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Ley Trans
Los colectivos trans se plantan: “Llevamos 40 años sin ser iguales, hay que hacer posible lo imposible”
El 23 de febrero, el grupo de Unidos Podemos presenta un proyecto de Ley Integral Trans en el Congreso para sustituir a la de 2007. Las activistas trans valoran que no se trata de una ley "de partido" y que ha sido avalada por 60 organizaciones LGTBI+, las asociaciones de familias de menores trans, sindicatos, colectivos feministas y asociaciones pro derechos humanos.
El 15 de febrero su familia encontró muerto a Ekai. En una emotiva carta en Facebook, su padre decía: "Sé que tu ida no será en vano. Espero que tú, Ekai, seas el último", pero el camino para que ese deseo se cumpla será largo.
Un discreto revuelo volvió a poner sobre la mesa, a partir de la muerte de Ekai, cuestiones como la patologización de la transexualidad, las trabas administrativas en el cambio de nombre o el laberinto legal que supone que los documentos de oficiales de identidad reflejen el sexo sentido de todas las personas.
El tema está en pleno debate en el Congreso. Hoy, el grupo confederal Unidos Podemos registra una propuesta de ley. El pasado mes de noviembre, se votaba en el congreso y era admitida a trámite —203 votos a favor y 130 en contra— una reforma de la ley 3/2007 impulsada por el Partido Socialista y que regula el cambio en los registros del nombre e identidad de género.
En esa reforma se eliminaban requisitos como los dos años obligatorios de tratamiento hormonal, la obligatoriedad de tener más de 18 años para realizar el cambio de mención de sexo en los documentos de identidad o la exigencia de informes psiquiátricos. No obstante, la iniciativa se encuentra bloqueada por la mesa del congreso y pese a que se ha ampliado la fecha de enmiendas hasta el próximo 27 de febrero, todo apunta a que quedará bloqueada tal y como denuncian desde la asociación de familias de menores trans Chrysallis Euskal Herria, a la que pertenecía Ekai.
La ley actual, obsoleta
Para Alicia Ramos, conocida activista transexual y cantautora, esta ley que pretendía ser reformada, supuso “un avance importante hace once años” pero critica que, actualmente está “obsoleta” al convertir un trámite administrativo en “un itinerario clínico” al obligar a las personas con una identidad sexual no cisnormativa a pasar por un proceso hormonal que, según denuncian desde diversas asociaciones en defensa de los derechos trans, muchas personas no quieren someterse por, entre otras consecuencias, conllevar una pérdida de la fertilidad.Asimismo, Ramos denuncia que las personas trans también son obligadas a presentar una consecución de informes médicos y psicológicos que acrediten “la condición idónea” de la persona para la rectificación de nombre y sexo en el asiento registral correspondiente.
Beatriz Sever, madre de un menor transexual e integrante de Chrysallis Euskal Herria, también denuncia que durante estas evaluaciones muchos jóvenes han tenido que sufrir comentarios vejatorios
Para la activista, estas disposiciones parten de la una concepción que preexiste de las identidades trans como erróneas, patológicas o no deseables. Desde Chrysallis Euskal Herria advierten que en numerosas ocasiones dichas evaluaciones se basan en “tests anticuados y basados en estereotipos de género altamente machistas con preguntas del tipo ¿Qué prefieres: el rosa o el azul?, ¿Qué prefieres, ser bombero o florista? o si te gustan los tacones y el maquillaje”.
Beatriz Sever, madre de un menor transexual e integrante de Chrysallis Euskal Herria, también denuncia que durante estas evaluaciones muchos menores de la asociación han tenido que sufrir comentarios vejatorios como “Tú ya sabes que nunca vas a ser un hombre, ¿no? Como mucho serás un hombre transexual, pero no un hombre” y comenta que otra persona le ha llamado recientemente para comentarle que el psiquiatra del hospital de Cruces —en Barakaldo— le ha hecho llorar tres veces durante la sesión con sus comentarios tránsfobos.
Alicia Ramos añade que la ley de 2007 deja fuera a todas aquellas personas que no posean la nacionalidad española, lo cual considera que supone “una clara discriminación” que se ve sumada a “una larga lista” de problemáticas que ya poseen estos grupos de población.
“Esta sociedad está tan basada en estereotipos de género que cuando un padre lleva a su hija a hacer el primer DNI ‘a tope de rosa’, el funcionario es incapaz de concebir que no sea una niña”
La activista y presidenta de la federación de asociaciones Plataforma Trans, Mar Cambrollé alude que este modelo sanitario les “hace pasar” por una evaluaciones psicológicas “obligatorias” que les sitúan a priori como “personas sospechosas de enfermas mentales” vulnerando derechos fundamentales recogidos en la constitución y la carta magna de Derechos Humanos.
