Opinión
Crisis climática: hacia una estrategia compartida

Puede resultar irritante, desesperante y casi inmoral tratar de construir lentamente cuando la crisis ecológica nos persigue y amenaza con hundir nuestras sociedades en el corto plazo. Sin embargo, nunca una organización, ni una propuesta política, por sólida que fuera, ha podido ir por delante de la movilización social.

militante de Anticapitalistas

Ecosocialista, militante de Anticapitalistas.
2 ene 2021 06:02

El 23 de diciembre, Luis González Reyes y Adrián Almazán publicaban en El Salto un artículo sobre las líneas estratégicas en el colapso de la civilización industrial, Se trata de un texto que trata de dibujar, a partir de la crisis de la covid-19, un análisis de nuestra forma de reaccionar ante el impacto de la pandemia y una serie de postulados sobre los que deberíamos avanzar en el escenario de degradación ecológica masiva. Este texto pretende ser una discusión crítica con su artículo desde la posición de alguien que respeta a Luis y Adrián, y que comparte espacios y buena parte de los objetivos. Es, además, una reflexión realizada desde el ecosocialismo, un línea que comparte buena parte de los supuestos; una discusión fraternal con compañeros.

En las primeras líneas he hablado de degradación ecológica masiva, evitando expresamente los términos colapso y crisis, y lo he hecho porque son dos términos que representan dos propuestas analíticas que compiten en el objetivo de explicar la situación ecosocial de nuestro mundo y exigen una aclaración. Almazán y Reyes plantean la lectura del colapso como “un largo proceso de descomposición que afectará de manera desigual a diferentes países y, dentro de éstos, se cebará mucho más con la población más desprotegida”. No es el único lugar en lo que lo definen así; ambos tienen múltiples trabajos que definen de manera bastante sólida su noción de colapso.

Sin embargo, hay varios problemas con esta concepción de la situación ecosocial. Me consta que no conciben el colapso como una linealidad, pero es importante señalar aquí que la idea de colapso es previa y que no puede, como ninguna otra, redefinirse a voluntad. No afirmo que no se pueda resignificar un concepto, pero creo que eso no puede hacerse en tiempos cortos y que, en términos políticos, es casi imposible deshacerse de los residuos que arrastra una determinada concepción. Y aquí quiero señalar la problemática que arrastra la idea de colapso, porque es central para definir la estrategia. Por lo tanto, lo que sigue aquí es una discusión sobre el concepto de colapso tal como se usa en términos generales, y no con la posición de Reyes y Almazán, cuya definición de colapso bien puede relacionarse con el escenario de crisis múltiples y enlazadas.

El futuro de la transición está enmarcado en unas bases materiales que se limitan cada día por los estragos que causamos en el ecosistema, pero no está cerrado

En primer lugar, la noción de colapso incorpora una visión fuertemente finalista y lineal de la evolución social, como si hubiera grandes líneas que se determinan y establecen el decurso de la historia hacia un final mítico. Creo que en ese aspecto, hay un aprendizaje histórico de los proyectos socialistas respecto a la linealidad, un aprendizaje que se aplica justo a la inversa. Durante mucho tiempo, la sombra de la Revolución de Octubre pesó sobre los proyectos emancipadores; al fin y al cabo, fue una experiencia en la que las clases populares pudieron agruparse en torno a una organización revolucionaria y alcanzar el poder en una serie de momentos brillantes. De una u otra manera, ese ejemplo histórico proyectaba su sombra como un ejemplo ineludible, como si ése tuviera que ser el esquema de cualquier revolución. Ha llevado, y sigue llevando, un enorme esfuerzo deshacerse de ese imaginario en el que la revolución es un día glorioso en el que se toma el Palacio de Invierno. De manera análoga, pero al revés, el impacto desastroso de la degradación ecológica y social no será una línea predeterminada que culmina en un mañana catastrófica, en un reconocimiento de que lo peor, finalmente, sucedió.

