Trabajo doméstico
Txefi Roco: “Las trabajadoras del hogar son el último eslabón de la cadena”

El Gobierno ha asumido de forma “paliativa y deficitaria” la reivindicación histórica del derecho a la prestación de desempleo para las trabajadoras del hogar, sostiene Txefi Roco, de la asociación Trabajadoras No Domesticadas, ya que muchas mujeres siguen sin tener acceso al subsidio temporal.

Txefi Roco
Txefi Roco en el encuentro del Movimiento Feminista de Euskal Herria, en noviembre de 2019, donde fue una de las ponentes. Gessamí Forner

Lo repite en cada intervención: a las trabajadoras del hogar les atraviesan las desigualdades de género, clase social y colonialidad. Son el “último eslabón” de una cadena engrasada por el capitalismo. Txefi Roco, integrante de la asociación vasca Trabajadoras No Domesticadas y Mundubat Fundazioa, considera que para reformular un nuevo sistema hay que repensar los cuidados y volver a renombrar la palabra crisis. 

El Gobierno ha decretado una prestación por desempleo para las trabajadoras del hogar despedidas durante la pandemia, para que puedan acceder al 70% de la base de su cotización, ¿sirve este apaño?
Es una medida desde la emergencia, que valoramos como paliativa y deficitaria. El sector del empleo del hogar y cuidados se caracteriza por tener unos niveles muy elevados de informalidad y de economía sumergida. Según los datos de la OIT, se sitúa en el 30%, y en el Estado español, tal vez más. Eso significa que un porcentaje muy elevado de trabajadoras no tienen contrato escrito. Y cuando lo hay, la mayoría de las veces no refleja las condiciones reales en las que se desarrolla la relación laboral. Son contratos mentirosos. 

¿Cuántos contratos mentirosos calculáis que hay?
Nosotras contabilizamos que alrededor del 90% son contratos mentirosos. Los salarios pueden ser legales, según el SMI, pero no se corresponden con las jornadas trabajadas o no se declara el régimen interno.

Si el 90% de los contratos existentes son mentirosos y al menos el 30% ni siquiera tiene uno de ellos, ¿en qué situación quedan las mujeres?
En el último eslabón de la cadena. Entre ese 30% de trabajadoras sin contrato encontramos a muchas mujeres migradas. Muchas de ellas trabajan como internas, lo cual implica estar siete días en tu centro de trabajo. Son mujeres que encuentran en este empleo su único nicho laboral. No tienen otra opción, es supervivencia.

Hay residencias privadas abandonadas sin ningún tipo de control. Hemos dejado un bien tan preciado para la vida a la deriva del mercado

También hay muchas mujeres en régimen externo sin contrato. ¿Cómo les afectan a ellas las medidas decretadas en el estado de alarma?
Muchas trabajan por horas y hacen hasta cinco, seis, siete casas por semana. Son mujeres que llevan así toda la vida, décadas, entendiendo que sus ingresos son un refuerzo a la economía familiar, al hombre que sostiene o sostenía la casa. Luego enviudan y viven con una pensión de viudedad, por lo que siguen dependiendo del ingreso de las casas por horas. Lo mismo ocurre si se separan o quedan a cargo de la familia cuando el marido se queda sin empleo, como ocurrió en la crisis de 2008. Esas mujeres han hecho sus cuentas, y no les merece la pena darse de alta en la Seguridad Social. Así que ahí tenemos un porcentaje muy importante de mujeres, no necesariamente migradas, también en la economía sumergida.

Por lo que ellas tampoco tienen acceso a las medidas implementadas por el Gobierno.
Son unas medidas deficitarias que siguen sin mirar a buena parte del sector. A nivel simbólico representan un avance porque por fin reconocen la prestación de desempleo, después de muchos años reivindicándola. El sector del hogar es el único que no tiene prestación de desempleo. La pena es que sea una medida solo de emergencia.

Coronavirus
Las trabajadoras de hogar, al margen en derechos tras ser declaradas esenciales
La organizaciones de empleadas domésticas piden ser consideradas como trabajadoras de pleno derecho y medidas complementarias como una regularización o exoneraciones para sus empleadores.

Después del covid-19, ¿las trabajadoras del hogar seguirán en el régimen especial?
Es complicado anticiparse, pero el escenario no pinta muy favorecedor, desde las administraciones siempre ha habido mucha desprotección social. Si miramos las medidas de emergencia económica, se ve claramente qué es lo prioritario para quienes nos gobiernan. Su mayor preocupación apunta a seguir garantizando las condiciones para la reproducción del capital. Cuando decimos que esta sociedad pone en el centro el dinero y el patriarcado, debemos preguntarnos qué se considera crisis y desde qué lugar diseñamos las estrategias. Lo que se cuestiona como amenazado es la continuidad del sistema socio-económico, por lo que las medidas van en la dirección de proteger ese sistema, como en 2008 las medidas fueron diseñadas para proteger la banca, el capital y el sistema financiero.

