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Palestina
Israel nombra comisionado para Cisjordania a un colono vinculado a un grupo paramilitar de extrema derecha
En una Gaza cuyas últimas imágenes se asemejan a las de la Alepo arrasada por la guerra de Siria o a la Varsovia de la II Guerra Mundial, el recuento de víctimas prosigue su ascenso geométrico a medida que el Ejército israelí prosigue su avance en la Franja. Cuando se cuentan 26 días de guerra, las autodenominadas Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han anunciado que han atacado 11.000 posiciones en la Franja de Gaza, un territorio aislado y empobrecido tras 16 años de bloqueo sionista, donde se hacinan dos millones de personas —es la entidad política más densamente poblada del planeta—, la mayoría refugiadas de anteriores conflictos con el Estado hebreo. Desde el 7 de octubre, cada hora, Israel lanza 42 bombas, mata a 15 personas (de las cuales seis son niños y niñas), hiere a 35 y destruye 12 edificios.
Precisamente uno de los gigantescos campos de refugiados del enclave, Yabalia, ha pasado tristemente a la fama global por haber sido bombardeado en dos ocasiones, ataques que el el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha calificado de “desproporcionados” y que, según este organismo, podrían constituir crímenes de guerra, al igual que los ataques israelíes a centros sanitarios, escolares y espacios con población civil, así como el uso de munición de fósforo blanco, prohibida por la Convención de Armas Químicas de 1997.
El resultado ha sido, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, 195 muertos y un paisaje lunar entre escombros cuyas fotos han dado la vuelta al mundo. Estas 195 vidas se suman a las 8.600 que ya han fallecido, víctimas de las armas israelíes desde que el 7 de octubre Hamás atacase objetivos —civiles y militares— en Israel, con el resultado de 1.400 muertos, la mayor cifra de fallecidos en el lado hebreo desde que comenzó el conflicto en 1948.
Médicos sin Fronteras ha estimado que 20.000 heridos y heridas permanecen en las fronteras de Gaza
Como respuesta a la acción del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el director de su oficina de Nueva York, Craig Mokhiber, ha dimitido acusando a Naciones Unidas de no estar dando la respuesta adecuada ante lo que es “un genocidio de manual”. En una entrevista con Democracy Now, Mokhiber ha revelado que “en los pasillos de la ONU se acepta como un secreto a voces que la llamada solución de dos Estados es efectivamente imposible”, además critica la inacción de la Corte Penal Internacional.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Colectivos de apoyo a Palestina piden el boicot a Carrefour, HP y Puma por apoyar crímenes de guerra
La devastación que están creando las fuerzas comandadas por un primer ministro Netanyahu en bajísimas horas de popularidad y cuyo proyecto político pretendía aumentar aún más el control israelí sobre los territorios palestinos de Cisjordania. En las últimas horas ha seguido el goteo de muertes en los territorios del oeste del río Jordán donde se ha registrado la ejecución de un hombre palestino en Qalqilya. El número total de muertos en los territorios ocupados de Cisjordania asciende a 132, hay más de 2.100 heridos y 1.800 detenidos.
Ayer, la Knesset, el parlamento israelí, nombró encargado del subcomité del comité de seguridad y asuntos exteriores a cargo de Cisjordania a Zvi Sukot, un parlamentario de extrema derecha vinculado a The Revolt, una organización paramilitar condenada por pogromos y acciones violentas en Cisjordania. Sukot ha sido varias veces arrestado, se le considera sospechoso del incendio de una mezquita, y los propios servicios secretos israelíes han considerado que ha llevado a cabo una “actividad encubierta y violenta contra los palestinos”. Ha formado parte de las listas del Partido Sionista Religioso, que en la actualidad tiene siete parlamentarios y forma coalición con Poder para Israel, partido de extrema derecha al que pertenece Itamar Ben-Gvir, actual ministro de Seguridad Nacional.
Mientras, en el Hospital Indonesio de Beit Lahia, no muy alejado del campo de Yabalia, la situación es crítica. El generador eléctrico principal ha dejado de funcionar esta mañana y el equipo del hospital ha apagado las luces de la mayoría de las habitaciones, ha desconectado los generadores de oxígeno y apagado los refrigeradores de la morgue. La falta de gasolina ya es crítica en la Franja.
Los presidentes de Colombia y Chile han llamado a consultas a sus embajadores y han sido los más claros en su denuncia de Israel al margen de los dirigentes de los Estados de Oriente Medio
Dentro de la ayuda humanitaria que pasa por el límite fronterizo de Rafah con permiso israelí no está entrando gasolina porque el ejército sionista se niega alegando que será usado por Hamás. Eso ha convertido a los hospitales en uno de los puntos críticos de la guerra. Médicos sin Fronteras ha estimado que 20.000 heridos y heridas permanecen en las fronteras de Gaza, desde donde pocas personas han salido: 335 con doble nacionalidad y 76 heridos graves desde la apertura del paso el pasado miércoles.
El Gobierno boliviano anunció este martes que ha decidido romper relaciones con Israel, al considerar que se cometen crímenes de guerra en la Franja de Gaza contra el pueblo palestino. pic.twitter.com/BW7fjpxgE0
— Palestina Hoy (@HoyPalestina) October 31, 2023
En el panorama internacional, la respuesta institucional sigue siendo tibia. Joseph Biden ha hablado por primera vez de una ‘pausa’ pero en términos propicios al relato de Netanyahu: “Creo que necesitamos una pausa. Una pausa significa dar tiempo para sacar a los prisioneros”, ha declarado.
Los presidentes de Colombia y Chile han llamado a consultas a sus embajadores y han sido los más claros en su denuncia de Israel al margen de los dirigentes de los Estados de Oriente Medio. Bolivia ha roto relaciones con Israel. El Gobierno de Netanyahu ha acusado a estos países de favorecer a Hamás y les ha acusado de alinearse con Venezuela e Irán.
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Que poco apetece ahora ver alguna película sobre el holocausto, u oir a alguna víctima narrar aquellas penalidades.
Dan ganas de vomitar.