Para bien o para mal, la historia da saltos y en cada uno de ellos se aceleran los tiempos y se producen acontecimientos inesperados, cierres y reaperturas, luchas que se juegan en cada momento. Y en esto está la principal diferencia entre la noción de crisis y la de colapso, en el carácter de cada momento conflictivo, que impide trazar una línea de lo que está por venir. El futuro de la transición está enmarcado en unas bases materiales que se limitan cada día por los estragos que causamos en el ecosistema, pero no está cerrado: la vida y la historia tienen infinitas cuestiones por jugar, incluso en contextos de escasez. Por eso, defendemos que la noción adecuada es la de crisis y no la de colapso; en este momento histórico, crisis sucesivas y enlazadas, pero crisis en el sentido doble de momento de desajuste y caída de los sistemas de reproducción social y también de apertura de los tiempos políticos para la reorganización de nuestro mundo.

Desde esta perspectiva aparecen una serie de cuestiones asociadas que no se perciben cuando pensamos en términos de colapso, pero que adquieren fuerza cuando entendemos la degradación como una serie de momentos de crisis sucesivas y enlazadas. En primer lugar, cada una de estas crisis tendrá su forma de mostrarse, sus características específicas; serán crisis estructuradas en torno al trabajo, a los fenómenos migratorios, las luchas territoriales o, como hemos visto, sanitarias. Tal vez esta última sea particularmente significativa en estos días, como hemos visto en la crisis de la covid-19, fundamentalmente por lo inesperado de la pandemia y por el impacto ideológico en los patrones del capitalismo. En esto, en mi opinión, es imposible no estar de acuerdo con Almazán y Reyes, que lo describen como un momento dentro de un marco de decrecimiento forzado de las sociedades industriales. Lo que habría que añadir es que lo esperable es precisamente esto: una sucesión de crisis en la cual cada una tendrá sus parámetros propios. Es absurdo intentar explicar la crisis de la covid-19 como un hecho puntual –cuando es evidente que está estrechamente ligado a la pérdida de biodiversidad, la invasión de los territorios silvestres y la industria agroalimentaria mundial– pero, del mismo modo, no tiene sentido evitar la lectura específica de esta crisis o pretender que de una situación concreta surja la explicación que dé cuenta del conjunto de los fenómenos ecosociales que están sucediendo.

Bajo la noción de colapso quedan sepultadas las mutaciones sociales que tienen lugar en cada momento crítico

En cierto modo, eso es lo que se puede leer cuando escriben que “nuestro gran problema sigue siendo que, de manera profunda, casi nadie ha entendido que la pandemia del covid-19 no tiene nada de evento aislado y excepcional, sino que es un simple momento de un proceso mucho más amplio: el colapso ecosocial”. Esa comprensión no se va a dar en un único momento, ni de manera espontánea: hay que hacer un trabajo específico de análisis y ligar el estudio de lo concreto –en este caso, la crisis sanitaria– con el marco ecosocial, aspirando a una explicación que no desprecie ni una ni otra perspectiva sino que muestre la relación de cada crisis con el marco global que las produce.

En este punto surge una de las cuestiones que más diferencian la lectura del colapso y la de las crisis sucesivas. Y es que bajo la noción de colapso quedan sepultadas las mutaciones sociales que tienen lugar en cada momento crítico. Estos días vemos como se dan lecturas que tratan de recortar los impactos de la pandemia para dejarlos como un fenómeno exclusivamente sanitario, otros lo vinculan con la situación de los sistema públicos de salud y una minoría trata de explicarlo en términos más amplios. De fondo, la actuación de los gobiernos en todo el mundo deja un reguero de inversiones millonarias, cierres de fronteras, exclusión.

Puede haber, y de hecho los hay, desacuerdos sobre la ideoneidad política del término decrecimiento pero no sobre la indiscutible necesidad de reducir nuestro impacto ecológico

De la misma forma, pero siempre distinta, se producirá cada crisis con una serie de parámetros en los que se pueden activar diversas luchas. Y aquí hay que señalar una segunda cuestión imprescindible, la que se refiere al aprendizaje colectivo. No se va a dar una especie de iluminación general de las clases populares, ni ante la pandemia ni ante cualquier otro fenómeno, sino una acumulación de procesos de explicación, de luchas y sufrimiento en los que se puede ir avanzando en la construcción de una alternativa que sí dé cuenta de los fenómenos globales. Tal vez en esto sí se pueda tomar ejemplo de lo que fue la Revolución de Octubre, pero ampliando el rango para ver cómo se construye en un periodo largo que va desde las últimas décadas del siglo XIX hasta la toma del poder en 1917: una serie de conflictos sociales en los que distintos sectores sociales se activan y van realizando experiencias que luego se aglutinan en la revolución. Aquí hay una lección que adquiere una importancia central: la comprensión del escenario es algo acumulativo que sólo sucede en los conflictos, y que exige tiempo, no acontecimientos puntuales, por muy disruptivos que éstos sean, igual que exige un trabajo político y social en cada fase.

