Laboral
El conflicto en Boyacá pone patas arriba la distribución de prensa diaria en Madrid
La plantilla de falsos autónomos protesta por el despido del 50% de los trabajadores y la bajada de sueldos propuesta por la compañía. Los kioscos madrileños llevan tres días sin recibir la prensa diaria con normalidad.

Los kioscos de la Comunidad de Madrid llevan desde el viernes con un hueco importante en sus expositores: el de la prensa diaria de cabeceras como Abc, El Mundo o El País. El motivo es el conflicto de la empresa distribuidora Boyacá con los trabajadores encargados del reparto: desde la madrugada del viernes los ejemplares de prensa diaria no se están repartiendo con normalidad: la primera noche, por la negativa de los repartidores a hacer el reparto sin tener una reunión con un responsable cualificado de la empresa; las otras dos noches, por el cierre decretado desde la dirección de la planta, que está empleando a otros repartidores para hacer el trabajo.
El próximo 31 de agosto vence el actual contrato mercantil de cada uno de los 240 repartidores con la actual empresa, Dima, y la incertidumbre sobre qué sucederá después está en el origen del conflicto. Según señalan los trabajadores, la última propuesta de la empresa supone dejar de contratar al 50% de los repartidores y pasar a facturarles 150 euros diarios por el servicio. Tanto el vehículo, el seguro, el combustible o las cotizaciones salen a cuenta del trabajador.
“Pasaríamos a sacar 20 euros diarios por nuestro trabajo”, resume Juan Prado, uno de los repartidores, a El Salto. En la actualidad, la facturación por día asciende a 270 euros. Reducción de sueldo y de número de contratados va unida además, dado que la propuesta de la empresa hasta ahora es que el recorte de facturación vaya unida a un aumento de los días trabajados para el contingente que siguiera trabajando en el reparto, que pasaría de 15 a 20 días. En 2014, ante presiones de la empresa, los repartidores yaaceptaron rebajar la factura en un 20%.
Con la cercanía de la fecha límite del contrato, los repartidores se reunieron la noche del viernes en asamblea en el único centro de reparto, localizado en Torrejón. Allí acordaron ya de madrugada no retirarse de la planta ni hacer el reparto hasta tener una reunión con un representante cualificado de la empresa. Los trabajadores no se niegan a rebajar ni sueldo ni número de contratados —el de los “ruteros” es un colectivo donde la media de edad es relativamente alta—.
“Por la viabilidad de la empresa aceptaríamos 200 euros siempre que los que salieran fueran voluntarios. 60 ya han aceptado en la última encuesta que hicimos. Pero Boyacá quiere todo o nada”, señala Prado, que lleva trabajando como repartidor 26 años. “Les hemos propuesto una prórroga del contrato mientras duren las negociaciones, pero se niegan en redondo. Señal clara de la falta de interés en llegar a un acuerdo", concluye.
“La empresa está diciendo que somos unos privilegiados, que nos dan 90.000 de indemnización para que nos vayamos, a mí si me hubieran ofrecido eso me hubiera ido”, explica a El Salto Julián, también repartidor y afiliado al sindicato CNT. “Somos falsos autónomos: no tenemos otro empleador, yo tengo jefe, tengo un horario y ficho”, continúa. En un comunicado, publicado de forma íntegra por La Razón, Boyacá acusa a sus repartidores de “negociar con amenazas, coacciones y métodos violentos para mantener sus privilegios y prebendas”.
Cierre patronal
Fue a partir de la segunda noche de conflicto cuando la empresa decidió cerrar el acceso a los repartidores. Estos aguantaban todavía desde la madrugada del viernes en la planta de Torrejón, a la espera de que la compañía enviase a un interlocutor con capacidad de decisión. No fue así: lo que sí presentó Boyaca en tiempo record fue una resolución judicial para el desalojo de la planta. A las 22 horas del viernes la ejecutarían —sin enfrentamientos— seis destacamentos de antidisturbios, y desde entonces las puertas no se han vuelto abrir para los 240 ruteros de prensa diaria.
Estos han seguido haciendo sus rutas del sábado y del domingo, pero no para repartir, sino para informar del conflicto a los repartidores empleados por Boyaca. “El sábado no hubo prensa diaria en Madrid”, señala Prado enfáticamente. Julián, el repartidor afiliado a CNT, señala que “se ha hecho todo pacíficamente, sin pegar ni agredir a nadie”. Hasta el momento ha habido tres detenidos de entre los repartidores, que fueron identificados en la comisaría de Moratalaz y liberados sin cargos.
En esas rutas, Prado se queja de que se están encontrando “gente que no tiene autorización de transporte, en vehículos de alquiler. Nos enfada mucho. Informamos a esas personas que están cubriendo nuestros puestos de trabajo y que estamos peleando por ellos y es una intervención que no deben hacer”. Según ha podido saber El Salto, el sábado el diario El Mundo tan sólo se repartió en 100 de un total de 1.700 kioscos en toda la Comunidad de Madrid.
La cuarta noche se presenta igualmente tensa. El sábado por la tarde tres representantes de los repartidores -que tienen constituida una asociación- trataron de ser recibidos, sin éxito, por personal de la empresa. “Estamos en una asamblea permanente. Hacemos reuniones normalmente a las 3 de la mañana, y luego a las 12 cuando volvemos de las rutas”, señala Prado.

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