Precariedad laboral
Las cuidadoras a domicilio se rebelan frente al Ministerio de Trabajo: “Seguiremos durmiendo aquí hasta que cumplan nuestras exigencias”

Tras 12 días durmiendo a la intemperie, las tres profesionales del servicio de atención domiciliaria han recibido el calor de decenas de compañeras venidas de diversas partes del Estado. Exigen que el Gobierno obligue a remunicipalizar la gestión del servicio, pauperizado tanto para los usuarios como para las trabajadoras, según denuncian.
Protesta de las cuidadoras a docilio 3
Cuidadoras a domicilio protestando frente al Ministerio de Trabajo. Guillermo Martínez
@Guille8Martinez
13 nov 2021 16:45

Este caluroso 13 de noviembre se ha despertado con diferentes movilizaciones sociales en Madrid. A favor de la caza, por un Sáhara libre y en defensa de las pensiones han sido las convocatorias que más seguimiento han cosechado. En esa vorágine de activistas callejeros, unas 80 personas, la mayoría mujeres, han puesto el grito en el cielo, concretamente sobre las nubes que tapaban tímidamente el Ministerio de Trabajo y Economía Social. En el número 63 del céntrico Paseo de la Castellana, casi una centena de profesionales de atención domiciliaria han mostrado su apoyo a las tres compañeras que llevan 12 noches durmiendo frente al edificio relativo a la cartera que posee Yolanda Díaz.

Un llamamiento del sindicato de Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) ha congregado a activistas procedentes de diferentes partes del Estado para presionar a un Gobierno que les ha defraudado, tal y como afirman, “somos las profesionales que cuidamos a las personas dependientes en sus domicilios y estamos aquí para que se revierta la constante privatización de este servicio, que siempre ha estado municipalizado”, ha comentado Pilar Nogués, presidenta del SAD en Catalunya. Ella misma señala algunos nombres propios, como Florentino Pérez: “La gigante ACS y sus filiales, como Clece, pauperizan este servicio y denigran a trabajadoras y usuarios”, ha relatado la catalana.

“Privatización es explotación”, “si son cuidados, no son negocio” y “ser esenciales nos trae indignidades” han sido algunos de los cánticos coreados durante la mañana

Sin apenas presencia policial durante la jornada de protesta, un megáfono ha hecho las veces de maestro de ceremonias acompañado de una pandereta: “Privatización es explotación”, “si son cuidados, no son negocio”, “Gobierno, escucha, el SAD está en lucha” y “ser esenciales nos trae indignidades” han sido algunos de los cánticos coreados durante la mañana. “Estas empresas a las que externalizan un servicio esencial son parásitos del lucro, que solo buscan su propio beneficio y recortan en todo lo que te puedas imaginar, ya sean EPI, personal y hasta los minutos que tenemos de descanso”, ha expresado la propia Nogués.

Los cuatro guardias civiles apostados a las puertas del complejo ministerial conversaban tranquilos. El megáfono, por su parte, no daba tregua: “No somos cifras, somos personas” y “que quede claro que las compañeras que ahora duermen aquí nos han hecho despertar a todas”, ha proferido una de las activistas concentradas. Se refiere a las tres trabajadoras que llevan una docena de días durmiendo a la intemperie y frente al Ministerio de Trabajo.

Enfermedades laborales no reconocidas

Carmen Diego, auxiliar de ayuda domiciliaria sociosanitaria con 29 años de experiencia y 61 de edad es una de las personas acampadas. “Dormimos aquí porque nos hemos hartado de reunirnos con diversos ministerios y que no hagan nada para solucionar nuestra situación”, ha explicado. Diego, procedente de Gijón, nunca se imaginó que su estancia en la capital se convertiría en una protesta de estas características hasta que vio la necesidad de ello: “Una de las cosas más preocupantes es que nosotras no tenemos evaluación de riesgos laborales en los domicilios en los que prestamos servicio, por lo que tampoco se nos reconocen las enfermedades laborales. Esos dolores pasan a tratarse por la Seguridad Social y son invisibles para las mutuas. Nos terminan echando por un despido objetivo debido a una ineptitud sobrevenida cuando realmente es nuestro desempeño profesional el que nos lleva a esa situación”, se explaya.

Otra de los aspectos que denuncian frente al Ministerio de Trabajo es la alta parcialidad de los contratos en el sector, que no suelen superar las 30 horas semanales

Otra de los aspectos que denuncian frente al Ministerio de Trabajo es la alta parcialidad de los contratos en el sector, que no suelen superar las 30 horas semanales. “Exigimos al Ministerio que se comprometan a cambiar esta realidad y remunicipalizar la gestión de la ayuda domiciliaria a las personas dependientes”, concreta la propia Diego. Y parece que ha surtido efecto, pues la imagen de tres personas durmiendo a las puertas de este Ministerio no ha debido ser demasiado grata para sus responsables: “Nos han convocado este lunes a las 12:00 para una reunión, pero nosotras no nos iremos de aquí a no ser que haya un compromiso por escrito acompañado de una calendarización de reuniones de seguimiento para ir evaluando los acuerdos y progresos”, en las propias palabras de la activista acampada.

