We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Medio ambiente
València, una Capital Verde Europea ennegrecida por PP y Vox
El pasado 11 de enero se celebró oficialmente la apertura de “València Capital Verde Europea 2024”, un reconocimiento de la Comisión Europea dotado con 600.000 euros a ciudades de al menos 100.000 habitantes que se encaminen “hacia una transición ecológica ejemplar para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y visitantes”. En palabras del Consejo de la UE, la premiada es la “ciudad europea abanderada de la sostenibilidad, de las políticas medioambientales y de la mejora del entorno urbano”.
Se supo que València recibía este prestigioso galardón en octubre de 2022, bajo la alcaldía de Joan Ribó y con unas políticas dirigidas por Compromís y PSOE. No era casual: respondía al cambio de modelo que iniciaron en 2015 y que se prolongó hasta 2023. Ahora, la ciudad está en manos de María José Catalá (PP), que gobierna junto a un partido, Vox, que directamente niega el cambio climático. La presidenta ultraderechista de Les Corts Valencianes, Llanos Massó, es un ejemplo de ello: el pasado verano dijo que el aumento de las temperaturas no tiene relación con la acción humana. Con ellos en el poder, ¿seguirá siendo València una capital europea realmente verde?
¿Por qué es València la Capital Verde Europea 2024?
Para la concesión del distintivo de la Capitalidad Verde Europea, la Comisión Europea valoró positivamente 12 indicadores en València: la calidad del aire, la medición del ruido, gestión de los residuos, la calidad del agua, la naturaleza y la biodiversidad, los usos sostenibles del suelo, la ecoinnovación, la mitigación del cambio climático, la adaptación al cambio climático, la movilidad, el rendimiento energético y gobernanza.
Un portavoz de la Comisión Europea explica que València fue reconocida en 2022 como Capital Verde Europea para 2024 por sus “logros pasados en el ámbito del turismo sostenible, la neutralidad climática, así como la transición verde justa e inclusiva”. “La ciudad también ha demostrado su compromiso con la mejora de la calidad del aire y la restauración de ecosistemas naturales, como los ecosistemas dunares y de humedales de la Devesa, y también estimula una producción alimentaria más saludable, sostenible e inclusiva a través de su ‘Programa Barrio y Alimentación’”, añade. Asimismo, valoraron el compromiso con la movilidad sostenible o que el 97% de los habitantes viviera a menos de 300 metros de zonas verdes urbanas.
Para aspirar al premio, el consistorio presentó un listado de seis buenas prácticas, en cuya elaboración tuvo un papel fundamental el entonces vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo: la Misión Climática València 2030, con la que la ciudad se compromete a reducir las emisiones climáticas en un 55% para entonces y aspira a la neutralidad en 2050; contratación pública de innovación orientada a la descarbonización de la ciudad; el impulso a la movilidad a pie y en bicicleta, donde destacaban la recuperación de más de 150.000 m2 para peatones entre 2015 y 2021 (con nuevas calles para viandantes, ampliación de aceras y peatonalizaciones clave como en el centro, como las del entorno de La Lonja y el Mercado Central, plaza de la Reina o plaza del Ayuntamiento); la transformación del suelo urbano en infraestructura verde, con proyectos entre los que citaban el gran corredor València Sur o la apertura a la ciudadanía de La Marina; la gestión municipal del Parque Natural de l’Albufera; y la confluencia de huerta urbana y huerta periurbana, destacando la Ley de l’Horta aprobada en Les Corts Valencianes para su protección ante la especulación urbanística y el Plan de Acción Territorial para su desarrollo y revitalización, así como la creación del Observatorio Ciudadano de l’Horta y el proyecto Mans a l’Horta, para reforzar el tejido productivo, profesional y social del sector agrario.
En la candidatura no olvidaron el papel esencial que tuvo la ciudadanía en la configuración actual de la ciudad, con menciones a luchas como “El río es nuestro y lo queremos verde”, que logró parar la construcción de una gran autopista urbana en el antiguo lecho del Túria y, gracias a ello, hoy es el jardín urbano más grande de España; o “El Saler para el pueblo” que, en el ocaso de la dictadura franquista, frenó parte de los planes urbanizadores megalómanos en la Devesa, junto a l’Albufera. También mostraron fotos de huertos urbanos de Benimaclet, unos de la Asociación Vecinal que ganaron tras luchar contra el BBVA –que era propietario de los terrenos-, y otros gestionados por otra parte del vecindario del barrio.
Asimismo, citaron otros proyectos como Réquiem in Power, la mayor planta solar urbana de España, sobre los nichos de los cementerios municipales; la instalación de 18 fuentes de agua filtrada y refrigerada; o haber sido la primera ciudad en calcular la huella hídrica de su turismo.