Picardía ante los impedimentos legales
Ante todas las trabas e impedimentos que impone la ley y la exclusión de los menores, sus familias se han visto obligadas a hacer uso de la imaginación y la picaresca para conseguir que los documentos de identidad reflejen el sexo y nombre sentido de los menores.Desde Chrysallys Euskal Herria relatan como algunas familias han tenido que recurrir a “disfrazar” a sus hijos e hijas “tenemos varias familias en la asociación que han conseguido el cambio en la mención de sexo porque el funcionario que ha hecho el primer DNI al menor, lo que veía era un niño o una niña y no se ha fijado en lo que ponía en la partida de nacimiento y le han puesto correctamente su sexo sentido”.
Esto, según relatan, ha sido posible porque “esta sociedad está tan basada en estereotipos de género que cuando un padre lleva a su hija a hacer el primer DNI ‘a tope de rosa’ y con el lazo más grande, aun cuando normalmente no vistan así, el funcionario es incapaz de concebir que no sea una niña e ignoran que se trate de una menor trans”.
No obstante, desde la asociación gallega de familias de menores transexuales Arelas, Cristina Palacios recuerda que ya ha habido sentencias favorables que han permitido el cambio de la mención de sexo y de nombre en menores transexuales “hace cuatro años, la primera niña que logró cambiar el nombre legalmente fue mi hija y a raíz de aquello ha habido otros diez”.
Después de esto, a finales de 2016, amparándose en un informe del supremo —que dicta que los menores no pueden estar excluidos de la ley porque sería inconstitucional— consiguieron cambiar, no solo el nombre de un menor, sino también la mención de sexo. No ha sido el único caso, desde Arelas destacan que también ha habido casos similares en Andalucía y Valencia.
Mar Cambrollé, recalca que esta no es la “única batalla” y con una ley registral no es suficiente “yo puedo tener un DNI donde se me reconozca que me llamo Mar o donde pone sexo ponga mujer; pero eso no me evita ser discriminada al acceder al mercado laboral, tampoco me evita que siga enrolada en un modelo sanitario obsoleto que nos discrimina y segrega del resto de la población”.
Acceso al tratamiento hormonal
Otro escollo que los menores tienen que superar es el acceso a un tratamiento hormonal precoz, pues una vez iniciados los cambios hormonales propios de la adolescencia, comienzan a desarrollarse los caracteres sexuales secundarios y estos serán irreversibles. Este acceso precoz a la hormonación y a los bloqueadores hormonales supone que en el caso de los chicos no lleguen a desarrollar el pecho o la menstruación. En el caso de las chicas el tratamiento precoz propicia no lleguen a desarrollar vello facial, que no se desarrolle el agravamiento de la voz o prevenir el ensanchamiento de la espalda.Desde Chrysallis Euskal Herria denuncian que este retraso en el acceso a la hormonación obliga a muchas de estas personas a someterse posteriormente a tratamientos más agresivos como la cirugía. Es el caso de Ekai, entre otros muchos, que al momento de su fallecimiento aún no había podido acceder al tratamiento pese a haber interpuesto tres quejas en el hospital de Cruces tanto por el trato, como por la demora.
La activista de Plataforma Trans, Mar Cambrollé, añade que esta situación es “vejatoria y discriminatoria” porque exige a las personas trans un cúmulo de procedimientos que “atentan contra el honor y la propia intimidad” para acceder a los mismos tratamientos que personas no transexuales. “Nosotras no tenemos tratamientos específicos, los estrógenos y antiandrógenos que toma una mujer transexual son los mismos que los que se prescribe a una mujer no transexual que tenga una carencia hormonal o durante el síndrome premenopáusico”, explica Cambrollé.
Cristina Palacios, portavoz de la asociación, explica que en numerosas ocasiones los menores que llegan a la asociación lo hacen con mucha “información errónea”
Desde Arelas denuncian que en Galiza se está sufriendo desde el pasado año un grave retroceso en materia de acceso a la hormonación. Critican la implantación de una unidad de referencia que se encuentra situada en Santiago y que consideran “es una suerte de lo que antiguamente se llamaban UTIG (Unidad de Trastornos de Identidad de Género)” y que rompe el principio de proximidad en el acceso al tratamiento.
