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Hace ya tantos meses que parece en una vida anterior, El País publicó un podcast con el título “Por qué voto a Vox” en el que algunas personas explicaban las razones de su elección. Y aunque se trataba de un acercamiento muy superficial, levantó una sorprendente polvareda.
Una de las que salió al quite fue la periodista María Navarro, quien sin duda se percató de que simplemente enumerar razones sin analizarlas era poco más que transmitir una charleta de bar. Así, con ánimo de comprender desde una perspectiva crítica, lanzó esta pregunta en sus redes sociales: “¿Por qué no voto a Vox?”.
Pero si su idea era arrojar luz, dudo que lo consiguiera. Las respuestas que obtuvo fueron mayoritariamente improperios: “porque no soy gentuza, porque no soy imbécil, porque no soy nazi”; o autoalabanzas: “porque soy inteligente, porque soy buena persona…”. Algunas llegaban a tal extremo de propio halago que parecían el índice del Ecce Homo de Nietzsche: “Por qué soy tan sabio, por qué soy tan inteligente…”. Con la diferencia de que Nietzsche luego escribía un libro.
Este episodio es muy ilustrativo de nuestra posición con respecto a los millones de votantes de Vox. Por un lado, parece que nos molesta escuchar sus razones, que nos jode. Para saber si son execrables tendríamos que oírlas, pero nos tapamos los oídos, cerramos los ojos, como si la luz resplandeciente que emite nuestra perfección moral nos cegara. Tendemos a convertirlos en no-personas, en imbéciles, nazis, monstruos, de un modo, por cierto, muy similar al método de deshumanización que emplean los fascistas.
Por otro, nos encarnamos en la parodia con la que nos retrata la derecha: la de esa izquierda fatua que alardea de su superioridad moral. Pero lo peor es que mostramos muy pocos recursos y una triste pobreza analítica. ¿Dónde están los estudios? ¿Dónde las investigaciones? Si algún mérito tuvo aquel podcast fue el de ser el primer intento de comprender. Ocho meses después es también casi el último.
Como un murmullo siniestro que se emite bajo la frecuencia de nuestro espectro audible, llegan advertencias turbadoras de los institutos. Aquí y allá, en distintos territorios y tipos de ciudad, el mismo infrasonido se repite inquietantemente: ser de Vox es tendencia, es subversivo, está bien visto. Sus consignas no se difunden subrepticia y vergonzantemente sino con orgullo desafiante. En lugares donde la exhibición de símbolos patrios era impensable, hoy flamean banderas. Malotes caminan por los pasillos con andares chulescos, ataviados con pulseritas rojigüaldas, gritando vivaspañas y haciendo bullying a los diferentes. Y chicas temerosas de ser excluidas borran todo rastro de feminismo en su Instagram.
¿Hasta qué punto esto responde a un fenómeno generalizado? Imposible saberlo. Como todo lo que atañe a la base social de la ultraderecha resulta un tema incómodo. Un lugar oscuro donde preferimos no mirar ni indagar. En todo caso, no es difícil imaginar por qué una ideología como esa puede resultar tan atrayente para los adolescentes.
TÚ ERES PERFECTO
Como sabe cualquiera que haya pasado por ese proceso, el “ponerse las gafas violetas” es un momento vital de epifanía que lo cambia todo, un regalo de lucidez maravilloso. Pero no deja de tener un lado molesto: implica la renuncia voluntaria a los propios privilegios y un análisis retrospectivo de la propia vida en el que los hombres nos vemos como agresores en más momentos de los que nos gustaría reconocer, y las mujeres como víctimas pasivas en más momentos de los que les gustaría recordar. La conciencia, pues, puede resultar dolorosa. No es de extrañar que haya personas que se nieguen a verse bajo esa luz y que, más o menos conscientemente, prefieran su Matrix.