Sergi Campillo (Compromís) critica que Catalá (PP) use la Capitalidad Verde como reclamo turístico y no para mejorar la calidad de vida del vecindario
Desde junio de 2023, la gestión de la Capitalidad Verde Europea y de la neutralidad climática para 2030 está en manos de PP y Vox. Para el concejal Sergi Campillo (Compromís), “se ha hecho una capitalidad de muy baja intensidad, a puerta cerrada, no se ha abierto a la participación, porque este gobierno no comparte el espíritu de las capitales verdes”. Así, critica que en el programa de actos, casi todos se hacían antes de recibir el galardón, como la Semana Europea de la Movilidad o el Día Mundial de las Abejas: “Se ha hecho un programa de mínimos para pasar el año y que no tenga demasiada trascendencia, porque en la ciudad prácticamente nadie se está enterando”.
Por otro lado, el edil de Compromís lamenta la insistencia de María José Catalá de emplear este reconocimiento como un impulso turístico para València: “No es un galardón para la posición de marca de la ciudad y para atraer todavía más turistas o inversiones, sino que representa un modelo de ciudad, con él te comprometes a ser un faro para el resto de ciudades europeas. Nosotros creemos que València ya está recibiendo muchísimos turistas que están afectando a la vida de los barrios. El objetivo principal de la Capitalidad es mejorar la calidad de vida de las vecinas y vecinos de la ciudad, no posicionarnos para que vengan todavía más visitantes. Pero todo lo hacen con ese discurso y es agotador”.
Campillo recuerda que València tiene aprobada una Estrategia Urbana 2030, muy participada por agentes sociales, el marco estratégico que marca la dirección hacia la que ha de avanzar la ciudad de cara al futuro. Sin embargo, lamenta que “no lo derogan”, pero tampoco “lo desarrollan”: “Ahora tenemos un modelo de ciudad que va hacia atrás o que está frenando los proyectos más ambiciosos para hacer la ciudad más verde o sostenible. Todavía no sabemos qué modelo quieren, más allá de turismo, turismo y turismo, y poner freno a todas las políticas ambientales ambiciosas”, lamenta Campillo. ¿Es así? ¿Están las políticas de PP y Vox alineadas con el modelo de ciudad que premió Europa en 2022?
Vox “no cree” en la Capitalidad Verde Europea
Para empezar, Vox nunca se ha mostrado cómodo con todo lo relacionado con la lucha contra el cambio climático. En la celebración del premio en el Ayuntamiento de València en 2022, cuando tenía dos regidores, fue el único partido ausente. Estando en el poder, ninguno de sus concejales se presentó a la inauguración de los actos; tan solo acudieron dos (de los cuatro que tiene) a la noche, a la ceremonia oficial de inauguración: Juanma Badenas y José Gosálvez. El primero dejó claro, en todo caso, que no estaba por gusto: “Ideológicamente no creo en la Capitalidad Verde Europea”. Aún más, cuestionó su idoneidad: “Me han dicho desde Vitoria que realmente no tiene un gran reporte esto y que, al contrario, lo que supone son bastantes gastos”. Por otro lado, Vox fue el único partido que votó en contra de pedir al Gobierno español que declare el evento como “Acontecimiento Excepcional de Interés Público”, como ocurrió con Vitoria-Gasteiz, en el pleno municipal, y que otorga exenciones fiscales a las empresas que colaboran con él.
Este partido de ultraderecha ha hecho gala en diferentes ocasiones de su negacionismo climático. En un acto en Jaén, miembros de la formación valoraron la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como “una imposición de forma de vida que busca acabar con la actual” y “una clara herramienta de adoctrinamiento”. En una lona gigante que instalaron en la calle Alcalá de Madrid el año pasado, directamente salía una mano tirando a la basura la Agenda 2030. Para la concesión de la Capital Verde Europea, la Comisión Europea valora los esfuerzos de las ciudades por desarrollar medidas recogidas, precisamente, en los ODS y en el Pacto Verde Europeo.
El PP rechaza proyectos de renaturalización y nuevas peatonalizaciones
El PP no niega directamente el cambio climático, pero lo cierto es que defiende y aplica políticas que van en la dirección contraria a su mitigación y adaptación, promoviendo, sobre todo, el tráfico rodado en detrimento de peatones y ciclistas. En el medio año que llevan en el poder, han implementado una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) solo en el centro y con una aplicación más que descafeinada: se vetará el acceso a los coches más contaminantes, pero únicamente en días de máxima contaminación (una posibilidad que los expertos consideran remota), y han descartado emplear las mediciones de calidad del aire de la Universitat Politècnica de València porque implicaría mayores restricciones.
