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Transfobia
Transfeministas contra el autoritarismo biológico de las Radfem
Escribimos este artículo motivades por el estupor que nos causó leer las diatribas de las radfem murcianas en este artículo escrito a propósito de la ley trans. Pero no sólo. Desde que las reivindicaciones de la comunidad trans se están traduciendo poco a poco en cambios jurídicos y conquista de derechos, las tránsfobas de la izquierda (de la segunda ola feminista allá por los 60 —ha llovido desde entonces, amigas, y no os habéis enterado—) están tan rabiosas como los tránsfobos de la derecha (que nunca fueron feministas ni entienden nada sobre feminismos). Tanto disparate merece contestación, o por lo menos, interrogantes. Así pues, venimos a hacer muchas preguntas.
Observamos un fuerte empecinamiento en establecer una correlación entre la cuestión identitaria y la genitalidad. Para el movimiento Radfem, eres lo que tienes entre las piernas. Punto. Y su razón de ser, políticamente hablando, nace, crece y se desarrolla ahí, justo en el simbólico triangulito, siendo así que el feminismo (devenido zona VIP) es sólo cosa de biochicas privilegiadas. A la mierda las enseñanzas de la escritora feminista afroestadounidense bell hooks.
Efectivamente, la autodeterminación de género es un privilegio: un privilegio de las personas cis, por eso mismo surge el derecho, para acabar con la discriminación que sufren las personas trans. Una persona cis no tiene que nombrarse de ninguna manera puesto que el reconocimiento social y el del Estado ya la nombran, mientras que una persona trans sí tiene que hacerlo. Aparte de nosotras mismas como personas racionales e individuales, ¿quién más puede decir lo que somos?
¿Por qué insistir en pedir certificados médicos para la libre determinación de género de las personas trans? ¿Por qué debe el Estado o cualquier institución tutelar a las personas trans en su recorrido hacia su identidad?
El sistema médico-sanitario y el aparataje psiquiátrico se basan en estudios, leyes y en sus propias creencias amparadas en el marco moral/religioso del momento histórico, pero la constante revisión impulsada por las luchas de los movimientos sociales han conseguido sacar de los manuales de la patologización a orientaciones sexuales no-hegemónicas, ¿por qué insistir en pedir certificados médicos para la libre determinación de género de las personas trans? ¿No hemos aprendido nada? ¿Por qué debe el Estado o cualquier institución tutelar a las personas trans en su recorrido hacia su identidad? Una persona trans que quiera transicionar debe someterse a todo un proceso médico que necesita de autorización y aprobación por parte de las instituciones pertinentes. El diagnóstico se ha convenido en llamar “disforia de género”. Preguntamos: una mujer cis que quiera un aumento de pecho, ¿tiene euforia de género? En ambos casos existe un malestar con el cuerpo, pero sólo en el primero de ellos se patologiza y sólo es en éste donde las radfem levantan una ceja.
Si nos paramos a pensarlo, una mujer cis puede sufrir transfobia. Las mujeres masculinas, por ejemplo, mujeres con más vello del habitual en la cara o con mandíbulas marcadas, mujeres musculadas, mujeres, en definitiva, cuya expresión de género está fuera de la heteronormatividad femenina, son víctimas de esa misma transfobia que las TERF (biomujeres que en nombre de un falso feminismo quieren excluir a las mujeres trans de las luchas feministas, por sus siglas en inglés Trans Exclusionary Radical Feminist) apuntalan una y otra vez cuando utilizan sus posiciones de poder y sus altavoces mediáticos.
Las que escriben esto: “Queremos niños y niñas libres que experimenten, libres de estereotipos. Que un niño se ponga una falda si quiere sin necesidad de que sea objeto de estudio para ver si detrás hay una niña” son las mismas que llaman ‘macho’ a la bollera que co-escribe este artículo por su masculinidad femenina. Por unas cosas o por otras, las personas que habitamos la disidencia nos vemos en la constante necesidad de explicarle al feminismo biovulvoso lo que somos.
