Ecofeminismo
¿Es el ‘zero waste’ cosa de mujeres?

El zero waste o residuo cero es un movimiento que tiene como objetivo reducir al máximo los residuos y la basura que generamos. Fernando Gómez Soria, coautor del libro “Vivir sin plástico”, comparte sus reflexiones en torno al cuidado del medio ambiente y los roles de género.

zerowasteygenero

Hace unas semanas leí un artículo sobre un estudio que había encontrado que muchos hombres evitan realizar acciones amigables con el medio ambiente, como reciclar o llevar una bolsa reutilizable de tela, porque les da miedo que otras personas piensen que son homosexuales. ¿¡Qué!? Me quedé ojiplático, no me lo podía creer. No sólo por el hecho de que alguien pudiese juzgar la orientación sexual por cuidar más o menos el medio ambiente, sino además porque tuviera algo de malo parecer homosexual.

Echando un vistazo a nuestra propia cuenta de Instagram, en la que tratamos algo tan general como sensibilizar sobre el mal uso que estamos haciendo del plástico desechable, me di cuenta que el 87% de nuestras seguidoras son mujeres. Compartimos este dato, animando a otras cuentas que hablan de sostenibilidad a que compartieran sus porcentajes de seguidores. Nos mandaron sus estadísticas 59 cuentas, las cuales tenían una media de un 80,3% de seguidoras frente a un 19,7% de seguidores.

Es cierto que Instagram es una red social más frecuentada por mujeres (58% frente a un 42%), pero no tantas como para que exista una diferencia tan marcada. En otras redes sociales, como twitter en las que hay un 66% de usuarios, nos siguen también más mujeres aunque no en un porcentaje tal alto.

No soy el único que se ha preguntado si hay un sesgo de género en este tema, de hecho el aventurero y activista Rob Greenfield, que trata temas muy diversos de sostenibilidad, también ha revelado que el 70% de las personas que le siguen en Youtube son mujeres. Entonces, ¿dónde están los hombres? ¿Por qué nos interesamos tan poco por estos temas?

¿Cómo convenzo a mi novio de que recicle?

Si te paras a pensarlo tampoco es tan asombroso. El movimiento zero waste, por ejemplo, se podría definir como “tratar de generar la menor basura y residuos posible a través de nuestras acciones cotidianas”. Y entre estas acciones están realizar la compra, preparar la comida, conservar los alimentos, limpiar el hogar, separar los residuos, el cuidado personal,… Todo eran tradicionalmente tareas que recaían en las mujeres (y por desgracia no tan tradicionalmente).

La verdad es que casi todos los referentes del movimiento residuo cero son mujeres: Bea Johnson, Lauren Singer, Kathryn Kellogg, Shia Su, Lindsay Miles… Además, la mayoría de las personas que vienen a nuestras charlas son mujeres y más de una vez nos hemos topado con la pregunta “¿Cómo convenzo a mi novio para que se anime a no generar basura?”. Está claro que hay una clara diferencia de género en este tema.

En realidad las mujeres se involucran más a la hora de llevar una vida más sostenible. Reciclan más, abandonan menos basura en el medio ambiente, dejan una menor huella de carbono y reducen más su consumo de carne. De hecho, la mayoría de influencers sobre el veganismo en España también son mujeres. Y por lo general, ellas están más predispuestas a adquirir hábitos sostenibles.

La ecologista perfecta

Esto en ocasiones se podría volver en su contra. Susan Dobscha, profesora de la Universidad de Bentley, que estudia sobre igualdad de género y sostenibilidad, piensa que el zero waste está poniendo más presión en las mujeres. Compara muchas fotos de las cuentas de Instagram con el ideal de la perfección del ama de casa de los 50. ¿Se está en realidad cargando con más trabajo a las mujeres?

Puede que sí, sobre todo si se preparan muchos productos desde cero para evitar residuos, como por ejemplo hacer el ketchup casero. Aunque Bea Jhonson, madre de este movimiento, no está de acuerdo: “Hay muchos blogs y cuentas en redes sociales que crean la idea de que tienes que hacer un montón de cosas desde cero y asustan a las madres trabajadoras. Lucho con fuerza contra eso”. Otras muchas personas que participan en este movimiento indican que solo hacen sus propios productos cuando les van a durar mucho tiempo, pero que si no, lo compran a granel o en el envase más sostenible posible.