La remodelación de líneas de la EMT del gobierno de Català se ha tomado contra el criterio de los propios conductores de los autobuses y de informes técnicos del consistorio, así como de taxistas y colectivos sociales
Además, el gobierno local de María José Catalá ha remodelado las líneas de la EMT, con lo que vuelven a pasar cinco líneas y 600 autobuses diarios por vías semi-peatonalizadas como la calle de la Paz, la plaza de la Reina, la calle San Vicente y la plaza del Ayuntamiento, y que incluye la reducción de aceras para viandantes. Esta medida se ha tomado contra el criterio de los propios conductores de los autobuses y de informes técnicos del consistorio, así como de taxistas y colectivos sociales. De hecho, la costumbre ya adoptada por la ciudadanía de ocupar la calzada ha obligado a desviar algunas líneas por alta concentración de peatones.
Movilidad
Urbanismo Movilidad en València o la transformación de una ciudad más allá de los carriles bici
Por otro lado, las políticas de renaturalización que son aplaudidas en Europa, tampoco acaban de gustar al gobierno de PP y Vox. Así, han dado carpetazo a la reforma del eje Guillem de Castro-Xàtiva (el entorno de l’Estació del Nord de València), el llamado “bulevar cultural”. La zona iba a pasar del 28% al 60% de espacio peatonal, con lo que se iban a ganar 18.000m2 para los viandantes; también se eliminaba el túnel de Àngel Guimerà.
Catalá ha renunciado igualmente al proyecto de renaturalización de la Avenida del Puerto; en este caso, iba a pasar de cuatro a dos carriles para tráfico rodado y el aumento del 35% del espacio peatonal, que iba a ganar 25.000 metros cuadrados. Asimismo, han modificado el plan de reordenación de la avenida de Pérez Galdós y Giorgeta para dejar dos carriles al tráfico privado, como hasta ahora, y no reducirlo a uno, como quería el gobierno de Compromís y PSOE. Según Catalá, con ese proyecto “la ciudad colapsaría”, obviando que, normalmente, lo que ocurre es que a más carriles, más tráfico. Eso implica más emisiones, ruido y menos espacio para la movilidad sostenible, un cóctel que aleja a València de las reducciones de emisiones a las que se comprometió para 2030.
En cuanto a la infraestructura ciclista, que se incrementó y mejoró ampliamente con el gobierno de izquierdas, de momento María José Catalá ha desmantelado el carril-bici que unía el barrio de San Isidro con la Fuensanta a través del polígono industrial de Vara de Quart para transformarlo en una ciclocalle con velocidad limitada. Advirtió que “vendrán más actuaciones” similares para “ganar espacio para el vehículo y seguridad para el peatón”. Además, el PP ha encargado a dedo una auditoría de seguridad viaria de los carriles-bici a la empresa madrileña CPS. Tanto Compromís como PSPV han criticado esta contratación porque “el principal problema de seguridad de València es consecuencia de las infracciones del tráfico motorizado” (más del 70% de los siniestros viales de la ciudad son de coches y motos). La auditoría privada cuestionará, por tanto, el trabajo de los técnicos municipales que elaboraron y firmaron los proyectos.
Es importante mencionar, asimismo, la ampliación norte del Puerto de València, aprobada el pasado 19 de diciembre en el Consejo de Ministros conformado por PSOE y Sumar (aunque estos votaron en contra). Este no es un proyecto de PP y Vox únicamente, ya que lo han impulsado con el PSOE, como quedó retratado con el brindis con el ministro Óscar Puente. Es todo un paradigma de macroinfraestructura contra la Agenda 2030 y que cuestiona la Capitalidad Verde Europea de València, con fuertes impactos contra la biodiversidad y el medio ambiente, contra la salud de las personas (por su contaminación atmosférica y acústica), que incrementa el tráfico rodado, que promueve un sistema de comercio global insostenible (con mercancías que viajan de una punta a otra del planeta y megabuques que se mueven con petróleo de baja calidad), etc.
Infraestructuras
Puerto de València La ampliación del Puerto de València, la ambiciosa decisión unilateral del PSOE
Un modelo de ciudad que promueve el uso del coche
El gobierno local de PP y Vox, en estos seis meses, han ido dejando pistas de su modelo de ciudad, pensado por y para facilitar la movilidad en coche. Si el anterior gobierno descongestionó el centro y limitó su uso como atajo para atravesar la ciudad, por ejemplo, ahora la derecha está volviendo a incentivar su uso. Lo vemos con la reapertura al tráfico privado de la céntrica y comercial calle Colón desde la plaza Porta de la Mar a costa de eliminar un carril para el transporte público (buses y taxis). Con esta medida se han vuelto generar atascos y se ha incrementado la contaminación acústica y atmosférica: según los datos de Intensidad Media Diaria (IMD) de vehículos de València analizados por la Asociación Mesura y València per l’Aire, la media de todos los indicadores de la ciudad empezaron a subir desde junio de 2023, cuando la derecha logró el poder. Una tendencia que se ha consolidado con el paso de los meses.
