Inés Suárez, la bombera que se ha propuesto cambiar las reglas del juego

Suárez y más de cuarenta mujeres bomberas ultiman los detalles para crear una asociación estatal que trabaje en cambiar las pruebas de acceso a los servicios de extinción de incendios, una barrera que hace que las mujeres no sean ni el 1% del cuerpo. En otros países con otro tipo de pruebas, las mujeres sobrepasan alcanzan el 30%.

Inés Suárez Asociación Bomberas 1
David F. Sabadell Suárez consiguió el apoyo de profesionales que enviaron cartas a Cifuentes en protesta por unas pruebas que consideran discriminatorias.

Inés Suárez es bombera forestal y se ha propuesto cambiar las reglas del juego denunciando la discriminación que suponen en la actualidad las pruebas de acceso al cuerpo de bomberos.

No está sola. La acompañan más de cuarenta bomberas que es el germen de una asociación que ultima los detalles de su web para presentarse públicamente y recordar a las administraciones que hay que cumplir con la Ley de Igualdad. Muchas de ellas entraron en contacto con Suárez cuando la forestal pidió que escribieran cartas a la presidenta de la Comunidad de Madrid después de que Cristina Cifuentes anunciara que iba a eliminar la bonificación del 20% en la puntuación global para las mujeres y que daría más peso a las pruebas físicas. 

Suárez también ha dado la batalla en el Ayuntamiento de Madrid. El Ayuntamiento de Madrid, que dijo haber revisado las pruebas para que fueran más justas, en realidad dice —Inés— no cumplió, o cumplió a medias, sus promesas de revisar y adecuar los baremos. Pese a que aprobaron por unanimidad una Proposición en Pleno, “lo que aprobaron no tiene nada que ver con lo que han hecho”, dice Suárez.

Pero con reticencias y muchos muros, las cosas están cambiando. Nieves Sánchez Guitián, exdirectora de la escuela de Protección Civil, da algunas claves en el reportaje “El sueño de ser bombera” que da nombre al blog de Inés Suárez. Por ejemplo, hasta hace poco la altura mínima era un requisito físico, que fue eliminado de las pruebas por una sentencia. En otra sentencia de 2013 en Bilbao, un juez reconoce la necesidad de repetir las pruebas de acceso realizadas por los servicios de extinción de incendios y salvamento de la Diputación Foral de Vizcaya por no cumplirse la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. La recurrente, única mujer que se presentó las pruebas, fundamentó su recurso en la “imposibilidad de superación” de una de las pruebas físicas. 

“No somos ni el 1% en toda España, y eso me parece increíble”, dice Suárez. En algunas comunidades autónomas no hay ninguna bombera, y en Catalunya hay 35. En algunos lugares donde los servicios de extinción de incendios están formados por personas voluntarias, las mujeres alcanzan hasta el 30%. Suárez reconoce que la forma física es importante, pero pide un estudio que determine qué pruebas son las que mejor garanticen un buen servicio, y advierte sobre el sinsentido de que las pruebas que se exigen para entrar en el cuerpo no se repitan nunca a lo largo de la carrera.

Estáis en trámites de constituir la primera asociación estatal que se ponga como objetivo democratizar las pruebas de acceso al cuerpo de bomberos. ¿De dónde surge la idea?
Me puse a llamar a bomberas y conseguí localizar a 35. Aunque soy bombera forestal, es decir, personal laboral, me puse en contacto con bomberas profesionales, funcionarias de carrera, para llamar la atención de la Comunidad de Madrid sobre la discriminación que existe en los procesos selectivos. Conseguí que algunas se sumaran y escribieran cartas a Cifuentes, al consejero y al director general de Protección Ciudadana, diciendo que no estaban conformes con las bases para llamar la atención. 

¿Por qué son discriminatorias?
Para empezar, hay millones de pruebas y no son iguales en todas las comunidades. En la Guardia Civil o en la Policía Nacional se hace un examen igual para todos los opositores, pero en Bomberos cada ayuntamiento, cada comunidad, tiene su propio proceso y en cada uno te piden unas marcas. En algunas provincias te hacen correr un 60 metros, en otras un 300, o un 600, un 1.000, o un 2.000. Puede haber subida de cuerda, press de banca, un circuito, dominadas, salto. Son 132 cuerpos de bombero y cada uno hace unas pruebas diferentes. No ha habido un estudio real de lo que se necesita para ser bombero, y esa es una de las iniciativas que vamos a proponer en el Congreso. 

¿Quién define las pruebas?
Sindicatos y administraciones. Y ahí tenemos un trabajo muy importante con ellos.

Inés Suárez Asociación Bomberas 2
Inés Suárez sabe que algunos juegan la carta de la "seguridad ciudadana" para meter miedo, como ocurrió en Madrid. David F. Sabadell

Supongo que el argumento es que estas marcas son necesarias para hacer el trabajo. ¿Lo son?
¿Cuántas veces te van a pedir esas marcas después a lo largo de tu carrera? Nunca. No hay luego una verificación del estado físico de los bomberos que entran, es decir, que son marcas que no tienen sentido a nivel profesional. Hay otros países del mundo, como Francia, donde las pruebas físicas de acceso de bomberos son mucho más acordes con el puesto y, además, son estatales.

No se exige la igualdad para ser idénticas a los hombres, se exige para acceder a la libertad de ejercer los derechos, y en este caso que nos ocupa, con el puesto de trabajo, conforme a los criterios que exige la profesión que, como se está denunciando no se han establecido a priori. Las diferencias biológicas no son incompatibles con la profesionalidad.

