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Infancia
La pediatría de atención primaria, en urgencias
Laura examina con detenimiento una dermatitis atópica que ha aflorado en el rostro de Izan —nombre ficticio— de seis meses. En palabras de esta pediatra, hay que hacer seguimiento de estos granitos que parecen inofensivos, pues, teniendo en cuenta que el hermano de Izan, a quien también trató, tuvo la misma manifestación y con el tiempo desarrolló asma, es mejor prevenirlo. “La disminución de la barrera cutánea —explica la pediatra— puede favorecer la entrada de patógenos que desencadenen reacciones alérgicas y reacciones asmáticas”, cuenta a la mamá con detenimiento. Y es que, cuando la genética entra en juego, la medicina de proximidad es el mejor antídoto.
“El seguimiento personalizado, la capacidad de prevenir enfermedades en la familia, esa es la labor de los pediatras en atención primaria”, expresa Concha Sánchez Pina, presidenta de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPap). “El papel de la medicina preventiva, gracias al conocimiento de los antecedentes y de las familias de los pacientes, eso no se puede perder y eso es lo más importante. Estamos hablando de la prevención de las enfermedades de los niños, de los adolescentes”, insiste, pese a que la realidad de esta labor en este nivel asistencial se encamina hacia el lado opuesto. “La pediatría está gravemente herida y como en los próximos cinco años no se ejecuten desde las administraciones medidas urgentemente los niños en este país se quedarán sin pediatra en atención primaria”, avisa.
La ausencia de pediatras viene unida a unas consultas masificadas, con situaciones límite como las de Madrid, Baleares, Castilla La Mancha, Andalucía, Extremadura y Cataluña, donde se superan los 1.000 pacientes por profesional
Así lo demuestran los datos de AEPap. En la actualidad se calcula que existe un déficit de pediatras en los centros de salud del 25%, y hay comunidades en situaciones preocupantes como Baleares y Castilla-La Mancha donde casi la mitad de sus niños y niñas no tiene pediatra asignado, o Madrid que supera el 30% de déficit. La ausencia de pediatras viene unida a unas consultas masificadas, con situaciones límite como las de Madrid, Baleares, Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Cataluña, donde se superan los 1.000 pacientes por profesional, tope que marca esta asociación para procurar un trato digno. “Como los médicos se van fuera del país y a otros ámbitos de asistencia ya está habiendo problemas en los pueblos de Navarra, en las tardes de Madrid, en Cataluña o en Andalucía”, añade Sánchez Pina.
La presidenta de AEPap trabaja como pediatra en un centro de salud de Villaverde (Madrid) y describe la situación vivida durante este verano como de “caos”, entre la quinta ola y las ausencias sin suplir en centros contiguos. “Este verano hemos llegado a 40-45 niños atendidos por día en el pico de la quinta ola. No damos abasto, con los niños con coronavirus, con gastroenteritis… y el personal sin sustituir. En mi centro de salud hay cuatro pediatras pero hay dos centros al lado en los que algunos días no había ningún pediatra y la población de esos centros la hemos tenido que atender aquí”.
“Este verano hemos llegado a 40-45 niños en el pico de la quinta ola. No damos abasto, con los niños con coronavirus, con gastroenteritis… y el personal sin sustituir”
Hospitalocentrismo en la formación
Las pediatras consultadas coinciden en que la pediatría en los centros de salud es un puesto “poco atractivo” porque, entre otros factores, la carrera está enfocada a la atención hospitalaria y reclaman más médicos en formación (MIR) en los centros de salud.
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Para Manuel Sampedro, presidente del XXXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) que se ha celebrado en A Coruña, “la pediatría en atención primaria languidece por muchas razones, pero la más importante es que hacen falta más plazas MIR, los pediatras se jubilan y la demanda no va a ser cubierta”. Sampedro, pediatra en un centro de salud de Ourense, considera que la formación está enfocada al ámbito hospitalario en donde se atiende a niños y niñas enfermos y para cambiar el flujo de pediatras hacia atención primaria sería clave aumentar de seis a 12 meses la formación en los centros de salud. “Cuando tú formas a un especialista se forma en el hospital. Si de los cuatro años de formación solo pasa tres o seis meses en atención primaria, el conocimiento que va a tener de ella es muy superficial”, asegura.
Desde AEPap denuncian que en la última convocatoria de plazas MIR solo ha habido un incremento del 0,6% en pediatría, lo que va en detrimento de incrementar la presencia de estos profesionales en atención primaria
Por su parte, desde AEPap denuncian que en la última convocatoria de plazas MIR solo ha habido un incremento del 0,6% en pediatría, lo que va en detrimento de aumentar la presencia de estos profesionales en atención primaria. Así se han abierto 494 plazas nuevas, solo tres más que en el año anterior. “En la convocatoria del año pasado, el aumento había sido de diez plazas, un 2%, y los pediatras ya consideramos que ese aumento era escaso”, explica el vicepresidente tercero de AEPap, Pedro Gorrotxategi. “Si se analiza la evolución de las convocatorias MIR de los últimos cinco años, el aumento de plazas globales en la convocatoria ha sido del 32% y en las correspondientes a pediatría tan solo un 16,8%”, destaca este doctor.
