Despaña se despeña
Qué decepción en esta tierra desolada
paciente de desabastecimiento moral
destripada desmemoriada y desgraciada
desde siempre de bolsillo desequilibrado
y muy desacostumbrada a despertar.
Desesperada y desnuda esta tierra
desatenta y desdichada que deja
destruir escuelas y hospitales
y deshidratada permite a los buitres
desertizar desahuciar y se desorienta.
Entre tanto el fascismo desprejuiciado
despotrica y grita que no hay machismo
mientras cada semana un macho
desalma o destripa una mujer por locura
pasajera por celos o por las dudas.
El descontento no crece sino que ahora
declina o desciende y aquel estado
de bienestar se desluce ante un pueblo
desatento que se desboca y desatina
aplaude aullidos destemplados de la bestia.
Desquiciadas por desamores las comadres
deshacen lo levantado en plazas y calles
desconociendo el mandato aquel que dice
“Mi autoridad emana de vosotros y cesa
ante vuestra presencia soberana.”
Ramón Haniotis.
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