En determinadas efemérides en los centros educativos se dan charlas sobre maltrato y agresión machista: no hagas esto, no permitas que te hagan lo otro, denuncia aquello. Vox entonces actúa dándole la vuelta a este mensaje y proclama: vive tus relaciones con “naturalidad” (la naturalidad patriarcal), no dejes que la ideología contamine lo que es sano de por sí, no conviertas el amor en algo enfermizo, bajo sospecha. Ofrece, así, además de una perpetuación de los privilegios masculinos, una liberación para la culpa: no dejes que los demás te hagan sentir mal por cómo eres. No dejes que te hagan sentir culpable, tú no eres un maltratador, tú no eres una víctima. Tú eres perfecto.
La mayoría de las ideas que configuran la cultura de izquierdas, en teoría, impelen a una acción a veces fatigosa y contraria al espíritu de los tiempos. Ser anticapitalista nos privaría de participar en la seductora orgía del consumo y ser vegano de comer deliciosas hamburguesas. Ser ecologista no parece muy compatible con hacer viajes en crucero. Nuestros valores nos exigen una mínima coherencia que es bastante más infrecuente de lo que nos gusta asumir. De hecho, en general, nos hemos acostumbrado a vivir ─relativamente bien─ con nuestra mala conciencia.
Hasta sus oyentes más fanáticos saben que son igual de mentirosos que los demás, y que exageran hasta el extremo, pero es precisamente esa cualidad excesiva la que produce el hechizo
La ética de la responsabilidad de la que habla Hans Jonas nos conmina a actuar pensando en el bienestar de las generaciones futuras. Esto es, a ser frugales. El mensaje de Vox, por el contrario, recuerda al “Vive deprisa y deja un bonito cadáver” del rock and roll y está perfectamente inmerso en el mandato de la sociedad de consumo. Que nada te frene, dicen los anuncios de antiinflamatorios. Consume lo que quieras, vive como quieras, diviértete como quieras: tienes derecho. Hay un aroma de liberación, de romper las cadenas de lo normativo. Y también de ser auténtico y franco, no como esos farsantes e hipócritas rojillos que contradicen con sus actos diarios sus sermones de sobremesa.
El conflicto que se genera estos días con el ocio nocturno como foco de contagio es revelador de hasta qué punto la pulsión por el goce consumista se impone a cualquier tipo de ética de responsabilidad, incluso cuando afecta a la vida y la muerte de miles de personas. Vox corta los grilletes de las enojosas reglas: sal de casa, ve a los bares, ¡faltaría más! Y, todo eso, bajo la apariencia de la rebelión.
CON DOS COJONES
En todas las partes del mundo y en todas las épocas la ultraderecha se manifiesta con la misma rebeldía sumisa: exhibe una subordinación absoluta al poder, al capital, a la desigualdad, a las grandes corporaciones, a los ricos… pero esta sumisión adopta una forma de expresión rebelde.
Hace aún más años viví la experiencia de la trashumancia con pastores y ganaderos de la penúltima provincia española en renta per cápita, donde los latifundios se extienden allá donde se pierde la vista y la pobreza infantil amenaza a más de cuatro de cada diez niños. Entonces aún no existía Vox pero nos sorprendió la naturalidad con que personas más jóvenes que yo reivindicaban frívolamente a Franco. En aquel mundo machuno donde las disputas podían resolverse ejecutando de un tiro a una yegua, los cojones estaban a la orden del día. Tener cojones parecía ser la máxima aspiración de un ser humano. Y los que los tenían más grandes despertaban la admiración pública.
Muchas de aquellas personas con las que compartí comida y noches al raso, sus familiares o amigos, son ahora votantes de Vox, que es allí, como en tantos otros lugares, segunda fuerza electoral.
