Palestina
“Es nuestra tierra”: colonos israelíes acampan en la frontera con Gaza para lograr un regreso permanente

La presencia de miembros de extrema derecha en el gabinete de Benjamin Netanyahu convierten lo que antes parecía una quimera en una posibilidad real. Envalentonados, un grupo de ultranacionalistas israelíes están acampando cerca de la frontera con la Franja de Gaza para ser los primeros en establecer ahí su nuevo hogar,
Colonos en Gaza
Acampada de colonos. John McAulay
3 dic 2024 06:02

Tiendas de campaña, estructuras prefabricadas, ropa, cajas y muebles distribuidos de forma desordenada. A la altura del kibutz Erez, en el sudoeste de Israel, se ha instalado a pocos metros de la Autopista 34 un pequeño campamento bajo un puente ferroviario que corta el cielo. Al pasar de largo, sería comprensible confundir este extraño paisaje con una especie de refugio para personas sin hogar. Pero la presencia de una mujer judía ortodoxa con velo tradicional y dos niños con mechones rizados en los laterales de la cabeza cuenta una historia distinta: están esperando ser los primeros israelíes en volver a la Franja de Gaza.

En esta cálida tarde de otoño, Seagal y sus dos hijos se encargan de vigilar el campamento. “Hay un par de familias que duermen aquí de forma permanente. Durante los fines de semana, hay hasta cinco familias”, explica ella. Su marido está trabajando, pero volverá por la tarde para pasar la noche. Seagal y los niños están ocupados moviéndose entre la cocina improvisada y una gran mesa donde se servirá la cena, cortando lechuga, tomates y zanahorias para preparar una sencilla ensalada antes de que se ponga el sol y se haga oscuro.

Desde principios de julio, este grupo de israelíes ultranacionalistas ha estado acampando cerca de la frontera norte de la Franja de Gaza. Obligados a mudarse varias veces por las autoridades, dormían en un bosque cercano antes de instalarse bajo este puente ferroviario. “Pedimos permiso a la compañía del tren y nos ha permitido quedarnos aquí todo el tiempo que queramos”, dice Seagal. “Ahora solo necesitamos que el gobierno haga lo mismo y nos permita cruzar la frontera para vivir ahí”.

Israel
Genocidio Israel continúa el exterminio de la población en el norte de Gaza e intensifica sus ataques contra el Líbano
Las autoridades palestinas, las organizaciones internacionales y la ONU alertan de la gravedad en la situación en el norte de la Franja. En Líbano, el ejército israelí vuelve a bombardear el sur de Beirut y asesina al alcalde de Nabatieh.

Un cambio de percepción

Eso podría pasar más pronto que tarde. Aunque en el pasado la Franja de Gaza albergaba una serie de asentamientos israelíes, desde su desmantelamiento en 2005 la idea de regresar al territorio palestino se consideraba una quimera que solo los activistas colonos más radicales y políticos extremistas marginales habían creído posible. Ahora todo eso ha cambiado, impulsado por el contexto de guerra y por la presencia de miembros de extrema derecha dentro del gabinete israelí encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu.

Las dos figuras políticas clave que alientan este movimiento son el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, líder del Partido del Poder Judío, y el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, líder del Partido Sionista Religioso. Ansiosos por brindar apoyo oficial a los colonos, se han envalentonado desde el ataque del 7 de octubre de 2023, y ahora defienden la recolonización judía de Gaza como una medida necesaria para la seguridad de Israel. Netanyahu depende de su apoyo para conservar una mayoría en el gobierno, lo que explica su negativa a censurarlos. De hecho, algunos miembros de la línea más dura de su partido, Likud, también han mostrado apoyo a la propuesta.

