Nacionalismo
Más allá de la Hispanidad

El concepto de Hispanidad, de una connotación excluyente, está siendo utilizado para negar una historia de diversidad y mestizaje y convertirla en otra muy distinta de dominación y poder

Aleix Romero Peña
18 oct 2018 20:36

En 1613 Antón y Juan de Jorge, dos vecinos de Inestrillas, un pequeño pueblo del alto valle del Alhama, en el confín sudoriental de La Rioja, emprendieron un procedimiento para ser declarados cristianos viejos. No lo hacían por ambición, sino por supervivencia. Querían evitar ser comprendidos en los bandos reales que imponían la expulsión de los moriscos. Era la única manera posible de hacerlo. Dos años antes, desde Roma, algunos paisanos expulsados habían enviado al rey español un memorial implorando el regreso a su tierra, la misma en la que según decían llevaban viviendo —y coexistiendo con otros pueblos— ocho siglos, remontándose a los primeros árabes o bereberes que llegaron a una zona que apenas estuvo islamizada. Para ello hicieron gala de su piedad cristiana, pero fue en vano.

La hija de Juan, María de Jorge, no tenía motivos para sentirse tranquila. A su origen sospechoso había que añadir una temprana viudedad —de un zapatero—, que la dejó con un hijo pequeño en una sociedad que la marginaba por ser mujer y, además, la señalaba por descender de moriscos. La misma sociedad que estaba viviendo su Siglo de Oro.

Habría que plantearse hasta qué punto el relato de la Hispanidad es compatible con los valores democráticos.

El pasado 12 de octubre Pablo Casado dio un paso más en ese strip-tease de complejos emprendido por la derecha española ensalzando la Hispanidad como hito más importante de la humanidad. Le faltó decir que incluso riman. Con ello, el líder conservador no podía emplear un concepto más peligrosamente oportuno para el debate actual.

La Hispanidad como relato se construye de manera discriminatoria con una triple exclusión: social, étnica y de género. Se trata de una prolongación del mito guerrero de la Reconquista y sus protagonistas, soldados de las armas y de la fe, son preferentemente hombres, de condición linajuda —segundones, bastardos o miembros de la baja nobleza— y de sangre no contaminada.

Obviamente, esta leyenda no representa a la España de la época. Aunque el imperio que detentó fuese muy complejo debido a su condición multiétnica, multicultural y plurilingüe, lo que a la Hispanidad le interesa de manera preeminente es el dominio que se ejerció sobre tan vasta composición. El poder, la fuerza. Por eso es una narración arbitraria y parcial, creada para ensalzar ideales hegemónicos, especialmente en épocas de decadencia, como la que estamos viviendo en la actualidad.

La Hispanidad es blandida por la derecha española –que, por mucho que aparezca ahora dividida en tres formaciones, sigue siendo una– como si fuera un mantra que formase parte de una terapia colectiva: “fuimos grandes, fuimos poderosos. Llevamos nuestra cultura, nuestra religión, nuestra lengua, a todo un continente. Estamos llamados a repetir y superar estas hazañas, pero antes tenemos que librarnos de estos gobernantes tan corruptos y tan ineptos –léanse la izquierda o el blando Rajoy– que nos han llevado a la ruina”.

Es fruto de una visión histórica centrada en la autoridad, donde los grandes hechos son protagonizados por grandes supremacías.

En este redoble continuo de tambores, todas aquellas reivindicaciones que puedan neutralizar la movilización nacional, desde las demandas feministas a las de las minorías étnicas, pasando por las reclamaciones de la clase trabajadora, desactivada hasta el punto de serle negada la existencia —por más que la desigualdad sea una cuestión de suma actualidad—, son colocadas en el lado enemigo. Porque atenderlas implicaría reconocer que bajo la misma bandera se cobijan quienes explotan y quienes son explotados.

Habría que plantearse hasta qué punto el relato de la Hispanidad es compatible con los valores democráticos, pero es justo reconocer que situaciones parecidas se están dando en otros países donde el populismo de derechas está soplando fuerte. Quizás pueda hablarse sin embargo de una excepcionalidad española, radicada en un franquismo sociológico que ha seguido siendo alimentado en plena España constitucional. Que Casado se remita al imperio romano como referente, y que Julio Anguita acuda también a la potencia romana para ilustrar sobre los supuestos peligros de la migración —eludiendo la explicación marxista de la crisis del sistema esclavista—, no es casual. Es fruto de una visión histórica centrada en la autoridad, donde los grandes hechos son protagonizados por grandes supremacías. Una visión propagada por la dictadura, siempre deseosa de ensalzar todo lo extraordinario que hubiese habido en España, aún inventándoselo.

La historia no está conformada por imperios, sino por pequeñas historias que van entrelazándose y conformando cadenas más amplias. Sin la de María de Jorge, no hubiera podido escribir este texto; sin las de otras Marías de Jorge tú tampoco habrías sido capaz de leerlo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Opinión
Opinión De banderas y patriotismo
Me preguntaba el otro día uno de mis estudiantes, mientras explicaba a Marx, si se podía ser de izquierdas y ser patriota. Le dije que no.
Opinión
Opinión Crítica a la izquierda centralista
Apostar por la izquierda centralista es hacernos esclavos de la reacción. Nos impide alejar el uso de los recursos públicos por las clases dominantes.
PSOE
Crisis de Gobierno “El Gobierno está en la UCI”: los aliados de Sánchez afilan el discurso en clave electoral
A la espera de nuevas pruebas que puedan afectar directamente al presidente del Gobierno o algún indicio de financiación ilegal del PSOE, Podemos radicaliza su crítica al bipartidismo y Sumar habla de “un cambio de 180 grados”.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".
Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.

Últimas

Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Más noticias
Portugal
Antifascismo Concentraciones en varias ciudades de Portugal en repulsa a la agresión a un actor por un grupo neonazi
Cientos de personas se concentran en distintas ciudades portuguesas en repulsa a la agresión al actor Adérito Lopes por parte de un grupo de neonazis el pasado 10 de junio.
Navarra
Navarra Denuncian la criminalización de menores y falta de recursos en Marcilla
Trabajadoras del COA de Marcilla denuncian criminalización de menores, falta de recursos y condiciones indignas, mientras el Gobierno de Navarra traslada a 23 menores y refuerza la seguridad tras el brote racista.

Recomendadas

Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en el que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.