Precariedad laboral
La precariedad de las trabajadoras de Eulen en Extremadura
El Grupo Eulen, que en 2017 obtuvo unos beneficios de un 65% más respecto del año anterior y alcanzó los 14 millones de euros, se dedica a pagar salarios de miseria a sus trabajadoras de servicios de limpieza.

El grupo EULEN SL, empresa subcontratada por la Junta de Extremadura para cubrir los servicios de limpieza de diferentes puntos de la región, precariza a sus trabajadoras y aboca a una mala limpieza de sus centros debido a la falta de productos sanitarios para poder llevar a cabo de manera eficaz y eficiente una limpieza adecuada de las infraestructuras.
El Grupo Eulen, que en 2017 obtuvo unos beneficios de un 65% respecto del año anterior y alcanzó los 14 millones de euros, se dedica a pagar salarios de miseria a sus trabajadoras de servicios de limpieza. Remunera a sus trabajadoras a 4,6 €/h, y en sus contratos especifican su jornada de lunes a viernes pero son obligadas a trabajar los fines de semana gratis.
Según las palabras de una trabajadora, los sindicatos, como por ejemplo CCOO, tiene conocimiento de estas situaciones
La situación se agrava todavía más en el caso de realizar suplencias. Normalmente, a la hora de realizar suplencias, las mujeres que las llevan a cabo son contratadas la mitad de la jornada para que realicen el mismo trabajo que la personas suplantadas con una jornada completa. Y, según las palabras de una trabajadora, los sindicatos, como por ejemplo CCOO, tienen conocimiento de estas situaciones.
La precariedad en Extremadura tiene rostro de mujer, y ya no simplemente por la remuneración económica que perciben sino por las malas situaciones laborales a las que son abocadas. Siguiendo el caso de esta empresa, algunas de las trabajadoras no tienen uniforme de trabajo porque la compañía no se lo garantiza y manipulan productos tóxicos diariamente sin tener el conocimiento ni los instrumentos necesarios.
El Grupo Eulen, en su “Código ético”, establece como uno de sus principios “el mantenimiento de la solvencia económica y la gestión eficaz de nuestros recursos”, y anda que si lo hacen. Las empleadas de limpieza se encuentran cada mes con la falta de productos que deberían ser abastecidos por la empresa, y para garantizar que las condiciones higiénico sanitarias sean decentes, tienen que utilizar productos costeados por ellas mismas y que se llevan de casa. Y cada mes es peor. Ellas realizan un pedido según las condiciones del centro y lo que necesitan y luego la empresa, en aras de cumplir religiosamente el principio mencionado anteriormente, les manda lo que les da literalmente la gana.
Una empresa contratada por la Junta de Extremadura, que debe prestar un servicio tan importante como la higiene de los espacios sanitarios, obliga a las trabajadoras a que reutilicen los productos
La respuesta por parte de Coordinación es muy clara: reciclad. Es decir, una empresa contratada por la Junta de Extremadura, que debe prestar un servicio tan importante como la higiene de los espacios sanitarios, obliga a las trabajadoras a que reutilicen los productos una y otra vez para garantizar los 14 millones de beneficios. A este paso serán algunos más.
Lo importante de toda esta situación es que nos replanteemos una vez más la situación de las trabajadoras de los servicios externalizados por las Administraciones Públicas. Estas deben garantizar siempre y de manera clara y directa el interés general de todas las personas y que se cumpla un mínimo de condiciones higiénico sanitarias, sin tener que relegar a las trabajadoras a sueldos de miseria y que encima tengan que aportar recursos económicos de su bolsillo. Da mucho que pensar acerca del que debería ser el principio fundamental de la Administración Pública.
Las trabajadoras del Grupo Eulen se merecen unas condiciones laborales dignas en las que, una vez más, no tengan que ser siempre las mismas las protagonistas de la miseria y la precariedad. Y es curioso que luego algunos enarbolen el feminismo señalando el número de mujeres que llevan en su lista a la Junta de Extremadura, cuando ni se acuerdan de las mujeres, de los rostros anónimos que componen y sustentan la Extremadura trabajadora.
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