Una sociedad genitalizada
Quizá uno de los estereotipos más arraigados en la sociedad respecto a las personas trans sean las operaciones genitales y el, mal llamado, “cambio de sexo”. Para Beatriz Sever, madre de un adolescente transexual, esto es resultado de la “genitalización de la sociedad” y del “coitocentrismo” que liga la transexualidad a la cuestión genital como eje fundamental.Sever afirma que el porcentaje de personas transexuales que deciden someterse a operaciones genitales es mínimo “porque las operaciones en los chicos no son muy buenas y aunque en las chicas las vaginoplastias si están mejor conseguidas, es más frecuente en generaciones anteriores que en las actuales que sí han recibido estrógenos”.
Sever también aclara que es erróneo el uso del término “cambio de sexo”, pues después de las operaciones genitales el sexo sigue siendo el mismo que antes de la operación. Del mismo modo, se muestra indignada al ser preguntada sobre si su hijo se operará o no en el futuro. Considera que esa decisión tiene que ser él quien la tome y que “no es necesaria porque se basa en unos estereotipos de género binarios y en una visión de las vivencias sexuales basadas la heteronormatividad”.
Desde Arelas advierten que estos estereotipos favorecen que los menores transexuales, en muchas ocasiones, tengan ideas preconcebidas y erróneas que en algunos casos pueden llegar a ser peligrosas. Cristina Palacios, portavoz de la asociación, explica que en numerosas ocasiones los menores que llegan a la asociación lo hacen con mucha “información errónea” e incluso en ocasiones con discursos tránsfobos fruto de lo que encuentran en internet. Palacios recomienda que “siempre que tengan dudas recurran a asociaciones y colectivos trans o LGTBI+”.
trabajo y dignidad
El plano laboral es quizás uno de los escollos más insalvables que las personas trans tienen que superar. Esta comunidad se enfrenta a todo tipo de trabas, impedimentos y discriminaciones que hacen elevar hasta el 85% la tasa de paro entre estas personas. No obstante, la activista Mar Cambrollé matiza que no se trata de paro, sino de exclusión laboral “una situación de paro significa tener empleo y haberlo perdido, mientras una exclusión laboral implica tener cerrado el acceso al mercado laboral”.Hace tan sólo una semana una joven era desestimada para un puesto de trabajo en El Corte Inglés, tras haber superado con éxito el proceso selectivo, al serle requerido el DNI y no concordar su identidad de género con lo estipulado en su documento de identidad.
Un ejemplo de esta exclusión laboral es Alicia Ramos, quien comenta que, tras realizar su transición en plena crisis de destrucción de empleo, le fue imposible acceder a otro empleo. Terminó tocando en el metro, después en bares y posteriormente en pequeñas salas de conciertos “si no hubiera sabido hacer este trabajo, estaría mucho peor”.
Cambrollé concluye “¿De qué nos sirven leyes grandilocuentes si están vacías? Sin trabajo no hay dignidad”
Ramos considera que su proyecto es viable porque aunque “las pasé canutas no estoy peor que una persona que trabaja ocho horas y cotiza cuatro” sentencia la cantautora. También añade que la “cultura del éxito” termina consiguiendo que las personas “excluidas” se acaben sintiendo “culpables” de su situación y que las personas “trans” son especialmente “vulnerables” al ser cuestionadas permanentemente por su entorno.
Cambrollé concluye “está muy bien tener derechos y luchamos día a día por ello, pero también tenemos que comer. ¿De qué nos sirven leyes grandilocuentes si están vacías? Sin trabajo no hay dignidad”
Ley integral trans
Hoy, 23 de febrero, el grupo confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea registra en el congreso una ley integral trans. La activista Mar Cambrollé ha aclarado a El Salto “esta ley surge del propio sujeto político y no del ‘buró’ de ningún partido”.Cambrollé considera que esta ley nace robusta al ser apoyada por cerca de 60 organizaciones LGTBI+, el 100% de las asociaciones de familias de menores transexuales, sindicatos, colectivos feministas, asociaciones pro derechos humanos, etc. “Hemos estado más de siete meses recogiendo aportaciones de todos los colectivos que han enriquecido el texto a través de un proceso participativo e inclusivo que recoge las distintas sensibilidades”.
Uno de los principales obstáculos en la tramitación de la ley que más preocupan a García Puig es el veto del gobierno, pues una vez salvado confía en que no haya problema para reunir los apoyos necesarios para su aprobación
Aitzole Araneta, consejera estatal de Podemos y una de las relatoras de la ley, explica que se trata de una ley integral que cubre desde los cambios en el registro hasta medidas contra la exclusión laboral, pasando por el ámbito educativo y del fomento de la diversidad, medidas trans específicas en el ámbito de la salud y contra la discriminación en el deporte.
