La flotilla pone rumbo a Gaza desde el puerto de Barcelona arropada por miles de personas

Miles de personas despiden en Barcelona a la veintena de barcos de la Global Sumud Flotilla que partieron de la capital catalana con destino a Gaza.
Puerto gente GSF
Álvaro Minguito El puerto de Barcelona rebosante de personas que acudieron a despedir a la Global Summud Flotilla.
1 sep 2025 09:00

El horizonte en el Moll de Fusta, en el Puerto de Barcelona, parece no tener fin. Miles de personas se funden en una marea colosal de solidaridad en tierra, ondeando banderas palestinas, luciendo kufiyas al grito de “¡Free Palestine!” o “¡Boicot a Israel!”.

Una veintena de barcos de la Global Sumud Flotilla levan ancla desde Barcelona con 300 personas a bordo rumbo a Gaza con el objetivo abrir un corredor humanitario que rompa con el bloqueo israelí que condena a la población gazatí a vivir bajo el asedio y la destrucción.

“Lo que está pasando en Palestina no es un desastre natural, es un genocidio”, denunciaba el activista palestino y miembro de la expedición Saif Abu Keshek, en una rueda de prensa donde también ha dedicado palabras de agradecimiento a “la solidaridad y presión social volcada en Barcelona, que ha permitido que esta flotilla salga sin ninguna dificultad”. También advirtió que “todos los puertos en España tienen que estar limpios de complicidad con este genocidio”, haciendo alusión a las múltiples denuncias de colectivos sociales en defensa de los derechos humanos sobre el uso de puertos en el Estado español para el envío de material armamentístico de Israel.

La activista medioambiental Greta Thuberg también denunciaba que “Israel tiene claras sus intenciones genocidas”, antes de embarcarse nuevamente rumbo a Gaza, como hizo en junio a bordo del barco Madleen. “Personalmente me aterra cómo la gente puede seguir con su vida cotidiana y aceptar este genocidio viéndolo en directo en sus teléfonos y luego fingir que no pasa nada”, expresaba desde tierra firme. Sin titubear, contestaba ante los medios que, si una vez más, Israel frustra el objetivo de llegar a Gaza violando el derecho internacional, “no habrá otro plan b que no sea volver a intentarlo con una flotilla incluso más grande”.

Thiago Ávila es otro de los tripulantes y promotores de esta acción histórica que también formó parte de la Flotilla de la Libertad asaltada el pasado mes de junio por parte de la Fuerza de Ocupación de Israel (IOF) y que fue detenido por parte del régimen de Tel Aviv. Vuelve a navegar mostrándose agradecido por todas las muestras de apoyo y cariño recibidas a nivel global que se han hecho visibles y tangibles en Barcelona. “Siento una alegría inmensa porque esto significa que la sociedad siente la necesidad de hacer algo para detener este genocidio y ocupación”, reconocía en conversación con El Salto. “Lo vivimos con mucha esperanza, esta misión es posible porque demuestra que la fuerza del pueblo palestino y su apoyo internacionalista puede detener este genocidio y ocupación”.

Según fuentes de la organización de la Global Sumud, alrededor de 300 personas embarcan en esta flotilla, pero se han recibido 2.000 solicitudes para participar. Uno de los participantes es Basel Ramsis, escritor y cineasta egipcio afincado en Madrid. “Hasta ahora escribía artículos en prensa independiente egipcia o iba a las manifestaciones en Madrid, pero necesitaba dar un paso más. Además, creo que Egipto es el país que más podría hacer por la causa palestina y parar el genocidio, pero el pueblo egipcio no puede salir a las calles por el terror de vivir bajo un régimen que está deteniendo a gente solamente por intentar manifestarse o colgar banderas palestinas de las ventanas o intentar recaudar dinero para ayudar a familias en Gaza”, denuncia. Por eso, reconoce que es importante para él participar, y que la población palestina sepa que “el pueblo egipcio no os ha olvidado”.

Alicia Armestro Nuñez es otra de las caras anónimas de la tripulación. A pocas horas de partir, acompañada de sus hijos y familiares, se muestra “emocionada y con mucha esperanza” por participar en lo que ella define como “un viaje de memoria hacia todos los compañeros periodistas que han sido asesinados por hacer su trabajo”.

Mauricio Morales, fotoperiodista colombiano, a pocas horas de embarcar, también mostraba palabras de respeto y reconocimiento a todos y todas las periodistas palestinas que se juegan la vida por documentar las masacres cometidas por el régimen israelí sobre la población palestina. “Este esfuerzo que pueda llegar a hacer yo como fotoperiodista en la flotilla es muy leve en comparación a lo que se exponen nuestros colegas en Gaza y Cisjordania cada día desde hace décadas”, denuncia Morales, y es que, según cifras de Reporteros Sin Fronteras, desde octubre de 2023, más de 210 periodistas han sido asesinados por el ejército israelí en la Franja de Gaza.

Se respira mucha esperanza entre quienes se disponen a cruzar el Mediterráneo en esta misión humanitaria y política. “Defender la justicia es algo que me motiva”, asegura Serigne Mbaye, reconocido activista antirracista en el Estado español. “Llevamos años pidiéndole al pueblo palestino que resista, que espere. Esta vez toca dar el paso, romper el bloqueo que los gobiernos no quieren romper y ejercer presión. Es el momento de decir basta. No pueden esperar más”.

Desde la organización confían en que la dimensión de esta flotilla, que incluye una treintena de embarcaciones con activistas a bordo procedentes de 44 nacionalidades distintas y mayor visibilidad mediática que otros intentos, puede dificultar los intentos de atacar y sabotear por las Fuerzas de Ocupación de Israel.

Esta ilusión cala también entre los miles de personas que se han reunido en el dique barcelonés para mostrar su apoyo. “Ojalá que puedan llegar, porque esto también es un mensaje importante para la gente allí. Cuando hablo con mi familia en Gaza, me dicen que se sienten solas, abandonadas, porque tras dos años vemos que cada día cometen algo peor que el anterior, y no pasa nada. Nadie detiene este genocidio”, denuncia Mai, activista palestina que ha viajado desde Madrid para despedir a la Global Sumud, a la que define como “un movimiento internacionalista con objetivos claros, que reclama el fin de la ocupación, no solo un alto el fuego”.

Como ella, miles de personas se dieron cita el domingo 31 de agosto en el puerto catalán para acompañar la partida de la flotilla. No fue solo una despedida: fue un acto de amor colectivo a Gaza y al pueblo palestino, un grito firme que rompe el silencio cómplice, una forma de decir basta cuando los gobiernos callan.

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