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En cada esquina de la ciudad se distinguen los lazos blancos. Atados a los barrotes de las ventanas, a las puertas de los almacenes o incluso a los troncos de los árboles. Toda la localidad de Concepción hace muestra de solidaridad a través de este símbolo. “Paz en el norte”, dice una bandera colgada de un balcón. Otro mensaje, puesto sobre el parabrisa de un coche, proclama: “libertad para Oscar Denis”.
Capital del departamento del mismo nombre, Concepción es una ciudad ubicada en el norte de Paraguay, a cinco horas por carretera de la capital, Asunción. Ahí vive y me recibe Beatriz Denis, quien no para de ser solicitada por los diferentes medios del país desde que su padre fue secuestrado. “Es una agonía, un calvario”, comenta esta elegante mujer rubia de ojos claros, la boca tapada por una mascarilla. “Nosotros cumplimos con todas las demandas de los secuestradores, repartimos todo los víveres, pero no hay más contacto, no dicen nada”.
Político liberal de 74 años, antiguo gobernador del departamento, vice-presidente de la república paraguaya entre 2012 y 2013, Oscar Denis fue capturado en su estancia por un grupo de hombres armados el 9 de septiembre de 2020. Una operación reivindicada por un grupo guerrillero activo en la zona: el Ejército del Pueblo Paraguayo, EPP. Estos depositaron una bolsa que contenía una serie de exigencias recogidas en una memoria USB. Entre ellas reclamaban que se distribuyeran alimentos y juegos para niños en varias comunidades campesinas e indígenas.
Desapariciones forzadas
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“Algunas rechazaron, otras aceptaron”, detalla mi interlocutora ; “en una de ellas, durante un reparto, gente que venía me decía que sentía lo de mi papá, pero que tenían hambre de verdad”. La desaparición de Oscar Denis alarga la lista de personas cuyo paradero sigue desconocido. El policía Edelio Morínigo, secuestrado por el grupo el 5 de julio de 2014, y el ganadero Félix Urbieta, secuestrado por un grupo formado tras una escisión del EPP (llamado Ejército Mariscal Lopez) el 12 de octubre de 2016, siguen sin aparecer con vida. En los locales de Concepción, los tres nombres aparecen a menudo acompañados de un deseo: “Que vuelvan los tres”.
El nombre EPP aparece por primera vez en un panfleto, en marzo de 2008, después de que un grupo de personas quemaran máquinas agrícolas pertenecientes al terrateniente Nabor Both, en el departamento de Concepción. Este sojero, brasileño, estaba involucrado en un conflicto jurídico con una localidad vecina, Kurusu de Hierro, donde los habitantes lo acusaban de ser el causante de afecciones relacionadas con la propagación de químicos.
Desde entonces, la enigmática organización fue acumulando las acciones armadas, aumentando el nivel de violencia. Ataque de una comisaría, emboscada a militares, secuestros… la osadía del EPP fue creciendo hasta culminar con el rapto del político, el año pasado. Acto que muchos observadores calificaron como su “mayor golpe”.
El EPP “empieza como un proyecto de guerrilla, como brazo armado de lo que era entonces el Movimiento Patria Libre, era la expresión de una izquierda nueva, más radical, nacida ya durante la dictadura”
“El EPP empieza en 1992”, corrige inmediatamente el periodista Andrés Colmán al recibirme en la sede del periódico Ultima Hora, en la capital paraguaya. Pequeño, moreno, apurado por una serie de compromisos, el investigador resume brevemente el historial del grupo. “Empieza como un proyecto de guerrilla, como brazo armado de lo que era entonces el Movimiento Patria Libre, era la expresión de una izquierda nueva, más radical, nacida ya durante la dictadura”.
Liderado por los militantes Juan Arrom y Anuncio Martí, el Movimiento Patria Libre se convertirá poco después en el Partido Patria Libre. En él se destacan dos integrantes: Alcides Oviedo y Carmen Villalba. Pareja, los dos son detenidos en 1997 tras un intento de robo al banco de la pequeña localidad de Choré (departamento de San Pedro). Una operación que tenía como propósito financiar la futura estructura clandestina. “Habían alquilado una casa detrás del banco y la idea era cavar un túnel para llegar hasta ahí”, comenta el periodista.