Algunas de las innovaciones que presenta esta ley es la creación de una tercera opción en cuestiones de registro para las identidades no binarias. Mar García Puig, diputada de En Comú Podem y una de las relatoras de la ley, afirma que “va más allá de ser una ley integral” y la define como una ley de autodeterminación del género, ya que “por primera vez una ley reconoce los derechos de las personas que se identifican como ‘no binarias’ y fuera de esa hegemonía de lo masculino y lo femenino”.
En el plano de la lucha contra la discriminación laboral no sólo plantea medidas contra el acoso laboral, sino también la creación de un plan específico para la integración laboral, un sistema de cupos en la administración pública o ventajas fiscales para aquellas empresas que contraten a personas trans.
Una de las medidas más aplaudidas desde la asociación Arelas es la eliminación del consentimiento paterno para mayores de 16 años en el acceso a los tratamientos hormonales y el cambio de nombre para los menores de 16 años, en caso de discrepancia entre los progenitores, prevalecerá la voluntad del progenitor —o tutor legal— que esté de acuerdo con la decisión del menor.
Mar Cambrollé recalca que la situación de las personas trans es extrema “llevamos 40 años sin ser iguales, la democracia no ha llegado a las personas transexuales
También han sido especialmente aplaudidas por Cambrollé las medidas relativas al ámbito educativo “desde pequeños, cuando estudiamos el cuerpo humano nos están adoctrinando en una mentalidad ‘cis’ —personas cuya identidad de género y sexo biológico coinciden—. Lo cierto es que no todos los niños tienen pene y no todas las niñas tienen vulva; algunos niños tienen vulva y algunas niñas tienen pene”. Para Cambrollé, al sacar a las personas trans de los currículos educativos se les invisibiliza “es como si no existiéramos, y lo que no existe no tiene derechos”. Para ello, afirma que, es fundamental educar en la diversidad, pues “un ecosistema sin diversidad es un ecosistema enfermo”.
Uno de los principales obstáculos en la tramitación de la ley que más preocupan a García Puig es la capacidad de veto del gobierno, pues una vez salvado confía en que no haya problema para reunir los apoyos necesarios para su aprobación. Sin embargo Mar Cambrollé recalca que la situación de las personas trans es extrema, “llevamos 40 años sin ser iguales, la democracia no ha llegado a las personas transexuales. Hay que hacer posible lo imposible” y recuerda que hace años era imposible que gais y lesbianas pudieran casarse o que las mujeres pudieran trabajar o votar “hoy día la sociedad lo acepta como algo cotidiano y normal, lo vamos a conseguir porque los tiempos han cambiado y tenemos la obligación de subvertir la relación de la sociedad con las personas trans”.
Desde Chrysallis Euskal Herria añaden que ahora es más importante que nunca trabajar por un entendimiento, de sumar y construir desde la transversalidad reforzando todo lo que les une, la lucha por la defensa de los derechos de las personas trans, lograr que por fin sean sujetos de derecho y erradicar su estigmatización. En palabras de Mar Cambrollé, “es el Trans Time”.
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Con mucho respeto, doy mi humilde opinión. Y pues pienso que, el tratar con hormonas a menores de edad es una idea fatal. Debido a que el menor, aun no esta en condiciones de elegir su "identidad de genero" por que aun no es lo suficientemente maduro como para optar por un cambio fisíco permanente del cual puede arrepentirse en un futuro. Esto lo digo debido, a que existen registros de muchos casos de transtornos psicológicos e incluso suicidios. Muchos de estos casos e historias se encuentran documentados en sexchangeregret.com. Espero se tomen mi comentario con altura de mira y me corrijan de estar equivocado.
En primer lugar, hablar de "elección de género" es errónea, pues no se elige, se siente. En segundo lugar, muchos de esos datos de "arrepentimientos" como los llamas tampoco son correctos, pues cuando analizas las estadísticas independientes queda claramente desmontado (la mera mención en la dirección del término 'cambio de sexo' indica que no es precisamente trans-friendly, se explica muy bien eso en el artículo).
Un acceso tardío a la hormonación conlleva consecuencias irreversibles que obligarán a estas personas a pasar por un quirófano. Y no me voy a dignar a decir nada sobre el tema de que los menores no tienen poder de decisión, porque es directamente absurdo y paternalista.