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Feminismos
Jugar al feminismo en Davos
Lagarde, Botin, Merkel, Clinton… mujeres que simbolizan el poder y la 'emancipación' desde el individualismo y para sus carreras. Aquellas que entendemos el feminismo como un movimiento colectivo por la justicia social debemos disputar sus discursos además de apoyar iniciativas como la huelga feminista.
El feminismo ha pasado de ser un movimiento contrahegemónico relativamente 'pequeño' a crecer y expandirse para difundir sus ideas por todo el planeta. Algo positivo, sí, pero que no se le ha pasado por alto a algunas de las personas reunidas estos días en el Foro Económico Mundial que se celebra desde ayer en Davos haciendo un, cada vez más obsceno, ejercicio de cooptación y perversión del discurso feminista, no solo para afianzar las bases de un feminismo neoliberal que defiende la igualdad entre hombres y (algunas) mujeres –mientras evita hablar de la incompatibilidad con la desigualdad generada por el capitalismo– sino también para neutralizar una amenaza creciente que puede hacer peligrar las bases de este sistema.
This all-women #WEF panel shows that even without testosterone we can produce positive solutions for the world. pic.twitter.com/zcKvOS0uCQ
— Christine Lagarde (@Lagarde) 23 de enero de 2018
“La mujer en el centro” y derivados han sido los titulares que se han resaltado en varios medios en esta edición del Foro de Davos de 2018 al ser dirigido 'solo' por mujeres. “Este año, en el Foro Económico Mundial, el desafío del empoderamiento femenino también está firmemente en la agenda, porque darles a las mujeres y las niñas la oportunidad de tener éxito no solo es lo correcto, sino que también puede transformar las sociedades y la economía”, reza el artículo “Why 2018 must be the year for women to thrive?” (¿Por qué 2018 debe ser el año en que las mujeres prosperen?) escrito a cuatro manos por la directora del FMI, Christine Lagarde y Erna Solberge, la primera ministra de Noruega tres días antes del comienzo del foro, donde se apuntaban algunas de sus propuestas: mayor participación de mujeres en la fuerza de trabajo para impulsar el PIB, más mujeres en puestos de dirección, defensa de los derechos de propiedad... Acompañadas de varios artículos en la página oficial del Foro de Davos del tipo “Las mujeres más exitosas del mundo comparten sus mejores consejos de carrera” o “El momento de la 'mujer de Davos', 7 libros de mujeres poderosas que debes leer”, una recopilación de frases y experiencias de las mujeres más poderosas la lista Fortune 500 (como Patricia Botín directora del Banco Santander, Meg Whitman, CEO de eBay, Randi Zuckerberg CEO de Facebook, Cathy Engelbert CEO de Deloitte, Mary Barra, presidenta de General Motors, Ginni Rometty, presidenta de IBM, Amy Hood CEO de Microsoft…)
Lo preocupante no es solo el cinismo de hablar de “la mujer de Davos” en un foro copresidido por mujeres pero cuyas cabezas visibles siguen siendo hombres, o con solo un 21% de participación de mujeres, algo a denunciar y destacar, sino el discurso selectivamente peligroso y sus 'soluciones' peligrosamente individualistas. Sue Duke - autora del informe Índice Global de disparidad de género, que asegura que la brecha entre hombres y mujeres ha aumentado por segundo año consecutivo en 2017- sostenía en la presentación de este informe que “la clave para reducir la brecha entre hombres y mujeres pasa por situar a un mayor número de mujeres en posiciones de poder dentro de las empresas”.
Lo preocupante no es solo el cinismo de hablar de "la mujer de Davos" en un foro copresidido por mujeres pero cuyas cabezas visibles siguen siendo hombres, sino el discurso selectivamente peligroso y sus 'soluciones' peligrosamente individualistas
Es cierto que este tipo de informes visibilizan algunos de los rasgos e injusticias de esta sociedad patriarcal, pero dejan de lado un análisis estructural de la desvalorización de las mujeres, la tierra, del proceso de reproducción y la desvalorización de la vida a nivel global. Y por supuesto, pasan sin cuestionar en lo más mínimo las bases de explotación que sustentan dicho sistema. De hecho, es interesante cómo el sistema se está relacionando con el movimiento feminista de varias maneras y con un doble rasero. Por una parte desde el ataque y la contrapropaganda, estamos viviendo un aumento de la violencia contra las mujeres y un incremento del número de atentados y de abusos de forma cuantitativa, pero también cualitativa por la intensidad de la brutalidad, así como respuestas reaccionarias a campañas feministas que involucran a mujeres de referencia, como vimos con el manifiesto en contra de la campaña #MeToo y declaraciones de algunas de sus impulsoras como Catherine Millet tildando este movimiento de “puritano” e “intransigente”, que favorece un regreso a la “moral victoriana”.
Y por otra, como varias autoras advierten, desde la cooptación y el vaciamiento, ya que las críticas al sexismo parece que se están integrando, pero desprovistas de su valor de fondo, alejándose de una crítica estructural y abriendo la puerta a salidas meramente individualistas y meritocráticas. Independizando el discurso del movimiento y confrontándolo, como dice Nancy Fraser, politóloga feminista estadounidense, “con una extraña versión sombría de sí mismo, un doble misterioso al que no se puede admitir sin más ni rechazar por completo”.
