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Municipalismo
Alburquerque: normalizar una situación que no puede ser normal
Alburquerque, municipio de 5.300 habitantes situado en la provincia de Badajoz, soporta una deuda de más de 15 millones de euros (según fuentes consultadas), deuda que triplica su presupuesto anual. Trabajadores y trabajadoras del ayuntamiento llevan más de un año sin cobrar, protestando y reivindicando sus derechos de diversas formas.
Para poder entender lo que está pasando, hemos querido entrevistar a Ángela Robles Pámpano, Gestora Cultural del Ayuntamiento de Alburquerque, que desde la preocupación, pero también desde la serenidad y una visión muy cercana a vecinas y vecinos, nos ha querido compartir sus reflexiones.
Hemos escuchado en diversos medios la deuda tan insostenible que tiene el Ayuntamiento de Alburquerque ¿cómo afecta esta situación?
Por un lado, la situación actual nos afecta directamente a las y los trabajadores. Llevamos sin cobrar un año (aunque existen algunas diferencias en los tiempos de impago) y arrastrando más de dos años de retrasos en las nóminas. Durante el primer año de esta situación, desde el Ayuntamiento se nos informaba en cierta manera, aunque fuera “estamos trabajando en ello”, dando una fecha en la que las cosas se iban a solucionar, solución que no llegaba. Pero después no han vuelto a dar ninguna explicación.
Hace un año empieza todo a caer en picado. Comienzan las manifestaciones más potentes, el PSOE echa a la alcaldesa Marisa Murillo del partido y desde entonces llevamos un año entero sin cobrar.
Alburquerque, municipio de 5.300 habitantes situado en la provincia de Badajoz, soporta una deuda de más de 15 millones de euros (según fuentes consultadas), deuda que triplica su presupuesto anual
Hay muchos compañeros y compañeras con depresiones, pasándolo realmente mal, porque además existe una presión social en muchos sentidos. En cierta forma, se tilda a quien se queja de ser las personas culpables de la propia precariedad de la que son víctimas, es decir, se culpa a los trabajadores que se manifiestan de empeorar la situación.
Pero esta situación no solamente afecta a las y los trabajadores que están sin cobrar, sino que afecta también a la propia población de Alburquerque. Nos estamos muriendo poco a poco, llevamos años en agonía y esto me parece muy importante señalarlo.
Deuda
“La deuda municipal ha servido para rescatar bancos”
El periodista de El Salto y de El Salmón Contracorriente Yago Álvarez estrena el documental ¿Quién ha hipotecado mi ayuntamiento? La historia de un municipio que podría ser el tuyo, un relato de la deuda que intenta explicar cómo las arcas públicas de muchos de los municipios del país han llegado a una situación de bancarrota.
Por ejemplo, en cultura, que es donde más puedo hablar, independientemente del Covid, que por supuesto también influye de forma paralela, la situación de la deuda del Ayuntamiento repercute muy negativamente en los servicios que podemos ofrecer. Al no estar al corriente de la Seguridad Social no se puede optar a muchas de las subvenciones y ayudas.
En las ocasiones en las que ha sido posible beneficiarse de subvenciones, porque al ser directas no influyen las cuentas con la Seguridad Social, tras haberse ejecutado con los gastos y los plazos debidos, al finalizar, el Ayuntamiento, al no tener el dinero líquido, no ha hecho los pagos oportunos, con lo cual la subvención no se puede justificar adecuadamente, ese dinero se pierde y además terminamos con una deuda mayor. Y quienes prestan los servicios se quedan sin cobrarlos hasta no se sabe cuándo.
En cierta forma, se percibe una minusvaloración del sufrimiento que se genera y de la importancia de cumplir con los de derechos laborales. Defender así lo público puede servir a la larga para justificar la supuesta necesidad de privatización de servicios esenciales...
Hay muchos compañeros y compañeras que no pueden aguantar con esta situación y dejan sus puestos. Cuando abandonan, esos servicios no se vuelven a cubrir o si se vuelven a cubrir tardan mucho tiempo en poder hacerse. Una de las agentes de desarrollo que trabajaban directamente con la Casa de la Cultura ha dejado su puesto por la difícil situación, con el agravante de que queda otra persona en esa función a la que no se le facilita el trabajo, puesto que ha sido una de las trabajadoras que están de frente en las manifestaciones.
Existe una presión social en muchos sentidos. En cierta forma, se tilda a quien se queja de ser las personas culpables de la propia precariedad de la que son víctimas
Actualmente tampoco contamos con ninguna bibliotecaria y la respuesta del Ayuntamiento es siempre la misma, “estamos trabajando en ello”, con lo cual no sabemos qué va a pasar y cómo nos podemos proyectar en un futuro.
Me he querido referir a nivel cultural, puesto que es donde manejo más información, pero existen muchos otros ámbitos en los que sucede lo mismo y son mucho más evidentes.
Es paradójico que un Ayuntamiento, que se abandera de la defensa de lo público, por una gestión que se sostiene en una deuda cada vez mayor, termine socavando los propios servicios públicos que dice defender.
