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Minería
Expertos de Francia y Níger alertan de los peligros de la minería de uranio en Salamanca
Bruno Chareyron, del laboratorio independiente francés CRIIRAD, y Almoustapha Alhacen, presidente de la ONG Aghirin’man en Níger, visitan la zona en la que hay planteada una mina del mineral radioactivo.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
Bruno Chareyron y Almoustapha Alhacen conocen de primera mano los riesgos de la extracción de uranio. El primero, experto nuclear francés de la Comisión de Investigación e Información Independientes sobre la Radiación (CRIIRAD), ha estudiado en el laboratorio independiente de la organización el impacto de este tipo de minería en Francia, Níger, Gabón, Namibia, Malawi y Brasil, además de ser el autor del informe sobre la minería de uranio del Atlas de la Justicia Ambiental.
El segundo, presidente de la ONG Aghirin’man en Níger, recientemente galardonada con el premio Nuclear-Free Future 2017, lleva años denunciando los excesos y la contaminación producida por el gigante nuclear francés Areva, en la zona de Arlit, donde la compañía lleva décadas extrayendo el mineral radioactivo.
Ambos visitaron este domingo la zona de Retortillo-Santidad (Salamanca), donde la multinacional Berkeley Minera España SL pretende abrir la que sería la única mina de uranio a cielo abierto de toda la Unión Europea. Los expertos fueron invitados por la plataforma Stop Uranio, que cuenta con el apoyo de grupos ecologistas como el Movimiento Ibérico Antinuclear, Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF y GREFA.
Futuro posible
“Bruno y Almoustapha nos han explicado lo que ha pasado en Francia, donde en 2001 se cerró la última mina de uranio, y en Níger, donde siguen funcionando”, apuntaba esta mañana José Ramón Barrueco, portavoz de la plataforma Stop Uranio de Salamanca, en un acto organizado en la sede de Ecologistas en Acción.El investigador francés ha explicado que “existe una pequeña porción de uranio en todas partes, pero cuando abres una mina encuentras rocas con un gran cantidad de este mineral que puede contaminar el aire, el agua y la tierra”. Chareyron ha recordado que al extraer uranio no solo éste es radioactivo, sino también sus llamados “hijos”, doce metales pesados, además del gas radón, que están en conexión con él, son contaminantes y afloran del subsuelo con las explotaciones mineras.
Estudios avalados por las propias Naciones Unidas demuestran que las concentraciones de uranio son superiores en poblaciones situadas junto a las minas que junto a centrales nucleares. “En Francia todavía hay problemas en minas cerradas hace décadas. En 2014 encontramos elevados niveles de radiación en la casa de un extrabajador de una mina que se había traído filtros de la mina a casa. Murió de leucemia”. Otro ejemplo que ha puesto el especialista sobre la mesa es el caso de una mujer con una propiedad cercana a otra antigua mina francesa: “Tenía en su jardín una roca con niveles de radiación 5.000 veces superiores a los normales”.
En el país galo, entre 1946 y el 2000 se extrajeron 76.000 toneladas de uranio en 237 minas. Pero el caso de Níger es aun de mayor alcance. Desde 1969 se han extraído cerca de 149.000 toneladas, y tres minas siguen abiertas actualmente. Mediciones del CRIIRAD han constatado niveles superiores de radioactividad en 100 veces a los normales en materiales encontrados en las calles de Arlit, como es el caso de la carretera situada frente al hospital de Areva.“Hay un problema también con los residuos de roca, que también son radioactivos. A menudo se acumulan en montañas, pero también se usan para construcción de carreteras, infraestructuras y edificios”, expone Chareyron. Greenpeace estudió la zona en el año 2009, concluyendo que, en Arlit, existen numerosas casas contaminadas. En concreto, se encontraron un centenar de puntos contaminados en la localidad y, de 120 inmuebles analizados, 20 tenían altos niveles de contaminación.
También implican un riesgo las llamadas “colas”, los restos de la extracción de mineral, en las que “todavía queda el 80% de la radiación”, apunta el experto, y que pueden ser transportadas en polvo que viaja por el aire y a través del gas radón.
Plástico versus material radioactivo
En el caso del proyecto de mina en Retortillo, “el plan de Bekeley es rellenar los pozos de la minería con esas colas”, apunta el experto. “Dicen que que pondrán un plástico en los pozos antes de rellenarlos, pero esas colas serán radioactivas durante millones de años. El plástico no resistirá y nadie en el mundo sabe cómo contener ese material durante tanto tiempo”.
Alhacen lanza un contundente mensaje a los habitantes de la zona de Retortillo-Santidad: “La mejor manera de gestionar el uranio es dejarlo donde está”
Además, existe el problema del agua. Según Chareyron, “las compañías tratan de procesar el agua que está en contacto con las colas o en los pozos de la mina antes de liberarla al medio ambiente, pero ese tratamiento nunca es perfecto”. Recientemente han encontrado plantas con altísimos niveles de radiación sitas junto a un río 30 kilómetros aguas abajo de una antigua mina de uranio francesa. Su conclusión: “En todas las minas que hemos medido en Francia, Namibia, Malawi y Níger las compañías no tienen soluciones apropiadas para proteger a la población el medio ambiente”.
Muertes constatadas
Alhacen, por su parte, ha expuesto que “se han constatado muertes” debido a las actividades de extracción de uranio. “Las calles de las ciudades están contaminadas ya que los materiales usados para construirlas también lo están, además de las casas o, por ejemplo, la chatarra o los tejidos. La chatarra se usa para hacer utensilios de cocina y con los tejidos y plásticos se elaboran cubiertas de casas”.Los residuos resultantes de la extracción del mineral en la zona están hoy en montañas artificiales y, según apunta, “estos residuos contienen casi el 80% de la radioactividad y están al aire libre”. Por ello, Alhacen lanza un contundente mensaje a los habitantes de la zona de Retortillo-Santidad: “La mejor manera de gestionar el uranio es dejarlo donde está”.
“En todas las minas que hemos medido en Francia, Namibia, Malawi y Níger las compañías no tienen soluciones apropiadas para proteger a la población el medio ambiente”El físico nuclear, coordinador del Movimiento Ibérico Antinuclear y portavoz de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón, ha denunciado por su parte que la iniciativa para la apertura de la mina en la zona salmantina es “un proyecto insensato que solo sobrevive por las actividades caciquiles de algunas” y ha recordado que diversos estudios sobre las consecuencias de esta actividad en la salud de la población realizados en España.
Todos concluyen que los riesgos de cáncer aumentan de forma importante en las zonas con explotaciones mineras de uranio. Además, ha denunciado que “el estudio de impacto ambiental fue ridículo: lo que se proponía para librarse de los problemas de los polvos era regar”.
Berkeley lleva siete años realizando inversiones en la zona para preparar el terreno de cara al comienzo de los trabajos de extracción. Según denuncian la plataforma Stop Uranio, ya se han talado 40 hectáreas de encinar, pero aún no ha obtenido todos los permisos para poder comenzar la actividad, ya que todavía no puede construir la planta de tratamiento de la mina, algo que paralizó el Consejo de Seguridad Nuclear el pasado enero a la espera de más información por parte de la empresa, documentación que esta todavía no ha aportado.
En caso de obtener luz verde, Berkeley se enfrentará a la oposición de la mayoría de alcaldes de la zona, que ya están organizando protestas y manifestaciones los últimos sábados de mes, además de a una batería de recursos en los tribunales que plantean desde las organizaciones contrarias a la mina.
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