Casos como el de Davos nos generan el debate de si estamos ante una victoria hegemónica del movimiento feminista que ni siquiera las grandes élites mundiales pueden obviar, o ante otro ejercicio de cooptación mercantil y vaciamiento político de la naturaleza transformadora del feminismo y de sus elementos más anticapitalistas, o parte de ambos. Será un paso al menos tener claro que cuando hablamos de feminismo no nos referimos al feminismo neoliberal que tiene por bandera a Hillary Clinton o a las directivas que se sientan en el consejo de administración de grandes multinacionales, sino a todas aquellas mujeres que luchan contra las múltiples explotaciones que tanto el patriarcado como el sistema capitalista provocan y reproducen a diario. Las mismas explotaciones que alimentan quienes estos días se reúnen en Davos.
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La falsa "victoria", no es la victoria de las feministas, las feministas han sido utilizadas como piezas de un juego de mesa, por unos intereses cupulares capitalistas muy fuertes que siempre han despreciado profundamente al resto de humanos, los cuales nunca han visto como sus iguales. Es exactamente lo mismo que sucede en Siria, donde este poder convierte rebeldes en terroristas, terroristas en rebeldes, heroes en villanos, villanos en heroes, genocidios en lucha por la libertad y luchas por libertad en genocidios; todo según quién se está alineando mejor con sus intereses, todo con el único objetivo de terminar ganando el juego y lo demás no les interesa en la más mínimo. Feministas están sorprendidas por su falta de poder, cuando la realidad es que nunca tuvieron ese poder, les fue otorgado poder por los que realmente son poderosos como parte de una estrategia diseñada por ellos, y pueden ser abandonadas o hasta atacadas poe ellos mismos en la medida éstas les dejen de ser útiles a sus intereses. Es así de simple. Ellos son los que deciden, tratan de construir quimeras y no les interesa en lo más mínimo el sufrimiento humano, somos sus juguetes. Yo sé por una fuente que no puedo compartir que un grupo financiado indirectamente por Geoge Soros fue encargado de buscar, promover, convencer y recompensar, a al menos varias de las mujeres que comenzaron el movimiento de #me too en los Estados Unidos como una forma de contribuir a la desestabilización del gobierno de Trump.
Señoras de Davo, esta vez no llevamos muchos años de lucha, en los cuales lo hemos intentado de todas las maneras para avanzar en el feminismo, admitimos el inteclasismohttp://www.exclusivadigital.com/sociedad/juana-rivas-en-debate-sobre-los-derechos-del-menor-colegio-procuradores,,el feminismo en la diferencia, lo hemos intentado de mil maneras. Pero como dice Amalia Valcarcer: feminismo no hay mas qué uno.y eso no quiere decir qué descriminemos a nadien. Pero ya no cuela, ni Davo ni Dava. El,/La, qué quiera subirse en el carro qué sepa qué el feminismo es anticapitalista, antiguo eclesiástico, humanista y defensora de los derechos humanos. No es ninguna guerra contra los hombres,, queremos la igualdad real en todos los ámbitos de la vida y qué se cumplan los derechos humanos. Nada más ni nada menos.......
"afianzar las bases de un feminismo neoliberal que defiende la igualdad entre hombres y (algunas) mujeres"
Es increible. No os habeis enterado de nada. Os han puesto la zanahoria, y la habeis tragado hasta atrás. Ese "(algunas)" solo es admisible si delante de "hombres" se hubiese escrito también "(algunos)". Si no, es afianzar un victimismo según el cual el obrero que está 10 horas al día picando piedra es un privilegiado del sistema a la altura de Christine Lagarde. Es obsceno. Estais sembrando las semillas de la propia destruccion del feminismo por este camino, vosotras sabreis.
Mientras haya diferencias en las leyes de genero en las que el hombre, queda excluido,marginado, discriminado, criminalizado como un ser apestado de un supuesto machismo y patriarcado inventado para introducir ideologías de género, al menos en España y en la época actual que vivimos,esto representa un insulto, y un atentado contra los derechos humanos sin precedentes, y deslegitima automáticamente este y todos los artículos sobre feminismo e igualdad.Hablo de España,único país europeo con estas leyes de autor que discrimina por el sexo de las personas, cómo hicieron los nazis con las leyes de Núremberg durante la persecución de los judíos. discriminar por el sexo el género la raza o el color de la piel de las personas es un atentado contra los derechos humanos .El feminismo no quiere la igualdad, si no ejercer un enorme ataque y venganza contra lo masculino.
Repite conmigo: "Abrir mi mente, abrir mi mente, abrir mi mente, abrir..."
Abrir la mente. En los conflictos de pareja y las relaciones si se otorga veracidad a la mujer y culpabilidad al hombre,es perfecto.Pero es indispensable que todas las mujeres sean buenas y nunca mientan. Pero hay mujeres que mienten y malísimas exactamente igual que hombres, y que maltratan sobre todo psicológicamente. Si es que el género de las personas no condiciona su bondad su maldad.
Villano, temerario, insensible, yanqui, imperialista, así es el capital que se mete hasta el tuétano de los movimientos sociales para confundir y apuntalarse. Lo más preocupante es que pocos serán quiénes se den cuenta, como pocos son los que leen completos este tipo de artículos.
Muy requetebien escrito. Hay que decirlo alto y claro, con el Feminismo no se juega !!!, ni en Davos ni en Davas... Gran columna, gracias.
Magnífica crítica... Esto es uno de los peligros que enfrenta el movimiento feminista, el problema es Davos, el sistema neoliberal, el capitalismo... "Las mujeres de Davos" comparten muchas más cosas con "los hombres de Davos" que con el movimiento feminista emancipador. Gracias por el artículo.