A lo largo de este año, Ben-Gvir ha descrito la situación en la Franja de Gaza como una oportunidad para que Israel conserve el control del territorio palestino en el futuro y restablezca ahí comunidades israelíes. “No solo no descarto asentamientos judíos allí, sino que creo que es algo necesario”, dijo en una declaración pública en enero. Mientras tanto, Smotrich ha afirmado que estas comunidades en la Franja son “inevitables”. “Para mí está claro que eventualmente habrá asentamientos judíos en Gaza”, prometió en un evento en octubre.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han construido bases e infraestructura que luego podrían transformarse en emplazamientos permanentes en Gaza

Esta no es la posición oficial del gobierno, y en el pasado Netanyahu ha declarado que “Israel no tiene intención de ocupar Gaza de forma permanente”. Sin embargo, la negativa del primer ministro a presentar un ‘Plan del día después’ para la Franja de Gaza solo ha alimentado las especulaciones sobre qué sucederá con el enclave. La realidad sobre el terreno también apunta hacia una presencia militar prolongada y una posible anexión, ya que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han construido bases e infraestructura que luego podrían transformarse en emplazamientos permanentes.

La percepción pública sobre la propuesta también ha cambiado en los últimos tiempos. Si bien en el pasado la gran mayoría de la gente consideraba que la recolonización de la Franja de Gaza no era una opción deseable, las encuestas más recientes muestran un apoyo fluctuante que varía entre el 25% y “alrededor del 40%”, según una experta israelí. Hablando con El Salto, la analista del International Crisis Group, Mairav ​​Zonszein, explica el motivo del cambio en la opinión pública y por qué las propuestas de Ben-Gvir y Smotrich están cobrando impulso. “Mucha gente las respalda porque no existe una voluntad política para hacer otra cosa”, dice.

“No hay un enfoque alternativo al conflicto palestino que tenga capital político o apoyo popular de ningún tipo, no hay nada que llene el vacío”, añade. En cambio, las propuestas ultranacionalistas de Ben-Gvir y Smotrich, aunque todavía “algo marginales”, se alzan para muchos israelíes como “la única posición coherente, clara y políticamente fuerte” frente a la cuestión palestina, según Zonszein. El ataque del 7 de octubre resultó en una “especie de terremoto” en la política nacional, y desde entonces hay “aún menos apetito” para plantear propuestas que no sean tan extremistas.

¿Qué pasará con los palestinos?

Construir comunidades judías en los territorios palestinos es ilegal, según el derecho internacional, y a la práctica impide la posibilidad de una solución de dos estados. Los asentamientos en Gaza resultarían en un mayor desplazamiento de los residentes nativos, cuyas vidas ya se han visto severamente afectadas por las operaciones militares, a la vez que llevarían a la apropiación de tierras, limitando así el acceso a recursos vitales. Además, una presencia militar y civil israelí en el enclave podría conducir a un aumento de la violencia, con enfrentamientos entre colonos y palestinos cada vez más frecuentes.

La cuestión principal es qué pasará con los palestinos que todavía consideran la Franja de Gaza su hogar, aunque su lugar de residencia haya sido destruido. Según las Naciones Unidas, durante el curso del genocidio 1,9 millones de personas han sido desplazadas en un enclave que tiene una población total de 2,2 millones, mientras que dos tercios de los edificios en la Franja han sido dañados o destruidos. Todo ello mientras las bombas siguen cayendo sobre un territorio que ya está en ruinas.

El ruido de la destrucción se puede escuchar desde dentro de Israel. El campamento que Seagal y los otros activistas colonos han establecido está a solo dos kilómetros de la frontera norte de la Franja de Gaza, y aquí el flujo constante de tráfico pesado ahoga cualquier otro sonido. Sin embargo, solo basta alejarse unos metros de la autopista cercana para que el ruido repetitivo de las ametralladoras y las explosiones se haga evidente. Por la noche, cuando hay poco tráfico Seagal afirma que a veces se oyen desde el campamento. “Pero ya no nos damos cuenta”, añade.

El norte de Gaza es precisamente la zona que está siendo más duramente golpeada por la última ofensiva israelí. Tras dividir la Franja a lo largo del Corredor Netzarim, que se extiende justo al sur de la ciudad de Gaza, las FDI han iniciado un asedio que pretende expulsar a los palestinos. Unas 400.000 personas permanecen en el tercio norte del enclave, bajo la amenaza constante de las operaciones militares que siguen en curso. Mientras tanto, las Naciones Unidas han denunciado en repetidas ocasiones que desde principios de octubre se ha bloqueado el acceso de ayuda humanitaria a la población civil.