Otra cosa que también nos preguntamos es por qué ese ninguneo sistemático a los hombres trans en todo el discurso TERF. Leemos constantemente sobre la amenaza que supondrían las mujeres trans en los baños, en los vestuarios, ¿será porque algunos hombres trans tienen biolvulva? Si una mujer trans es un hombre con peluca, ¿un hombre trans es una mujer que vive en permanente carnaval? En las lógicas del pene=agresor, las radfem murcianas que escribieron aquel artículo, ¿serán bolleras misándricas? Entendemos entonces, caminando por sus lógicas neuronales, que la amenaza no sólo estriba en la autodeterminación de género de las mujeres trans, sino en todo el régimen heterosexual al completo, ya que el macho cishetero también es potencial agresor que, no lo olvidemos, puede esperarnos pacientemente a que salgamos del baño. ¿Dónde acaba el coto de caza? Llegamos así a la conclusión de que la propuesta del movimiento radfem es un apartheid por sexo pene/vulva al estilo racista-colonial que hubo con la población blanca/negra.
Con todo lo andado, conseguido y evolucionado por parte de los feminismos, nos resulta muy inquietante y perturbador que haya un sector que en el nombre del feminismo nos proponga retroceder a las lógicas de la segregación sexual: las mismas lógicas que siguen los colegios de tradición católica (colegios de sólo chicas y colegios de sólo chicos), las mismas lógicas de nuestra querida Ana Botella con sus peras y sus manzanas, las mismas lógicas del autobús naranja: las lógicas de la derecha más conservadora. Sólo hay otro grupo que esté tan preocupado por el género como las radfem, y son los machos que llevan (desde la entrada de Vox en la liga de campeones) repitiendo como un mantra aquello de que las feministas traemos la ideología de género. Y ahí lo dejamos para quien quiera darle una vueltecica.
Atendiendo a las estadísticas de violaciones, agresiones, etc, el cismacho agresor parece leer a los sujetos hombre/mujer trans con mucha más claridad que el movimiento feminista radical.
En los espacios públicos de convivencia de penes y vulvas, por ejemplo la calle, preguntamos: ¿cuántas mujeres trans (hombres para las TERF) han violado o agredido a mujeres cis? ¿Y cuántos hombres trans (mujeres para las TERF) han sido agredidos por hombres cis? Atendiendo a las estadísticas de violaciones, agresiones, etc, el cismacho agresor parece leer a los sujetos hombre/mujer trans con mucha más claridad que el movimiento feminista radical. Se nos ocurre también preguntar cuánto va a tardar este movimiento en vetar a los biohombres y a las mujeres trans el acceso a las playas nudistas, o quizás, en un ejercicio más acorde con el nivel de agresividad y violencia que demuestran, cuándo van a proponer una castración química para todas las personas portadoras de penes. En esta misma línea de preocupación por la presencia mayoritaria de penes, a lo mejor el problema de la paridad, planteado NO desde el género, sino desde los genitales, se solucionaría aumentando la presencia y participación de los hombres trans no operados (es decir, portadores de vulvas).
Pero volvamos a la cuestión de la violencia, ¿un hombre trans, con biovulva, pero con DNI de nombre masculino, según las lógicas TERF, podría ser leído como víctima de violencia de género? ¿O se consideraría como víctima de violencia de género una mujer trans, con biopene, pero con DNI de nombre femenino? Lo que venimos observando es mucho interés en poner la violencia de la biomujer por encima de cualquier otra violencia o, lo que es peor, mucho intento por invisibilizar o ningunear otras violencias no derivadas de la vulva pero sí de considerar a otros colectivos (el colectivo trans) como subalternos o subordinados al régimen cisheteromacho patriarcal. Quizás, nos planteamos también, sean muchos los chiringuitos que se sostienen debajo del paraguas de la biológica vulva. Quizás, ese sea el borrado que más les preocupa después de todo: el borrado de sus chiringuitos. Los feminismos traen en última instancia la disolución de las jerarquías, de todas, y la destrucción del poder. El feminismo del poder no es feminismo, eso es un contrasentido y un chiste. No reconocemos ningún feminismo que lleve por bandera la exclusión, ni que se base en teorías biologicistas ya desmontadas para elaborar un discurso pretendidamente político feminista.