Los voceros mediáticos y los líderes políticos de la ultraderecha son admirados no por decir la verdad sino por tener cojones. Por decir lo que les sale del nabo. Hasta sus oyentes más fanáticos saben que son igual de mentirosos que los demás, y que exageran hasta el extremo, pero es precisamente esa cualidad excesiva la que produce el hechizo. Nadie los calla, hacen su voluntad, incluso para mentir, insultar o decir las burradas que les salgan de la polla. Le cantan las cuarenta a cualquiera, olé sus huevos. Y además lo hacen impunemente, día tras día, sin que nada los detenga. Incluso si ─raramente─ algún tribunal los condena por injurias, lo viven como un triunfo, pues la condena demuestra hasta qué punto son indomables. Porque se la suda y al día siguiente siguen igual.
Aunque son sumisos siervos del poder, al que jamás critican en ninguna de sus formas, gustan de aparecer como contestatarios. El embuste ofensivo se disfraza como un arma contra las aburridas reglas de la corrección, e inteligentemente huyen de presentarse como meapilas devotos. Volviendo a la comparación con el rock and roll, nosotros somos los trajeados y formales padres de familia de los años 50 y ellos los rockeros estridentes que hacen cortes de mangas y dicen fuck you. Y con esto no quiero llamar fascistas a los rockeros, sino señalar las profundas semejanzas entre el mensaje subliminal de la ultraderecha y la expresión contracultural: ambas admiten la desigualdad económica como un hecho natural, ignoran las problemáticas de clases, ensalzan el individualismo e incitan al consumo irresponsable adoptando ademanes aparentemente díscolos. No es de extrañar que puedan tener públicos idénticos. Como tampoco es casual que la ultraderecha y el movimiento new age cooperen en las manifestaciones negacionistas “por la libertad” al expresarse en los mismos términos de feroz individualismo irracionalista.
SI SOMOS TAN COJONUDOS, ¿POR QUÉ TODO ES UNA MIERDA?
Mis compañeros pastores tenían unos grandes cojones pero estos jamás apuntaban a los terratenientes y patrones que llevaban generaciones explotándolos. La posesión de la riqueza parecía investir a los poderosos con un manto sagrado de veneración y, si alguien hablaba de “los señoritos”, se producía un silencio incómodo.
Cuando en las redes sociales las cuentas vinculadas a Vox permanentemente piden distinciones y honores a empresarios como Amancio Ortega, por ejemplo, no es que sientan por este hombre un particular aprecio, sino que simboliza la mistificación del potentado. El que, no solo no es culpable de nada, sino que merece nuestro agradecimiento servil. Mis amigos trashumantes, que no llegaban ni a la mitad del salario mínimo sin contrato, se soliviantaban en la defensa de Ortega, Fernando Roig y otros multimillonarios.
Los enemigos sustitutivos deben ser cuanto más indefensos mejor para que puedan ser odiados incluso por la persona más cobarde
Ya en los estudios sobre la personalidad autoritaria de mediados del siglo XX se señalaba como el fenómeno de desclasamiento y degradación de las capas sociales cada vez más empobrecidas les hacía abrigar odio, no a hacia la concentración del capital que los arruinaba, sino hacia “el socialismo”. Esto es, no culpan de su empobrecimiento al aparato que lo provoca, sino a aquellos que adoptan una posición crítica contra el sistema. Estudios contemporáneos como el de Thomas Frank en Qué pasa con Kansas, inciden en lo mismo. La repugnante saña con la que se reitera el acoso que sufren en sus domicilios Pablo Iglesias, Irene Montero y sus hijos, tiene que ver con eso.
En La obsolescencia del odio, Günther Anders explica como los nazis ponían a disposición del pueblo alemán unos enemigos sustitutivos como supuestos enemigos principales. Los enemigos sustitutivos deben ser cuanto más indefensos mejor para que puedan ser odiados incluso por la persona más cobarde. Pero, sin embargo, a la vez que indefensos, es necesario presentarlos como extremadamente peligrosos.