El general de brigada de las FDI, Itzik Cohen, pareció revelar las verdaderas intenciones de Israel en el norte de Gaza a principios de noviembre, al afirmar en una conferencia de prensa con periodistas que el ejército se está acercando a la “evacuación completa” de Jabaliya, Beit Hanoun y Beit Lahiya, las tres ciudades más septentrionales de la Franja. Ahí se está creando un “espacio despejado” y “no hay intención” de permitir que estos residentes regresen a sus hogares, dijo Cohen, según The Guardian. El ejército israelí se apresuró a distanciarse de estos comentarios, y un portavoz aseguró que se habían sacado de contexto y que no reflejaban “los objetivos y valores de las FDI”. Pero eso no ha sido suficiente para aplacar los temores de que el propósito real de Israel sea precisamente limpiar esta zona de la Franja.

Ocupación israelí
Ilán Pappé “Netanyahu y la extrema derecha israelí buscan una limpieza étnica en Gaza”
Este historiador israelí pone en duda que las presiones internacionales consigan frenar el genocidio aunque reconoce en conversación con El Salto que se está produciendo un cambio en la opinión pública mundial.

Una “emigración voluntaria” sin alternativa

Desde la seguridad del campamento, Seagal confía en que así sea, y que inicialmente se permita a los colonos trasladarse allí. “Esperamos que el gobierno nos permita entrar primero en el norte”, dice, mientras se encarga de colocar las sillas que hay repartidas por el campamento alrededor de la mesa. Pero ese no es el objetivo final ni para ella ni para el resto del movimiento de colonos, ya que Seagal espera que la presencia judía se extienda a lo largo de la franja. “Más adelante, a medida que ganemos más territorio, queremos movernos hacia el sur”, reconoce.

¿Y los palestinos? “Si quieren vivir juntos en paz, podemos hacerlo”, argumenta Seagal. Su idea es que los asentamientos judíos coexistan con las ciudades y pueblos palestinos, de forma similar a Cisjordania o a la Franja de Gaza antes de 2005. Pero si eso no es posible, no descarta una evacuación de los palestinos de Gaza. “De lo contrario, pueden irse a España, Francia u Holanda”, añade, sin explicar por qué ni cómo se produciría este éxodo, pero afirmando que “la mayoría de la gente no quiere seguir viviendo allí”. Aunque los palestinos deseen ahora abandonar temporalmente la Franja para escapar de la guerra, no hay pruebas de que quieran irse de forma permanente.

Es una postura que no difiere de la de los políticos extremistas. Durante meses, Itamar Ben-Gvir ha sido vocal a favor de alentar la “emigración voluntaria” de los palestinos de la Franja como una “solución correcta, justa, moral y humana” al conflicto. Bezalel Smotrich también ha sido tajante en su apoyo a este enfoque, afirmando en una entrevista que “si hay 100.000 o 200.000 árabes en Gaza, y no dos millones, todo el discurso sobre el ‘día después’ será diferente”. El pretendido éxodo de los palestinos también ha obtenido el apoyo de otros sectores del espectro político, incluidos miembros del Likud de Benjamin Netanyahu.

Algunos dentro del movimiento de colonos han ido incluso más lejos, como la veterana líder Daniella Weiss, quien ha pedido lo que viene a ser una limpieza étnica del enclave. Según ella, a raíz del ataque del 7 de octubre los palestinos “han perdido su derecho” a vivir en Gaza. “No se quedarán aquí, se irán a otros países, convenceremos al mundo”, prometió, añadiendo que serán reemplazados por israelíes. “Los judíos irán a Gaza mientras que los árabes desaparecerán de Gaza”, dijo.

Itamar Ben-Gvir ha sido vocal a favor de alentar la “emigración voluntaria” de los palestinos de la Franja como una “solución correcta, justa, moral y humana” al conflicto

Conferencias ultranacionalistas en la frontera

Weiss hizo estas declaraciones durante una conferencia ultranacionalista que se celebró a mediados de octubre cerca de la frontera israelí con la Franja, justo enfrente del Corredor Netzarim. El evento, titulado ‘Preparación para colonizar Gaza’, fue organizado por la organización Nachala de Weiss, que durante años ha fomentado el establecimiento de asentamientos ilegales en Cisjordania y ahora ha trasladado su atención hacia el enclave palestino desgarrado por la guerra. Asistieron tanto Ben-Gvir como Smotrich, así como otros ministros de alto rango y varios miembros del Likud.