En junio todavía no habían puesto en marcha medidas para fomentar el uso del transporte privado en València, pero el ingeniero José Manuel Felisi lo explica como algo “psicológico”: “Más que las políticas, se coge más el coche por el discurso. El cambio de discurso fomenta un cambio de hábitos”. Además, señala que es la primera vez desde 2019 que el “Anillo 0” (el que pasa por la calle Colón) ha registrado un aumento del tráfico (en diciembre de 2023, coincidiendo con la reapertura a los coches desde Porta de la Mar).
La Comisión Europea recuerda que la Capitalidad Verde “conlleva la responsabilidad de cumplir las ambiciones declaradas y promoverlas activamente”
Este medio se ha puesto en contacto con la Comisión Europea para conocer su punto de vista sobre las políticas de movilidad que está llevando a cabo el nuevo gobierno local de València, a lo que se han limitado a responder que “el objetivo de la Capital Verde no es encontrar una ciudad sin fallas, sino apreciar el progreso existente en áreas seleccionadas e inspirar e incentivar nuevas acciones a través de financiación, reconocimiento y sensibilización”. Sobre la negación de Vox de los premios y del cambio climático, no han hecho declaraciones.
Aunque dice que María José Catalá “renovó el compromiso de València” con la Capitalidad en 2023, subraya que “el premio conlleva la responsabilidad de cumplir las ambiciones declaradas y promoverlas activamente”. “La Comisión y la Secretaría de la European Green Capital Award están en contacto permanente con la ciudad de València, realizando un seguimiento del desarrollo de las actuaciones y de la ejecución de las actividades previstas”, añade el portavoz.
Desde la CE explican que se requerirá a València un informe ex post que evalúe el impacto del premio en la ciudad, que se completará y estará listo para su publicación seis meses después del final del año de adjudicación. También se pedirá un informe de actualización a los dos años. Finalmente, la ciudad será invitada a presentar sus logros cinco años después en los eventos de la Capital Verde Europea.
Críticas desde el ecologismo
La plataforma ciudadana Comissió Ciutat-Port, integrada por diferentes organizaciones ecologistas, no ha visto con buenos ojos la celebración de la Capitalidad Verde Europea 2024 de María José Catalá. Tras la apertura de los actos, acusaron duramente a la alcaldesa por “tomar el pelo a la ciudadanía” al “aprovecharse de recibir un título” que “no ganó ni ganaría ella con sus políticas depredadoras del medio ambiente”.
Recordaron que “avala y promueve la mayor agresión ambiental que va a sufrir esta ciudad”, que es la ampliación del Puerto de València, que “supone construir un descomunal y contaminante polígono industrial/aparcamiento de contenedores” en la fachada marítima, con afecciones a las playas, Albufera y huerta y “amenaza” la “salud y calidad de vida” de la ciudadanía.
“Los mismos que pretendieron convertir el cauce del Turia en autopista o que defendieron la urbanización de la Devesa del Saler son los que defienden la ampliación del Puerto, pero de nuevo se enfrentarán con la ciudadanía consciente: los vamos a desenmascarar ahora, como lo hicimos entonces”, advierten desde la Comissió Ciutat-Port. De hecho, la destrucción de más de 700.000m2 de huerta productiva en La Punta para construir una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) portuaria –que hoy es un polígono fantasma- fue obra del gobierno del PP de Rita Barberá.
Medio ambiente
València, una Capital Verda Europea ennegrida per PP i Vox
El passat 11 de gener es va celebrar oficialment l'obertura de “València Capital Verda Europea 2024”, un reconeixement de la Comissió Europea dotat amb 600.000 euros a ciutats d'almenys 100.000 habitants que s'encaminen “cap a una transició ecològica exemplar per a millorar la qualitat de vida dels seus ciutadans i visitants”. En paraules del Consell de la UE, la premiada és la “ciutat europea abanderada de la sostenibilitat, de les polítiques mediambientals i de la millora de l'entorn urbà”.
Es va saber que València rebia este prestigiós guardó en octubre de 2022, sota l'alcaldia de Joan Ribó i amb unes polítiques dirigides per Compromís i PSOE. No era casual: responia al canvi de model que van iniciar en 2015 i que es va prolongar fins a 2023. Ara, la ciutat es troba en mans de María José Catalá (PP), que governa al costat d'un partit, Vox, que directament nega el canvi climàtic. La presidenta ultradretana de les Corts Valencianes, Llanos Massó, és un exemple d'això: el passat estiu va dir que l'augment de les temperatures no té relació amb l'acció humana. Amb ells al poder, continuarà sent València una capital europea realment verda?
Per què és València la Capital Verda Europea 2024?