La patria de la ultraderecha se cuida sola y vive del aire. Habita en los gritos estridentes donde resuena. Es un patriotismo para haraganes, para jetas, que no exige cuidado alguno, que sale gratis
Esta es la razón por las que desde Vox se intenta permanentemente convertir a los inmigrantes en temibles amenazas. Una patera trae hacinados y exhaustos a un hatajo de seres humanos que no se conocen entre sí, solos, empobrecidos, enfermos y abatidos. Pero Vox los presenta como un formidable ejército organizado que vela sus armas tras nuestras fronteras esperando asaltarlas, tal como un Hannibal ad portas. Por ello tienen un interés tan desaforado en presentar a niños abandonados ─a los que deshumanizan nombrándolos por su acrónimo MENA─ como peligrosos delincuentes. Y, por lo mismo, atacan desmedidamente a las ONG que tratan de transmitir la idea contraria: la de seres humanos en estado de máximo desvalimiento. El factor determinante no es el racismo como erróneamente pensamos. Lo que importa realmente es qué imagen se impone: decidir si son personas necesitadas de ayuda o monstruos hostiles. Tal como si el abusón del colegio tras apalizar cruelmente a un niño enclenque lo describiese como un feroz contrincante.
El odio al Otro tiene la ventaja añadida de es un enemigo con el que se está en guerra perpetua. Su amenaza ficticia jamás desaparece y su utilidad como ocultación de los verdaderos responsables del saqueo, tampoco. Ofrece una explicación cómoda y sin conflictos para nuestra precariedad y funciona como espita para que se canalice convenientemente el rencor y el resentimiento que la desigualdad provoca.
NO SÉ QUÉ ME DAS
Yuval Noah Harari incide en lo que tantas veces escuchamos en España de boca de UP: “ser patriota es sostener un buen sistema sanitario. Pagar impuestos”. La patria entendida así no se manifiesta en símbolos, sino en lugares más concretos: en las escuelas, en los hospitales, en las residencias, en los parques, allá donde podemos ejercer nuestros derechos compartidos. Lugares y derechos que necesitan de un cuidado permanente. Es una patria-hogar que necesita que le arreglen las humedades y que se le cambie la caldera.
Ser patriota es también ser crítico, solidario, demandante de mejores servicios públicos. Y este tipo de patriotismo exige de acciones, responsabilidad y conciencia.
Por el contrario, la patria de la ultraderecha se cuida sola y vive del aire. Habita en los gritos estridentes donde resuena. Es un patriotismo para haraganes, para jetas, que no exige cuidado alguno, que sale gratis. Y que ni siquiera se cree del todo a sí mismo. Que ensalza artificialmente símbolos como a Blas de Lezo o los Reyes Católicos, no porque realmente les tenga especial aprecio, sino para oponerlos contra los símbolos que sí aman sus adversarios.
Este patriotismo declamado pero no practicado no necesita de compromiso alguno con su país presente sino con otro ficticio. Y un hogar ficticio tiene la ventaja de que no hay que cuidarlo. Al contrario, siempre que una persona enarbole alguno de los espantajos patrióticos se le permite “ser pícaro”, saltarse las leyes, timar o defraudar impuestos. Ser “libre”, en resumen. Que de eso se trata.
Vox no tiene un programa, sino una actitud. Sus ocurrencias, que podrían cambiar a conveniencia, son únicamente medios propagandísticos, no acciones al servicio de fines reconocibles. Por eso no tienen ahora especial interés en ocupar áreas de gobierno y por eso prestarse a debatir sus ─escasas─ propuestas es como mirar los cubitos del trilero. Sus votantes tampoco conocen su programa ni qué ideas concretas defienden, y eso ni les importa ni les preocupa. Los votan por cómo se muestran, por lo que simbolizan, no por lo que prometen.