¿Es Francia una referencia? 
Sí, es una referencia. Aunque hay un matiz y es que dentro de ese 15% de mujeres que dicen tener en el cuerpo de bomberos se incluyen profesionales y voluntarios, siendo un 15% del total de efectivos. En Reino Unido, las mujeres son un 7%. En España son 169 mujeres en total, no alcanzando el 1% del total de efectivos. Y en otros países en los que es el servicio de extinción de incendios está formado por voluntarios, como Argentina, Colombia o Perú, alcanzan el 30% de mujeres. Entonces. ¿Cuando es trabajo voluntario sí valemos, pero no cuando hay un contrato con la administración? Lo que nos frena son las pruebas que exigen para el acceso

Aquí las mujeres son el 0,46% como bomberas base, es decir, que trabajan delante del fuego. Y el total es del 0,83% en el cuerpo con bomberas base más oficiales.

En Cáceres, Murcia o Castilla y León no tienen ninguna. Tampoco en La Rioja. En el Ayuntamiento de Madrid hay dos mujeres entre 1.800 hombres. Las pruebas físicas son completamente inaccesibles para las mujeres. En Catalunya, con otras pruebas, son 35.

Llevamos 40 años con unas pruebas físicas que son inaccesibles para las mujeres. Además, hay 134 cuerpos en España y cada uno tiene sus normas.

¿Cómo serían unas pruebas justas?
No quiero poner la mano en el fuego de lo que son pruebas justas. Para hacer un proyecto hay que hacer un análisis, y eso no se ha hecho nunca. ¿No es eso un factor relevante en esta profesión? Otro problema es que se mide siempre la fuerza física solamente. La Guardia Civil y la Policía Nacional tienen doble baremo… ¿Tengo que correr como una atleta nacional para ser bombero? 

Tres tipos de pruebas
Existen tres tipos de pruebas de acceso a los servicios de extinción de incendios. En el “modelo premiado” mujeres y los hombres realizan las mismas pruebas físicas para el acceso, pero en caso de que una mujer las supere, recibe un porcentaje de bonificación sobre los puntos obtenidos. En el “modelo excluyente” las pruebas físicas son exactamente las mismas para hombres y mujeres. Por último, el “modelo abierto” establece dos baremos distintos, uno para mujeres y otro para hombres, adaptando las pruebas a las diferencias físicas y anatómicas. En el primer modelo corre el riesgo de ser contraproducente, porque provoca una sensación de que se “regalan” puntos a las mujeres. El segundo, al proponer las mismas pruebas, tiene el riesgo de incluir algunas que son prácticamente insuperables para las mujeres. Un tercer modelo con baremos diferentes y adecuados a las capacidades físicas de hombres y mujeres es, principio, más igualitario. La asociación de bomberos y bomberas por unas bases más justas que promueve Inés Suárez y que se presentará en breve plantea, como punto de partida, un estudio que analice las pruebas y que sirva de partida para debatir estos modelos y crear unas pruebas de acceso no discriminatorias. 

¿Cómo sería un cuerpo de bomberos en el que entraran más mujeres?
La presencia de las mujeres amplía permite ampliar los perfiles de trabajo en el grupo y la diversidad, lo que permite más posibilidades para enfrentarse a las diferentes dificultades en el trabajo.

¿Se han producido cambios en los últimos años?
No, y eso uno de los motivos por los que nace esta asociación.

¿Entonces un bombero con 20 años de experiencia que nunca ha vuelto a pasar unas pruebas físicas se considera un buen bombero, pero una mujer preparada físicamente no? 
Probablemente sea un buen bombero, sobre todo, por la experiencia acumulada. No obstante, nosotras pensamos que a nivel físico muchas mujeres podrían alcanzar el mismo estándar que muchos bomberos que se encuentran trabajando en estos momentos. Lo que tiene que primar es el trabajo en equipo y es esa diversidad de perfiles para garantizar un buen servicio para el ciudadano. Estamos preparadas para realizar nuestro trabajo con profesionalidad

Queréis crear una asociación, ¿con qué objetivos?
Se crea la asociación para recordar a las administraciones que hay que cumplir con la Ley de Igualdad y tener en cuenta posibles barreras en el acceso. Además será una plataforma de trabajo para difundir información al respecto, para participar con otras bomberas a nivel internacional y poder intercambiar experiencias, para introducir debates como el embarazo y cualquier tema relacionado con la problemática de la mujer en este servicio de emergencia.

Entonces lo que dicen es que un cuerpo de bomberos es peor cuando hay mujeres. ¿Es así?
No, absolutamente. Los cuerpos de bomberos adolecen hoy día de falta de efectivos y de una verdadera aplicación de procedimientos de trabajo seguros y basados en la prevención. Por eso creemos que debemos avanzar hacia un modelo basado en equipos de intervención de bomberos, y abandonar el sistema basado en la fuerza individual de unos hombres que actúan en solitario. Quizá yo no llegue a ser funcionario, pero este proceso me ha llevado a hacer la asociación y a darme cuenta de que quiero hacer esto. Hay que cambiar el modelo, y modernizar este servicio público de una vez por todas.

¿Para cuándo ese cambio? ¿Lo vamos a ver? 

No estoy en condiciones de decirlo, pero espero que sí.

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