Los baches impedían el paso de los autos
o les obligaban a una velocidad humana
dejando ver el rostro de quien guiaba
que era casi siempre un hombre
y si era mujer despertaba admiración
Solo unos pocos perros tenían dueño
es decir
casi todos eran como nosotros
del barrio donde temprano se olía el café
cuando salían muchos padres y madres
a sus labores
donde las vecinas cocinaban para todos
y los hermanos cuidaban hermanos
Detrás de las ventanas crecían tomillo
orégano y otras hierbas ya perdidas
idas con perros y gatos callejeros
y las hermanas que el tiempo sepultó
bajo el asfalto junto a padres agotados
que quizá descansan con abuelas
llenas de cuentos y plantas mágicas
todas dulces para sanar males
de panzas o culebrillas o amores
El barrio quedaba en una aldea
llamada global
y espera que dejemos de mirar el cielo
esperando que baje alguien y nos salve
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