Vox ofrece libertad envuelta en inconformismo contestatario. Frente a un sistema que ha naturalizado la violencia, la desigualdad y la explotación, los valores de la izquierda se plantean demasiadas veces en forma de negativa: no contamines, no maltrates, no seas celoso con tu pareja. Vox exhibe la despreocupación irresponsable de la sociedad de consumo: sé como quieras, que nada te detenga, que nada te haga sentir culpable, di lo que te apetezca, sin censuras, aunque sean mentiras e injurias, el cambio climático no es culpa tuya, una pandemia no puede coartar tu libertad, tú no eres un maltratador ni tú una víctima. Y es en esa dinámica donde se siente cómodo porque ellos afirman mientras nosotros negamos. Somos los soporíferos santurrones y ellos los bulliciosos alborotadores. Nosotros ponemos normas y ellos las rompen. ¿Y no vivimos ya en un mundo con demasiadas normas? ¿No nos dice la publicidad que nos saltemos las normas? ¿Que vivamos como queramos?
Gustamos de presentar a la ultraderecha como un arcaísmo añejo o residuo franquista. Por el contrario, desgraciadamente gran parte de su potencia proviene de que su ideología transita por muchas de las vías del sentido común del mundo contemporáneo.
Sin embargo, sí hay expresiones progresistas que les hacen daño. Por ejemplo, cuando nuestros valores se afirman en estallidos positivos de energía, creatividad, cuidados y entusiasmo como ocurre con la celebración del 8 de marzo. Y es por eso que esta efemérides está en el punto de mira de la ultraderecha como su gran enemigo a batir. Igualmente incómodos les hacían sentir los aplausos a los sanitarios, contra los que maniobraron enfermizamente en sus redes. Por eso, combatimos mejor ese mundo suyo con la afirmación positiva y luminosa de otro posible.
En todo caso, es urgente tratar de comprender las motivaciones de los votantes de la ultraderecha. Se impone un cambio radical de estrategia en el que el foco de nuestra atención debe desviarse del ruido que genera Vox para apuntar hacia las necesidades, intereses y razones de aquellos que lo apoyan, sobre todo de los más jóvenes. Porque, desde luego, la solución no es ignorar el fenómeno con la esperanza de que se agote por sí mismo. Esto ya se hizo en el pasado con trágicas consecuencias.
Es humanamente comprensible que para la generación que vivió el 15M y que aún lo recuerda con nostalgia, resulte muy doloroso pensar que hoy en los centros educativos se intenta abrir paso la ultraderecha. Entiendo que esta realidad no se quiera ver, pero el fenómeno no se detendrá solo porque nosotros nos afirmemos como “buenos” e “inteligentes” y llamemos a los demás gilipollas. Además, ¿qué vamos a hacer? ¿Despachar también a estos adolescentes como “monstruos”, “nazis” e “imbéciles”? Quizá esto convenga a nuestra egolatría, pero no a los valores que decimos defender. Alguien, personas capaces de arrojar luz, debería estar ahora estudiando, preguntando, indagando y analizando. Tratando de comprender.
Porque, citando de nuevo a Anders: “la honestidad entiende la vileza….Pero no al revés”.
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un supuesto análisis basado en puros prejuicios y en pensamiento alicia sobre la realidad y sobre el otro que no es como uno es.
Sí, los emigos de Vox son los menas. Pero sobretodo son los catalanes independentistas. Pero a esos ni siquiera los menciona el artículo. Por qué? Porque en realidad todos los españolistas estáis de acuerdo. Por eso gana Vox. POR ESO.
No estamos hablando de Cataluña. Hablaremos de Cataluña cuando toque, hoy no toca. Ceñirse al tema, por favor.
LOS VOXENETAS TIENEN A EDUARDO INDA Y AL "CANTANTE " JOHN COBRA Y LA "VERDADERA IZQUIERDA " TIENEN A JORGE ARMESTO Y AL "CANTANTE " PABLO HASÉL .
.😨🇪🇸🇪🇸😂
Yo a todos los que conozco de Vox son unos machistas y
unos gallitos que no han leído ni el prospecto de un Tampax.
