(que nuestros bancos vierten en fondos)
(que pagaron a nuestras agencias de viaje)
(con bastones gas y balas de nuestras fábricas)
(y si no lo votan lo imponemos con las botas)
Juan y María ya pagaron su techo, su cocido,
su vino, las guerras, la escuela de sus hijos
y hasta el sueldo del esbirro que les golpea.
Jean et Marie no se dejan estafar y ¡A la calle
que ya es hora que anunciemos algo nuevo!
Ramón Haniotis
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