Toca organizar las revueltas que vendrán, que no son ni mucho menos lejanas, y preparar una articulación de organizaciones diversas y autónomas pero con buena parte del escenario y del diagnóstico compartido

Dicho esto, sobre la discusión entre las nociones de crisis o colapso, es importante apuntar los acuerdos con el movimiento decrecentista. El primero, y el más obvio, es la necesidad de una reducción planificada de la esfera económica. No por obvio, éste es menos importante: puede haber, y de hecho los hay, desacuerdos sobre la ideoneidad política del término decrecimiento pero no sobre la indiscutible necesidad de reducir nuestro impacto ecológico, y eso supone ineludiblemente una disminución de la actividad económica. La segunda es que esta reducción del espacio económico no se puede realizar de la mano del estado neoliberal.

Estos dos puntos, que comparten el ecosocialismo y el decrecimiento, son el mínimo común de cualquier propuesta razonablemente informada sobre el escenario ecosocial. No bastan los juegos discursivos ni las trampas sectoriales: ni una reducción meramente energética, ni una nueva economía capitalista y verde, pueden ocultar estas dos líneas rectoras. Creo que una tercera línea es la activación de capas sociales mayoritarias, a través de un trabajo ideológico y político de discusión colectiva, en la que el ecologismo social en su conjunto ha trabajado durante los últimos años e incluso décadas. En un marco político en el que abundan las trampas “verdes” y los atajos falsamente ecológicos, coincidir en esto no es, ni mucho menos, poca cosa.

Sobre un marco como el que hemos descrito hasta ahora, y con una situación de receso en todo el marco político, las líneas estratégicas pasarían más bien por mantener espacios autónomos que sean capaces de articular un conocimiento compartido, articular acciones comunes y organizar conflictos. Puede resultar irritante, desesperante y casi inmoral tratar de construir lentamente cuando la crisis ecológica nos persigue y amenaza con hundir nuestras sociedades en el corto plazo. Sin embargo, nunca una organización, ni una propuesta política, por sólida que fuera, ha podido ir por delante de la movilización social. Toca organizar las revueltas que vendrán, que no son ni mucho menos lejanas, y preparar una articulación de organizaciones diversas y autónomas pero con buena parte del escenario y del diagnóstico compartido. Una multitud plebeya, sin miedo a las instituciones de la política neoliberal, que sea capaz de incorporar las demandas del ecologismo social, del decrecimiento, el ecosocialismo, pero también de los sindicatos, la vivienda o las pensiones, hacia un bloque popular ecosocialista. Es una línea en la que trabajo, energía y conflictos territoriales serán elementos clave para articular una mayoría, con un trabajo de fondo que debe aspirar a traducir las claves ecosociales de cada crisis. En último término, se trata de preparar y organizar la hipótesis de una revolución social y ecológica cuyos motivos están más que claros.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Teatro
Teatro Social Quiero colapsar a tu lado
Entrevistamos a Laura Presa y Sandra Arpa, actrices, que componen, junto con Fernando Gallego, la compañía La Rueda, una de las pioneras y más estables agrupaciones de teatro social.
Greenwashing
Greenwashing Repsol, denunciada ante Competencia y Consumo por publicidad engañosa
Ecologistas en Acción, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU y Greenpeace denuncian ante la CNMC y ante la Dirección General de Consumo que la petrolera realiza “declaraciones ambientales engañosas” en su comunicación pública.
Sequía
Feria de Abril Arte flamenco para luchar contra la sequía
Una acción de Juventud por el Clima Sevilla en la Feria de Abril se suma con unas sevillanas de denuncia a la Acción Global por el Clima del viernes 19 de abril, convocada por Fridays for Future.
#78686
2/1/2021 8:11