Liberados pocos años después, se les acusó de haber participado en el secuestro de Maria Edith de Debernardi, el 16 de noviembre 2001. “Un secuestro exitoso, ella era un símbolo de la oligarquía paraguaya, cobraron un millón de dólares y la devolvieron con vida”. Pero mientras la señora de Debernardi estaba desaparecida, a los pocos días de ser liberada, un grupo de policías secuestraba a los dirigentes Juan Arrom y Anuncio Martí, convencidos de la existencia de nexos entre estos dos intelectuales y los autores del rapto.
“Las autoridades fingieron buscarlos cuando en realidad los tenían encerrados de manera ilegal y los estaban torturando, supuestamente para sacarles el dinero del secuestro”. Un macabro relato que finalizaba con el descubrimiento y la liberación de los dos detenidos y con el exilio de estos tras la amenaza de un juicio (injusto) en su contra, por el caso de Maria Edith de Debernardi.
Por su parte, Carmen Villalba y Alcides Oviedo eran encarcelados nuevamente al ser arrestados respectivamente en 2003 y 2004. “Pero ellos siguen, desde la cárcel, manejando a los más jóvenes”, asegura Andrés Colmán refiriéndose a los que tomarían el relevo en los años posteriores. Entre ellos, Osvaldo y Liliana Villalba, hermanos menores de Carmen, quienes según los servicios de inteligencia componen la cúpula dirigente del EPP. La liberación de los dos presos fue, además, otra de las exigencias para la liberación de Oscar Denis.
Autodefinido como marxista-leninista, el EPP manifiesta también un discurso salpicado de referencias históricas a la Guerra de la Triple Alianza con matices nacionalistas
Autodefinido como marxista-leninista, el EPP manifiesta también un discurso salpicado de referencias históricas a la Guerra de la Triple Alianza (durante la cual Paraguay se enfrentó a Brasil, Argentina y Uruguay) con matices nacionalistas. No más de treinta personas compondrían el grupo guerrillero según los diferentes observadores, lo que lo convierte prácticamente en un grupúsculo. Aún así, habría conseguido dejar en ridículo a las fuerzas militares paraguayas tras varios años de persecución.
“El EPP es un fantasma”, asegura el periodista independiente Hugo Pereira. Este investigador originario de Concepción mantiene como tesis que la “supuesta” guerrilla solo beneficia a los intereses de la oligarquía paraguaya. “¿Cómo es posible que el EPP se mantenga tanto tiempo?”, pregunta. Ejército paraguayo, asesores colombianos e israelíes… ¿Cómo puede un grupo tan reducido mantener en jaque tan poderoso enemigo?
Además, “más del 80% de la superficie boscosa que queda en Concepción se encuentra en territorio privado en su gran mayoría, con guardias de seguridad bastantes eficientes —comenta— entonces, ¿desde dónde opera el EPP?”. Según este universitario, la presencia del grupo subversivo ha sido pretexto para militarizar la región septentrional del país.
En 2013, el presidente e influyente empresario Horacio Cartes crea una unidad mixta compuesta de policías y militares, la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), con el objetivo de erradicar el grupo guerrillero. Una entidad que ha sido origen de numerosas denuncias por parte de organizaciones campesinas. Torturas, violaciones, detenciones arbitrarias e incluso asesinatos de civiles camuflados de insurgentes han ido oscureciendo el balance de resultados obtenidos por esta unidad. Caso emblemático: el asesinato de dos menores de 11 y 12 años, el 2 de septiembre 2020, durante un operativo contra un campamento del EPP. Un crimen agravado por testimonios, recogidos en enero del 2021, que aseguran que las dos niñas habrían sido capturadas vivas por los soldados antes de reaparecer muertas.