Debemos liberarnos nosotres mismes de pensamientos y comportamientos opresores para poder pensar, hablar, discutir y legislar con propiedad; si somos hipócritas para oprimir a otras mujeres en nombre del feminismo, nunca saldremos de las narrativas patriarcales.
Al igual que los sinsentidos e incoherencias de las feministas blancas quedaron visibilizados y contestados por los movimientos feministas negros, las reloaded sandeces de las feministas de la entrepierna actuales bien podrían contestarse desde la comunidad trans citando aquel zasca épico que soltó Sojourner Truth hace, agárrense, ciento setenta años: ¿Acaso no soy yo una mujer?
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1) no existen ni pueden existir derechos basados en los sentimientos. Ejemplo: sentirme como de 20 años no me da derecho a que me consideren como tal ni a tener descuentos dirigidos a personas de esta edad.
2) cualquier trámite legal exige unos requisitos para dar seguridad jurídica a todas las personas. Ejemplo: la discapacidad debe acreditarse con pruebas y certificados médicos, no sirve sentir la discapacidad, ni siquiera aunque sea evidente.
3) es asombroso explicar asuntos tan de perogrullo pero se ve necesario ante un artículo tan, tan absurdo.
4) el censurado tuit de J.K. Rolling lo explica tan, tan bien...
"Para generar un espacio seguro, libre de comentarios machistas, racistas y fascistas, tienes que loguearte para comentar en El Salto"
Puñeta, si yo lo que iba a comentar es que este artículo es una machistada.
He perdido la cuenta de las etiquetas que se han usado para definir a diversas personas o grupos. Llamar chiringuitos a los recursos de violencia machista me ha recordado a cierto partido. Por cierto en esos “ chiringuitos” se atiende a mujeres trans sin pedirles que enseñen la entrepierna ni importar DNI, para tu información. Que respondas tan genéricamente a un artículo con el que estás en desacuerdo, que ni he leído ni pienso leer, te desautoriza. Que existe transfobia y discriminación trans, es una obviedad, decir que lo es por parte de las feministas es mucho despiste. Que la comunidad médica no está preparada para que una persona trans se sienta acompañada en lugar de tutorizada es una obviedad, pero ¿ se soluciona con que una o un menor de 12 años empiece solo un proceso de gran complejidad ? De eso no leo argumentos, leo sobre tonterías de vestuarios, hablar de estudios ( como Vox sin nombrar procedencia) sobre agresiones sexuales, es duro como mujer leer tanta incomprensión y desdén por los problemas que sufrimos de modo común con independencia del motivo u origen ¡ que tristeza esta falta de oídos!
Se acabó.
Este artículo es para mí la gota que colma el vaso de la misoginia.
A partir de ya mismo, dejad de contar conmigo. Mañana mismo os comunicaré que dejo de ser socia de El Salto.
Me ha pasado lo mismo. Esta deriva queer es insoportable. Una pena
“Quizás, ese sea el borrado que más les preocupa después de todo: el borrado de sus chiringuitos”. Me resulta imposible distinguir ya entre los discursos de la ultraderecha y los de la doctrina queer. Absolutamente vergonzoso.
“Los feminismos traen en última instancia la disolución de las jerarquías, de todas, y la destrucción del poder.” El feminismo sí, “los feminismos” (a saber qué son, salvo un troyano) ignoran por completo y de manera obscena, la jerarquía sexual, hasta el punto de perpetuarla, cuando no enaltecerla.
El Salto diario, quién te vio y quién te ve: comprándole su discurso machista a VOX, punto por punto. Parece mentira que haya que explicar a estas alturas a gente que dice ser de izquierdas (nada menos) que la violencia machista se visibiliza y se atiende como tal por constituir un fenómeno social no equiparable al resto, tanto cuantitativamente, como por su naturaleza y motivación.
Sorprende la abrumadora aceptación de este discurso casposo y machista entre, principalmente, hombres de izquierda. ¿O es que bajo el velo de los “derechos” trans es permisible vomitar lo que durante tanto tiempo reprimieron? “Para cierto tipo de hombre ‘progresivo’, si la gente trans no existiese, tendría que inventársela”.