Un paradigma que parece inmutable.
Ahora se habla de proteger a las trabajadoras y trabajadores, pero hasta cierto punto. Para mí esto es muy importante, porque pone en evidencia cómo venimos funcionando como sociedad, qué elementos realmente se ponen en disputa y qué estrategias podemos diseñar colectivamente para tranformarlo todo de raíz.

Si la disputa es el capital, ¿dónde quedan los cuidados?
La crisis evidencia las contradicciones que tenemos como sociedad y son contradicciones que ya teníamos desde antes del covid-19, pero el covid-19 las ha aflorado a la superficie y nos han explotado en todo el morro. No es casualidad que sean los sectores directamente vinculados a los cuidados, y sectores altamente feminizados, como la sanidad, la educación, salud, cuidados de mayores, quienes mayormente están pagando el pato. El caso de las trabajadoras del hogar y cuidados es un pequeño eslabón de todo este engranaje que demuestra ahora su vulnerabilidad.

Muchas mujeres estamos atravesadas por el miedo, la sensación de gratitud, la culpa, el querer evitar conflictos. Así hemos sido socializadas, y el sistema capitalista saca mucho rédito de ello

Si las trabajadoras del hogar no pueden sindicarse porque no tienen patronal, ¿cómo pueden organizarse?
Es un sector muy individualizado, cada una trabaja en un domicilio, no es como una fábrica u oficina, por lo que el proceso de colectivización del sector es complejo y difícil. En un parque, en la parada de autobús cuando llegan los críos o en la puerta de la escuela comparten ratos. Es difícil dimensionar que lo que les pasa responde a lógicas estructurales, no a algo personal. Es como el patriarcado, al hablar con otras mujeres ves que no son hechos aislados. Ahí se inician procesos de reconocerse como sujetas políticas y formar equipo, a través de espacios de mujeres y asociaciones feministas, que hacen el trabajo que no realizan las instituciones. A partir de esos pequeños procesos de organización colectiva del sector, se avanza en la conformación de la defensa de los derechos y se está trabajando en un convenio colectivo.

En tus intervenciones, siempre incides en que a las trabajadoras del hogar les atraviesan todas las asimetrías.
Sí, género, clase social y colonialidad. Muchas mujeres migradas y racializadas, pero también las mujeres en general, estamos atravesadas por el miedo, la sensación de gratitud, la culpa, el querer evitar conflictos. Así hemos sido socializadas, y el sistema capitalista saca mucho rédito de ello.

¿Cómo sería un mundo sin trabajadoras del hogar?
Sería un mundo nuevo en el que no existirían trabajos invisibilizados, mercantilizados y recluidos al ámbito privado. Sería un mundo en que los cuidados se asumirían como un derecho y una responsabilidad colectiva. Un mundo donde los cuidados que esta sociedad se ha encargado de hacer creer que son un problema, una falla, un déficit, serían asumidos como parte de las vidas, porque todas las vidas necesitan cuidados en distintas fases de nuestra vida. 

Un mundo sin trabajadoras del hogar sería un mundo nuevo en el que los cuidados se asumirían como un derecho y una responsabilidad colectiva

Serían públicos, serían comunitarios.
Serían una condición de todas las vidas, y dejarían de ser un privilegio, una mercancía a la que solo pueden acceder los que pueden pagar por ello. Serían un bien común de calidad independiente de tu poder adquisitivo y clase social. Dejarían de ser un eje de profundización de desigualdades y violencias.

Ahora son fuente constante de desigualdades.
Ahora mismo están mal resueltos, con una ausencia pública que genera mayores desigualdades entre ricos y pobres, mujeres y hombres. Y en esta situación de pandemia nos encontramos a personas mayores aisladas con sus cuidadoras y residencias privadas abandonadas sin ningún tipo de control. Hemos dejado un bien tan preciado para la vida a la deriva del mercado. Eso nos debería hacer pensar que hay cosas que no tienen que ir de la mano del dinero y que los cuidados deben estar garantizados para la vida de todas las personas.

¿Hay gente que cambiará su mirada tras esta pandemia?
Quién sabe, pero desde luego en lugar de seguir pensando soluciones para fortalecer la productividad, esta pandemia podría ser una oportunidad para pensar qué es lo realmente importante y qué cuestiones debemos revisar: el consumo, el estilo de vida, los ritmos que llevamos, la mercantilización de esferas muy importantes de nuestra vida, el expolio y el saqueo de los recursos naturales. Esta crisis nos abre un montón de interrogantes que cada una leerá desde el lugar en el que está. No todas vivimos el confinamiento en las mismas condiciones...

