Haidar Eid: “La solución de dos Estados es racista”

Al igual que Edward Said, uno de los padres de los estudios poscoloniales, es contrario a la solución de los dos Estados, ya que esto supondría la “rendición” ante un régimen de apartheid y colonización. Es miembro fundador del movimiento BDS.
Haidar Eid
Haidar Eid, escritor y profesor asociado de la Universidad Al Aqsa de Gaza.

Haidar Eid es profesor asociado de literatura poscolonial de la Universidad Al Aqsa de Gaza. Haidar Eid consiguió huir del genocidio y refugiarse en Sudáfrica. Acaba de publicar Banging on the Walls of the Tank (“Golpeando las paredes del tanque”), una recopilación de artículos de análisis político escritos desde 2007, sobre el bloqueo de Gaza, los ataques israelíes, la gran marcha del retorno y el genocidio en curso. En España, Verso publicó en 2023 Descolonizando la mente palestina.

En tu biografía, mencionas que tu principal influencia proviene de Edward Said y su crítica a los Acuerdos de Oslo ¿En qué consiste exactamente?
Edward Said me influyó tanto en lo académico como en lo político. Mi formación en literatura y teoría poscolonial ya estaba marcada por su libro Orientalismo, que abrió el campo de los estudios poscoloniales. Pero más allá de lo teórico, lo que me impactó fue su postura política: defendió la solución de un solo Estado democrático y secular entre el río Jordán y el Mediterráneo, para todos sus ciudadanos sin distinción. También me inspiró su crítica a los Acuerdos de Oslo: en 1993, cuando se firmaron en Washington, en la Casa Blanca, todo el mundo aplaudía. Todo el mundo estaba feliz: Yasser Arafat, Yitzhak Rabin, etc. Pero Edward Said, al día siguiente, escribió un artículo que se titulaba The Morning After (“La mañana después”), donde calificó los Acuerdos de Oslo como una “rendición”. Coincido completamente con Said en eso. El liderazgo palestino reconoció a Israel como Estado, pero Israel nunca reconoció el derecho de los palestinos a la autodeterminación. Los acuerdos ignoraron derechos fundamentales: el fin de la ocupación ilegal de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este; el derecho al retorno de siete millones de refugiados, consagrado en la resolución 194 de la ONU; y la situación de 1,4 millones de palestinos ciudadanos de tercera clase en Israel. Todo esto quedó fuera. Lo que se ofrecía era un bantustán [trad. en la política segregacionista de la República Sudafricana, una reserva para habitantes no blancos, como la herramienta principal del apartheid], no un estado soberano. Por eso sostengo que los Acuerdos de Oslo representaron la negación de nuestra autodeterminación. En mis libros retomo esa línea, junto con las influencias de Frantz Fanon, Steve Biko, Amílcar Cabral, Rosa Luxemburg o Nawal Saadawi, todos referentes en la descolonización de la mente.

La alternativa a Oslo, pasa por el fin de la colonización y la creación de un estado democrático secular con derechos igualitarios para todos sus ciudadanos

Respecto a Oslo, ¿Por qué los líderes palestinos aceptaron un acuerdo que negaba la autodeterminación de su pueblo?
Igual que en Sudáfrica hubo líderes de bantustanes que aceptaron la separación, la burguesía palestina aceptó la solución de dos Estados porque servía a sus intereses de clase: tener un pedazo de tierra, bandera e himno a cambio de renunciar a derechos fundamentales. Creían, desde una perspectiva de clase, que la única forma de avanzar era una solución racista. Eso abrió la puerta al genocidio actual en Gaza. En 2006, cuando se celebraron elecciones en Gaza y Cisjordania, la población votó en contra de los Acuerdos de Oslo, de Fatah y de la Autoridad Palestina, votaron a favor de la resistencia. Y por eso ellos, Israel y Estados Unidos, con el apoyo de la coalición, han decidido castigarnos por haber desobedecido.

Si los descartamos, ¿Cuál sería la alternativa a la solución de dos Estados?
Mi respuesta a la pregunta sería planteando otra pregunta: ¿cuál era la alternativa al apartheid en Sudáfrica? La solución al régimen del apartheid era la solución de los cinco estados en Sudáfrica. ¿Verdad? Establecer lo que ellos llamaban estados independientes para los sudafricanos nativos. Pero nunca se aceptó la creación de “estados independientes” para los nativos. Nelson Mandela se negó a aceptarlo porque creía que Sudáfrica pertenece a todos los que viven en ella. No solo a los blancos, no solo a los negros, no solo a los indios, no solo a los “coloureds”. Pertenece a sus ciudadanos. Así que, a juzgar por lo que ocurrió en Sudáfrica, creo que el primer paso, y esto es muy importante, es desmantelar el sistema de apartheid y colonialismo. Primero, nos deshacemos de eso. Y luego empezamos las negociaciones sobre la base de la igualdad. En la actualidad, solo hay un estado en Palestina entre el río Jordán y el Mediterráneo, y hay dos pueblos: una comunidad de colonos, ashkenazis, y otra de palestinos nativos. La solución sería desmantelar la opresión, desmantelar el colonialismo, desmantelar el apartheid. Tenemos una constitución que contiene leyes básicas, y define el Estado-nación de Israel como el Estado de los judíos, pero aquí viven también cristianos, drusos, musulmanes etc... Así que el siguiente paso sería establecer un solo Estado con derechos igualitarios para todos sus ciudadanos, un Estado democrático secular.