Per a la concessió del distintiu de la Capitalitat Verda Europea, la Comissió Europea va valorar positivament 12 indicadors a València: la qualitat de l'aire, el mesurament del soroll, la gestió dels residus, la qualitat de l'aigua, la natura i la biodiversitat, els usos sostenibles del sòl, l'ecoinnovació, la mitigació del canvi climàtic, l'adaptació al canvi climàtic, la mobilitat, el rendiment energètic i la governança.
Un portaveu de la Comissió Europea explica que València va ser reconeguda en 2022 com a Capital Verda Europea per a 2024 pels seus “assoliments passats en l'àmbit del turisme sostenible, en la neutralitat climàtica, així com en la transició verda justa i inclusiva”. “La ciutat també ha demostrat el seu compromís amb la millora de la qualitat de l'aire i la restauració d'ecosistemes naturals, com ara els ecosistemes dunars i d'aiguamolls de la Devesa, i també estimula una producció alimentària més saludable, sostenible i inclusiva a través del seu ‘Programa Barri i Alimentació’”, afig. Així mateix, es va valorar el compromís amb la mobilitat sostenible o que el 97% dels habitants visquera a menys de 300 metres de zones verdes urbanes.
Per aspirar al premi, el consistori va presentar un llistat de sis bones pràctiques, a l'elaboració del qual va tindre un paper fonamental el llavors vicealcalde i regidor d'Ecologia Urbana, Sergi Campillo: la Missió Climàtica València 2030, una proposta amb la qual la ciutat es compromet a reduir les emissions climàtiques en un 55% per a eixe any i aspira a la neutralitat en 2050; la contractació pública d'innovació orientada a la descarbonització de la ciutat; l'impuls a la mobilitat a peu i amb bicicleta, on destacava la recuperació de més de 150.000 m² per a vianants entre 2015 i 2021 (amb nous carrers per a vianants, ampliació de voreres i conversions en zona de vianants clau, per exemple, al centre o les zones de l'entorn de La Llotja i el Mercat Central, la plaça de la Reina i la plaça de l'Ajuntament); la transformació del sòl urbà en infraestructura verda, amb projectes entre els quals citaven el gran corredor València Sud o l'obertura a la ciutadania de La Marina; la gestió municipal del Parc Natural de l’Albufera; i la confluència d'horta urbana i horta periurbana, on destacava la Llei de l'Horta aprovada a les Corts Valencianes per a la seua protecció davant l'especulació urbanística i el Pla d'Acció Territorial per al seu desenvolupament i revitalització, així com la creació de l'Observatori Ciutadà de l'Horta i el projecte Mans a l'Horta, per a reforçar el teixit productiu, professional i social del sector agrari.
En la candidatura no van oblidar el paper essencial que va tindre la ciutadania en la configuració actual de la ciutat, amb mencions a lluites com ara “El llit del Túria és nostre i el volem verd”, que va aconseguir aturar la construcció d'una gran autopista urbana a l'antic llit del Túria i, gràcies a això, hui és el jardí urbà més gran d'Espanya; o “El Saler per al poble” que, en l'ocàs de la dictadura franquista, va frenar part dels plans urbanitzadors megalòmans a la Devesa, al costat de l’Albufera. També van mostrar fotos d'horts urbans de Benimaclet: uns de l'Associació Veïnal que van guanyar després de lluitar contra el BBVA —que era propietari dels terrenys— i uns altres gestionats per una altra banda del veïnat del barri.
Així mateix, van citar uns altres projectes com ara Rèquiem in Power, la major planta solar urbana d'Espanya, sobre els nínxols dels cementeris municipals; la instal·lació de 18 fonts d'aigua filtrada i refrigerada; o haver sigut la primera ciutat a calcular la petjada hídrica del seu turisme.
Sergi Campillo (Compromís) critica que Catalá (PP) empre la Capitalitat Verda com a reclam turístic i no per a millorar la qualitat de vida del veïnat
Des de juny de 2023, la gestió de la Capitalitat Verda Europea i de la neutralitat climàtica per a 2030 es troba en mans de PP i Vox. Per al regidor Sergi Campillo (Compromís), “s'ha fet una capitalitat de molt baixa intensitat, a porta tancada, no s'ha obert a la participació, perquè este govern no comparteix l'esperit de les capitals verdes”. Així mateix, critica que al programa d'actes —quasi tots tenien lloc abans de rebre el guardó— com ara la Setmana Europea de la Mobilitat o el Dia Mundial de les Abelles: “S'ha fet un programa de mínims per passar l'any i que no tinga massa transcendència, perquè a la ciutat pràcticament ningú s'està assabentant”.
D'altra banda, l'edil de Compromís lamenta la insistència de María José Catalá a emprar este reconeixement com a impuls turístic per a València: “No és un guardó per a la posició de marca de la ciutat i per a atraure encara més turistes o inversions, sinó que representa un model de ciutat, amb què et compromets a ser un far per a la resta de ciutats europees. Nosaltres creiem que València ja està rebent moltíssims turistes que afecten la vida dels barris. L'objectiu principal de la capitalitat és millorar la qualitat de vida de les veïnes i veïns de la ciutat, no posicionar-nos perquè vinguen encara més visitants. Però tot ho fan amb eixe discurs i és esgotador”.