El texto de Juanjo es valioso y aporta reflexiones interesantes pero... discrepa con lo que Adrián y yo no planteamos. Pone en nuestra boca afirmaciones que no hacemos. Nunca hemos sostenido que "el impacto desastroso de la degradación ecológica y social (...) será una
línea predeterminada que culmina en un mañana catastrófica, en un reconocimiento de que lo peor, finalmente, sucedió". Nunca hemos sostenido una visión ni apocalíptica ni determinista del colapso. Que argumentemos que la civilización industrial tiene los días contados no tiene nada que ver con que defendamos que el futuro está determinado de una forma concreta. Lo que hemos dicho es que el futuro está muy abierto, más abierto que nunca, dentro del campo de la disponibilidad material y energética existente, que va a ser decreciente. Vamos, algo muy parecido a lo que Juanjo defiende al hablar de crisis.

Además, Juanjo parece asociar el colapso a un hecho puntual y más o menos súbito. Esto se entrevé en párrafo en el que se habla de trabajo social acumulativo al decir que "bajo la noción de colapso quedan sepultadas las mutaciones sociales que tienen lugar en cada momento crítico". Nunca hemos planteado un colapso así, más bien todo lo contrario y en la frase que nos entresaca (la única que se cita directamente y que sospecho que comparte a pesar de ser el eje sobre el que luego articula su crítica a nuestro texto) lo expresamos. Si
la frase va por que el proceso no está abierto, pues ya he comentado más arriba que no es algo que planteemos.

Si Juanjo considera que se debe usar el término crisis en lugar del término colapso por los imaginarios que provocan en las personas, es otra discusión, pero partiendo de la base de que a lo que él llama crisis y a lo que nosotros llamo colapso creo que es muy parecido.

Por otra parte, cuando dice "pretender que de una situación concreta surja la explicación que dé cuenta del conjunto de los fenómenos ecosociales que están sucediendo" refiriéndose a la COVID-19, nuevamente no nos veo reflejados en sus palabras. Una cosa es usar la COVID-19 como ejemplo e indicador, algo que he realizado con profusión este año especialmente en este medio, y otra es que a partir de ella intente explicar todos los fenómenos ecosociales, algo que no hemos hecho nunca.

Finalmente, en el párrafo de cierre lanza ideas que no se contraponen a lo que decimos en nuestro texto.

En resumen, comparto la mayoría de lo que Juanjo dice en el texto y creo que es desafortunado que lo escriba difundiendo una visión del colapso que no es la que defendemos quienes usamos el término, al menos nosotros. Vamos, montar una discusión poniendo en boca ajena lo que no ha dicho (repito que otra cosa sería hablar de los imaginarios sociales
detrás del término colapso y crisis, pero esa sería otra discusión). Discutamos sobre nuestras diferencias (y las hay, por ejemplo el papel del Estado en las transiciones o la forma de comunicar más adecuada o de fomentar la organización social) pero no sobre lo que no hemos dicho. Creo que Juanjo ha escrito un buen texto que no necesita apoyarse en el texto de Adrián y mío, y que lo único que consigue con ello es difundir algo distinto de lo que (con mayor o menor acierto) decimos.

4
2
#78760
3/1/2021 8:00

Todo lo dicho en mi comentario anterior se refería a una versión anterior del texto, no a la versión definitiva, que no pone en nuestra boca cosas que no hemos dicho. Perdón por la precipitación del mensaje anterior. Creo que el texto de Juanjo abre una línea de discusión importante.

