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Movimientos sociales
Houda Akrikrez: “Cañada Real somos las mamás que salimos a gritar”
Desde el 2 de octubre, miles de personas sobreviven sin suministro eléctrico en la Cañada Real. La situación, ya de por sí crítica, se volvió insostenible cuando a comienzos de enero la borrasca Filomena sembró Madrid de nieve y temperaturas bajo cero. Este es el trato que se reservan las administraciones públicas para 4.500 personas, entre ellas 1.812 niñas, niños y adolescentes menores de edad, en una zona que lleva un par de décadas en el centro de mira de los planes de demolición del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
Mientras, la organización comunitaria trata de arrojar algo de luz pidiendo en los medios, en las administraciones y en los juzgados que vuelva un suministro que quieren pagar pero no les dejan. Una de esas organizaciones es la Asociación de Mujeres Tabadol, de la que Houda Akrikrez es fundadora y portavoz. Akrikez abre la puerta de su casa y su barrio a quien quiera escuchar otro relato de Cañada Real más allá del estereotipo de la ilegalidad y la de drogas: “Cañada es mi barrio, mi identidad”.
La activista hablará de la resistencia de las mujeres en este vecindario en el seminario ‘Tejiendo resistencias en común’ que se celebra el 24 de marzo en el marco del ciclo de encuentros “Por ser Mujeres. España Feminista” que organiza el Instituto de las Mujeres con motivo del 8 de marzo.
A comienzos de enero, la falta de suministro en plena borrasca Filomena puso Cañada en una situación crítica. ¿Cuál es la situación actual?
Actualmente seguimos igual que el 2 de octubre, cuando se cortó la luz por primera vez: las administraciones tirando la pelota unas a otras y nosotros de por medio, observando cómo violan nuestros derechos.
Algunos vecinos habéis interpuesto denuncias contra Naturgy, ¿qué denunciais y por qué?
Como vecinos de Cañada afectados por los cortes de luz, junto a nuestros asesores del CAES pusimos una denuncia a Naturgy por violar los derechos fundamentales humanos, donde mencionamos a la Comunidad de Madrid como parte responsable de los hechos, ya que no se cumple el pacto regional para la Cañada Real.
Te refieres al Pacto Regional por la Cañada Real Galiana, de 2017. ¿Qué es ese pacto? ¿Para qué debería servir?
El Pacto Regional es fruto de un trabajo comunitario, un esfuerzo político para garantizar la legalidad en Cañada Real, es una ley interna para proteger a los habitantes de Cañada, en lo cual trabajaron codo a codo las administraciones, partidos políticos, entidades sociales y asociaciones vecinales para garantizar una mejora en la calidad de vida dentro de Cañada Real. También se trataba de trazar el futuro de Cañada. El documento recoge el acuerdo de los tres ayuntamientos implicados y de la Comunidad de Madrid, que se supone que garantiza una vida digna dentro de Cañada, algo que que estamos viendo que no respetan.
Sin embargo, este documento debería servir para garantizar el suministro eléctrico según su anexo III, el derecho al techo y a una vivienda digna, derecho a la educación, derecho a la sanidad. Pero no sirve de nada. No se está respetando un pacto que ellos mismos firmaron y aprobaron.
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Eres presidenta de la asociación Tabadol. ¿Qué es esta asociación? ¿Quién la integra?
Tabadol es una organizacion que nace en 2013 por un grupo de chicas del barrio que decidimos empezar a movilizarnos para proteger nuestros derechos y los derechos de nuestros vecinos, y nos damos de alta como asociación cultural siempre pensando en trabajar desde la cultura. Es una asociación sin ánimo de lucro y las mujeres que constituimos Tabadol somos personas liberales con un compromiso cultural bastante importante.
¿Qué papel tienen las asociaciones en Cañada Real? ¿Qué organización vecinal hay y a qué se orienta?
Las asociaciones vecinales y culturales en Cañada son fundamentales, porque los fundadores que pertenecemos a esta sociedad —Cañada Real— somos los que mejor sabemos qué se necesita y cómo se debe actuar según las necesidades. Creo que es importante esta figura porque proporciona referentes positivos dentro del barrio.
Cuando buscas “Cañada Real”, una descripción habitual es esta: se trata de un “asentamiento ilegal” donde vive gente “en condiciones infrahumanas” en 16 kilómetros de extensión. ¿Estás de acuerdo con esta descripción? ¿Cómo describirías tú Cañada?
Creo que estando conmigo aquí ya podéis averiguar que la descripción no es cierta. Cañada Real es un barrio de Madrid, es un barrio más de la Comunidad de Madrid. Hace siete u ocho años estábamos muy lejos de la ciudad, pero ahora con el crecimiento la ciudad se está acercando a Cañada y empezamos a molestar. Por eso nos están intentando barrer y quitar de enmedio.
¿Qué querrías para Cañada Real?
Deseo que vuelva la luz ya, inmediatamente.
¿Cuáles son sus fortalezas?
La fortaleza de Cañada es la interculturalidad. Esta es nuestra riqueza, los habitantes de Cañada somos personas humildes, trabajadores, luchadores con muchas ganas de que nuestros hijos salgan adelante. La Cañada es la unión que hemos visto por redes y por los medios... Cañada Real somos las mamás que salimos a gritar. Queremos luz, queremos pagar.
¿Cómo es vivir en la Cañada con luz? ¿Y sin luz?
Llevo en Cañada desde 1994, es mi barrio mi identidad... Vivir con luz es vivir la normalidad, sentirme una más, sentirme estable en mi casa con mis hijas. Vivir sin luz es sentirme aislada, abandonada, desprotegida.
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