Opinión
El nuevo Estatuto Marco del personal sanitario: una reforma negociada sin los y las trabajadoras

Una de las reformas más importantes para el empleo público sanitario se desarrolla sin presión en la calle ni debate en los hospitales.
Anteproyecto de Ley del Estatuto Marco Mónica García
La ministra de Sanidad, Mónica García, presentando el anteproyecto de Estatuto Marco para el personal Sanitario.

Delegado de Mats del Hospital Gregorio Marañón.

4 nov 2025 05:00

La esperada reforma del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud tras 22 años se encuentra con las negociaciones estancadas entre los sindicatos, las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad.

Los y las trabajadoras nos sentimos completamente apartadas de todo el proceso por todas las partes que dicen representarnos. Somos observadores sin voz en un juego político que marcara nuestro futuro y en el cual todos los jugadores simplemente nos mantienen en el banquillo, aislándonos de formar parte en la decisión más importante para los y las trabajadoras de la sanidad en dos décadas.

Una negociación opaca y sin voz de las y los trabajadores

El Estatuto Marco, en vigor desde 2003, regula las condiciones básicas en las que realizamos nuestro trabajo dentro de los diferentes servicios sanitarios de las comunidades autónomas. Veinte años después, el Gobierno busca actualizar este documento donde queremos que aborde cuestiones clave para nosotras, como la jornada laboral, funciones de los profesionales, la carrera profesional, la jubilación, la movilidad, la clasificación profesional o aclaraciones sobre que son “las necesidades de servicio”, glosario universalmente utilizado para evitar la conciliación de los y las trabajadoras.

Las y los trabajadores estamos hartos de que todas las partes realicen este proceso “a puerta cerrada” sin que se nos informe. Nos enteramos por medios de comunicación o por redes sociales. Nadie nos pregunta si tenemos propuestas, nadie nos consulta que queremos, nadie nos informa de los cambios que nos van a afectar directamente, solo existimos para perpetuar un sistema representativo en el que nuestros votos solo sirven para ganar subvenciones, no para representar nuestros intereses.

Los sindicatos —SATSE, CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde— que participan en las mesas de negociación, nos están negando el derecho a participar en este proceso

Los sindicatos —SATSE, CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde— que participan en las mesas de negociación, nos están negando el derecho a participar en este proceso, una información básica sobre la que los y las trabajadoras tendremos que organizarnos , si todo continua en la dirección que nos mencionan los medios de comunicación, para luchar para que se lleven a cabo las mejoras que pedimos antes de que se cierren las negociaciones con un acuerdo que solo beneficie a los sindicatos y gobiernos, no a los y las profesionales. Todo este secretismo y falta de información está derivando en el mayor de los problemas a los que se enfrenta la clase trabajadora en el siglo XXI: desinterés y desmovilización entre los y las trabajadoras, lo que nos lleva a un triste resultado y es que una de las reformas más importantes para el empleo público sanitario se desarrolla sin presión en la calle ni debate en los hospitales.

Las negociaciones para un nuevo Estatuto Marco del personal estatutario debería ser una oportunidad histórica para modernizar la sanidad pública española con los que formamos parte de ella: los vecinos y vecinas, y los y las profesionales. Sin embargo, la realidad es otra, se ha convertido en un proceso negociador fragmentado entre las diferentes partes, sin participación de los y las profesionales y con comunidades autónomas reclamando autonomía frente a un Ministerio que busca un continuismo en la norma para que sigamos estancados en la realidad de un documento legal de hace 20 años. Mientras las partes negociadoras siguen discutiendo en Madrid, en los hospitales y centros de salud reina la resignación. Los y las trabajadoras seguimos agotadas, desinformadas y sin poder participar de forma real.

En los despachos hay ruido, pero en las calles y en los pasillos de los hospitales, lo que domina es el silencio.

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