¿Lo olvidaremos todo cuando se abran las puertas de nuestras casas?
Probablemente, y el sistema incluso profundizará sus fortalezas. Ahí hay trabajo por hacer. Es complicado, nos estamos convenciendo entre convencidas, pero es interesante asumir esta crisis como una oportunidad y ser bien inteligentes con las pequeñas grietas que se abren y que nos permitan llegar a los cimientos de este sistema. Porque las grietas seguirán estando ahí… Hay que aprovecharlas para llevar a cabo pequeñas transformaciones desde el sentido común. Podemos aprovechar incluso por empezar a renombrar las cosas que nos han sido definidas previamente: qué es la crisis, qué es lo esencial, qué es tener salud, qué son los cuidados.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Galicia
Redes clientelares La empresa del cuñado de Feijóo obtuvo 200.000 euros en contratos a dedo de la Xunta mientras era presidente
La sociedad de telemarketing, Universal Support, se ha adjudicado 19,2 millones de euros más en licitaciones con la Consellería de Sanidade dedicadas al rastreo de casos de coronavirus durante la pandemia. Algunos de ellos, siendo la oferta más cara.
Opinión
Residencias No tenían por qué morir igual
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso permitió a las personas residentes con seguro privado asistir al hospital y negó la asistencia a las personas que carecían del mismo. Ayuso es el ejemplo de la iniquidad, del desprecio absoluto a los derechos humanos.
Palestina
Flotilla de la Libertad Los cargos públicos integrantes de la Flotilla a Gaza regresan a España
Mientras la flota que llevará ayuda a Gaza permanece en Estambul por los impedimentos de Israel para que zarpe, las políticas españolas deciden retornar a España, ante el anuncio de Pedro Sánchez.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Galicia
Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
Ley de Memoria Histórica
Niños y niñas de la polio Víctimas de la polio y postpolio, desesperadas ante la nula respuesta de las administraciones a sus demandas
Claman por un apoyo inmediato o “van a acabar extinguiéndonos después de años de sufrimiento y abandono”, afirman desde la Plataforma niños y niñas de la polio que este viernes se concentran frente a Sanidad.
Racismo
Delitos de odio La fiscalía pide tres años de cárcel para el excomisario que vinculó migración y delincuencia
Ricardo Ferris, en un acto organizado por Vox en el Ateneo de València en 2022, incitó a los “españoles a dejar de ser pacíficos" después de haber equiparado la inmigración con la delincuencia.

Últimas

Palestina
Genocidio en Gaza La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
Los esfuerzos de Israel para impedir la partida del barco Adkeniz con destino a Gaza ponen otra traba que puede ser definitiva para el destino de una misión que pretende romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Migración
Migración València suprime el Consejo municipal donde se abordaban las problemáticas migrantes
La supresión de este órgano consultivo pone en riesgo las iniciativas realizadas para facilitar la relación de la administración con el 22% de la población local.
Madres protectoras
Madres protectoras Escúchalas
Si un niño o niña le cuenta a su madre que su padre le toca, lo más probable es que al cabo de unos años ella acabe perdiendo a su hijo. Mira a tu alrededor, porque es posible que alguna de tus conocidas esté a punto de vivir algo como esto.
Más noticias
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo sería una transición ecosocial en la industria española?
El sector industrial es el segundo consumidor de energía, solo por detrás del de transporte. La transición ecosocial debe pasar obligatoriamente por la transformación de este sector de la economía.
Lawfare
Justicia a la derecha Pedro Sánchez no está solo: estos son los precedentes a su caso de ‘lawfare’
El presidente del Gobierno aseguraba en su carta que el suyo era un caso de lawfare “sin precedentes”. Lo cierto es que esta estrategia de judicializar la vida política se ha enraizado durante los últimos años.
Opinión
Opinión Cuando la mierda nos come
El panorama mediático se ha convertido en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Basura fabricada por gabinetes ultras, aceptada por jueces afines y amplificada por pseudomedios de propaganda regados con dinero público. Hay que pararlo.
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.
Lawfare
Guerra judicial Las izquierdas brindan el apoyo unánime a Sánchez que él les negó durante la era del ‘lawfare’
Todos los partidos con representación en el Parlamento y ubicados a la izquierda del PSOE, también los soberanismos, han mostrado sus posiciones públicas en solidaridad con el acoso mediático y judicial contra el presidente del Gobierno.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.