Decir q son transfobas es la pura verdad, están llenas de odio a as personas trans, son dogmáticas, cerradas de mente, intransigentes, autoritarias y paranoicas con el tema de la misoginia. Es increíble las barbaridades q escriben en twitter solo por su estrechez mental.
¿Y cuales son las enseñanzas de la escritora feminista afroestadounidense bell hooks? Bueno, déjalo que me trae al pairo.
Este artículo está escrito desde la tripas. Emana odio hacia las mujeres con cada frase. Es un sinsentido. Por mucho que la comunidad queer se empeñe, no se puede ni se debe mezclar términos como sexo y género, no se puede cambiar de sexo, al menos no el ser humano, y el género es el que perpetúa la opresión, donde no tiene cabida lo que te consideres a nivel personal; a una mujer a la que violan por ser mujer no le preguntan antes si se siente mujer...
Ese privilegio cis del que habla es puro odio. La mujer no tiene ningún privilegio por ser mujer, al revés, ser mujer la pone en el punto de mira de la opresión. Ser hombre en esta sociedad sí es un privilegio, y es el que el feminismo lleva señalando siglos.
Daba este diario por un medio de comunicación serio, pero está visto que no lo es, vaya decepción. Hasta aquí
Este artículo está escrito con mucho odio la verdad y tienes razón, siento que está bien el que seas transexual oblo que sea, pero si en un movimiento no perteneces no insistas en pertenecer, si yo quiero entrar al afrofeminismo sería tonto, al igual que estas personas quieran entrar al feminismo, que ya se ha dejado claro en muchas ramas que es solo para mujeres biológicas, mejor que se vayan al transactivismo si tanta es la cosa
Comparar a las radfem con la ultraderecha.... para acabar señalando los chiringuitos feministas o diciendo que solo se habla de la violencia a la mujer.... argumentos de la derecha más conservadora, vaya.
Yo ya no se de qué estáis hablando. Me pierdo entre tanta sigla. Se lo que es un transexual pero no tengo ni idea de que es un transgénero.
En fin, cosas de ricos. Sigamos con esto y olvidémonos de los explotados y los hambrientos.
Un transgénero es alguien que "no se identifica" con su sexo "asignado al nacer" y puede ser del tipo binario H/M o no binario, y no te cuento las categorías ("generos no binares que se han inventado a fin de auto identificarse con mayor precisión) porque se me acaban los caracteres. Hay casi tantos como Pokemon, mi favorito es el Maverike.
Osea no huyen de las etiquetas si no que se inventan etiquetas nuevas
Dejad de utilizar el comodín del público como victimismo, en el hombre cis macho (como señala el artículo) suele agrdir muchísimo más a gays y mujeres trans que a lesbianas y hombres trans.El machismo les impulsa a ello.
Así que dejad de inventaros las cosas
Menudo discurso de odio contra las mujeres os habéis marcado, lo pone alguien en un comentario y se lo moderan. Pero parece que los trans tienen vía libre para ser machistas, igual que el negro de vox para ser racista.
Privilegio es cambiar tu género, una acción que provoca efectos jurídicos, y que otros como los discapacitados tengan que someterse a un tribunal de valoración para que les diga que porcentaje son, a lo mejor se sienten más o menos discapacitados pero tienen que aceptar la decisión del tribunal. Tampoco se puede cambiar la edad legal, te puedes sentir como un niño y tu DNI dice que tienes 59... Porque se permite que te opriman con la edad pero no con el género? Y no digáis que a los viejos no se les discrimina: ponte a buscar trabajo con 55 años siendo calvo y con arrugas, la seguridad social nos pagaría implantes de pelo y botox para evitar la discriminación? Ojo, que entiendo la necesidad de quién se siente diferente pero vivimos en una sociedad regulada, el derecho es cambiar de sexo el privilegio es la autodeterminación.
Bueno, no veo acertada la comparación de las personas trans con las de diversidad funcional, a menos que las veas como enfermas o con una mirada patologizante, lo cual ni la OMS ya lo avala ( y no se les puede decir que sean la avanzadilla en cuanto a cambios ).