La burguesía palestina aceptó la solución de dos estados porque servía a sus intereses de clase, pero esto abrió las puertas al genocidio

Respecto a tu último libro, Banging on the Walls of the Tank (“Golpeando las paredes del tanque”). ¿De qué manera refleja tu experiencia durante el genocidio de Gaza?
Es una recopilación de artículos escritos desde 2007, cuando Israel impuso el bloqueo a Gaza. Narro lo que viví durante las ofensivas de 2008-2009, 2012, 2014 y después. He perdido 38 colegas de la Universidad Al Aqsa de Gaza, a 288 estudiantes y a más de 60 familiares. Gaza se ha convertido en un campo de exterminio. Aún hay gente que viene y te dice: “No lo llames genocidio, busca otra palabra”. Bueno, aquí tengo otro nombre más: el mal absoluto. Ahora entiendo lo que pasó durante el Holocausto. Entiendo el sufrimiento de los judíos bajo Hitler y el nazismo. Lo entiendo perfectamente y me identifico con ellos. Pero esta es la primera vez que se transmite en directo un genocidio. Tomé el título de Ghassan Kanafani, que en su novela Hombres en el sol muestra personajes que mueren asfixiados dentro de un tanque por no golpear las paredes. Para mí, los gazatíes están golpeando esas paredes con fuerza, pero el mundo está sordo. España está sorda. Estados Unidos está sordo. El mundo árabe está sordo. El mundo musulmán está sordo. Y esta es la razón por la que escribí el libro. Y creo que es lo mínimo que podemos hacer.

El mayor logro de las movilizaciones del BDS es que por primera vez en la historia, Israel ha sido llevado ante la la Corte Internacional de Justicia

Como miembro del movimiento BDS, ¿Cuáles piensas que han sido sus principales logros?
Soy miembro del BDS desde su fundación. Formé parte del comité directivo de PACBI, la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural de Israel. En 2004, cuando creamos PAKB, emitimos un comunicado en el que pedíamos a las instituciones académicas y culturales internacionales, y a las figuras culturales que boicotearan el mundo académico israelí y sus instituciones culturales, debido a su complicidad en los crímenes cometidos por el régimen israelí, la ocupación, el apartheid y el colonialismo. En 2005 lanzamos el llamado global al boicot, la desinversión y las sanciones contra Israel. Hoy hemos alcanzado un momento comparable al de Sudáfrica: hay fondos de pensiones que desinvierten; por ejemplo, hace poco el mayor fondo de pensiones de Noruega, KLP, desinvirtió en dos empresas relacionadas con la venta de armas a Israel. Más de 30 países encabezados por Colombia y Sudáfrica, por supuesto, incluyendo Brasil, Malasia, Cuba y Venezuela han roto sus relaciones diplomáticas con el apartheid israelí. Por primera vez en la historia, Israel ha sido llevado ante la CIJ, la Corte Internacional de Justicia, como resultado de nuestra movilización como movimiento BDS global. El mayor logro: Israel reconoce al BDS como amenaza existencial.

En la actualidad, la lucha palestina está siendo apoyada por movimientos sociales antifascistas y antiimperialistas por todo el mundo ¿Qué papel está representando a nivel global?
Israel ha pasado de ser un estado de apartheid a ser un estado fascista, aliado con otras derechas extremas como Estados Unidos, o algunos gobiernos europeos, etc. Lo que quiero decir, es que no estamos hablando solo de un estado fascista: estamos hablando de una comunidad de ultraderecha a nivel global y de una sociedad fascista a nivel de Israel. Frente a eso, nuestra resistencia es parte de la lucha global contra el fascismo y el imperialismo. Nuestros aliados son los movimientos sociales y activistas en todo el mundo.

¿Qué desencadenó la acción armada de la resistencia palestina del 7 de octubre?
Estuve en Gaza ese día y durante dos meses después. Ningún palestino puede hablar del 7 de octubre sin vincularlo con décadas de ocupación, bloqueo y genocidio gradual. Antes de esa fecha, ya habíamos probado todas las formas de resistencia: marchas pacíficas, artículos, entrevistas, libros, manifestaciones, BDS… Nada funcionó. Jóvenes que nacieron y crecieron en un campo de concentración llamado Gaza decidieron actuar. Gaza era un campo de concentración o lo había sido, y ahora se ha convertido en un campo de exterminio. Así que antes del 7 de octubre Ilan Pappé, el historiador israelí, escribió un artículo en 2008, en el que hablaba del bloqueo en Gaza y lo llamó “genocidio progresivo”. Recuerdo un artículo de Richard Falk, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre “la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967”; lo llamó “prólogo del genocidio”, como una introducción. En otras palabras, Israel antes del 7 de octubre ya había estado cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. No se trata de apoyar o no lo que sucedió el 7 de octubre, sino de entender las causas. Desde entonces, Gaza vive miles de “7 de octubre” con masacres diarias. Resistir a la ocupación es un derecho, y esa es la raíz del asunto.

¿Qué mensaje enviarías a los gobiernos que reconocen el Estado Palestino, pero aún no han cortado lazos con Israel?
Personalmente, no creo que necesitemos el reconocimiento del Estado Palestino, lo que necesitamos es que corten sus lazos con el genocida Israel, que impongan sanciones contra Israel, eso es para nosotros más importante que reconocer un bantustán de los Acuerdos de Oslo. Reconocer a Palestina en un 22% del territorio no significa nada si al mismo tiempo se siguen enviando armas al Estado genocida. Lo que necesitamos no es reconocimiento simbólico, sino boicot, desinversión y sanciones. La solución de dos Estados es una solución racista. Si os tomáis en serio la igualdad, no os queda otra que apoyar el fin del apartheid. Deberíais empezar a pensar en apoyar una solución democrática laica, eso es lo que tengo que decir a gobiernos como el de España, el de Estados Unidos y los del Occidente colonial. Sin su apoyo, el apartheid israelí no habría podido llevar a cabo sus crímenes contra la humanidad, sus crímenes de guerra contra el pueblo palestino.

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