Ocupación israelí
“El peor enemigo de Israel no son los palestinos, sino Ben Gvir y Smotrich”

Los ciudadanos israelíes que se manifiestan contra los bombardeos y la invasión en Gaza y critican al gobierno supremacista israelí, se ven acosados por las fuerzas de seguridad y atacados por grupos de ultraderecha como La Familia.

Son pocos, se sienten solos y les acusan de ser malos israelíes. Pero existen y se movilizan para hacerse oír y decir no a la guerra. La minoría israelí que se opone a la ofensiva contra Gaza se manifiesta semanalmente en Tel Aviv, donde no llegan a reunir las 200 personas. “Sí”, dice a El Salto Diario el joven Tal Mitnick, de sólo 18 años de edad: “Por desgracia muchas de las caras que veíamos antes del 7 de octubre en las protestas contrarias a la ocupación están ahora totalmente alienadas con el gobierno”, lamenta el chico, nacido en Israel de padres estadounidenses inmigrados a Tel Aviv. “Es bastante triste, creo que no soy capaz de explicarlo”.

Mitnick, como el resto de manifestantes presentes en la protesta, es de los que rechazan aplicar una estrategia militar para un conflicto que asegura que es político. “Salimos a la calle para protestar porque pedimos un alto el fuego en la guerra entre Hamas e Israel”, afirma Mitnick: “Creemos que la única salida adelante es una negociación de paz y una liberación de los rehenes, porque es inimaginable tanto lo que están sufriendo los cautivos israelíes como lo que está sufriendo la gente en la franja de Gaza; miles de personas no saben ni dónde están sus familias”.

“Por desgracia muchas de las caras que veíamos antes del 7 de octubre en las protestas contrarias a la ocupación están ahora totalmente alienadas con el gobierno israelí”

En la protesta, que tiene lugar en una avenida rodeada de rascacielos en Tel Aviv, se palpa la frustración. Y tienen lugar discursos que chocan frontalmente con la narrativa oficial israelí. Joel, que acude a la manifestación con su padre, levanta una pancarta que muestra el nombre de Benyamin Netanyahu, primer ministro de Israel, como elemento de unión entre dos fechas. “Sostenemos que hay una línea que conecta el asesinato en 1995 del entonces primer ministro Isaac Rabin y los hechos del pasado 7 de octubre”, dice Joel: “Y creemos que Netanyahu es la línea entre ambos. Con Rabin podríamos haber empezado un proceso de paz con los palestinos, pero cuando lo asesinaron la perspectivas de paz se terminaron”.


Con su discurso, Joel se hace eco de las voces que acusan a Netanyahu de haber impulsado en su día el discurso de odio que derivó en el asesinato de Rabin, que murió a manos de un agresor de extrema derecha. Pero no solo eso. El joven judío responsabiliza a Netanyahu del viaje a la derecha que Israel ha hecho desde 1995. Décadas atrás, el entendimiento con los palestinos parecía posible. Hoy, el gobierno israelí contiene dirigentes que se declaran abiertamente supremacistas, y que 28 años atrás celebraban la persecución y la intimidación contra Rabin.

Algunos de ellos son Itamar Ben Gvir, actual ministro de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, actual ministro de Finanzas y responsable de buena parte de la política israelí en Cisjordania, incluyendo la construcción de asentamientos. Ambos son residentes de colonias ilegales en territorio ocupado. Sus rostros aparecen en la pancarta que sostiene Gur, el padre de Joel. Mientras los señala, Gur recuerda que las propias autoridades israelíes acusaron en múltiples ocasiones a Ben Gvir de apoyar el terrorismo. Hoy es Ben Gvir quien está al mando de las mismas autoridades que le investigaban por extremista. “Este tipo tenía en el comedor de su casa un póster del terrorista Baruck Goldstein, que asesinó 29 palestinos inocentes”, dice Gur en referencia a Goldstein, el terrorista judío de extrema derecha que abrió fuego contra multitudes palestinas mientras rezaban en una mezquita de Hebrón. “Bezalel y Smotrich son los peores enemigos de Israel”, concluye Gur: “No son los palestinos. Son estos dos”.

Justo cuando Gur menciona estas declaraciones a El Salto Diario y señala los rostros de Ben Gvir y de Smotrich plasmados en su pancarta, un activista de extrema derecha irrumpe de forma amenazante y propina un puñetazo contra su pancarta. Según afirmarían más tarde varios manifestantes, el agresor de Gur y sus acompañantes son miembros de La Familia. Este grupo israelí declaradamente racista y anti-árabe se moviliza de forma habitual para intimidar las protestas contrarias al gobierno más derechista en la historia de Israel. “Lo acabas de ver”, dice Gur después de haberse sacado de encima el asaltante: “Esta es la violencia de los grupos de extrema derecha. No hay simetría con la que ejercemos las izquierdas”. Durante esta manifestación, como en tantas otras, los radicales se dedican a amenazar a los manifestantes que atienden a la prensa, como Gur. La policía está presente en el lugar y no detiene a los agresores.

Un manifestante recuerda que las propias autoridades israelíes acusaron a Ben Gvir de apoyar el terrorismo. Hoy es Ben Gvir quien está al mando de las mismas autoridades que le investigaban por extremista

Los miembros de La Familia, que son un grupo de aficionados ultra del club de fútbol jerusalemita llamado Beitar, han recibido en múltiples ocasiones muestras de apoyo de los mismos Ben Gvir y Smotrich, a quienes se les ha visto confundirse entre los radicales en manifestaciones. Ello ha ocurrido, también, en momentos en los que el grupo ha llegado a ser considerado como “terrorista” por parte de líderes israelíes como Benny Gantz, actualmente un miembro destacado del actual ejecutivo de guerra contra Gaza.

Eli, un activista izquierdista de más de 60 años y miembro del Partido Comunista, es uno de los manifestantes anti-guerra que ha sido acosado por los alborotadores derechistas. “Están intentando aprovechar la tensión que se sufre en Israel desde el 7 de octubre para prender fuego entre los palestinos israelíes y los judíos”, lamenta Eli en declaraciones a El Salto Diario. Eli es de los que opina que atizar el odio hace un flaco favor a los intereses de Israel. De hecho, y en ese mismo sentido, destacados diarios liberales en el país como Haaretz han publicado editoriales muy duros contra Netanyahu, acusándolo de ser “una amenaza para la supervivencia política y moral de Israel”.

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A pesar de la tensión irrespirable que sacude el país, algunos como Eli no abandonan el discurso de paz. “Mantener este mensaje es muy difícil en estos momentos”, advierte el activista: “pero algunos queremos transmitir un mensaje de defensa de los derechos humanos en ambos lados [tanto el israelí como el palestino]. Desde el ataque de Hamas, el país está en shock absoluto. Pero más guerra no va a resolver nada”.

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enricvg
21/11/2023 8:47

Creo que puede haber un error en la redacción.
Donde dice "...Goldstein, el activista judío de extrema derecha que abrió fuego contra..."
Creo que "activista" tendría que ser sustituido por "terrorista"¿no?

¿O si un palestino entra en una sinagoga metralleta en mano y se carga a 29 personas también lo llamaríamos "activista"?

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