Campillo recorda que València té aprovada una Estratègia Urbana 2030, amb molta participació d’agents socials, que esdevé el marc estratègic que marca la direcció cap a la qual ha d'avançar la ciutat de cara al futur. No obstant això, lamenta que “no ho deroguen”, però tampoc “ho desenvolupen”: “Ara tenim un model de ciutat que va cap enrere o que està frenant els projectes més ambiciosos per fer la ciutat més verda o sostenible. Encara no sabem quin model volen més enllà de turisme, turisme i turisme, i aturar totes les polítiques ambientals ambicioses”, lamenta Campillo. És així? Estan les polítiques de PP i Vox alineades amb el model de ciutat que va premiar Europa en 2022?
Vox “no creu” en la Capitalitat Verda Europea
Per a començar, Vox mai s'ha mostrat còmode amb tot el que es relaciona amb la lluita contra el canvi climàtic. A la celebració del premi a l'Ajuntament de València en 2022, quan tenia dos regidors, va ser l'únic partit absent. Estant al poder, cap dels seus regidors es va presentar a la inauguració dels actes; tan sols van acudir dos (dels quatre que en té) a la nit, a la cerimònia oficial d'inauguració: Juanma Badenas i José Gosálvez. El primer va deixar clar, en tot cas, que no li venia de gust estar-hi: “Ideològicament no crec en la Capitalitat Verda Europea”. Fins i tot va qüestionar la seua idoneïtat: “M'han dit des de Vitòria que realment no té un gran benefici això i que, al contrari, el que suposa són bastants despeses”. D'altra banda, Vox va ser l'únic partit que va votar en contra de demanar al govern espanyol que declare l'esdeveniment com a “Esdeveniment Excepcional d'Interés Públic”, com va ocórrer amb Vitòria-Gasteiz, al ple municipal, i que atorga exempcions fiscals a les empreses que hi col·laboren.
Este partit d'ultradreta ha fet gala en diferents ocasions del seu negacionisme climàtic. A un acte a Jaén, membres de la formació van valorar l'Agenda 2030 i els Objectius de Desenvolupament Sostenible (ODS) com “una imposició de forma de vida que busca acabar amb l'actual” i “una clara eina d'adoctrinament”. A una lona gegant que van instal·lar al carrer Alcalá de Madrid l'any passat, directament apareixia una mà tirant al fem l'Agenda 2030. Per a la concessió de la Capital Verda Europea, la Comissió Europea valora els esforços de les ciutats per desenvolupar mesures recollides, precisament, als ODS i al Pacte Verd Europeu.
El PP rebutja projectes de renaturalització i noves conversions en zona de vianants
El PP no nega directament el canvi climàtic, però la veritat és que defensa i aplica polítiques que van en la direcció contrària a la seua mitigació i adaptació, promovent, sobretot, el trànsit rodat en detriment de vianants i ciclistes. En el mig any que porten al poder, han aplicat una Zona de Baixes Emissions (ZBE) només al centre i d’una forma més que descafeïnada: es vetarà l'accés als cotxes més contaminants, però únicament en dies de màxima contaminació (una possibilitat que els experts consideren remota) i han descartat emprar els mesuraments de qualitat de l'aire de la Universitat Politècnica de València perquè això implicaria majors restriccions.
La decisió de remodelar de línies de l'EMT del govern de Catalá s’ha pres contra el criteri dels propis conductors dels autobusos i d'informes tècnics del consistori, així com de taxistes i col·lectius socials
A més a més, el govern local de María José Catalá ha remodelat les línies de l'EMT, de manera que tornen a passar cinc línies i 600 autobusos diaris per vies semiconvertides en zona de vianants com ara el carrer de la Pau, la plaça de la Reina, el carrer Sant Vicent i la plaça de l'Ajuntament, i que inclou la reducció de voreres per a vianants. Esta mesura s'ha pres contra el criteri dels propis conductors dels autobusos i d'informes tècnics del consistori, així com de taxistes i col·lectius socials. De fet, el costum ja adoptat per la ciutadania d'ocupar la calçada ha obligat a desviar algunes línies per alta concentració de vianants.
Altrament, les polítiques de renaturalització que són aplaudides a Europa, tampoc acaben d'agradar al govern de PP i Vox. Així, han donat carpetada a la reforma de l'eix Guillem de Castro-Xàtiva (l'entorn de l’Estació del Nord de València), l'anomenat “bulevard cultural”. La zona anava a passar del 28% al 60% d'espai per als vianants, amb la qual cosa s'anaven a guanyar 18.000 m2 per als vianants; també s'eliminava el túnel d'Àngel Guimerà.
