Laboral
Una semana de registro de la jornada laboral: hojas de Excel, quejas y esperanza de cobrar las horas extra
El 12 de mayo entró en vigor la norma que obliga a todas las empresas a registrar las horas de trabajo de sus empleados. Algunos empleados ven la norma con desconfianza. CSIF descataca la normalidad en el sector público y UGT señala la necesidad de mejorar la regulación de algunos aspectos como las pausas.

“Nuestro horario es flexible y hasta ahora los horarios los organizamos los trabajadores en función de nuestras necesidades y de las de la empresa, no sé si el registro horario va a ser bueno”, dice Belén, que trabaja en una empresa tecnológica desde hace más de cinco años.
Entre sus compañeros, la oblogatoriedad de registrar su horas de trabajo ha generado hastío —compañeras a quienes les parece un engorro rellenar una hoja más de Excel—, quejas —entre quienes añaden a sus tareas la labor de controlar a los demás— y alegría —entre quienes suelen hacer horas extras nunca reconocidas ni remuneradas—.
La entrada en vigor del Real Decreto 8/2019 de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo, que obliga a registrar la jornada de trabajo bajo multa de entre 626 y 6.250 euros ha cambiado algunos procesos en las empresas desde el 12 de mayo. “Habrá que ver qué pasa con las horas que registremos de más, porque, si no nos las van a pagar, a mí me venía mejor funcionar como hasta ahora y poder salir antes otro día”, dice Belén.
En el caso de Sara, que trabaja en una empresa de comunicación, el registro de momento no se ha hecho efectivo y entre sus compañeras se mantienen a la expectativa. Ella llegó a un acuerdo para teletrabajar la mayor parte de sus jornadas, y el temor que comparte con otras compañeras en esta situación es que, “si la empresa tiene que invertir dinero en una aplicación para seguir teletrabajando, nos obliguen a volver a trabajar en la oficina”.
Pese a los retrasos en algunas empresas, lo cierto es que han tenido dos meses para adaptarse desde que el Gobierno aprobara el decreto que contenía esta medida, el 8 de marzo de este año. Así, todas las empresas sin excepción, independientemente de su tamaño, sector o facturación, deben garantizar que hay un “registro diario de la jornada, que deberá incluir el horario concreto de inicio y finalización de la jornada de trabajo de cada persona trabajadora”, según puede leerse en la norma.
EMPRESAS POCO SERIAS
Según UGT, en la primera semana de aplicación de este decreto, las empresas están remoloneando con su puesta en marcha. “No se ha tomado la ley con la seriedad con la que se tenía que haber hecho, desde el 8 de marzo ha habido tiempo más que suficiente para tomar las medidas y no se ha hecho”, cuenta Gonzalo Pino, secretario de Acción Sindical de UGT.
Según Pino, las empresas han tenido tiempo más que suficiente para llevar el asunto a la negociación colectiva, pero “eso no se ha producido y estamos instando a las empresas a que esto se formalice para implantar el registro, porque están fuera de tiempo”. El sindicato considera que es ese el espacio adecuado para establecer el modelo de registro. En este sentido, UGT insiste en que los convenios son la forma para establecer las normas de las pausas y el control horario, y subraya que tratará de incluir una cláusula para cumplir la obligación de registro desde el respeto a los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras, y a la Ley de Protección de Datos.
Entre las excusas de la inaplicación por parte de las empresas, Pino cita la reforma laboral que, al dar prioridad a los convenios de empresa sobre los colectivos, dota a las empresas de una excusa para argumentar que es en ese ámbito donde deben resolver el registro “para no sentarse a negociar en las mesas sectoriales”.
Como consecuencia inmediata de registrar la jornada, Pino señala el fin del fraude que supone el hecho de que el 48% de los 6 millones de horas extra que se hacen a la semana no se paguen. “Esto supone un fraude no solo al trabajador, sino también a la Seguridad Social”, asegura.
“Los empresarios quieren mantener ese espacio que les ha permitido obtener mayores beneficios y menor reparto de la renta con el conjunto de los trabajadores”, valora. Si las empresas siguen mostrando resistencia, advierte que, “a partir de junio, acudiremos a la Inspección de Trabajo”.
FALSOS AUTÓNOMOS Y HOSTELERÍA
“Siempre es positivo que se tenga que registrar la jornada laboral porque así las triquiñuelas de las empresas se pueden denunciar y creo que el decreto lo que pretende es destapar horas que hasta ahora no se han abonado”, dice Antonio Ruiz, asesor sindical de CNT País Valencià.Hasta este sindicato han llegado a lo largo de esta semana algunas incidencias relacionadas con el registro obligatorio de la jornada laboral. Por un lado, Ruiz recuerda la práctica extendida entre las empresas cárnicas de esta comunidad de contratar personal como falsos autónomos, como CNT ha venido denunciando. El sistema es crear una falsa cooperativa en la cual el trabajador debe darse de alta para entrar a trabajar en la empresa principal, siendo la empresa principal la que toma decisiones sobre su jornada y sus condiciones laborales.
A estos trabajadores, falsos autónomas contratados a través de falsas cooperativas, las empresas de origen no les están facilitando el registro de la jornada laboral, lo que CNT considera una irregularidad. De hecho, esta misma semana ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por esta razón contra Productos Florida y la semana que viene presentaran otra contra Cárnicas La Cope.
Entre los trabajadores contratados directamente por la empresa, la mayoría de las empresas ya tenían algún tipo de control de la jornada, bien mediante sistemas de reconocimiento de huella dactilar o mediante tarjetas para fichar.
Por otra lado, hasta CNT País Valencià han llegado incidencias desde el sector de la hostelería, en el que algunos trabajadores han denunciado que la empresa les está obligando a firmar un parte de salida del trabajo para, después, continuar su jornada.
FUNCIONARIOS Y EMPRESAS PÚBLICAS
Entre los funcionarios, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) explica a El Salto que la tónica ha sido la total normalidad. “La administración lleva tiempo trabajando con registros horarios y ya estaban preparados”, explican a El Salto fuentes de este sindicato.Como única incidencia señalan los casos de Paradores y Correos. En el primer caso, la empresa se ha comprometido en poner en marcha un sistema de reconocimiento facial para registrar la jornada. En el caso de Correos, tiene pendiente poner en marcha un sistema informatizado.
Sobre si existe algún sector en el que se hayan registrado incidencias o en el que el registro horario sea más difícil de instaurar, explican que la administración tiene ya larga experiencia en usar tornos o tarjetas. “En el sector publico las horas extras están muy controladas, está todo muy estandarizado, creo que es en el sector privado donde queda mucho por hacer”.
Laboral
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