En Francia tienen al Frente Nacional ,en Grecia tienen a Amanecer Dorado,en el.Reino Unido tienen al Nacional Front,en Estados Unidos tienen al Partido Nazi Nortemericano y en España tenemos a Vox.
No participar de la orgía del consumo, no comer hamburguesas ni ir en crucero..qué problema hay????
¿ Va a ir Santiago Abascal a ayudar a Donald Trump a Wisconsin?. 🤣😂🤣😂😅😅.
En Grecia hay un partido como Vox y se llama Amanecer Dorado, en Francia hay un partido como Vox y se llama Frente Nacional, en El Salvador hay un partido como Vox y se llama ARENA,en Estados Unidos hay un partido como Vox y se llama Partido Nazi Norteamericano. Y en Italia hay un partido como Vox y se llama Liga Norte.
El Partido político ARENA acrónimo de Alanza Republicana Nacionalista fue fundado por el mayor Roberto D'Aubisson que era el líder de los Escuadrones de la Muerte y el que mandó matar a Monseñor Romero.
Al Mayor Roberto D'Aubisson cuando dirigia el Servicio Secreto le apodaban el " Mayor Antorcha"
por su afición a torturar detenidos con un soplete como los que usan los fontaneros.
¿ PORQUE EL SINDICATO DE VOX TIENE SU SEDE EN EL MADRILEÑO BARRIO DE SALAMANCA ?.😭
Vox tiene su sindicato en el barrio de Salamanca porque ese sindicato es un falso sindicato.
En esta canción hablan de la ideologia de Vox y de sus diputados y concejales :
https://www.youtube.com/watch?v=grlK8jVliZ0&ab_channel=ThreeSoulsinMyMind-Topic
Este es el nuevo himno de Vox :
https://www.youtube.com/watch?v=PkI31FumiUU&ab_channel=DefConDos
Esta canción define muy bien la ideología del " partido político " llamado VOX . 🌩🌩🌩
La nueva derecha actualizada, Steve Bannon a hecho los deberes para que los plebeyos sigan tirando flores a los reyes.
Para mi estan los capitalistas originales (PPSOE) y la disidencia controlada (PODEVOX)
Los de Vox somos los vedaderos españoles y tenemos al PP cogido por los c... porque los del PP saben que cuando Santiago Abascal sea el nuevo presidente del gobierno Pablo Casado y sus huestes deben de tener cuidado de que no lo encarcele Abascal cuando sea presidente del gobierno como haremos con los vendepatrias como Pedro Sanchez y Pablo Casado .
73309 :
Despierta y ven al mundo real y enterate de que Vox nunca va a ganar unas elecciones generales por muchas amenazas que hagáis los Voxenetas.
SI VOX GANASE UNAS ELECCIONES GENERALES ESPAÑA SERIA UNA REPÚBLICA BANANERA Y UN PAÍS DE CUARTA.
Cuando pongais la pena de muerte, empezad por mi, por que ya me teneis hasta los huevos.
Yo podría comprender a VOX y a los VOXENETAS si yo fuese un fanatico o un ignorante o un hijo de p...,
pero como no soy un ignorante ,ni soy un fanatico ,ni un hijo de p..pues no comprendo a VOX ni a los VOXENETAS.🤣🤣🤣🤣
p
jajaja... ¿Pa´qué quieres comprender eso?.
Basta saber que en un erial yermo provocado por la ininterrumpida y delirante escenificación teatral barata y adornada con políticas placebo, sólo hay siembra para la barbarie.
Para cuando uno de Comprender al votante de Unidas Podemos? Con la de hostias que nos están dando, yo de verdad, me pregunto como alguien tiene aun intención de volver a votarles...
Aquí tuvimos 36 años de dictadura franquista y parece que no aprenden algunos ....
