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Temporeros
Un incendio en un asentamiento de Palos de la Frontera arrasa cien chabolas
“¡Rápido, rápido, vete de la chabola, hay fuego!”. Así llamaban a Zainab sus vecinos cuando a la 1.30 hora de la madrugada se producía un gran incendio en el asentamiento de Baldifresa, en Palos de la Frontera (Huelva). A Zainab (Marruecos, 25 años) le dio tiempo a sacar alguna ropa pero, afortunadamente, su chabola no se quemó, solo le afectó el lateral “porque pudieron apagar el fuego a tiempo”, comenta. Ahora dice que tiene mucho sueño y dolor de cabeza.
A las 10 de la mañana el sol aprieta sobre los restos calcinados y humeantes del asentamiento. El incendio se ha producido en medio de una ola de calor. Nadie ha podido dormir esta noche pasada; Yousef, Naema y Aziza están sentados en el suelo con la mirada perdida. Sus chabolas han sido devoradas por las llamas; frente a ellos, los restos de hierro retorcidos se esparcen por toda el área arrasada, ennegrecida por el fuego. El olor a quemado y el humo hacen irrespirable el aire. No hay una sola sombra donde resguardarse. Ni árbol en pie. Yousef apenas puede hablar. Está conmocionado. Su chabola se ha quemado tres veces. “Ahora tendré que volver a construirla otra vez ¿Qué voy a hacer? No tengo a donde ir”, explica este migrante marroquí vencido por el cansancio, la falta de sueño y el hastío.
Además de la destrucción, el fuego en los asentamientos ha provocado, hasta la fecha, la muerte de cuatro personas
Otros no paran a pesar del cansancio y el calor agobiante. Omar ha empezado a retirar los hierros de lo que fue su hogar hasta hace unas horas. Ya tiene, incluso, los pales para comenzar la construcción de otra chabola: “Tengo que dormir en algún sitio, no tengo otra solución, nadie nos va a ayudar”, aclara. Con sus brazos o con carretillas de mano, algunos habitantes del asentamiento amontonan los restos del incendio y limpian la zona para volver a construir un techo donde poder descansar.
Incendios en el asentamiento de Baldifresa
En marzo de 2021, Yousef El Halili perdió su chabola en un gran incendio que dejó a 400 personas durmiendo al raso en el mismo asentamiento. Dos meses después, otro gran incendio arrasó el 60% de las chabolas. Una de ellas fue la de Yousef. Y esta madrugada su chabola forma parte de la centena que ha desaparecido bajo las llamas. Los incendios en los asentamientos de migrantes de la provincia de Huelva son continuos. “Las personas viven de manera infrahumana“ según Ana Pinto de Jornaleras en Lucha. “Tienen bombonas de gas y son chabolas hechas de madera, cartón y plástico, esto es inflamable a tope”, apunta Pinto.
Para la representante de Jornaleras en lucha, esta situación es una auténtica vergüenza: “Se pasan la pelota de una administración a otra y no han hecho nada para cambiar la situación”. Según Pinto, hay gente trabajando con papeles en regla pero no les quieren alquilar casas por ser negros. Otro problema con el que se encuentran los temporeros es la escasa oferta de alquileres. La llegada de trabajadores temporeros a la campaña de los frutos rojos produce una demanda de viviendas que no se corresponde con la oferta.
En su visita a los asentamientos de migrantes de Huelva en febrero de 2020, Phillip Alston, Relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, aseguró que la situación es “peor que en un campo de refugiados”
Muertes por fuego en los asentamientos
Pero además de la destrucción, el fuego en los asentamientos ha provocado, hasta la fecha, la muerte de cuatro personas. Toufik Alasar, murió en un incendio en este mismo asentamiento de Palos hace ahora dos años y medio. Le siguieron Ato y Esaadia. Murieron calcinados en una chabola de un asentamiento de Lucena del Puerto, el año pasado. La última víctima murió el 22 de abril en un incendio de su chabola en Lepe mientras dormía.
En su visita a los asentamientos de migrantes de Huelva en febrero de 2020, Phillip Alston, Relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, aseguró en rueda de prensa y, posteriormente, en un informe, que la situación de los recolectores de la fresa en Huelva es “peor que en un campo de refugiados”.
Según algunas ONG que trabajan sobre el terreno, en Huelva hay más de 40 asentamientos en las localidades de Lepe, Palos de la Frontera, Moguer y Lucena del Puerto, en los que viven más de tres mil migrantes. Este número puede variar según la época del año y está sujeto a las campañas de recogida de los frutos rojos. Después de más de 20 años de aparición de los asentamientos al calor de los frutos rojos, pocas son las soluciones que se han barajado para ofrecer una solución habitacional a los miles de trabajadores y trabajadoras que necesita el sector fresero. Hasta la fecha, solo existe un albergue sin terminar y ocupado por los trabajadores en Lepe. En la misma localidad existe otro albergue privado y gestionado por ASNUCI, una asociación privada sin ánimo de lucro, con una capacidad de 40 plazas.
Alternativa a los asentamientos
El pasado mes de mayo, Enrique Santiago, secretario de la Agenda 2030, visitó Huelva, para trabajar en una alternativa definitiva a los asentamientos. La intención es llevar a cabo, desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, un programa conjunto con otras administraciones. Enrique Santiago no ocultó lo complejo de una solución que tiene que venir de todos los sectores implicados como son administración central, autonómica, local, sector empresarial, sindicatos y organizaciones sociales. Y todas ellas coordinadas desde la secretaría de estado. En su visita, mantuvo una ronda de contacto con todos los sectores implicados. Para ello se cuenta con fuentes de financiación de la Unión Europea y recursos que provienen de la misma para la recuperación económica tras la pandemia. “Hablamos de muchos millones de euros”, aseguró Santiago.
Por otra parte, la Junta de Andalucía, a través de su viceconsejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior anunció el pasado mes de enero una ayuda de 600.000 euros para la construcción de dos albergues de migrantes en los municipios de Lepe y Lucena del Puerto. De ellos, 300.000 euros van destinados a la reforma y terminación del albergue municipal que podrá albergar a 152 usuarios. La otra mitad de la partida irá dirigida a la construcción de un albergue de 60 plazas que contará con módulos habitacionales, zona de aparcamiento e infraestructuras básicas.
El Foro Provincial de la Inmigración, formado por representantes de todos los niveles de la administración, empresarios, sindicatos y organizaciones sociales, se reunió por última vez el pasado noviembre para aprobar un documento definitivo de intervención en asentamientos chabolistas. Este documento contiene una serie de propuestas destinadas a las administraciones para buscar una solución global a lo asentamientos. “Una solución que va más allá de ofrecer alojamiento y que busca, entre otras muchas cosas, que nadie sufra una situación de desamparo y que todas estas personas que necesitan ayuda humanitaria sepan donde acudir en cada momento” apuntaba en esa fecha la delegada del Gobierno. Una de esas propuestas dirigidas a las administraciones es empadronar a las personas trabajadoras en sus chabolas para eliminar la posibilidad de caer en las mafias. Hasta la fecha, esta propuesta no ha tenido eco entre las administraciones locales, con excepción de Lepe.
Por lo pronto, Omar, Zainab, Abdoulaye, Yousef, Naema, Aziza y varias decenas de trabajadores y trabajadoras que el fuego dejó esta madrugada sin sus techos, dormirán esta noche al raso. Hasta que puedan sacar fuerzas para volver a construir una humilde chabola que, otro fuego, volverá a devorar más pronto que tarde.