Es cierto que depende de hasta dónde quieras llegar, pero un estilo de vida que no genere mucha huella residual no debería de suponer mucho más trabajo sobre las espaldas de nadie, especialmente sobre quien ya las tiene cargadas. Por mucho que hayamos avanzado como sociedad, la mujer todavía dedica mucho más tiempo que el hombre al trabajo no pagado, como la tareas del hogar, según el INE casi el doble.

Hay otro factor a tener en cuenta, el papel de la cuidadora. Las mujeres han sido, también “tradicionalmente”, las cuidadoras de nuestra sociedad. Han cuidado más de los hijos e hijas, de las personas enfermas, de las mayores,… y sin ser muy conscientes de ello también del planeta.

Pero cuando se trata de denunciar la contaminación marina o de recoger residuos de la playa la cosa cambia. Ahí empiezan a parecer más nombres masculinos. Debe de ser porque es una actividad exterior que está relacionada con la naturaleza y, en muchas ocasiones, con el deporte. Hay una cantidad enorme de surfistas varones que denuncian en redes sociales la contaminación de plástico en las playas.Si, también en sostenibilidad existen los estereotipos y esto no es nada bueno ni para la sociedad ni para el medio ambiente.

¿Cómo puede ser que alguien no recicle o no utilice una bolsa de tela porque pone en duda su masculinidad? Como dice George Monbiot, ¿Qué clase de hombre eres si tienes que hacer todo lo posible para demostrar tu masculinidad? Así que desde aquí, hago un llamamiento a todos los hombres para cambiar esto, a que llevemos las bolsas de tela con orgullo, a que nos involucremos en todas las tareas y trabajos y consigamos que este mundo sea un poco más justo e igualitario. Es vital que todos adoptemos comportamientos sostenibles, independientemente del género, porque el planeta es cosa de todxs los que lo habitamos.



Archivado en: Consumo Ecofeminismo
Sobre este blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Ecofeminismo
Aprendizajes de emergencia Aprendizajes de emergencia. Notas tras el apagón
El pasado lunes, nos enfrentamos de nuevo cara a cara a nuestras vulnerabilidades. Nos reconocimos, una vez más, como seres interdependientes y ecodependientes, e hicimos… lo que pudimos.
Ecofeminismo
Camins públics Els camins públics: un deure col·lectiu
Els camins públics són molt més que simples senders: són la xarxa viva que connecta pobles, paisatges i memòria.
Ecofeminismo
Ecofeminismo Kit de supervivencia ecofeminista
Nuestra compañera Salomé Preciado reflexiona sobre cuál es el verdadero kit de supervivencia que necesitamos para afrontar los tiempos que vivimos.
#40105
29/9/2019 13:08

Por qué cada vez que aparece un estudio comparativo de hábitos entre sexos que favorece a las mujeres, hay hombres que se sienten ofendidos? Incluso entre aquellos que por sus comentarios no debieran sentirse interpelados... Ese análisis que menciona un comentario y que concluye que existe un mayor porcentaje de mujeres que consume más, a mi no me ofende como mujer, primero porque considero que yo no soy precisamente una gran consumidora, y segundo porque, a pesar de eso, puedo reconocer que tiene visos de ser verdad. Creo que los análisis basados en datos objetivos no son sexistas per se, ni fomentan la lucha de sexos, pero sí pueden ayudarnos a reflexionar sobre nuestros hábitos y todo lo que aún podemos y debemos cambiar. Lo que precisamente fomenta la lucha de sexos son esos comentarios de hombres ofendidos por este tipo de análisis, sencillamente porque por debajo subsiste la idea de que el feminismo les ha declarado la guerra. A ver si nos enteramos de una vez tod@s que el feminismo es la antítesis de la lucha de sexos, porque defiende la igualdad al tiempo que denuncia que el patriarcado es malo para ambos sexos, pues hace daño tanto a hombres como a mujeres al constreñirlos a una serie de roles de género que son artificiales, creados socialmente, y que poco tienen que ver con las capacidades físicas o psíquicas que determina el sexo de una persona. Yo sí creo que muchos hombres no llevan bolsas tela o carros de la compra porque creen que eso les hace parecer afeminados, es una realidad que se puede comprobar cualquier dia en cualquier supermercado de cualquier ciudad, porque son objetos asociados tradicionalmente a las mujeres. Eso no hace desmerecer otros gestos que puedan tener los hombres por el medioambiente, pero sí que da un toque de atención sobre la cantidad de estereotipos de género que siguen existiendo y que, incluso, afectan a cosas tan importantes como la salud del planeta.


