Sumar
El equipo del “nuevo laborismo” con el que Yolanda Díaz quiere seducir a los votantes

“Cuando preguntan a los encuestados los del CIS a qué candidato darían a cuidar a su hija, la mayoría responde a la vicepresidenta”, comenta sonriente Yolanda Díaz a parte de su equipo, tras uno de los varios eventos de los que participa últimamente, sea como ministra o como candidata. La líder de Sumar está en modo campaña y con ese comentario demuestra el interés con el que consume (y escucha) los análisis de las encuestas.
Es la cuenta atrás para las elecciones generales, queda menos de un mes de campaña para convencer a los votantes e intentar dar el sorpasso a Vox para ser la tercera fuerza, un lugar que Podemos perdió en la repetición de los comicios de noviembre de 2019. Ese tercer lugar es clave en el reparto de escaños de las circunscripciones más pequeñas y podría ayudar a amortizar en parte el hecho casi imparable de que el PP sea esta vez el más votado en ellas.
Para el objetivo presidencial, Díaz ha venido configurando un equipo diverso, de diferentes familias políticas, en donde, a diferencia de la formación morada, tienen predominancia los intelectuales con formación en política exterior, la izquierda ecosocialista catalana y, en parte, Podemos. El perfil busca darle un barniz de laborismo ecologista reformista, dejando atrás discursos y tonos que puedan recordar a la lucha de clases o al 15M.
El equipo de ‘yolanders’
El origen de todo esto se entiende recordando la buena relación que entabló Díaz con el entonces diputado Josep Vendrell en el Congreso. Vendrell provenía de ICV (Iniciativa per Catalunya Verds) y era legislador por la confluencia de En Comú Podem. Tras unos meses de coordinador de los ‘comuns’ en el Parlament de Catalunya, fue fichado por la ministra de Trabajo como su jefe de gabinete.
Vendrell es la espina dorsal del equipo de la vicepresidenta y fue quien ha liderado las negociaciones para conformar Sumar. Fuera de Catalunya, su nombre comenzó a resonar en los medios por haber tenido la tarea de confrontar durante meses con Lilith Verstrynge, número tres de Podemos, en ese zig zag que fue la negociación que acabó en unidad.
Otro clásico de la izquierda catalana que desde el año pasado ayuda en el tejido político y estratégico de la vicepresidenta es Ramón Luque, exconcejal de Hospitalet de Llobregat, exalto cargo del tripartito catalán previo al ‘procés’ y exmano derecha de Cayo Lara.
Una fuente cercana a Díaz asegura que no existe un politburó sino que el equipo funciona de manera más horizontal, sin una especie de generalato típico de los partidos tradicionales
“No hay un politburó ni un petit comité”, responde sonriente una fuente que habla día y noche con Díaz. La pregunta, típicamente periodística, es sobre esa tradicional mesa de cuatro o cinco personas de confianza en la que se debate y decide todo. El dirigente asegura que no es tan así, que el equipo funciona de manera más horizontal sin una especie de generalato típico de los partidos tradicionales.
Además, señala que lo más “interesante” que tiene el nuevo equipo, definido con las prisas que quiso Pedro Sánchez al adelantar las elecciones, es que a Díaz “la rodea gente que no estaba en su día a día” de la gestión en Trabajo y que son dirigentes que provienen de sitios “muy distintos, que no reproducen las lógicas cainitas de guerras fratricidas que se venían dando” en la izquierda.
Entre quienes han estado en la conformación de todo el proceso están Rodrigo Amírola (asesor en Trabajo que debutó en Podemos en la campaña de las europeas de 2014), el diputado Antón Gomez-Reino (amigo personal de Díaz desde los tiempos de Galicia en Común) y la mano derecha de Díaz, la gallega Marta Lois, politóloga y exdirigente de Compostela Aberta (la confluencia que gobernó la alcaldía en 2015-2019). Es la cabeza de lista por A Coruña, de hecho. Otro nombre entre los que vienen trabajando es el del joven Carlos Corrochano, asesor en el área internacional
Destaca entre las últimas incorporaciones otro miembro de ICV, Ernest Urtasun, actual eurodiputado y designado en el cargo clave de portavoz de la campaña. “Yolanda lo sacó de Bruselas a Urtasun y repescó a Pablo Bustinduy”, explica otra fuente del día a día de la vicepresidenta, destacando el perfil cosmopolita y técnico que quiere dar a su equipo. Bustinduy participó de la creación de Podemos y fue eurodiputado, aunque se distanció de la formación morada en 2019.
Aquí también entra en escena la extremeña María Eugenia Rodríguez Palop, eurodiputada y muy cercana a Urtasun. Quienes conocen el vínculo, Palop es muy escuchada por Díaz y le ha encargado al exfichaje de Podemos para las europeas de 2019 nada más ni nada menos que liderar la redacción del programa económico. Palop también se ocupa de la agenda de feminismo e igualdad.
La cúpula de Sumar cree que Podemos va a jugar un papel importante” y, tras la conflictiva negociación, hace un guiño a los morados con la incorporación de Nacho Álvarez y Alejandra Jacinto
“Había voluntad de incorporar gente de Podemos, porque va a jugar un lugar importante”, dicen a El Salto desde la cúpula de Sumar. Este guiño tras la conflictiva negociación con los morados lo encarnan dos personas: Nacho Álvarez y Alejandra Jacinto. El primero es secretario de Estado de Derechos Sociales y el referente histórico del partido cofundado por Pablo Iglesias en materia económica. Desde 2021 es uno de los que siempre fue señalado por acercar posiciones y buscar la armonía entre los dos bandos, una vez que Díaz decidió desmarcarse de UP y conformar algo que lo trascienda. Ahora le tocará la portavocía en economía para Sumar.