El evento, que incluyó talleres en los que se enseñó a los participantes cómo construir asentamientos desde cero y se mostraron mapas de las comunidades israelíes planificadas, fue la tercera gran conferencia de este año que promovía el retorno del pueblo judío a la Franja de Gaza. Acudieron centenares de personas, entre las que se encontraban algunos de los activistas colonos que han dormido en el campamento cerca de la frontera. “Fue increíble ver a tanta gente junta con el mismo objetivo”, dice Seagal.

Sin embargo, aunque los activistas ultranacionalistas han acudido a estas conferencias esporádicas, ha sido difícil retenerlos. Segal y los demás han intentado atraer a los israelíes para que el campamento crezca, organizando eventos festivos con música y actividades para niños. “Deberías haber estado aquí la semana pasada, éramos decenas de personas cantando, comiendo y pasándolo bien”, dice. Sin embargo, la mayoría de las familias se han quedado sólo unas noches y se han ido, admite.

El apoyo ha llegado de otras formas. Mostrando con la mano abierta la variada colección de muebles que componen el campamento, Seagal explica que la mayoría ha sido donada por personas de todo el país. “También nos han dado comida y dinero”, añade. Hasta hace poco, había una gran pancarta colgando del puente que explicaba el propósito del campamento. Al verla, “mucha gente se detenía todos los días” y les mostraba su apoyo. “Cuando dormíamos en el bosque era muy agradable, pero nadie podía vernos”, explica Seagal. “Así es mejor”.

El movimiento también ha llamado la atención de políticos de derechas. “Hemos tenido miembros de la Knesset que han venido a hablar con nosotros”, dice con una muestra de orgullo. “Han dicho que les damos esperanza”. Entre ellos, destaca la visita de la diputada de extrema derecha Limor Son Har-Melech. En los últimos meses ha acaparado titulares por acusar a los funcionarios de Justicia que procesan a soldados israelíes por actos criminales en Gaza de ser “traidores del más bajo nivel”, y también ha afirmado que la franja es “propiedad de nuestros antepasados ​​desde tiempos inmemoriales, y no descansaremos hasta que la volvamos a poblar”.

Tras Gaza, ¿el sur del Líbano?

Un par de horas más tarde, cuando el sol se ha puesto, el marido de Segal llega al campamento y es recibido con entusiasmo por el resto de su familia. Amos Azaria es profesor de informática en la Universidad de Ariel, que resulta ser el mayor asentamiento judío de Cisjordania, una auténtica ciudad en el corazón de este territorio palestino. También es la persona que se ha encargado de organizar y promover el movimiento del campamento. Antes de decidir mudarse a la frontera, la familia vivía en Ariel. Ahora tienen la vista puesta en establecerse definitivamente en la Franja de Gaza.

Amos explica los motivos que justifican la creación del campamento. “La idea era demostrar que podemos mantener un asentamiento y estar listos para instalarnos al otro lado de la frontera lo antes posible”, explica. A finales de febrero, un grupo de israelíes ultranacionalistas irrumpió en Gaza, cruzó el puesto de control militar sin obstáculos y logró construir un puesto de avanzada simbólico, antes de ser expulsados por el ejército. El profesor universitario espera que pueda repetirse un experimento similar en el futuro, solo que esta vez los colonos no sean expulsados.

Aunque Amos ha puesto el foco en la Franja de Gaza, también lo ha trasladado a otro lugar: es uno de los principales activistas detrás de un grupo que llama a colonizar el sur del Líbano. El movimiento, que cuenta con casi 800 seguidores en su canal de Telegram, celebró una conferencia online en junio que fue dirigida precisamente por Daniella Weiss, y Amos incluso ha publicado un libro infantil que pretende normalizar esta propuesta extremista. La invasión israelí del país vecino no ha hecho más que aumentar los llamamientos para colonizar el Líbano, pero el movimiento ha tenido dificultades para obtener un apoyo claro de los políticos y seducir a la población general, aún más tras sellarse un alto el fuego en los últimos días. Por eso, ahora mismo la prioridad es el enclave palestino. “Es mucho más realista”, argumenta Amos.