Sentado en la mesa de una cafetería del centro de Asunción, los manos abiertas como para acentuar su propósito, Najeeb Amado exclama: “¡Claro que este grupo existe! Está compuesto por luchadoras y luchadores que tuvieron su paso por el movimiento social popular paraguayo ¡no son fantasmas! tienen nombre y apellido”. Secretario General del Partido Comunista Paraguayo desde 2016, este elocuente político no descarta que el grupo “sea funcional a la derecha” por su actuar. “Favorece la agudización del aparato represivo en contra de los movimientos sociales”, dice. No obstante considera que esta guerrilla “es una de las expresiones de reacción de los sectores explotados ante décadas de terrorismo de estado y de terrorismo de la patronal”. Una expresión, eso sí, “genuina” y “aislada”.
Escenario de una de las más largas dictaduras del Cono Sur, bajo el feroz dominio de Alfredo Stroessner, Paraguay es hoy en día uno de los países más desiguales de la región: el 2% de la población concentra el 85% de las tierras cultivables o utilizadas para la ganadería
Escenario de una de las más largas dictaduras del Cono Sur, bajo el feroz dominio de Alfredo Stroessner, Paraguay es hoy en día uno de los países más desiguales de la región. Según la ONG Oxfam, el 2% de la población concentra el 85% de las tierras cultivables o utilizadas para la ganadería. Una economía basada en la exportación masiva de carne y de productos agrícolas como la soja o maíz ha acelerado la expansión de monocultivos, incrementado la deforestación y provocado una pérdida de autonomía alimentaria. Paralelamente, la falta de inversión estatal en las zonas rurales ha acentuado el éxodo de campesinos hacia los “cinturones de pobreza” de las ciudades, principalmente en Concepción.
“No soy tan estructuralista como para decir que las zonas de mucha pobreza necesariamente generan movimientos como el EPP, pero sí es una condición para entender este departamento”, explica Hugo Richer, senador por el Frente Guasú (coalición de izquierda). Según este experimentado político, los “medios empresariales vinculados con el agronegocio y los medios de comunicación” tratan a menudo de vincular el grupo guerrillero con la organización política a la cual pertenece. Una campaña de descrédito de la izquierda que tuvo su auge durante la presidencia de Fernando Lugo, entre 2008 y 2012. Antiguo obispo, partidario de una política de cambio moderada, el ex-dirigente nacional llegó incluso a ser acusado de ser “el padre” ideológico del EPP. “A pesar de esta propaganda, la izquierda se mantiene, no han logrado sacarla del país”, concluye el senador.
América Latina
La ONU exige a Paraguay que esclarezca el asesinato de dos niñas de once años a manos del ejército
La familia denuncia el asesinato a sangre fría de dos niñas de once años por parte del ejército paraguayo. Las menores estaban de visita en Paraguay cuando fueron víctimas de una operación militar. La ONU y el Gobierno argentino piden responsabilidades.
El 23 de diciembre 2020, las autoridades detenían a Laura Villalba (hermana de Carmen Villalba), presuntamente miembro de la guerrilla, en la zona de Amambay (norte del país). Esta afirmó que se encontraba en el monte desde hacía varios días, buscando a su sobrina de 14 años, Carmen Elizabeth Oviedo Villalba. La jovencita habría ingresado en el país, desde Argentina, varios meses antes, para visitar a sus parientes en un campamento. Un ataque del ejército habría obligado a las dos mujeres a huir en el monte, hasta perderse. Temiendo que la niña sufriera el mismo destino que sus primas asesinadas por la FTC en septiembre, parte de la izquierda se unió a una campaña para exigir su aparición. Apresada e interrogada, Laura Villalba no pudo dar noticias sobre el ex vicepresidente, según comunicaron las autoridades.
En silencio desde hace desde varios meses, el EPP parece haberse desvanecido en los bosques. Nada indica que el Estado tenga la posibilidad (¿la voluntad?) de vencerle a corto plazo. Entorpecido por sus propios crímenes, tampoco demuestra capacidad de traerle respuestas a los familiares de los desaparecidos. Edelio, Félix, Oscar, Carmen Elizabeth… en el norte de Paraguay, el conflicto sigue tragando cuerpos y vidas.
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Interesantz articulo sobre una tematica poco conocida por estos lares...
El EPP fue creado por la mafia sojera brasilera para expulsar a los labriegos de sus legítimas tierras y de paso poder criminalizar a la izquierda paraguaya.
Por eso nunca se ha desmantelado el EPP que es un falso grupo guerrillero funcional .