Yo soy de Vox y antes fui del PP y antes fui de FN y te puedo decir que con Franco se vivia mejor por quelos españoles necesitan mano dura y el libertinaje llega con la democracia y eso tambien lo sabian Tejero y Milans del Bosch por eso sacaron tanques a la calle aunque en Sevilla el general Merry que estuvo con mi padre en dos guerras como la Cruzada contra el Marxismo de 1936 y en la División Azul
en la 2ª guerra mundial el muy payaso del general Merry estaba borracho de Whisky escocés y asi no podemos terminar con el libertinaje .
73311:
¿Usted también le da al Johnny Walker y al White Horse como el General Kerry el 23 -F de 1981?.🥃🥂
si necesitas mano dura que te la apliquen a tí, a los demás déjanos tranquilos y en paz
Al General Merry qu era el Capitan General de Sevilla lo emborracharon los oficiales que estaban a sus ordenes y los tanques salieron de Tablada y estuvieron parados en el campo del Betis esperando ordenes .
Así,es ,yo estudiaba en Sevilla en Reina Mercedes y al lado en Heliopolis los tanques llegaron al estadio del Real Betis Balompié y allí estuvieron parados hasta que al General Merry se le pasó la tajada de guiso escocés.
Un apunte quizá más frívolo pero interesante después de leerte :poned en el buscador "vox manifestación " y ampliais para poder observar las caras y gestos de los manifestantes. Análisis social barato,lo sé...pero oye, instructivo.
No podemos olvidarnos de los otros aspectos psicológicos que permitieron el auge del fascismo, como expuso Reich en Psicología de masas del fascismo, aqui en descarga la edición corta (la completa se acaba de reeditar en la editorial Enclave de libros):
https://proletarios.org/books/Reich-Psicologia_de_masas_del_fascismo.pdf
Reich dice que el autoritarismo se crea y reproduce en la familia, en especial en la relación padre-hijo y por eso es posible luego crear un movimiento de masas autoritario, que se identifica con un lider (que representa a un padre, y una patria que satisface el anhelo de familia o comunidad).
Hay un punto clave en el libro: que para esa primera represión es imprescindible la represión sexual sobre la mujer y los hijos (esto parece que se ha quedado algo más pasado pero hay autores que lo actualizan) y su dependencia económica del padre, la estructura familiar y tal. En medio, todo el tema del sentimiento de culpa y la moral como forma de control social.
En la actualidad parte de este análisis ha quedado superado pues en las sociedades occidentales hay menos conflictividad (que no menos violencia, pero está más sublimada). Ya no se aprende de los padres sino de los medios de comunicación, de una autoridad difusa. En ese sentido es clave el texto de Marcuse sobre la tolerancia represiva
Todos los textos que mencionas son super interesantes y están hoy vigentes. Añado el estudio sobre la personalidad autoritaria, de Adorno y otros. E incluso el de Fromm sobre los campesinos mexicanos.
Sorprendentemente, hay ciertos matices y diversidad entre los que han votado o votarían a VOX. No les llamo votantes porque creo que su voto o la intención del mismo, se produce en unas circunstancias especiales. No son personas que defiendan lo “tradicional” o “la España de siempre”, con toda esa simbología patriótica característica. No son prototípicamente de derechas, algunos, incluso, migraron desde el eje de izquierdas.
Muchas personas están hastiadas, cansadas de siempre los mismos. Han olvidado, si es que lo tuvieron alguna vez, su compendio de valores. Esta es una consecuencia posible cuando vives en modo supervivencia. Cuando estás harto y desesperado, priorizas y te adhieres a lo que supuestamente satisface tus necesidades más apremiantes. Ya no existe el nosotros, el yo se convierte en el protagonista, el yo elige y actúa.
Así que, si un partido como el de VOX, te hace promesas de índole económica que consideras que pueden hacer cambiar la insuficiente vida que estás llevando, es muy probable que te dejes embaucar.
El sistema político actual me recuerda a la lucha de poder de las compañías telefónicas. Los votantes van cambiando de partido en función de quien haga la mejor oferta.