Jacinto, por su parte, fue la última candidata a presidenta de la Comunidad de Madrid por Podemos, y por unos pocos miles de votos no logró entrar en la Asamblea. Fue designada para ser la portavoz de Vivienda del nuevo espacio, un premio a su trayectoria como activista en la PAH y la lucha contra los desahucios. De hecho, participó en 2015 de la creación de la iniciativa Stop Desahucios.
En el diseño de la estrategia laboralista pisa fuerte Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, a quien Díaz escucha a la hora de definir el programa en lo que será uno de sus asuntos elegidos para impactar en la campaña. También lo acompaña de cerca el economista Carlos Martín, de Comisiones Obreras, colaborando de cerca con Alvarez.
Díaz tiene previsto que los ejes principales sean la “democratización de la economía” y una transformación más justa de las relaciones laborales, en una nueva fase que deja atrás alguna retórica típica de Podemos, con tonos más suaves y disputas menos disruptivas
La vicepresidenta ha dispuesto que el ministro de Universidades, Joan Subirats, sea quien se ocupe de la cuestión territorial y de cohesión del Estado, un asunto que en la campaña volverá a crujir a pesar de estar mucho más apaciguado que en las generales anteriores. Muy cercano a Ada Colau, Subirats deberá asesorar en un tema delicado para muchos votantes incluso progresistas.
Muestra de ello es la última controversia filtrada en algunos medios debido al pedido de los ‘comuns’ de incluir el derecho de autodeterminación en el programa electoral. Algo que Díaz antes no dudaba en apoyar pero ahora sus portavoces matizan en que lo que se impulsará llevar a consultar en las urnas es el acuerdo que surja de la estancada mesa de diálogo entre el gobierno del Estado y el de la Generalitat catalana.
La agenda económica
Díaz tiene previsto que sean dos ejes principales de su campaña la “democratización de la economía” y una transformación más justa de las relaciones del mundo laboral. Esta nueva fase deja atrás alguna retórica típicamente de Podemos, con tonos más suaves y disputas menos disruptivas, y apela directamente a las cosas del comer y a mejoras muy tangibles del día a día de la gente, especialmente de los trabajadores. Es algo calibrado desde hace casi dos años por parte de la vicepresidenta y su entorno, como constató El Salto en aquel momento.
El “nuevo laborismo” (en inglés new labour) fue el famoso lema con el que el Partido Laborista británico se intentó refundar a sí mismo en su congreso interno de 1994. Esa reforma implicó un cambio en los estatutos en donde se borraban los últimos hilachos de contenidos marxistas y se aceptaba la economía de libre mercado. Todo de la mano de Tony Blair y, en términos económicos, Gordon Brown.
Quitando todas las diferencias, una modernización por el estilo está intentando Díaz, quien esta semana fue ponente en un seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y allí esbozó varias de las líneas que se verán plasmadas en el programa económico que se hará público “en los próximos días”, según informaron a El Salto desde Sumar.
“Estamos terminando de perfilar el programa de gobierno para poder sacarlo pronto y allí se sabrá más sobre el proyecto económico, que será potente. En el ámbito de transición ecológica también habrá énfasis. Lo verde tendrá una centralidad clave y muchas propuestas”, asegura en conversación con El Salto uno de los asesores que tiene a cargo la redacción.
Una de las cuestiones claves en la que Díaz hace hincapié es en la noción del tiempo y cómo debe ser un bien recuperable para los trabajadores, con el objetivo de transitar gradualmente hasta una semana laboral de 32 horas
Una de las cuestiones claves en la que Díaz hace hincapié es en la noción del tiempo y cómo debe ser un bien recuperable para los trabajadores. El objetivo es transitar gradualmente hasta una semana laboral de 32 horas, según ha dicho la propia candidata y que ya en 2024 la jornada de trabajo máxima legal sea de 37,5 horas semanales en promedio anual sin recorte salarial.
Además, en el mencionado curso de esta semana, Díaz ha avanzado en que impulsará una reforma fiscal “estructural, profunda e íntegra” aunque no ha concretado medidas exactas, pero dejó en claro que “el debate no es subir o bajar impuestos sino eliminar los privilegios”. A su juicio, “el sistema fiscal español es profundamente injusto; la prioridad es aumentar la progresividad fiscal a través de la renta”.
La candidata también ha llamado a centrarse en las hipotecas y ha recordado su propuesta para poner en marcha un bono para que los hipotecados a tipo variable puedan hacer frente a las subidas de las cuotas. La iniciativa —que tendría un coste de 1.000 millones y sería financiada con el impuesto a la banca— sería de 1.000 euros por persona para hipotecas de hasta 250.000 euros y de mínimo 10 años.
También Díaz reivindicó las alzas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y consideró que el presidente del Gobierno y líder del PSOE, ahora rival electoral, “se ha quedado corto” con su propuesta de garantizar por ley la subida del SMI al 60 % del salario medio.
En pocos días, Sumar informará su programa de gobierno con el que busca trazar una bisagra en el espacio a la izquierda del PSOE y crear una identidad propia post 15M. Los equipos que rodean a Díaz están seguros que lo que el electorado es lo que está demandando en esta fase histórica. El 23 de julio sabremos si estaban en lo cierto.
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