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Educación
La Constitución explicada en Primaria
Escribo esto para ti niña/o de primaria que tienes que estudiar por primera vez la Constitución Española en un libro donde lo que se destaca de la Constitución es que los símbolos de España son la bandera, el escudo y el himno y que el jefe del Estado es el Rey. Te escribe una madre que se ha leído varias veces la Constitución para contarte otra versión.
La Constitución Española de 1978 fue elaborada por juristas y políticos al morir Francisco Franco, dictador que mandó en España durante 40 años tras iniciar una guerra entre los españoles y ganarla. Te parecerá que la guerra queda muy lejos pero aún hay muchas personas entre nosotros que vivieron esa guerra y muchísimas más que vivieron, crecieron y se educaron bajo las normas de Franco. En la dictadura no había democracia y tampoco había rey. Fue Franco el que decidió que tras él volviese a España Juan Carlos para ser rey y jefe de Estado. Ahora hemos descubierto que este rey ha abusado de su posición durante su reinado para enriquecerse.
Muerto Franco y con el rey en España, los políticos que habían estado con Franco y los que habían estado prohibidos con él, se pusieron a hacer una Constitución para pactar cómo podíamos convivir las españolas y españoles. Yo te animo a leer la Constitución (que no es un libro ‘muy gordo’, como dice un vídeo de Youtube, sino un libro muy pequeñito). Por lo menos lee la parte de los derechos y libertades públicas. Es bonito. Recoge derechos que nunca deberíamos olvidar que tenemos. Otra gente los ganó para nosotros.
Pactar es trabajar en equipo. Trabajando en equipo aprendemos a comunicar y pedir, a proponer y escuchar, a observarnos y a observar al otro
Seguro que conoces el artículo que dice que “los españoles somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Parece baladí pero no lo era entonces porque durante el mandato de Franco, tenían diferentes derechos las mujeres y los hombres, la religión católica era obligatoria en la escuela, no se podían defender públicamente opiniones contrarias a Franco, etcétera. Tampoco podías reunirte con personas que tuviesen los mismos intereses que tú para reclamar cambios y eso cambió desde el momento en que se aprobó la Constitución que reconoce el derecho de asociación y de reunión pacífica.
La Constitución también dice que los poderes públicos han de trabajar para que cada vez haya menos diferencia entre ricos y pobres y para lograr el pleno empleo. Reconoce el derecho a una vivienda digna, etc. Supongo que sabes que muchas de estas cosas no se consiguen. Hay mucha gente sin cobrar un sueldo por su trabajo, hay ricos muy ricos y pobres empobreciéndose, hay mucha gente a quienes echan de su casa por no poder pagar aún cuando no tienen otra a donde ir a vivir. O sea que algunos derechos no podemos disfrutarlos. O no pueden todas las personas. Ante eso, sí podemos protestar y reclamar. Reclamar puede ser una labor muy creativa. A veces protestamos y parece que no logramos nada ¿De qué sirve protestar si no logramos nada? Sirve para no olvidar, para recordar que sabemos. Y recordar eso es muy importante, te lo aseguro. Cualquier día, en el mejor momento, surge la oportunidad de volver a reclamar ese derecho y se hace y se consigue. Así se ganan los derechos en sociedades como en la que vivimos.
A veces nos olvidamos de cuánto necesitamos al otro
Dije que la Constitución es un pacto. Vivir en democracia es pactar. Pactar es proponer pero también es escuchar y volver a pensar. Se hace para llegar a un acuerdo y nunca para destrozar al oponente. Por eso todos los gobiernos del mundo tendrían que estar trabajando para lograr un pacto entre Ucrania y Rusia y nunca para castigar a uno de los dos. No se humilla en los pactos. De la humillación solo pueden nacer rencores y venganzas y eso nunca es bueno para el futuro.
Pactar es trabajar en equipo. Trabajando en equipo aprendemos a comunicar y pedir, a proponer y escuchar, a observarnos y a observar al otro, aprendemos a renunciar a lo menos importante para lograr consenso y para ganar, quizás, en aspectos que no habíamos observado al principio de la relación. Pactando, trabajando en equipo, recordamos que las personas vivimos en relación. A veces nos olvidamos de cuánto necesitamos al otro (y no solo a nuestra madre, ni solo a nuestra familia, ni solo a los que son como nosotros, sino también a los diferentes).