Puestos sin cubrir
Cuando termina de revisar a Izan, Laura busca una cita para el pequeño, quiere verle lo antes posible y hacer seguimiento de la evolución de sus eccemas. Durante la pandemia, las revisiones a bebés se han reducido a la mínima expresión y ya no se realizan mensualmente, pero en este caso hay que abrir la agenda para observarle dentro de diez días. No siempre es posible encontrar huecos, de hecho a la mamá de Izan le retrasaron una revisión ante la ausencia de suplentes en una baja inesperada. Y es que en Madrid, donde se ubica su centro de salud, la situación ya supera todo lo imaginable.
“Llevamos consultas con 1.700, 1.900 asignados mientras en otras comunidades están en 900. Hay muchas ausencias no cubiertas, cuando falta un compañero sus pacientes son atendidos por el que queda en el centro de salud”, explica Concha Herranz, integrante de la plataforma madrileña AP Se Mueve. Al mismo tiempo, prosigue, se trabaja en turnos de tarde de 14h a 21h, que no son atractivos, es de las comunidades que menos paga a sus médicos y la última oposición, cuyo examen se realizó en noviembre de 2019, aún no está resuelta, por lo que no se ha podido reincorporar nuevo personal fijo.
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Herranz es médica de familia que atiende a la infancia. Preside la Asociación de Médicos de Atención Primaria, atención infanto-juvenil y especialidad distinta a Pediatría AMAPED. Asegura que los médicos como ella no son el problema “sino parte de la solución” a un fallo en el diseño del sistema porque “no hay suficientes pediatras para cubrir la atención hospitalaria y primaria. Como en primaria los médicos de familia podemos trabajar en todo el arco, nosotros cubrimos la parte en la que los pediatras dejan el hueco. Y lo hacemos de forma específica”. Manuel Sampedro, de SEPEAP, comparte que son una solución “pero todos quisiéramos que fuera temporal. En tiempos de guerra, todo el mundo tiene que echar una mano”, afirma.
“Cuando empezó a haber problemas lo que se hacía de forma sistemática era contratar médicos y no pediatras. Pero hoy sí que no tiene ningún sentido porque es que ya también hay déficit de médicos de familia. Es desnudar a un santo para vestir a otro”
“Cuando empezó a haber problemas lo que se hacía de forma sistemática era contratar médicos y no pediatras. Pero hoy sí que no tiene ningún sentido porque es que ya también hay déficit de médicos de familia. Es desnudar a un santo para vestir a otro”, lamenta Dora Bejarano, pediatra del sindicato AMYTS. Bejarano insiste en que la atención primaria, en general, corre peligro de muerte, pero, sin embargo “es lo más eficaz ya que resolvemos en torno al 80-90% de las necesidades sanitarias”.
“En el caso de los niños realizamos el seguimiento y la detección de problemas relacionados con el crecimiento y todo ello se hace desde la cercanía del paciente. Si nos cargamos eso nos cargamos la mejor de las atenciones posibles, no solo por eficacia sino por eficiencia, porque además se ahorran recursos hospitalarios cuando hay un buen sistema en primaria. Todo lo que resuelves en el primer nivel asistencial es eficiente para el sistema porque resulta más barato para la sociedad. Además nosotros conocemos a nuestros pacientes, conocemos a sus familias, es una información que nunca va a tener alguien que esté en una urgencia”, añade.
“Parece que la atención pediátrica ha dejado de tener importancia, que tenemos los días contados. En verano a los niños y niñas les atienden médicos de familia. La existencia de la pediatría fue un hito en la atención primaria pero parece que no les interesa”
“Yo tengo la sensación de que estamos en peligro de extinción”. Luisa Boyer es pediatra en el ámbito rural y se muestra bastante pesimista. “Parece que la atención pediátrica ha dejado de tener importancia, que tenemos los días contados”. El pueblo en el que trabaja, durante el verano, triplica su población. “Hace ocho años —rememora— en verano se ponían dos médicas de refuerzo para desplazados. Luego pasó a ser uno y, desde hace cinco años, ya no tenemos refuerzos. A nosotras, las pediatras, no nos suplen lo que repercute en el resto. En verano a los niños y niñas les atienden médicos de familia. La existencia de la pediatría fue un hito en la atención primaria, pero parece que no les interesa”, reitera.
Mientras, Izan ha sido citado hasta en dos ocasiones y la dermatitis ya parece remitir en su piel. Su pediatra no le verá hasta que cumpla once meses. Laura atiende a toda la infancia del barrio en un centro de salud en el que solo ejerce ella. Hay días que trabaja diez horas y el cansancio, a veces, le hace pensar en una jubilación anticipada. Las familias, por su parte, cruzan los dedos para que, cuando eso ocurra, exista un repuesto y que la pediatría en atención primaria ya haya salido de la urgencia.
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Excelente artículo. Desde luego en Madrid Ayuso nos ha dejado sin Sanidad Pública, así de claro. Pides cita y te la dan a 10 o 12 días en pediatra, y cuando llegas ves que el pobre médico está atendiendo dos consultas a la vez porque a su compañera de baja no la han sustituido. ¿No hay dinero? Para "indemnizar" a las residencias que hicieron la carnicería con nuestros mayores resulta que sí lo hay, pero para la atención primaria no, nunca.