Y si a lo anterior le sumamos la decepción que genera la izquierda, ya hay motivos suficientes para los que no encuentran su sitio y quieren un asiento.
Yo sí sé quién no vota a VOX: personas con pensamiento crítico, analíticas, consecuentes y muy responsables de sus acciones; que se entienden como individuos que forman parte de un tejido social complejo.
¿Hablamos de dinero? ¿Cuánto dinero han invertido las élites económicas mundiales y nacionales en promocionar una ideología que SIEMPRE les ha defendido (habló de fascismo, de VOX) a través de la exposición constante en medios de comunicación serviles, a través de bulos, mentiras y desinformaciones en redes sociales, a través de “comeduras de coco” practicadas desde púlpitos de religiones fascistoides y corruptas, etc. Por eso nunca el fascismo (VOX) habla de programa económico, lo esconden porque es el de sus dueños, la oligarquía económica, y entre las mayorías sociales ese programa no gusta. Se tienen que dedicar a dividir, crear odio, meter miedo, enfrentar, manosear el concepto de Libertad (sólo creen en la libertad individual) y agitar símbolos vacuos.
La enseñanza de la Historia contemporánea española y europea en los institutos y el conocimiento de la psicología de lxs adolescentes podrían servir como factores preventivos contra el surgimiento del fascismo, entre otros muchos.
72297 :
Lo que dices es cierto ,tambien ese tipo de poderosos invierten en el polemico periodico digital OK Diario .
LEER OK DIARIO ES COMO PARAFRASEAR A MILLÁN ASTRAY CUANDO DECIA AQUELLO DE :
"VIVA LA MUERTE Y MUERA LA INTELIGENCIA " O RECORDAR CUANDO LOS GUERRILLEROS DE CRISTO REY QUEMABAN LIBRERIAS
No es tanto que VOX lo ha hecho bien para atraer gente a su favor desde jóvenes a currantes sino lo mal que lo ha hecho la izquierda teniendolos y perdiendolos poco a poco, si vendes humildad no te metas a vivir en una mansión por ejemplo. La gente se cansa de la competencia moral entre la misma gente de izquierda y con ejemplos asi el discurso de VOX atrae mucho mas y por eso es tendencia entre muchas cosas
Muy buen artículo. Sobre todo la primera y la última parte, de autocrítica de la izquierda, que falta nos hace. En el análisis de VOX, sin embargo, creo que a veces caes en la caricatura que tú mismo habías criticado... En fin, tampoco es fácil analizarlos. Me han faltado referencias al conspiracionismo en la línea Qanon, que Abascal lució sin complejos en la moción de censura, y que explica su filiación trumpista. Hicieron un buen Informe Semanal sobre el tema hace poco. Y hay un colectivo de investigación, que se llama 'Al descubierto', que publica análisis sobre la extrema derecha. En fin, por si sirve a la causa de "comprender al otro". Gracias por el texto. ¡Salud!
Imagino que donde pones ·Qanon" te refieres a "Bannon". efectivamente así es. Pero hay más: " El Yunque es vox, vox es el yunque". El yunque es una organización secreta, o pretende ser secreta, otra cosa es que lo consiga, de naturaleza ultracatólica, nazi, paramilitar, con origen en mexico y presente en Espña desde finales del franquismo, de donde se nutrió desde sus inicios en España.
En mi opinión (humilde), en un modelo 'democrático liberal', tan agotado como manifiestamente inservible, con un mercado (y mercadeo) de votos decrépito y decadente es mucho más importante y mucho más difícil comprender al no-votante y sus razones...
Ejemplo: Elecciones al Parlamento Vasco Julio 2020 [Participación 53%, Abstención 47%]
4 de cada 10 abstenciones en la participación fueron por motivos ajenos a la situación sanitaria.
Conclusión: Los débiles sistemas decadentes se sostienen con apesebrados, hooligans y oportunistas.