Junto a ella, decenas de profesionales venidas de lugares como Galicia, Valladolid, Cáceres y Catalunya. “Esto es una mercantilización de los cuidados, pura y dura. Son empresas que miran a los usuarios como clientes y a nosotras como un producto”, ha concretizado Nogués, quien afirma que “el servicio se ha ido denigrando con el paso de los años hasta que se ha hecho insostenible”.

Protesta de las cuidadoras a docilio 2
Carmen Diego (derecha) y Teresa Villar (izquierda), dos de las trabajadoras que están durmiendo en la calle desde el 1 de noviembre Guillermo Martínez

Contra las empresas, la patronal y los grandes sindicatos

“La patronal no es capaz de cumplir los convenios que ella misma ha formado junto a los sindicatos mayoritarios”, continúa expresando la presidenta del SAD catalán. De hecho, cansadas de las grandes centrales sindicales, han sido las propias trabajadoras quienes se han unido para defender sus derechos: “Los grandes sindicatos han adormecido a las profesionales, y son los que más zancadillas nos ponen. Al fin y al cabo, nosotras luchamos a tres bandas: contra la Administración, porque los ayuntamientos han mirado para otro lado, contra las empresas que nos emplean y pauperizan nuestra situación y contra las grandes corporaciones sindicales”, narra Nogués.

El sol llegaba a su punto más álgido del día cuando una chavala buscaba la sombra entre los arcos del complejo ministerial. En frente de ella, las trabajadoras seguían gritando por sus derechos y la mejora de sus condiciones. Según ha apuntado la propia Nogués a este medio, otra de las cuestiones que más les afectan son los turnos partidos: “Además de no estar contratadas por más de 30 horas a la semana, estos turnos nos imposibilitan encontrar otro trabajo para aumentar nuestros recursos económicos”.

Diego, la sexagenaria que lleva aguantando la noche callejera 12 días, se muestra “triste” y “decepcionada” al ver que el Gobierno autodenominado como el más progresista de la historia actúa así con ellas. Ellas, porque el un trabajo hiperfeminizado: las mujeres son el 98% de las personas empeladas en el sector a nivel estatal. “Esto provoca una pobreza feminizada. Todo lo que son cuidados y limpieza nos afecta mucho más a nosotras que a ellos”, ha puntualizado la activista catalana.

Enriquecimiento del intermediario

Desde el punto de vista de Diego, el Ministerio podría realizar un real decreto para que los municipios se hicieran cargo de la gestión directa de la ayuda domiciliaria. “No hace falta cambiar ninguna ley, sino que cumplan las que ya existen”, ha remarcado ella misma. Por su parte, Nogués recuerda que “se trata de un servicio que ofrecen los ayuntamientos con dinero público, y no se puede permitir que el intermediario se lleve hasta el 80% del beneficio”. De hecho, en su caso concreto, denuncia que de los 21 euros más IVA que recibe la empresa encargada de la gestión en Sant Feliu de Llobregat, a ella tan solo le llegan 6 euros.

Estos ejemplos también proceden de lugares en los que no pensaron que sucedería algo así. Poco antes de que una especie de marcha-manifestación-procesión por la Virgen de El Quinche de ecuatorianos y españoles hermanados ataviados con ropaje típico, flores, velas y panderetas pasara entre medias de las concentradas, Nogués señalaba el caso de Barcelona: “Allí, la mitad de la plantilla de este servicio pertenece a Domusvi. Más de 2.000 trabajadoras han sido externalizadas a esta empresa privada por parte de Ada Colau. ¿En serio? Si la izquierda, que se supone que nos debería defender, son los que nos externalizan a los buitres…”.

Una hora después del inicio de la movilización, las allí concentradas han decidido juntarse para hablar sobre futuras actuaciones y despedirse unas de otras. Diego, por su parte, seguirá durmiendo a 500 kilómetros de su hogar por mejorar la situación de sus miles de compañeras: “Continuaremos aquí el tiempo que haga falta, con la convicción de que si no das un puñetazo en la mesa nadie te escucha. Así demostramos que la lucha es el único camino, aunque sea una vergüenza para este Gobierno que tengamos que recurrir a esto para que nos atiendan”, ha concluido.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Andalucía
Derechos Laborales El 112 de Andalucía se rebela contra Ilunion y la Junta por la precariedad laboral y la exclusión de la ASEMA
Los 469 trabajadores y trabajadoras subcontratadas por Ilunion del 112 exigen a la Junta de Andalucía que se le integre dentro de la futura Agencia de Seguridad y Emergencias de Andalucía
Violencia machista
25 de noviembre Un 25N con las kellys y las empleadas de hogar
El 25N también se denuncian otras violencias que no copan titulares: las que reciben los cuerpos de las mujeres en trabajos esenciales como los cuidados de personas y el trabajo doméstico así como las duras tareas que realizan las camareras de piso
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.

Últimas

Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.

Recomendadas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.