrollo de su historia ya les otorga esa autoridad. Tampoco necesitan demostrar la barbarie de la ocupación.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Análisis
Análisis La responsabilidad como forma de poder
La enunciación continua de que el alcance de nuestros actos es limitado, reafirma nuestra distancia respecto a ciertas situaciones en las que nuestras acciones podrían llegar a generar una diferencia.
Más noticias
Laboral
Laboral CC OO, UGT y USO rechazan firmar el convenio de Decathlon al no incluir la cláusula de garantía salarial
Decathlon ha firmado el acuerdo con el sindicato mayoritario, SGICD, auspiciado por la propia empresa. El convenio para 2024-26 incluye un incremento salarial del 15%, que recupera la pérdida del 12% de los dos anteriores.
Italia
Italia El gobierno Meloni allana el camino a los antiabortistas
La Cámara de Diputados italiana ha aprobado por amplia mayoría una ley que permite a las organizaciones anti-elección entrar a los centros de asesoramiento público donde acuden mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo.
Ley de Memoria Histórica
Memoria democrática La ofensiva legislativa de PP y Vox contra la verdad, justicia y reparación
Las asociaciones memorialistas del estado hacen frente común en la Unión Europea y no descartan acudir a los tribunales para defender los derechos de las víctimas del franquismo.
País Vasco
Los audios del PNV Las presiones de Unai Rementeria a un alcalde: “Le tienes que exigir que se pringue"
Hordago destapa nuevos audios sobre una operación del PNV para torcer el brazo de un funcionario de la administración local y un técnico de la Diputación Foral de Bizkaia y revestir de legalidad contrataciones públicas.
EH Bildu
Elecciones vascas EH Bildu se abre a un pacto abertzale en campaña electoral que no convence al PNV
Los ofrecimientos de la izquierda abertzale han sido constantes estas dos semanas y, frente a ello, los jeltzales han mantenido una postura beligerante. En la práctica, ambos partidos se han entendido en distintas materias.

Recomendadas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Palestina
Rafeef Ziadah “En honor a los poetas palestinos caídos siento que debo llevar sus palabras al escenario”
Rafeef Ziadah es activista palestina, poeta y periodista. El Mediterráneo es su casa y la palabra su resistencia. Con el recital “Let it be a tale”, intenta mantener vivas las palabras de los poetas palestinos asesinados por Israel.
Especulación urbanística
Turistificación Canarias dice basta: activistas organizan una movilización histórica en las islas frente a la turistificación
Precarización, pobreza, desigualdad y dificultad de acceso a la vivienda, así como la enorme contaminación de los espacios naturales causada por el modelo turístico, son algunas de las problemáticas por las que Canarias sale a la calle el próximo 20 de abril.