Tanto brillan las estrellas esta noche
que semejan cálidos fogones lejanos
que nos abrigarían del frío nocturno
como estufas en palacios y palacetes
entibian al señor y su esbirro banquero
A pesar de la sed y su calor sahariano
añoro el verano y su sol sin compasión
donde no hay ni una limosna de sombra
como tienen el señor y su banco siervo
con aire acondicionado y ventana al mar
Junto a su pareja y los críos deambulan
elevando plegarias porque ayunar eleva
el espíritu y hará encontrar los sabrosos
desperdicios que ofrecen los basureros
del banquero del justo juez y el diputado
Un niño me preguntó cómo hace el señor
para habitar tantas casas que no puede
prescindir de una sola pequeñita y le digo
“Es mi culpa por ser pobre y estar en paro”
pero ya mismo me uno a mis hermanos
que las casas están retomando
Ramón Haniotis
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