Muchas vecinas y vecinos, ante la situación actual, habiendo visto en muchas ocasiones en los medios a políticos que han robado en su propio beneficio, ven que en Alburquerque no ha sido así, no ha habido un lucro económico personal. Eso hace que en la mente de muchas personas y en los discursos directamente de otras, se defienda la idea de que “el dinero está en el pueblo”. Pero como he señalado antes, la situación actual de impagos por parte del Ayuntamiento, tanto a la Seguridad Social, como a proveedores, como a trabajadores, hace que cada vez tengamos menos acceso a recursos, por ejemplo a subvenciones.
Ante una situación así, ¿cómo se puede entender que mucha gente no se manifieste o se oponga de una forma más rotunda?
Cada persona tendrá sus motivos personales para movilizarse o no hacerlo, pero yo veo varias razones:
Durante muchísimos años, Ángel Vadillo, alcalde de Alburquerque desde el año 1995 y actualmente asesor de la actual regidora, María Luisa Murillo, ha utilizado el ayuntamiento y el “hay que estar ahí para todo el mundo” desde una perspectiva social muy personalizada.
No creo que haya ninguna familia en Alburquerque a la que no se le haya ayudado de alguna forma. El ayuntamiento se convirtió en el sitio en el que solucionaban los problemas de toda la gente o, al menos, se lo ponían más fácil. Esa ayuda no se presentaba como algo inherente a una administración, desde una visión de derechos o facilitando e informando sobre ayudas a las que acceder, en muchos casos se planteaban puestos de trabajo como forma de ayuda, que además lo ofrecía y hacía posible una persona concreta.
En muchos casos se planteaban puestos de trabajo como forma de ayuda, que además lo ofrecía y hacía posible una persona concreta
Está muy interiorizado ese refrán de “es de mal nacido no ser agradecido”. Esto hace que aunque a mucha gente no le guste esta situación, tampoco se oponen abiertamente porque tampoco les parece correcto manifestarse recordando que en algún momento, cuando lo necesitaron, les echaron una mano. Esto no significa que actualmente sigan apoyando la gestión del ayuntamiento, pero sí que no quieren generar más conflicto.
Existen también numerosas personas que no quieren entrar en un posicionamiento abierto por la polarización existente en Alburquerque desde hace muchos años. Pueden entender esa “ayuda” como una función de un puesto político y de gestión municipal y/o no lo viven como una deuda de por vida que les impide ver y expresar los errores que se cometen actualmente.
Llevamos aproximadamente 10 años donde parece que o eres blanco o eres negro, que no hay posibilidad de puntos intermedios o matices. Rápidamente se te coloca en un sitio u otro. A la gente no les gusta, no nos gusta que nos coloquen, y más desde perspectivas políticas. Las redes sociales han empeorado esta situación, en muchos casos se hace daño sin ser conscientes de ese dolor que se genera. No querer entrar en esas polémicas es la razón de mucha gente para situarse al margen hasta que se creen otras situaciones o haya elecciones.
También falta una unión real por parte de los trabajadores y trabajadoras. Tal y como decía, hay diferencias en los tiempos de pago, el personal de las tres residencias municipales cobran mensualmente, se les adeudan meses anteriores, pero ahora van al día. Otros compañeros están de paso, aunque no cobren las nóminas les da acceso a cobrar el paro al finalizar.
Se están cometiendo muchas injusticias en todo este proceso y además la localidad está siendo muy dañada a todos los niveles, sociales y económicos
Además, nos falta una oposición fuerte, durante mucho tiempo ha estado más centrada en la crítica que en aportar soluciones, y en el pueblo necesitamos soluciones.
Todo esto provoca que no haya manifestaciones potentes en la localidad ante tanta injusticia. En el momento que esto ocurriera las cosas cambiarían, los que gobiernan se darían cuenta de la realidad del sentir del pueblo y las administraciones regionales serían más rotundas en sus intervenciones. Si no, vamos a tener que esperar a las elecciones y si esto ocurre, levantarnos será más complicado. Se van a perder muchas oportunidades en el camino.
¿Hay solución para Alburquerque?
Claro que hay solución para Alburquerque, pero como he dicho anteriormente, tiene que ser lo antes posible, porque llevamos arrastrando mucho tiempo este problema, estamos empezando a normalizar una situación que no es nada normal.
Pediría a todas las personas que tengan en su mano acabar con esta situación, que facilitaran que se resolviera cuanto antes, para poder comenzar a soñar y a crear otro momento que nos ayude a remontar.
Creo que hay que dejar de mirar para otro lado y empezar a hacerlo de frente. Se están cometiendo muchas injusticias en todo este proceso y además la localidad está siendo muy dañada a todos los niveles, sociales y económicos.
Alburquerque ha sido siempre muy participativo, dispuesto, orgulloso de su realidad y de su pueblo y en donde la gente aporta en positivo para crear. Tan solo se tienen que dar las condiciones para que así sea. Busquemos entre todos y todas esas condiciones.