Conciliación
            
            
           
           
Una sentencia pionera obliga a retribuir el permiso parental
           
        
        
El  Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Barcelona ha  dictado una resolución que puede ser de  enorme trascendencia en la que obliga al  Ayuntamiento de la ciudad a abonar a un empleado público el salario  correspondiente al permiso parental de 8  semanas. Este fallo no solo marca un precedente de  gran importancia,  sino que también saca a la luz las carencias normativas y los  problemas prácticos en la implementación de este derecho,  establecido por el Real Decreto-ley 5/2023.
  El permiso parental en  España y su marco legal  
El permiso parental está  regulado en el artículo 48 bis del  Estatuto de los Trabajadores (ET)  y reconoce a las  personas trabajadoras el  derecho a disfrutar de un permiso de  un máximo de  ocho semanas para el cuidado de hijos o menores acogidos por tiempo  superior a un año, hasta que el menor  cumpla ocho años. Este permiso puede disfrutarse de manera continua  o discontinua, a jornada completa o parcial, pero siempre en semanas  completas.
 La aprobación de  este nuevo permiso en junio de 2023 deriva de la obligación del  Estado de trasponer a la legislación española la Directiva Europea  (UE) 2019/1158 que otorgaba a los países  miembros de la UE un plazo que acababa en agosto de 2022 para adoptar  las diferentes medidas en materia de conciliación contenidas en la  Directiva, incluido el permiso parental.  Sin embargo,  esta transposición por parte de España no  tan solo ha sido tardía sino que, además, a día de hoy, la  regulación del permiso sigue sin cumplir con las exigencias de la  UE, motivo por el cual se han abierto ya dos expedientes  sancionadores contra España. La principal  causa para estas sanciones es que la Directiva especifica de forma  clara que el permiso parental debe ser remunerado, al menos  parcialmente, pero actualmente, la regulación española no contempla   el derecho a percibir el salario durante el disfrute del permiso.  Ello a pesar que  desde el Gobierno ha anunciado en más de una ocasión, sin llegar a  hacerlo, que se disponía a desarrollar reglamentariamente la  regulación del permiso parental para especificar cómo y a cargo de  quién se abonarían estos salarios que ahora no perciben las  personas que optan por ejercer el permiso  parental. 
El caso de Barcelona y el impacto judicial
El caso que ha derivado en esta sentencia comenzó cuando un empleado del Ayuntamiento de Barcelona solicitó el permiso parental y, tras obtener la autorización, dejó de recibir su salario durante esas semanas. La medida se debió a un cambio de criterio del propio Ayuntamiento en octubre de 2023, que dejó de abonar los permisos parentales basándose en la ausencia de una normativa que obligue explícitamente a su retribución.
La jueza encargada del caso consideró que este cambio de criterio perjudicaba a los empleados del Consistorio, frustrando sus expectativas legítimas sobre la conciliación laboral y familiar. Según el fallo, la retribución del permiso parental es esencial para que este derecho sea efectivo y para que España cumpla con la normativa europea. Por ello, el Ayuntamiento deberá abonar al trabajador los salarios dejados de percibir, con un importe total de 4.000 euros más los intereses legales.
  Un contexto normativo  en conflicto  
La sentencia no solo beneficia al empleado afectado, sino que también pone en evidencia la falta de adecuación de la legislación española a los estándares europeos al no garantizar la remuneración de este permiso.
Además, este fallo plantea interrogantes sobre la viabilidad del sistema actual. Si bien el permiso parental no retribuido puede parecer una medida de apoyo a la conciliación, la falta de compensación económica disuade a muchas familias de utilizarlo. Un problema especialmente relevante en un país como España, donde la brecha salarial y las diferencias de género en el uso de las figuras de conciliación son significativas y actúan en detrimento del derecho efectivo a la igualdad de las mujeres trabajadoras.
  Problemas prácticos  de implementación  
Las deficiencias y carencias de una norma que  permanece incompleta e indefinida  transcurrido casi un año y medio  desde su aprobación están  provocando que apenas sea utilizada, lesionando el derecho a la  conciliación, y generando todo tipo de  dudas sobre su aplicabilidad. Así, por ejemplo, nos encontramos  con:
- Falta de homogeneidad en la aplicación: En el ámbito privado, las empresas tienen criterios dispares sobre cómo gestionar las solicitudes de permiso parental, y en el ámbito público se observan diferencias significativas e injustificables según el organismo o la administración.
 
- Ausencia de regulación complementaria: La normativa no aclara si las cotizaciones a la Seguridad Social se mantienen durante el permiso, ni cómo afecta la ausencia a la antigüedad o a otros derechos laborales.
 
- Impacto económico para los  trabajadores: Sin una retribución  garantizada, el permiso parental se convierte en un lujo inaccesible  para muchas familias, especialmente aquellas con ingresos más  bajos.
 
    Hacia un futuro más  conciliador  
La sentencia del Juzgado de Barcelona puede ser el catalizador necesario para que, de una vez por todas, España asuma la obligación de adoptar de forma plena y precisa las directrices de la UE en materia de conciliación, incluyendo una regulación completa del permiso parental que respete la premisa de que sea remunerado, al menos parcialmente. De lo contrario, mantener la situación actual genera una inaceptable inseguridad jurídica y convierte una medida de conciliación en apenas un cascarón vacío, una mera apariencia, que sigue lastrando la promoción de modelos de distribución más equitativa de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres.
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