Catalá ha renunciat també al projecte de renaturalització de l'Avinguda del Port. En este cas, anava a passar de quatre a dos carrils per a trànsit rodat i l'augment del 35% de l'espai per als vianants, que anava a guanyar 25.000 m2. Així mateix, han modificat el pla de reordenació de l'avinguda de Pérez Galdós i Giorgeta per finalment deixar dos carrils al trànsit privat, com havia estat fins ara, i no reduir-lo a un, com volia el govern de Compromís i PSOE. Segons Catalá, amb eixe projecte “la ciutat col·lapsaria”, obviant que, normalment, el que ocorre és que com més carrils, més trànsit. Això implica més emissions, soroll i menys espai per a la mobilitat sostenible, un còctel que allunya a València de les reduccions d'emissions a les quals es va comprometre per a 2030.
Quant a la infraestructura ciclista, que es va incrementar i va millorar àmpliament amb el govern d'esquerres, de moment, María José Catalá ha desmantellat el carril bici que unia el barri de Sant Isidre amb la Fuensanta a través del polígon industrial de Vara de Quart per a transformar-lo en un ciclocarrer amb velocitat limitada. Va advertir que “vindran més actuacions” similars per “guanyar espai per al vehicle i seguretat per al vianant”. A més, el PP ha encarregat a dit una auditoria de seguretat viària dels carrils bici a l'empresa madrilenya CPS. Tant Compromís com PSPV han criticat esta contractació perquè “el principal problema de seguretat de València és conseqüència de les infraccions del trànsit motoritzat” (més del 70% dels sinistres vials de la ciutat són de cotxes i motos). L'auditoria privada qüestionarà, per tant, el treball dels tècnics municipals que van elaborar i van signar els projectes.
És important esmentar, així mateix, l'ampliació nord del Port de València, aprovada el passat 19 de desembre al Consell de Ministres conformat per PSOE i Sumar (encara que estos van votar-ne en contra). Este no és un projecte de PP i Vox únicament, ja que ho han impulsat juntament amb el PSOE, com va quedar retratat amb el brindis amb el ministre Óscar Puente. És tot un paradigma de macroinfraestructura contra l'Agenda 2030 i que qüestiona la Capitalitat Verda Europea de València, amb un fort impacte contra la biodiversitat i el medi ambient, contra la salut de les persones (per la seua contaminació atmosfèrica i acústica), que incrementa el trànsit rodat, que promou un sistema de comerç global insostenible (amb mercaderies que viatgen d'una punta a una altra del planeta i megavaixells que es mouen amb petroli de baixa qualitat), etc.
Un model de ciutat que promou l'ús del cotxe
El govern local de PP i Vox, en estos sis mesos, ha deixant pistes del seu model de ciutat, pensat només per a facilitar la mobilitat amb cotxe. Si l'anterior govern va descongestionar el centre i va limitar el seu ús com a drecera per a travessar la ciutat, per exemple, ara la dreta està tornant a incentivar-ne l’ús. Ho veiem amb la reobertura al trànsit privat del cèntric i comercial carrer Colón des de la plaça Porta de la Mar a costa d'eliminar un carril per al transport públic (busos i taxis). Amb esta mesura s'han tornat a generar embossos i s'ha incrementat la contaminació acústica i atmosfèrica: segons les dades d'Intensitat Mitjana Diària (IMD) de vehicles de València analitzats per l'Associació Mesura i València per l’Aire, la mitjana de tots els indicadors de la ciutat va començar a pujar des de juny de 2023, quan la dreta va aconseguir el poder. Una tendència que s'ha consolidat amb el pas dels mesos.
En juny encara no havien posat en marxa mesures per fomentar l'ús del transport privat a València, però l'enginyer José Manuel Felisi ho explica com una cosa “psicològica”: “Més que per les polítiques, s'agafa més el cotxe pel discurs. El canvi de discurs fomenta un canvi d'hàbits”. A més, assenyala que és la primera vegada des de 2019 que “l’Anell 0” (que passa pel carrer Colón) ha registrat un augment del trànsit (en desembre de 2023, coincidint amb la reobertura als cotxes des de Porta de la Mar).
La Comissió Europea recorda que la Capitalitat Verda “comporta la responsabilitat de complir les ambicions declarades i promoure-les activament”
Este mitjà s'ha posat en contacte amb la Comissió Europea per conéixer el seu punt de vista sobre les polítiques de mobilitat que està portant a terme el nou govern local de València, a la qual cosa s'han limitat a respondre que “l'objectiu de la Capital Verda no és trobar una ciutat sense defectes, sinó apreciar el progrés existent a àrees seleccionades i inspirar i incentivar noves accions mitjançant finançament, reconeixement i sensibilització”. Sobre la negació de Vox dels premis i del canvi climàtic, no han fet declaracions.