Centenares de familias al acecho

La presencia judía en la Franja de Gaza comenzó en 1970, cuando se construyeron los primeros asentamientos tras la ocupación israelí del territorio con la Guerra de los Seis Días. Durante las siguientes décadas, estas comunidades civiles fueron creciendo en número hasta albergar a unos 8.500 colonos. Los 21 asentamientos fueron evacuados a la fuerza por el ejército en 2005, durante una retirada unilateral de la región. Gran parte de la derecha política israelí y de los colonos cree que esta decisión fue un error estratégico que permitió a Hamás acumular poder.

Lo mismo opinan Amos y Segal. Una de las principales razones por las que apoyan el reasentamiento en Gaza es “para aumentar nuestra seguridad”. Pero Segal también cree que los asentamientos servirán como castigo a los palestinos por el ataque del 7 de octubre, y declara que “tienen que pagar un precio por lo que hicieron”. Coincidentemente, recuerda, el cercano kibutz Erez fue una de las comunidades a lo largo de la frontera que fue emboscada, aunque el equipo de seguridad logró repeler el ataque en una batalla que duró horas. Y luego, por supuesto, está la visión mesiánica que considera la Franja de Gaza parte del histórico dominio de Israel. “Es nuestra tierra, según la Biblia”, afirma Seagal. “No regalaríamos a nuestros hijos, así que ¿por qué regalaríamos nuestra tierra?”.

Hay miles de personas que piensan como ellos. En una entrevista reciente, la líder de los colonos Daniella Weiss detalló que su movimiento cuenta ya con el apoyo de más de 700 familias que, como Seagal, sueñan con mudarse al enclave. También confesó que había cruzado la frontera del norte de Gaza, con el permiso de militares, para explorar posibles ubicaciones para futuras comunidades judías. Se están haciendo preparativos, prometió, incluso si el movimiento está “aún a unos pasos de empezar a construir inmuebles”.

Sin embargo, algunas empresas de vivienda ya se frotan las manos ante la perspectiva. El pasado mes de diciembre, la firma Harey Zahav, que se especializa en la construcción de asentamientos en Cisjordania, publicó una imagen en las redes sociales de una zona arrasada de la Franja de Gaza, cerca del mar Mediterráneo, en que se mostraban los bocetos de nuevos inmuebles para israelíes. El anuncio añadía: “Despierta, una casa en la playa no es un sueño”. Los soldados desplegados en Gaza también han publicado videos online que animan a edificar asentamientos desde los portales en ruinas de edificios derruidos.

Construir casas llevará tiempo y, hasta entonces, los colonos tendrán que vivir en condiciones terribles. Pero Seagal dice que ella y el resto de su familia están preparados para ello. De hecho, vivir en el incómodo campamento durante tanto tiempo servirá precisamente para prepararlos para las dificultades que les aguardan en Gaza. No tienen agua ni electricidad, y se ven obligados a soportar el ruido de la autopista y la falta de privacidad. “La vida es difícil ahora y sabemos que será aún más difícil cuando estemos al otro lado de la frontera”, dice. “Lo aguantaremos todo hasta que podamos convertirlo en nuestro hogar”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Irán
Irán El ataque israelí a Irán coloca Oriente Medio al borde de una guerra regional
Irán responde con 200 misiles. La Cúpula de Hierro no ha conseguido detener todos los proyectiles, algunos de ellos han alcanzado Tel Aviv.
Egipto
Egipto Los casi 4.000 participantes de la Marcha Mundial a Gaza tratan de avanzar a pesar de los retenes
El régimen egipcio sigue dificultando el agrupamiento de las personas que quieren marchar a Rafah para presionar a las autoridades fronterizas para que permitan el paso de camiones de ayuda humanitaria a Gaza.
Maki
6/12/2024 21:39

Los nazis y sionionistas, tanto monta, las diferencias en los hechos son literalmente inexistentes

0
0
teodoro.hdez
3/12/2024 10:58

Los israelís-sionistas cada vez se parecen más a los nazis, aquellos con la falacia de la raza aria y estos con el cuento de la Biblia (Y luego, por supuesto, está la visión mesiánica que considera la Franja de Gaza parte del histórico dominio de Israel. “Es nuestra tierra, según la Biblia”, afirma Seagal). En cuanto a maldad y exterminio son iguales.

4
0
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.

Últimas

Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Más noticias
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.