0
0
#40011
26/9/2019 21:39

Es cierto que los hombres reciclan menos... pero también es verdad que las mujeres consumen más, valga un dato "las mujeres controlan el 65% de las compras mundiales"

https://elpais.com/diario/2010/04/27/sociedad/1272319201_850215.html

0
0
#40007
26/9/2019 20:44

Vaya ejercicio de metonimia... ¿Qué porcentaje de la población de mujeres sigue - o sabe que existe - este movimiento súper guay? ¿Qué son el 0.001% o el 0.02% de mujeres? Por cierto, vaya clasismo, ¿cuántas mujeres de países empobrecidos andan en esto?

0
2
#40006
26/9/2019 20:41

También hay que hacer de esto un problema de género? Seguro que los hombres generamos más deshechos... quizás no queremos seguir la última moda, pero. ¿Quién usa más botes de comésticos, toallitas húmedas, ropa, etc.? Entrar en una guerra de sexos aquí no es productivo. Parece que queréis forzar a la gente a seguir el último hastag que aparece, no sé a lo mejor como viejo ecologista que me dedico a salir al campo a retirar basura y que planto árboles con mis vecinos e intento no usar el coche me he quedado desfasado. Pero que ha sorprendido este texto, no sé a donde quiere llegar

1
0
Sobre este blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas las entradas
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El PSOE se mira en el espejo de Canadá
La irrupción de un enemigo exterior poderoso como Trump ha provocado un giro rotundo en las elecciones del país norteamericano, catapultando a los progresistas tras estar al borde de una dura derrota.
Energía
Energía La organización colectiva, el verdadero kit de supervivencia en tiempos de emergencia y caos
Decenas de centros sociales, cooperativas y grupos autogestionados de vecinos en todo Madrid hicieron frente a los embates del parón eléctrico a través de improvisadas iniciativas comunitarias.
Culturas
Opinión Macrofestivales o la romantización del hiperconsumo
No hay macrofestival ético, del mismo modo que no hay banco que piense en las personas. La forma de construir relaciones sociales, así como el lugar desde donde estas se producen son importantes.
La vida y ya
La vida y ya Unas horas sin luz
Edu, un amigo que es conserje en un colegio público, me escribe para contarme que quienes más se angustiaron fueron las familias más vulnerables.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Málaga
Lucha por el agua Victoria parcial para la Mesa del Agua
Tras meses de lucha ciudadana, el equipo técnico de la Junta de Andalucía rechaza la concesión de agua al proyecto Transcendence sobre El Llano de Matagallar (Málaga)
Alimentación
Soberanía Alimentaria ¿Cómo hacer más accesible la alimentación sostenible a población en vulnerabilidad?
Existen proyectos en España que están intentado informar, sensibilizar y mostrar buenas prácticas en alimentación sostenible a personas en situación de inseguridad alimentaria, en los barrios o desde la infancia.
El Salto Radio
Podcast Lecturas: Los Pistoleros
Un cómic fronterizo de facturación andaluza rememora la lucha de los trabajadores en la Sevilla de los años 20 y el conflicto permanente en la aduana de Gibraltar.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.

Recomendadas

Feminismos
Andrea Proenza “Debemos aproximarnos a nuevos horizontes feministas en nuestra forma de amar”
‘Cartografías del deseo amoroso’ es el título de un ensayo intimista sobre chicas que quieren ser Bravo y buscan no solo el amor, sino un buen relato.
Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.