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Marruecos
Sánchez viaja a Marruecos amonestado por el Congreso por el cambio de postura respecto al Sahara Occidental
El presidente del Gobierno viaja este jueves, 7 de abril, a Marruecos para reunirse con Mohamed VI, en el primer encuentro después de que el pasado 18 de marzo el régimen de Rabat hiciese públicos los extractos de una carta con los que el Estado español cambia su tradicional posición respecto a la soberanía del Sáhara y anuncia que “considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este contencioso”.
En la agenda de Sánchez y del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, está “escenificar” la nueva etapa de relaciones, una relación de concordia tras la ruptura que para Marruecos supuso el tratamiento médico de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, que le costó la cabeza política a la anterior ministra, Arancha González Laya.
El contexto internacional ha reestructurado las alianzas en el Mediterráneo, de forma que Marruecos aparece como uno de los elementos más estables en el norte de África, muy especialmente en términos de control migratorio.
Aún así, tal y como se encargaron distintos grupos políticos de recordarle al Gobierno en el Congreso de los Diputados durante la toma en consideración de una proposición no de ley ayer, Sánchez ha ido un paso más allá que otras potencias internacionales en su reconocimiento de las pretensiones de Marruecos. La diputada de Esquerra Republicana de Catalunya, Marta Rosique, acusó al presidente del Gobierno de haber “dificultado que pueda celebrarse el referéndum” saharaui, solución impuesta por Naciones Unidas en la resolución 690 del 29 de abril de 1991, que reconocía el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación.
“Francia, Alemania y Estados Unidos”, dijo ayer Rosique, “aun no han cerrado la puerta a la independencia”, pero la nueva posición adoptada por el Gobierno español parte de la propuesta de autonomía impulsada por Marruecos en 2007, que dificultará que una futura consulta contemple la posibilidad de un Sahara libre. “No vamos a parar hasta que vuelvan a la posición anterior”, defendió Rosique.
Su partido era uno de los impulsores de una PNL que quería ratificar el seguimiento de las resoluciones de la ONU, y que sale aprobada con los votos del PP. Porque, pese a que la proposición y la exposición de la misma se planteaban como una muestra de rechazo al cambio de postura adoptado unilateralmente por Sánchez —la diputada canaria Ana Oramas sostuvo que ni siquiera Albares estaba en el secreto de la carta publicada por Rabat— el contenido de la PNL no aclara qué posición debe tomar España.
Sáhara Occidental
Sahara Occidental El fondo y la forma en el giro español respecto al Sáhara Occidental
Formas y fondo
En ese sentido, Aitor Esteban, del grupo nacionalista vasco defendió una enmienda con mayor carga de profundidad, en la que se pedía la “disconformidad con el cambio de postura del Gobierno respecto al contencioso”, que se calificaba como un “giro radical y unilateral”.
Pese a ello, el Frente Polisario, máxima autoridad saharaui reconocida por la ONU, se mostró conforme con la PNL presentada por Unidas Podemos, EH Bildu y ERC para que esta fuese aprobada por el PSOE. Finalmente, el PSOE ha votado en contra de la moción aun en los términos propuestos y esta ha salido aprobada por 168 votos a favor, 118 votos en contra (la mayoría de los 120 diputados del PSOE) y 61 abstenciones (de Ciudadanos y Vox).
Así pues, Sánchez llega a Marruecos hoy con el Congreso de los Diputados a favor de un statu quo ante —de la situación tal y como estaba antes del 18 de marzo— pero decidido a explorar esa nueva fase de las tradicionalmente difíciles relaciones con el reino de Marruecos respecto al Sahara.
Uno de los más elocuentes ayer fue Gerardo Pisarello, a la hora de calificar este nuevo momento que define como “perturbador”. El diputado por Barcelona criticó que se presentase como “real politik” lo que a su juicio es “un triste ejercicio de cinismo” y defendió que España tiene mucho que perder en la relación con Marruecos que no ha dudado en “extorsionar” al Estado en materia de fronteras. Pisarello pidió que se retomase el compromiso con el mandato de la ONU: “Si no se rectifica, lo que se consumará será un precedente nefasto que tarde o temprano nos acabará perjudicando a todos nosotros”, denunció.
Esteban, del PNV, se lamentó de que durante la sesión de ayer no estuviera presente ningún representante del Consejo de Ministros: “Constato que el gobierno está ausente con lo cual deduzco que va a hacer lo que le dé la gana”, y relató los hitos de una historia reciente de retroceso continuo ante Marruecos. “España va a jugar únicamente a favor de una opción: la de la autonomía, en el reconocimiento de facto y también de iure se entiende que [el Sahara] es un territorio marroquí”, lamentó Esteban.
Con esos vaticinios encima de la mesa, el viaje de Sánchez se produce también en un contexto de “nuevo desorden mundial” en el que la posición en torno al Sahara Occidental afecta también a la relación con Argelia, país proclive a la independencia saharaui y principal suministrador de gas natural a la península ibérica. El pasado viernes, Argel avisó a España de que está planteándose subir los precios del suministro a España y el presidente de la compañía de hidrocarburos Sonatrach ha entablado conversaciones con Eni, la energética italiana para explorar alternativas.
El contexto, por tanto, aclara poco de cuáles son los principales motivos del giro dado por Sánchez. El diputado abertzale Jon Iñarritu (EH Bildu) hizo la pregunta a un presidente que ayer estaba ausente en el Congreso: “¿Qué compromisos han recibido de marruecos? Hasta ahora no conocemos ninguno”, antes de certificar que con el paso dado el 18 de marzo se ha abierto una triple crisis, interna —con sus socios de Gobierno—, con el Frente Polisario, y con Argelia.
Entre los posibles puntos de la agenda está la reapertura de fronteras para que se reestablezca la entrada y salida de personas a través de los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla, algo que estaba implícito en el criticado discurso de la delegada de Gobierno en Ceuta, que este 1 de abril se quejaba de que las “muchachas” —en relación a trabajadoras de la economía reproductiva— no pueden pasar a la ciudad autónoma.
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En la misma línea, el “paso del estrecho” vacacional, con alto impacto económico en las ciudades españolas, lleva suspendida con motivo del covid-19. Y el control migratorio de migrantes de terceros países es una constante en la relación hispano-marroquí, como denunció ayer en el Congreso el diputado de la CUP, Albert Botran para quien sostener “el muro de África” es el precio por “la traición al pueblo saharaui”.
A falta de desvelar esos compromisos, la recepción a Sánchez tendrá carácter excepcional, ya que se celebra iniciado el Ramadán, lo que dota a la cena que tendrá lugar este jueves de un significado especial, según se ha encargado de explicar la diplomacia alauita.
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