0
0
País Vasco
Los audios del PNV El modus operandi del PNV en Mundaka: “Invita a tres personas, el resultado va a ser uno”
Hordago revela grabaciones exclusivas en las que el presidente de la Junta Municipal de la localidad de Busturialdea pide al entonces alcalde, Mikel Bilbao, que favorezca la contratación como asesor externo de un barón del partido.
País Vasco
País Vasco “En Osakidetza nos la van a dejar morir, vámonos a la privada”
Las listas de espera que reconoce el Departamento de Salud en respuesta parlamentaria no se corresponde con las citas que ofrece. Tampoco hay coincidencia con el dato público del número de médicos que compatibiliza la sanidad pública con la privada.
Galicia
Altri Vecinos, ecologistas y científicos saltan a Bruselas para frenar la celulosa que amenaza el corazón de Galicia
Las plataformas de vecinas afectadas y ambientalistas han podido reunirse con altos funcionarios de la Comisión Europea especializados en normativa medioambiental aupados por la eurodiputada del BNG Ana Miranda para seguir defendiéndose de Altri.
Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
Culturas
Culturas La FILMIG reflexiona sobre hacia dónde se dirige la producción cultural migrante en el Estado español
La primera edición de la Feria Itinerante del Libro Migrante convoca a Vivi Alfonsín, Moha Gerehou, Dagmary Olívar y Silvia Ramírez para dialogar sobre la creación y participación en la cultura de las personas migrantes y racializadas.
Genocidio
Rumbo a Gaza La Flotilla de la Libertad se prepara para zarpar hacia Gaza
Un carguero con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y tres barcos más cargados con cientos de personas, entre ellas observadores de los derechos humanos, personal médico, periodistas y políticos —incluida Ada Colau—, integrarán la Flotilla.

Últimas

Acoso escolar
Acoso escolar Obligan a ir a clase a una niña que denuncia acoso en un colegio concertado de Aranjuez
La Concejala de Educación ha emitido una carta que da una semana a la menor para acudir a clase, pese a contar con un diagnóstico de ansiedad y depresión.
Análisis
Desigualdad ¿Millennials Vs boomers? ¡No, es lucha de clases, amigo!
Aunque el discurso habitual enfrenta a los millennials con los baby boomers, este panorama general oculta la disparidad económica dentro de la generación de los millennials.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Salud mental
Salud mental El Ayuntamiento de Valladolid de PP y Vox cancela unas jornadas sobre anticapacitismo
A 48 horas de celebrarse la primera de las charlas, el Servicio de Igualdad y Juventud suspendió el acto alegando que pocas personas estaban interesadas en asistir
Ocupación israelí
Ocupación israelí Más de 80 ciudades saldrán a la calle el 20 y 21 de abril para denunciar el genocidio israelí en Gaza
El movimiento de solidaridad con el pueblo palestino denuncia la complicidad del Gobierno español con la masacre al seguir comprando y vendiendo armas a Israel.
Más noticias
Palestina
Palestina El terror de gestar, parir y maternar en una tierra devastada
La violencia reproductiva sacude más que nunca Gaza, donde las ONG están reportando un incremento alarmante del número de abortos espontáneos causados por el estrés extremo que atraviesan las madres durante la gestación.
Violencia policial
Violencia institucional Iridia consigue reabrir judicialmente el caso de una muerte por pistola taser policial
Es uno de los 56 casos en los que ha litigado la entidad de derechos humanos en 2023 y en los que hay un total de 156 agentes o funcionarios encausados.
Especulación urbanística
Especulación urbanística El pelotazo de Las Cárcavas: cuatro torres de apartahoteles crecen a la sombra del futuro trazado de Fórmula 1
Los vecinos del barrio madrileño denuncian el desarrollo desde hace un año de viviendas turísticas donde debían situarse equipamiento para el barrio, justo en la zona del futuro circuito de carreras urbano.
Elecciones
Debate electoral Imanol Pradales esquiva el debate sobre Osakidetza tras sufrir una agresión en un mitin electoral
Imanol Pradales y Eneko Andueza mantuvieron un excelente entendimiento: los socios de Gobierno atacaron a Pello Otxandiano en cada bloque. Pradales se palpaba más asustado que Andueza, que se comportó de forma histriónica.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.

Recomendadas

Historia
Historia Rubén Buren: “La memoria debe ser aquello que nos construye y nos une como ciudadanía”
El historiador y polifacético Rubén Buren coordina el libro 'La Segunda República', una oportunidad para dar a conocer este periodo a un público no especializado.
Culturas
Xirou Xiao “Mi mirada artística es constructiva y, por tanto, tiene en la educación su aliada”
La compañía de performers Cangrejo Pro; la exposición ‘Zhōngguó. El País del Centro’ o la película de Arantxa Echevarría ‘Chinas’ son algunos de los proyectos en relación a la comunidad china en Madrid con la impronta de Xirou Xiao.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.