Encara que diu que María José Catalá “va renovar el compromís de València” amb la Capitalitat en 2023, subratlla que “el premi comporta la responsabilitat de complir les ambicions declarades i promoure-les activament”. “La comissió i la secretaria de l’European Green Capital Award estan en contacte permanent amb la ciutat de València i fan un seguiment del desenvolupament de les actuacions i de l'execució de les activitats previstes”, afig el portaveu.
Des de la CE expliquen que es requerirà a València un informe ex post que avalue l'impacte del premi a la ciutat, que es completarà i estarà a punt per a la seua publicació sis mesos després del final de l'any d'adjudicació. També es demanarà un informe d'actualització als dos anys. Finalment, la ciutat serà convidada a presentar els seus assoliments cinc anys després a les trobades i esdeveniments de la Capital Verda Europea.
Crítiques des de l'ecologisme
La plataforma ciutadana Comissió Ciutat-Port, integrada per diferents organitzacions ecologistes, no ha vist amb bons ulls la celebració de la Capitalitat Verda Europea 2024 de María José Catalá. Després de l'obertura dels actes, va acusar durament l'alcaldessa per “prendre el pèl a la ciutadania” en “aprofitar-se de rebre un títol” que “no va guanyar ni guanyaria ella amb les seues polítiques depredadores del medi ambient”.
Van recordar que “avala i promou la major agressió ambiental que patirà esta ciutat”, que és l'ampliació del Port de València. Açò “suposa construir un descomunal i contaminant polígon industrial/aparcament de contenidors” a la façana marítima, amb afeccions a les platges, Albufera i horta i “amenaça” la “salut i qualitat de vida” de la ciutadania.
“Els mateixos que van pretendre convertir el llit del Túria en autopista o que van defensar la urbanització de la Devesa del Saler són els qui defensen l'ampliació del Port, però de nou s'enfrontaran amb la ciutadania conscient: els desemmascararem ara, com ho vam fer llavors”, adverteixen des de la Comissió Ciutat-Port. De fet, la destrucció de més de 700.000 m2 d'horta productiva a La Punta per construir una Zona d'Activitats Logístiques (ZAL) portuària —que hui és un polígon fantasma— va ser obra del govern del PP de Rita Barberá.
Relacionadas
Medio ambiente
Minas en Andalucía La sinrazón de los vertidos mineros al Guadalquivir
Ecología
Medio Ambiente Grupos ecologistas se movilizan contra la reapertura de la mina de Aználcollar 26 años después del desastre
Comisión Europea
Altri Veciños, ecoloxistas e científicos dan o salto a Bruxelas para frear a celulosa que ameaza o corazón de Galiza
De todas formas, lo de la "capitalidad verde" me huele a puro greenwashing
Esto va a ser como el "mientras dure dura" Visto lo visto sobre la eliminación de carriles-bici, lo del puerto y demás, nadie se cree que se vaya a cumplir en 2024.
Pero los titulares en sus medios ya los han publicado
.jpg?v=63867360599)
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
Gobierno de coalición
Encuesta del CIS El amago de Sánchez refuerza al PSOE a costa del espacio a su izquierda
Análisis
Análisis Sánchez gana su “moción de confianza popular”
Represión
Represión Cuatro Mossos d'Esquadra condenados por agresión, detención ilegal y falsear el atestado
Tribuna
Tribuna Unión Europea: malos tiempos para los derechos humanos
Inflación
IPC La inflación interanual de abril se situó en el 3,3% y la subyacente baja hasta el 2,9%
Últimas
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
Argentina
La Argentina de Milei Milei vuelve al Congreso entre protestas con una nueva ley para privatizar las empresas públicas
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
Temporeros
Palestina Cientos de jornaleros migrantes en Almería se manifiestan en apoyo a Palestina frente al genocidio
Desempleo juvenil
Desempleo juvenil Extremadura lidera el desempleo juvenil en España
Palestina
Bloqueo israelí Activistas toman el embarcadero de El Retiro en favor de la Flotilla a Gaza, bloqueada por Israel
Tribuna
Escuela pública madrileña Del tupper war a #MenosLectivas: razones para la huelga de la educación pública madrileña en tres actos
Palestina
Palestina Misión incumplida: sobre la cobertura de El Salto de la Flotilla rumbo a Gaza
País Valenciano
Diada valenciana El País Valencià asume “la voz de todo un pueblo” por el 25 de abril
Galicia
Política autonómica Redes clientelares, falta de autogobierno y consensos neoliberales: las claves del Gobierno gallego sin Feijóo
Recomendadas
Sindicatos
Sindicalismo Montse Sánchez: “Para CGT Catalunya es imprescindible el acompañamiento emocional en una huelga”
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
