Memoria histórica
Trigueros, el cabo con la cruz de hierro nazi y el filósofo krausista
Una placa recordaba en esa localidad onubense, donde nació el jurista, político republicano y folklorista Fernando Belmonte Clemente, a un militar de la División Azul

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Hace unos cuantos años, en la localidad onubense de Trigueros se inauguró un monolito conmemorativo de la segunda República. En 2009, un año después, se recordó el hecho, se reivindicó la tercera y tuvo lugar, acto seguido, una concentración ante quizá uno de los pocos, si no el único testimonio de los que podían quedar a esas alturas en el país como homenaje a un militar de la División Azul, la que combatió en Rusia junto a las tropas hitlerianas que pretendieron conquistar Europa a sangre y fuego, y encontraron allí el inicio de su derrota.
Se trata de una placa, ilustrada con los símbolos de los respectivos regímenes (franquista y nazi), situada en la calle Labradores y dedicada al cabo Manuel Ramírez Morales, condecorado con la Cruz de Hierro de segunda clase del Tercer Reich. En ese acto, según una información publicada entonces en el periódico local, los concurrentes consiguieron tapar provisionalmente esa placa con un paño blanco y lograr, según uno de los convocantes del Foro La Palabra, que "aunque solo fuera por unas horas" Trigueros estuviera más limpio. Cabe preguntarse, por lo tanto, si nueve años después, en contra de la Ley de Memoria Histórica y con un gobierno del PSOE en aquella comunidad, la placa permanece.
Es de recordar que en la misma localidad de Trigueros nació también Fernando Belmonte Clemente (1841-1892), protagonista de la evolución interna del krausismo en Andalucía, jurista, político y folklorista, de cuya biografía destacamos su ideario liberal y republicano. Cursó las licenciaturas de Jurisprudencia y Filosofía y Letras en la Universidad Literaria de Sevilla, y en la Escuela Superior de Diplomacia de Madrid, y los estudios de ampliación para el ingreso en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. En Madrid completó también el tercer ciclo universitario, recibiendo las enseñanzas de Francisco Giner y Gumersindo de Azcárate, eminentes figuras de la Institución Libre de Enseñanza.
Belmonte –según podemos leer en su biografía- formó parte de la Sociedad Abolicionista Española que patrocinó el voto favorable a la ley de abolición de la esclavitud en Puerto Rico (1873). Colaboró con Antonio Machado Álvarez, padre de los poetas Antonio y Manuel, en los proyectos y la fundación en 1881 de la Sociedad del Folklore Andaluz, y fue un incasable investigador de los cantes populares y flamencos.
Belmonte Clemente estuvo presente en la histórica sesión de las Cortes del 11 de febrero de 1.873, en la que el rey Amadeo I decidió renunciar a la corona de España. Fue en la continuación de dicha sesión cuando se sometió a votación la proclamación de la que sería primera y efímera República Española, que fue aprobada con 258 votos a favor frente a 32 en contra. En esta votación, realizada de forma nominal y pública, Fernando Belmonte votó a favor de la República. Miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, también perteneció a diferentes instituciones científicas, como la Sociedad Antropológica Sevillana, el Ateneo Hispalense, la Sociedad Numismática y Filatélica , la Sociedad de Bibliófilos Andaluces y Real Sociedad Colombina Onubense.
Desconozco si su activísima trayectoria intelectual y digna memoria mereció alguna recordación y homenaje en su localidad natal durante la dictadura franquista, que tan enemiga se mostró siempre de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) krausista. En un libro publicado en 1940 por la Confederación Católica de Padres de Familia, uno de los textos de González Palencia llega a pedir en el último capítulo que se arrasase la escuela de niños que la ILE tenía en la calle Martínez Campos de Madrid, sembrando de sal el solar y poniendo un cartel que recordase a las generaciones futuras la traición de los dueños de aquella casa para con la Patria inmortal.
A falta de esta información, es de esperar que Trigueros disponga ahora en su plano urbano de un recuerdo de homenaje y reconocimiento a Fernando Belmonte, porque sería muy deplorable que de esto siguiera disponiendo en cambio -en contra de la vigente Ley de Memoria Histórica y la democracia- quien combatió junto a las tropas responsables de la mayor tragedia bélica y genocida en la historia de la humanidad.
PS. Me dice un anónimo comunicante que el gobierno del PSOE logró hace años eliminar la placa al militar de la División Azul que estuvo hasta al menos 2009 en la calle Labradores, lo cual celebro -aun siendo tardío-, y que Fernando Belmonte tiene calle y centro cultural con su nombre, también desde hace años, sin que en ningún momento sostuviera lo contrario. Me limité a temer que "el cruz de hierro" tuviera memoria en esa localidad y Belmonte no. Sobre lo primero, sólo me permití hacer la pregunta en el artículo, sin afirmarlo ni negarlo. En cuanto a las pretensiones de ofensa que me hace el anónimo comunicante, las paso por alto porque no me afectan por su falsedad. Creo que solo hace falta leer el final del artículo, escrito en potencial, para discernir lo que dije. Me alegra saber que Trigueros ya ha elegido, finalmente, tener en su memoria a quien la merece. Rectifico con gusto y disculpas los titulares de mi artículo.
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